La Academia Shuchiin, en la mente de Ren Ishigami, era un ecosistema de variables. Cada estudiante era una fuerza que podía ser cuantificada, analizada y, si era necesario, optimizada. Pero después de la confesión de Miyuki Shirogane y Kaguya Shinomiya, y del comienzo de sus propios proyectos (el manga con Nagatoro y Naoto, y el videojuego con Sunraku), Ren comenzó a notar algo nuevo: una variable que era, en su esencia, incalculable. La felicidad.
Durante las reuniones del consejo estudiantil, el ambiente había cambiado drásticamente. El aire ya no estaba cargado de tensión o de estrategias silenciosas. Ahora, había una calma cómoda. Miyuki y Kaguya se sentaban en sus respectivos escritorios, pero sus miradas se encontraban con más frecuencia. Había pequeñas sonrisas que se compartían, y a veces, un toque discreto de sus manos debajo del escritorio.
[Análisis de la situación: Sujetos, Miyuki Shirogane y Kaguya Shinomiya. Estado de la relación: Estable, con crecimiento. Emociones: Felicidad. Sugerencia: Observar. No intervenir. La fase de "juego" ha sido reemplazada por la fase de "relación". Las variables son ahora más predecibles. ]
Para Ren, la dinámica era fascinante. El algoritmo de la "batalla de ingenio" había sido reemplazado por un algoritmo de "apoyo mutuo". Kaguya, que antes era una estratega fría, ahora le traía a Miyuki un té caliente cuando notaba que estaba cansado. Y Miyuki, que antes era el "presidente perfecto", ahora se permitía mostrar sus vulnerabilidades, como pedirle a Kaguya que lo ayudara con sus estudios de física.
La voz de Chika Fujiwara interrumpió el silencio. —¡Miyuki-kun! ¡Kaguya-san! ¡Tengo una idea para la próxima fiesta de la escuela! ¡El tema será... el amor!
Miyuki y Kaguya se sobresaltaron, separando sus manos rápidamente, con el sonrojo familiar en sus rostros.
—Fujiwara-san, ¿de dónde sacas esas ideas? —preguntó Kaguya, tratando de sonar casual.
—¡Es que el amor está en el aire! ¡Incluso Ishigami-kun lo sabe! —dijo Chika, con una sonrisa pícara, mirando a Ren.
Ren, absorto en su tablet, no levantó la vista. El Sistema lo había puesto en modo "observación", y su lógica le decía que no había necesidad de intervenir. El algoritmo de la felicidad de Miyuki y Kaguya era una fuerza que no necesitaba su ayuda.
Mientras Chika hablaba sobre el amor, Ren se enfocó en sus propias misiones. En su mente, el "Basura-Juego Perfecto" y el manga "Ijiranaide, Senpai!" estaban progresando de manera eficiente. El caos de la vida real de sus compañeros había sido reemplazado por una calma predecible, y eso, para Ren Ishigami, era algo que podía optimizar.
Capítulo 24: La Lógica de los Dos Mejores
En un mundo donde el capricho genético de los Quirks nunca se manifestó, el destino de dos jóvenes rivales tomó un camino diferente. Izuku Midoriya, sin la carga de ser un "Quirkless", creció con una confianza tranquila. Su mente, analítica y observadora, se enfocó en las complejidades de los videojuegos, un medio que para él era la cúspide del entretenimiento y la estrategia. Por otro lado, Katsuki Bakugo, sin el poder de su "Explosión", canalizó su temperamento en una ambición feroz. Su naturaleza competitiva no se disolvió; simplemente se transformó en un motor para la excelencia académica.
En su escuela secundaria, no había una batalla por ser el héroe número uno, sino una competencia por ser el número uno de la clase. Y siempre, sin excepción, el podio era para ellos dos: Bakugo en el primer lugar, Izuku pisándole los talones en el segundo, o viceversa. Eran una anomalía: una rivalidad sin resentimiento, un motor de crecimiento mutuo. Su obsesión no era superpoderes, sino la lógica, las matemáticas y la física.
—Sabía que obtendrías una beca, Deku —dijo Bakugo, con una sonrisa de superioridad que, en este mundo, no tenía nada de malicia. —Pero no pienses que en Shuchiin podrás superarme.
Izuku sonrió. —Eso lo veremos, Kacchan. El examen de admisión fue solo el primer nivel. El juego de verdad empieza ahora.
Ambos habían logrado lo impensable: obtener una beca completa para la prestigiosa Academia Shuchiin, la institución de élite a la que solo la crème de la crème podía aspirar. Era un nuevo campo de batalla, un nivel mucho más difícil, y ambos estaban listos para el desafío.
La primera mañana en Shuchiin, Izuku y Bakugo se separaron para explorar la escuela. Bakugo se dirigió al gimnasio, ansioso por demostrar su superioridad en los deportes, mientras Izuku se dirigió a la biblioteca, buscando la sección de tecnología y videojuegos. Su mente, acostumbrada a analizar cada variable de un juego, estaba en modo de reconocimiento.
Mientras caminaba por los pasillos, un rumor captó su atención. Los estudiantes hablaban de un genio, un chico en el consejo estudiantil que había creado un motor de juego de la nada. También hablaban de un popular manga en línea que había creado con la ayuda de un algoritmo. Izuku, cuyo fanatismo por los videojuegos lo llevaba a estudiar cada aspecto de la industria, se detuvo.
"¿Un motor de juego? ¿Un algoritmo para una historia?" La idea era tan fascinante que le hizo olvidar por un momento la ubicación de la biblioteca.
Se detuvo en la entrada de la sala del consejo estudiantil, donde vio a un chico con gafas y una mirada monótona, absorto en su tablet. Su expresión no era la de un genio arrogante, sino la de alguien que estaba resolviendo un problema lógico. Izuku no lo sabía, pero era Ren Ishigami. En ese momento, una chispa de admiración y un nuevo tipo de fanatismo se encendieron en su mente. No era por un héroe, sino por un genio, un arquitecto de la lógica y la creatividad.
"Él es el tipo de persona que hace que los videojuegos sean increíbles", pensó Izuku para sí mismo, un rubor de emoción en sus mejillas. "Tengo que conocerlo."
Izuku continuó su camino hacia la biblioteca, su objetivo ahora era doble. No solo debía dominar la escuela, sino que también debía encontrar una forma de conocer al genio detrás de los rumores. Sabía que esta nueva variable, este Ishigami-senpai, sería la más fascinante de todas.