El Club de Tecnología vibraba con la energía de la creatividad. La visión de Sunraku sobre el "Basura-Juego Perfecto" se combinaba con la eficiencia lógica de Ren Ishigami, dando forma a un concepto de juego que prometía ser tan desafiante como adictivo. Ren, con su tablet en mano, comenzó a esbozar las ideas de combate.
—Para el sistema de combate, podemos implementar puntos críticos —dijo Ren, su voz monótona, pero su explicación era precisa—. Cada monstruo tendrá un punto débil específico. Golpear ese punto infligirá un daño masivo y puede aturdir al enemigo. Esto recompensa la observación y la habilidad del jugador, en lugar de solo las estadísticas.
Sunraku asintió, sus ojos brillaban con entusiasmo. —¡Me gusta, Ishigami-senpai! ¡Es como un rompecabezas en cada batalla! Los jugadores tendrán que aprender los patrones y las debilidades de cada criatura. ¡Es brillante!
—Además —continuó Ren—, para el post-game, podemos introducir un desafío definitivo. Siete criaturas ancestrales, los "Siete Colosos". Cada uno con mecánicas de combate únicas, inmunidades y puntos críticos ocultos. Serán la prueba final para los jugadores más dedicados. Su diseño y poder serán exponenciales en comparación con los monstruos del juego principal.
Sunraku se quedó sin palabras. La idea de los Siete Colosos era épica, un desafío digno de su propia pasión por los juegos.
—¡Los Siete Colosos! ¡Ishigami-senpai, eres un genio! —exclamó Sunraku, su voz era una mezcla de admiración y euforia—. ¡Es la zanahoria perfecta para mantener a los jugadores enganchados incluso después de terminar la historia principal! ¡Será la leyenda que todos querrán conquistar!
Ren asintió. La admiración de Sunraku era una variable que el Sistema había cuantificado como "motivación". Su lógica había encontrado la manera de canalizar el entusiasmo de Sunraku en un diseño de juego eficiente.
[Análisis de la situación: Sujetos, Ren Ishigami y Sunraku. Nivel de Sinergia: Alto. Ideas de Combate: Eficientes y motivadoras. Progreso del Diseño del Juego: Acelerado. ]
Mientras el diseño del juego tomaba forma, el Club de Tecnología se convertía en un centro de creación. Ren programaba el motor de combate, implementando los puntos críticos y el sistema de daño, mientras Sunraku dibujaba bocetos de los Siete Colosos, sus mentes trabajando en perfecta sincronía.
El "Basura-Juego Perfecto" ya no era solo una idea. Estaba tomando forma, y la combinación de la lógica de Ren y la pasión de Sunraku prometía una experiencia de juego que desafiaría a los jugadores más experimentados. La aventura apenas había comenzado, y esta vez, el mapa no era solo un mundo abierto. Era un lienzo en blanco esperando ser llenado con los desafíos épicos de los Siete Colosos.
Capítulo 28: El Juego Terminado
En la bulliciosa Academia Shuchiin, mientras Ren Ishigami y Sunraku se sumergían en el código y el diseño de los puntos críticos del "Basura-Juego Perfecto", la "variable de la felicidad" de Miyuki Shirogane y Kaguya Shinomiya continuaba su evolución silenciosa y fascinante. La guerra había terminado, y la paz, aunque a veces incómoda, había traído consigo una nueva forma de interacción.
Los pasillos ya no eran un campo minado de estrategias para Miyuki y Kaguya. Ahora, eran un lugar donde se buscaban el uno al otro. Sus encuentros, que antes eran casuales y llenos de tensión, ahora eran deliberados y cargados de una ternura discreta.
Una tarde, Ren los observó desde su habitual rincón solitario en el pasillo. Kaguya había esperado a Miyuki después de una reunión de última hora, y ahora caminaban juntos hacia la salida. No había grandes demostraciones de afecto, pero la forma en que sus hombros se rozaban, la manera en que sus miradas se encontraban y el brillo en sus ojos lo decían todo.
La Tentación de la Intimidad
Más tarde, en la oficina del consejo, Kaguya estaba ayudando a Miyuki con los papeles. Ambos estaban sentados en el mismo escritorio, sus cabezas casi tocándose mientras revisaban los documentos. La cercanía, que antes habría provocado un sonrojo o una retirada estratégica, ahora era una fuente de comodidad.
El silencio de la tarde era pesado, solo roto por el suave sonido del papel al ser volteado. Miyuki levantó la vista de sus documentos. Kaguya también lo hizo. Sus miradas se encontraron, y el aire se llenó de una electricidad que Ren, absorto en su tablet, no podía sentir.
Miyuki se inclinó lentamente, y Kaguya, con los ojos cerrados, lo esperaba. Sus labios estaban a solo unos centímetros de tocarse. Era el momento que ambos habían estado esperando.
Pero en ese instante, el Sistema de Ren, que lo había estado monitoreando en silencio, zumbó con una nueva alerta.
[Nueva misión detectada: "Interrumpir la muestra de afecto". Objetivo: Interrumpir la muestra de afecto entre los sujetos Miyuki Shirogane y Kaguya Shinomiya. Recompensa: 200,000¥. Sugerencia: Usar un sonido de bajo impacto para evitar una confrontación directa. ]
Ren, con un movimiento rápido y silencioso, se sentó en su silla. Era una misión inusual, una variable que no podía cuantificar. Pero la recompensa era considerable. Y el Sistema había dado la orden.
Ren, con una precisión perfecta, carraspeó. Era un sonido fuerte, un corte brusco en el silencio de la oficina.
Miyuki y Kaguya se sobresaltaron, separándose bruscamente el uno del otro. Sus rostros estaban completamente rojos, y se quedaron en un silencio incómodo.
—Lo siento —dijo Ren, su voz era monótona, como si no hubiera hecho nada—. Tenía la garganta seca.
Ren se recostó en su silla, su rostro era una máscara de indiferencia. Kaguya y Miyuki se miraron, flustrados y avergonzados, sus manos ahora lejos la una de la otra. El momento había sido interrumpido.
El Sistema de Ren zumbó con un sonido de satisfacción.
[Misión: "Interrumpir la muestra de afecto". Completada. Recompensa: 200,000¥ transferidos. El caos de la emoción humana ha sido cuantificado. ]
Para Ren, era solo una misión cumplida. Pero para Miyuki y Kaguya, era una tortura. La relación entre ellos, a pesar de su imprevisibilidad, estaba progresando de manera eficiente. Y para Ren Ishigami, el misterio se había vuelto aún más fascinante.