La oficina del consejo estudiantil, por una vez, no estaba inmersa en una batalla psicológica. En su lugar, el aire era espeso con una curiosidad inusual. Tres semanas habían pasado desde que Yū Ishigami, el tesorero recluso, había empezado a desaparecer del consejo casi inmediatamente después de completar sus tareas.
—Ishigami-kun no ha respondido a mis mensajes —dijo Chika, con un puchero. En sus manos tenía su teléfono, con un mensaje sin leer que había enviado hace días.
Kaguya Shinomiya, sentada en su silla con la espalda recta, tenía una expresión pensativa. No podía sacarse de la mente la idea de que Ishigami, el chico que se escondía en la oscuridad y susurraba por su micrófono durante los eventos escolares, estaba a cargo de un proyecto ambicioso en el Club de Tecnología.
—El Club de Tecnología tiene un proyecto para el festival —dijo Kaguya, con la voz baja y analítica—. Y los rumores dicen que está relacionado con un juego.
Miyuki Shirogane se frotó la barbilla. —He oído lo mismo. Pero no entiendo. Ishigami es un genio con los números, pero ¿un juego? ¿Por qué?
La mente de Kaguya comenzó a conectar los puntos. —No lo entiendes, Presidente. Es por eso que Ishigami lo está haciendo. Es una variable inesperada. Un elemento que no podemos predecir.
—¡Espera, espera! —interrumpió Chika, gesticulando salvajemente—. ¿Por qué se preocupan tanto? Es solo un juego. ¿No?
—No, Fujiwara-san —respondió Miyuki, sus ojos ya estaban en modo de detective—. Piénsalo. Ishigami es el tesorero. Y aunque no lo admita, es el único que podría haber creado el sistema de votación digital que el consejo necesita. Pero en lugar de quedarse aquí para trabajar en ello, se fue al Club de Tecnología.
Kaguya asintió. —Él es el tipo de persona que prefiere la seguridad y la tranquilidad. Un proyecto público, en un club, es lo último que Ishigami haría. Hay algo más. Algo que lo está motivando.
Decididos a descubrir la verdad, Miyuki sugirió un plan simple: irían al Club de Tecnología con la excusa de discutir la logística de la votación digital para el festival. Kaguya, por supuesto, estuvo de acuerdo, aunque su verdadero objetivo era evaluar el proyecto y entender la nueva ambición de Ishigami.
Cuando llegaron al Club de Tecnología, el lugar era un hervidero de actividad. Estudiantes con auriculares y concentrados en sus pantallas, uniendo códigos y probando modelos 3D. En el centro de todo, estaba Ishigami, con su aura usual de desinterés, pero con una intensidad en los ojos que era imposible de ignorar.
Haruto Kirigaya, el presidente del club, los recibió.
—¿Consejo estudiantil? ¿A qué debemos su visita? —preguntó Haruto, con un tono de voz respetuoso, pero con la mirada de un programador que no le gusta ser interrumpido.
—Vinimos a hablar sobre la integración de la votación digital para el festival —dijo Miyuki, su voz era la de un presidente.
—Ishigami-kun está a cargo de eso —respondió Haruto, señalando a Ren. —Ha avanzado mucho.
Ren, al escuchar su nombre, levantó la vista y los miró con su habitual expresión de desinterés.
—El sistema está completo. Se puede implementar cuando lo necesiten —dijo Ren.
La respuesta de Ren sorprendió a los tres. Había completado el proyecto sin una sola palabra, sin ningún tipo de reconocimiento, como si fuera una tarea trivial.
—Pero... ¿cómo? ¿Cuándo? —preguntó Chika, sus ojos parpadeando en confusión.
Ren volvió a su pantalla, como si la conversación no le interesara. En ese momento, Kaguya, Miyuki y Chika se dieron cuenta de que lo que fuera que Ishigami estaba haciendo en ese club, era mucho más importante para él que cualquier cosa que el consejo pudiera ofrecerle.
Tres semanas después
El tiempo había volado como un código bien optimizado. Los cubos simples y el mundo plano se habían transformado. El equipo del Club de Tecnología, ahora completamente a bordo con el proyecto, trabajaba sin descanso, liderados por un Ren que no dormía. La atmósfera era una mezcla de café, pizza y la adrenalina de los plazos.
Los modelos 3D ahora eran más detallados. Había un nuevo tipo de cubo, de un tono marrón más oscuro, que al ser destruido dejaba un nuevo material: la madera. El sistema de creación era rudimentario pero funcional. Al combinar ciertos bloques, se podían crear nuevas herramientas, como un pico básico. El mundo ya no era un lienzo plano, sino que tenía colinas y valles simples, generados por un algoritmo de ruido.
[Análisis de la versión del proyecto: V1.16. Objetivo: Implementación de nuevos biomas, generación de cuevas y sistema de comercio. Progreso: 45%.]
Una tarde, mientras los miembros del club trabajaban, Haruto se sentó junto a Ren. Sus ojos, antes llenos de recelo, ahora brillaban con una admiración silenciosa.
—Ishigami —dijo Haruto, con un tono de voz que era más una súplica que una pregunta—. Este algoritmo de generación de mundo... ¿cómo lo hiciste? Es perfecto.
