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Chapter 11 - Capítulo 21 y 22: La Visión de un Mundo Abierto Perfecto

El Club de Tecnología era un santuario para la lógica de Ren Ishigami. Cada cable, cada línea de código, cada circuito tenía una función, un propósito. Era un lugar donde el caos del mundo exterior no podía entrar. O eso pensaba.

La puerta del club se abrió de golpe, y un chico con el cabello despeinado y una mirada de un entusiasmo desbordante entró. Era Sunraku. Su presencia era un torbellino, una energía que contrastaba con la calma metódica de la habitación. Ren, que estaba absorto en su tablet, ni siquiera levantó la vista.

—¡Ishigami-senpai! ¡Ishigami-senpai! —exclamó Sunraku, su voz era una mezcla de urgencia y una adoración casi febril. —¡Necesito hablar contigo! ¡Tengo una idea para un videojuego! ¡Una idea que solo tú, con tu genio, podrías hacer realidad!

Ren se detuvo. El nivel de admiración en la voz de Sunraku era una variable nueva e intrigante. Por primera vez, levantó la vista y miró a Sunraku, sus ojos analizando la intensidad del recién llegado.

—¿De qué estás hablando? —preguntó Ren.

—¡De un juego que será perfecto, Ishigami-senpai! ¡Absolutamente perfecto! —dijo Sunraku, sus ojos brillaban con una pasión desenfrenada. —Un juego que tomará la temática de esos vastos mundos abiertos que tienen la mayoría de los juegos... "basura" que disfruto, pero llevado a la perfección suprema, ¡a un nivel que solo tú podrías alcanzar!

Ren se quedó en silencio. El concepto era ambicioso, y la fe ciega de Sunraku en sus habilidades era un motor potente.

—Mi fascinación por los juegos viejos y mal hechos, los "juegos basura", no es por sus errores, Ishigami-senpai —dijo Sunraku, aclarando su punto con fervor—. ¡Es por la ambición que intentan mostrar, por la idea de esos mundos gigantescos y llenos de posibilidades! ¡Yo veo el potencial, y sé que tú puedes desbloquearlo! ¡Tú eres el único que puede hacer que esa promesa se cumpla!

Sunraku se inclinó sobre el escritorio de Ren, sus ojos brillaban con la luz de una idea que parecía haberlo consumido.

—¡Yo tengo la visión, Ishigami-senpai! ¡Yo sé lo que hace grande a un mundo abierto! ¡Y tú... tú eres el genio! ¡He visto tus algoritmos, tus códigos! ¡Tú puedes construir el motor de este juego con una eficiencia y una perfección que ningún otro podría igualar! ¡Yo te daré el alma, y tú nos darás la magia! Juntos crearemos la experiencia de mundo abierto definitiva. ¡Y la llamaremos... "El Basura-Juego Perfecto", porque tomará lo mejor de esos conceptos "basura" y los elevará a la perfección absoluta gracias a tu increíble talento!

El Sistema de Ren, que había estado en silencio, zumbó con un sonido de satisfacción.

[Nueva misión detectada: "Crear un videojuego de mundo abierto". Objetivo: Asociarse con el sujeto Sunraku para crear un juego que desafíe las convenciones. Recompensa: 1,000,000¥ al completar el primer prototipo. Sugerencia: Aprovechar la fascinación del sujeto por los juegos imperfectos para crear un producto único y pulido. La alta admiración del sujeto Sunraku puede ser una herramienta útil para la motivación y el control del proyecto. ]

Ren miró a Sunraku. La lógica le decía que la idea era ambiciosa. Pero la misión del Sistema era la prioridad, y la pasión casi fanática de Sunraku, la pura e incontrolable energía que irradiaba, era una variable que Ren no podía ignorar. Su visión de "perfección" en un mundo abierto coincidía con la propia búsqueda de Ren de la eficiencia máxima, y el nivel de devoción de Sunraku prometía una colaboración sin objeciones.

—De acuerdo —dijo Ren, su voz era tan monótona como siempre—. Hagamos el "Basura-Juego Perfecto".

