El día de Ren transcurrió como de costumbre. Las clases fueron un borrón de información, y la reunión del consejo estudiantil una sinfonía de tensiones no declaradas entre Kaguya y Miyuki. Mientras ellos jugaban a su eterno juego del gato y el ratón, Ren completaba su misión diaria de balancear las cuentas.
Pero el sistema, en su afán de caos, le presentó una nueva misión de reconocimiento.
[Misión: "Revivir el Club de Música". Objetivo: Crear un sistema de sonido para un evento de club. Recompensa: 80,000¥ y acceso a la red de contactos de música de la escuela.]
Ren frunció el ceño. Un club de música. Eso no estaba en sus planes. Pero la recompensa era considerable, y el sistema parecía insistir en que este era el camino a seguir.
Mientras caminaba por los pasillos, una voz nerviosa lo interrumpió.
—¡Disculpe! ¿Usted es del consejo estudiantil, verdad?
Se giró y vio a una chica de cabello rosa que apenas podía mirarlo a los ojos. Iba vestida con el uniforme escolar y llevaba una guitarra, lo que lo hizo reconocerla al instante. Era Hitori Gotō, alias "Bocchi", de Bocchi the Rock. Un cameo.
[Análisis: Hitori Gotō. Nivel de retorno de inversión: Alto. Potencial de conexión con la élite de música de Tokio. Sugerencia: Aceptar la interacción.]
—Sí, soy Ishigami Yū, el tesorero. ¿En qué puedo ayudarla? —respondió Ren, con la voz plana que su cuerpo ahora producía.
La chica tartamudeó por un momento, sus ojos esquivando su mirada. —Soy… soy la presidenta del Club de Música. Necesitamos ayuda para el sistema de sonido. Nadie… nadie más quiere hacerlo.
Ren sonrió por dentro. El sistema era tan directo como él. La misión se había presentado sola.
—Puedo ayudar. Pero mi tiempo es valioso —le dijo.
Bocchi se asustó un poco con su respuesta, pero luego asintió frenéticamente. —¡Claro! ¡Lo entiendo! ¡Cualquier cosa que necesite!
Ren asintió. Se dio cuenta de que esta situación, aunque caótica, le abría una puerta que no había considerado. El mundo del entretenimiento. La música, los conciertos, el streaming. Había un sinfín de oportunidades para ganar dinero, y el sistema lo estaba guiando directamente hacia ellas.
Capítulo 3: El Club de Música y un Plan Doble
La luz parpadeante del proyector en la oficina del consejo era la única fuente de iluminación. Kaguya Shinomiya y Miyuki Shirogane se habían ido, dejándolo solo con la misión de terminar el sistema de votación para el festival cultural. Las líneas de código danzaban en su pantalla, un rompecabezas que su cerebro "depurador" resolvía en tiempo récord. El sistema era un aliado invaluable, guiando sus manos y su mente a cada paso.
De pronto, un "pop-up" mental apareció en su campo de visión.
[Misión: "Soporte Técnico para el Club de Música". Progreso: 0%. Recompensa: 80,000¥ y visibilidad de contactos.]
El sistema no le daba un respiro. Ren guardó su trabajo, frustrado. Tenía un plan perfectamente trazado para hacerse rico, pero el sistema parecía tener sus propias ideas. Si quería las recompensas, tenía que seguir las reglas.
El Club de Música era un desastre. Cables enredados, parlantes polvorientos y un panel de sonido que parecía más un nido de arañas que un equipo de audio. En el centro de todo, estaba Hitori Gotō, que lo miró con la misma expresión de pánico de su encuentro anterior.
Ren se puso de cuclillas y examinó los cables. Su cerebro, con su "función de autocompletado", le mostró diagramas de conexiones y le sugirió las herramientas que necesitaría para reparar y optimizar el sistema.
—Está todo al revés —murmuró, su voz era monótona, pero su mirada se movía rápidamente.
Bocchi, nerviosa, retrocedió. —Sí… yo… lo siento. Yo solo sé tocar la guitarra, no sé de cables.
Ren asintió. No estaba allí para dar un discurso de motivación, sino para ganar dinero. En menos de una hora, y con la ayuda del sistema, había desenredado todo, soldado algunos cables rotos y optimizado el panel de sonido.
