En un mundo donde la lógica y el estatus definían el éxito, la llegada de dos nuevos estudiantes a la prestigiosa Academia Shuchiin fue un evento menor en el gran esquema de las cosas, pero una variable fascinante para el sistema de Ren Ishigami. A diferencia de los estudiantes becados, como Izuku Midoriya y Katsuki Bakugo, estos dos llegaron a través de un programa de intercambio especial, un experimento social diseñado para probar la adaptabilidad de la escuela.
Se trataba de Shouko Komi y Hitohito Tadano.
Komi, con su belleza inigualable y su aura de elegancia, se convirtió instantáneamente en el centro de atención. Los estudiantes susurraban su nombre, la admiraban desde lejos y se sentían intimidados por su perfección. Pero lo que nadie sabía era la verdad detrás de esa fachada: Komi sufría de una ansiedad social tan extrema que no podía pronunciar una sola palabra. Sus intentos de comunicarse eran una serie de gestos nerviosos y un pánico que solo su único amigo, Tadano, podía descifrar.
Tadano, por su parte, era la definición misma de la persona promedio. No era excepcionalmente inteligente, no era atlético, y su presencia era tan discreta que era casi invisible. Pero lo que lo hacía único era su habilidad extraordinaria para leer la atmósfera y las intenciones de los demás, especialmente las de Komi.
En sus primeros días en Shuchiin, ambos encontraron refugio en sus hobbies. Para Komi, ese refugio era la biblioteca, donde el silencio y la soledad le permitían sumergirse en su mundo. Su gran pasión, que había descubierto en su antigua escuela, era el manga. Le fascinaba la narrativa visual, la forma en que los personajes podían expresar sus emociones sin palabras. En los estantes de Shuchiin, encontró un manga nuevo y popular que la dejó cautivada: "Ijiranaide, Senpai!", una historia sobre un senpai tranquilo y una kouhai extrovertida. La ironía de la historia, el hecho de que un senpai tuviera que lidiar con la comunicación, era algo que resonaba profundamente en ella.
Tadano, por su parte, encontró su consuelo en el Club de Tecnología. Aunque no era un genio de la programación, su mente promedia lo hacía un experto en la mecánica de los videojuegos. A diferencia de Sunraku, que amaba el caos de los juegos "basura", a Tadano le gustaban los juegos que eran fáciles de entender, que tenían una lógica clara y una narrativa simple. Mientras exploraba el club, se topó con un par de estudiantes discutiendo un nuevo proyecto: un juego de mundo abierto llamado "El Basura-Juego Perfecto", que, por alguna razón, estaba siendo supervisado por un chico con una tableta. A Tadano le pareció una idea ambiciosa y, al igual que Komi, sintió curiosidad por el genio detrás de la idea.
Mientras el caos de la Academia Shuchiin continuaba, las variables de Komi y Tadano se asentaron. Komi, con su admiración por el manga, y Tadano, con su fascinación por los videojuegos, se convirtieron en nuevos actores en el gran juego de Ren Ishigami, aunque él aún no lo supiera. Sus caminos, una vez separados, ahora estaban destinados a cruzarse.
Capítulo 26: El Algoritmo Creativo de la Basura
El Club de Tecnología, ahora un espacio de creación, se había convertido en un laboratorio de ideas. El primer prototipo del "Basura-Juego Perfecto" estaba en marcha, y la calma que una vez reinó en la habitación ahora era reemplazada por el entusiasmo desbordante de Sunraku, quien gesticulaba con pasión frente a la mirada estoica de Ren Ishigami. La colaboración estaba en su fase más crucial: el diseño del juego.
—¡Imagínate esto, Ishigami-senpai! —exclamó Sunraku, sus ojos brillando—. En lugar de tener un mapa que se carga sin problemas, hagamos que las texturas se carguen de manera gradual. Es un desafío para los jugadores, ¡una forma de obligarlos a explorar y ser pacientes! No es un error, es un rasgo de diseño que evoca la nostalgia y recompensa la exploración.
Ren analizó la idea. [Análisis de la idea: Carga de texturas gradual. Impacto en la experiencia de juego: Alto. Potencial de ser percibido como una característica, no como un error: Alto. Sugerencia: Implementar un prototipo de la idea.] La lógica de Ren le decía que era ineficiente, pero su Sistema le había dado el visto bueno. La visión de Sunraku, aunque caótica, era la variable que necesitaban.
—Y para el sistema de combate, en lugar de un medidor de vida y un menú de ataques claro, ¡hagamos que los monstruos tengan un medidor de ira oculto! El jugador tiene que leer el lenguaje corporal del monstruo para adivinar cuándo va a atacar. Sería un juego de lectura, no de estadísticas. Esto es lo que me gusta de los juegos basura, Ishigami-senpai. Tienen ideas locas y a menudo fallan, ¡pero si las pulimos, se vuelven geniales!
Ren asintió. La visión de Sunraku estaba llena de ideas que, si bien desafiaban la lógica de los juegos populares, encajaban perfectamente con el concepto de un "juego basura" que era, en realidad, una obra de arte.
Justo cuando Sunraku se recostó en su silla, el Sistema de Ren, que había estado observando la situación, zumbó con una nueva alerta.
[Análisis de la situación: Sujeto, Ren Ishigami. Nivel de Frustración: Nulo. Nivel de Comprensión: En desarrollo. Sugerencia: Deje de ver las ideas como errores. Son variables únicas. Nueva misión: Catalogar las ideas. ]
[Misión: "Catalogar las Ideas del Basura-Juego Perfecto". Objetivo: No corregir, sino analizar y clasificar cada concepto de juego. Recompensa: 50,000¥. Sugerencia: Crear un "Manual de Diseño" para los jugadores. ]
Ren se recostó en su silla, el teclado ya no estaba bajo sus dedos. La lógica del Sistema, tan a menudo alineada con la suya, le estaba diciendo que abrazara el caos. Tenía que aprender a ver las ideas de Sunraku no como problemas, sino como oportunidades. El "Basura-Juego Perfecto" ya no era un juego que necesitaba ser corregido. Era un juego que necesitaba ser entendido.
La aventura había comenzado de verdad, y esta vez, el mapa no era un simple mundo abierto. Era una red de ideas y conceptos, y Ren y Sunraku estaban listos para explorarla.