Sunraku estalló en una sonrisa de oreja a oreja. —¡Sí, Ishigami-senpai! ¡Lo sabía! ¡Será legendario!

La aventura había comenzado.

Capítulo 22: El Aprendizaje de un Jugador

El Club de Tecnología se había convertido en un laboratorio de ideas. La calma que una vez reinó en la habitación ahora era reemplazada por el entusiasmo desbordante de Sunraku, quien gesticulaba con pasión frente a la mirada estoica de Ren Ishigami. La colaboración para el "Basura-Juego Perfecto" había comenzado.

—¡Imagínate esto, Ishigami-senpai! —exclamó Sunraku, sus ojos brillando—. En lugar de tener un mapa que se carga sin problemas, hagamos que las texturas se carguen de manera gradual, como en esos juegos viejos que amamos. ¡Sería un desafío para los jugadores, una forma de obligarlos a explorar y ser pacientes!

Ren analizó la idea. [Análisis de la idea: Carga de texturas gradual. Impacto en la experiencia de juego: Alto. Potencial de ser percibido como una característica, no como un error: Alto. Sugerencia: Implementar un prototipo de la idea.] La lógica de Ren le decía que era ineficiente, pero su Sistema le había dado el visto bueno. La visión de Sunraku, aunque caótica, era la variable que necesitaban.

—Además, para el sistema de combate, en lugar de tener un menú de ataques claro y un medidor de vida, ¡hagamos que los monstruos tengan un medidor de ira oculto! El jugador tiene que adivinar cuándo va a atacar el monstruo. Sería un juego de lectura, no de estadísticas.

Ren asintió. La visión de Sunraku estaba llena de ideas que, si bien desafiaban la lógica de los juegos populares, encajaban perfectamente con el concepto de un "juego basura" que era, en realidad, una obra de arte.

Después de la sesión de lluvia de ideas, Ren se volteó hacia la computadora.

—Ahora, a la parte difícil —dijo Ren—. Las ideas son solo eso, ideas. Para que se conviertan en realidad, tienes que aprender a programar.

Sunraku, que había estado tan lleno de energía, se sentó, su rostro se volvió serio. La programación, para él, siempre había sido un misterio.

Ren, con su paciencia robótica, comenzó con lo básico. —La programación es un idioma. Cada línea de código es una palabra, cada función es una oración, y cada programa es una historia. Nuestro objetivo es que aprendas el vocabulario y la gramática básica.

Ren comenzó con los fundamentos: las variables, los bucles, las sentencias condicionales. Sunraku, al principio, luchó. Su mente, acostumbrada a la exploración y la estrategia de los juegos, no podía procesar la lógica rígida de la programación. Se frustraba, se equivocaba, y en un momento, estuvo a punto de rendirse.

Pero entonces, Ren le mostró el código de un juego simple, el de Minecraft, su amado juego.

—Mira esto —dijo Ren—. Este bucle es el que genera los bloques. Este es el que hace que el personaje se mueva. Cada línea de código que ves aquí es una herramienta para construir un mundo. Para darle vida a la visión que tienes en tu cabeza.

Sunraku se detuvo. Miró el código de una manera diferente, no como un rompecabezas lógico, sino como un mapa. Las variables eran los puntos de referencia, los bucles eran los caminos, las funciones eran las acciones que un personaje podía realizar. De pronto, la programación ya no era una caja negra. Era una herramienta para crear sus propios mundos de "juegos basura".

Las horas pasaron. Ren continuó su lección, y Sunraku, con una nueva determinación, absorbió la información. Al final del día, la mente de Sunraku ya no estaba en las ideas, sino en las líneas de código. Podía crear un bucle simple, escribir una función básica, y entender la lógica de un programa. No era un genio, pero tenía las habilidades básicas.

—Lo hiciste bien —dijo Ren.

Sunraku sonrió. Sabía que este era solo el principio, pero ya no era solo un jugador. Ahora era un jugador que sabía cómo se construía un juego. El "Basura-Juego Perfecto" ya no era solo un sueño. Era una realidad.

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