Cuando Ren probó los parlantes, el sonido limpio y nítido llenó la sala. Bocchi se quedó sin palabras. Sus ojos se abrieron y una genuina admiración brilló en ellos.
—¡Es… es perfecto! —tartamudeó, su voz temblaba.
[Misión de reconocimiento completada: 100%. Recompensa: 80,000¥ y visibilidad de contactos.]
La misión estaba hecha. Ren, sin esperar más, se levantó para irse. Pero Bocchi lo detuvo.
—¿Cómo lo hiciste tan rápido? ¿Qué… qué te debo? —preguntó.
Ren se dio cuenta de que el sistema le estaba dando la oportunidad de ganar dinero extra.
—Me debes un favor —dijo, la primera vez que se desviaba del guion original de Ishigami. —Cuando tu banda sea famosa, quiero tener los derechos de streaming de tus conciertos.
Bocchi se quedó sin palabras. No entendía lo que acababa de pasar, pero asintió. El sistema sonrió por dentro, Ren ya no solo trabajaba por dinero; estaba construyendo un imperio.
La segunda mitad del capítulo, centrada en el sistema de votación, continuaría con la idea del conflicto interno de Ren, donde su mente lo empuja a trabajar en un proyecto a largo plazo mientras sigue construyendo su red de contactos Ren se alejó del Club de Música. Detrás de él, Hitori Gotō, alias Bocchi, se inclinaba en una reverencia que parecía una contorsión. El Sistema había funcionado de maravilla, no solo diagnosticando los problemas del equipo de sonido en minutos, sino también sugiriendo la mejor configuración para el pequeño espacio del club. [Misión "Revivir el Club de Música" completada. Recopilación de datos financieros en curso. Recompensa: 80,000¥ transferidos.] Un pitido mecánico y la confirmación de la transferencia de dinero. La primera victoria, tan dulce como la tranquilidad financiera.
De vuelta en el edificio del consejo estudiantil, el aire era un remolino de energía. Shirogane discutía con Kaguya sobre el presupuesto de los clubes, mientras Chika hacía malabares con papeletas de votación para una "elección" de la mascota de la escuela. Ren se sentó en su escritorio, se puso los audífonos y se concentró. En la pantalla, un pop-up flotó.
[Misión de Productividad: Crear un sistema de votación digital para el Festival Cultural. Progreso: 0%.]
Los números fluían en una cascada de colores, el sistema de Ren depurando el código con una velocidad inhumana. El proyecto era simple, una tarea de rutina para su mente. Las interfaces se creaban solas, los algoritmos de seguridad se entrelazaban como hilos de oro. Unos pocos clics y el trabajo estaba hecho. [Misión "Crear sistema de votación digital" completada. Recopilación de datos de la élite estudiantil. Recompensa: 50,000¥ y visibilidad de protocolo.]
Ren ignoró la recompensa. Su mente ya estaba en el próximo paso, una idea mucho más grande. El Festival Cultural. Tenía dos meses. El sistema le había dado una misión, pero ahora le presentaba otra, mucho más ambiciosa.
El Sistema se activó una vez más, con una orden clara. [Alerta: Misión de alta complejidad. "Crear una experiencia de juego para la exhibición del Club de Tecnología". Objetivo: Generar un alto nivel de participación y reconocimiento dentro del club. Recompensa: 500,000¥ y reputación de genio tecnológico. Requerimiento: Aprobación del Club de Tecnología. Procedimiento de acceso iniciado.]
La idea se formó en su mente no como un juego, sino como código. Las mecánicas, el diseño, la lógica del juego. Todo era una ecuación, una serie de algoritmos que podía optimizar. La versión del festival sería una versión simplificada, un "demo", pero suficiente para captar la atención de todos. El juego sería Minecraft.
Con la idea clara, Ren abrió una nueva ventana de código en su computadora. No había tiempo que perder. El ruido del consejo estudiantil se desvaneció, reemplazado por el ritmo frenético de su teclado, mientras las líneas de código comenzaban a dar vida a su nuevo mundo. Sabía que el Club de Tecnología era el lugar perfecto para un proyecto de este tipo. Si lograba convencerlos, obtendría el poder y los recursos que necesitaba para triunfar, todo sin el riesgo de la fama total.