[Análisis de la situación: Haruto Kirigaya, Nivel de Confianza: Alto. Nivel de cooperación: Alto. Oportunidad: Fomentar el desarrollo a largo plazo. Sugerencia: Proporcionar una explicación simplificada.]
—Es un algoritmo de ruido Perlin modificado —respondió Ren, sin despegar la vista de la pantalla. —Simula las ondulaciones de un terreno natural con solo unas pocas líneas de código.
Haruto se rio, negando con la cabeza. —No es solo eso. El código que estás escribiendo... es como una obra de arte. Nunca he visto a alguien programar con tanta velocidad y precisión.
La única respuesta de Ren fue una pequeña inclinación de cabeza. [Misión "Crear una experiencia de juego..." Progreso: 45%.]
Con el festival a solo un mes de distancia, el equipo sabía que aún quedaba mucho por hacer. Pero mientras veían el sol ponerse y el mundo pixelado en la pantalla de Ren, todos tenían la misma sensación: no solo estaban creando un juego, estaban creando algo mucho más grande que ellos mismos.
Capítulo 7: El Algoritmo de la Realidad
El tiempo había dejado de ser un concepto lineal para Ren; ahora era una variable más en su algoritmo, una que podía optimizar. Las semanas que faltaban para el Festival Cultural se consumían en un ciclo implacable: código, pruebas, bugs, depuración, y una cantidad alarmante de bebidas energéticas. El laboratorio de computación del Club de Tecnología era su universo, y él era su demiurgo. La versión Minecraft 1.16 estaba en pleno desarrollo, y la ambición del proyecto crecía con cada línea de código.
El equipo de Haruto Kirigaya, al principio un grupo de entusiastas, ahora se había transformado en una máquina de producción eficiente. La genialidad de Ren no solo se manifestaba en su código, sino también en su capacidad para motivar y dirigir. Les daba tareas precisas, con objetivos claros y, lo que era más importante, les mostraba el progreso. Cada vez que solucionaba un problema crítico, los miembros del club no veían solo a un genio, veían a alguien que hacía posible lo imposible.
Una noche, mientras la luna brillaba a través de la ventana del laboratorio, un equipo de estudiantes se estancó. Estaban trabajando en la implementación de la generación de cuevas, un concepto complejo que requería que el algoritmo de generación de mundo creara vacíos subterráneos sin comprometer la integridad de la superficie. El bug era simple pero frustrante: en lugar de cuevas, el mundo generaba "grietas" irregulares que se rompían a la superficie.
—No sé qué estamos haciendo mal, Ishigami —dijo una de las chicas, con los ojos llenos de desesperación—. El código de la generación aleatoria de túneles está bien, pero no se integra con el código de la generación del terreno. Se ven como cicatrices.
Ren se acercó a la pantalla. [Alerta: Falla de integración de módulos. Causa: Conflicto de valores de umbral de ruido en la generación de terreno. Solución sugerida: Sincronizar las semillas de generación de ambos algoritmos con una función de dispersión optimizada. Tiempo estimado: 4 minutos.]
Sin decir una palabra, Ren se sentó frente a la computadora. Sus dedos volaron sobre el teclado, como si estuviera tocando una sinfonía. Líneas de código que harían que un programador veterano se pusiera pálido aparecían en la pantalla. Ren no solo estaba arreglando el error; estaba reescribiendo la arquitectura del sistema.
En cuestión de minutos, se levantó. —Prueben ahora.
La chica reinició el programa. En la pantalla, el mundo se generó de nuevo, con colinas y valles perfectos, y esta vez, el equipo se quedó sin aliento. Vieron un agujero en la ladera de una colina. Con el avatar virtual, entraron. El interior de la cueva era vasto y complejo, con túneles que se bifurcaban en todas las direcciones. Era un sistema de cuevas orgánico y funcional. El "bug" de las cicatrices había desaparecido.
—¿Cómo...? —susurró la chica, con la mandíbula caída.
Haruto se acercó, sus ojos fijos en la pantalla. Sabía que un algoritmo de ese tipo era casi imposible de escribir en tan poco tiempo, a menos que el programador fuera un verdadero prodigio. En ese momento, se dio cuenta de que no estaban trabajando en un proyecto, estaban presenciando un evento.
[Misión "Crear una experiencia de juego..." Progreso: 75%. El Sistema ha detectado una nueva variable de riesgo: "Expectativas elevadas". Sugerencia: Fomentar el trabajo en equipo y la colaboración para mitigar el riesgo de agotamiento.]
Ren solo asintió, su mente ya en el siguiente desafío. El Sistema no solo estaba ayudándolo a programar, sino que también estaba analizando la dinámica del equipo, asegurando que todos se mantuvieran productivos.
Mientras tanto, en la oficina del consejo estudiantil, la curiosidad se había convertido en una obsesión. Los rumores sobre el proyecto del Club de Tecnología eran cada vez más extravagantes, y la mente de Kaguya Shinomiya no podía procesar la posibilidad de que Ishigami estuviera involucrado. Un día, con la excusa de necesitar ayuda con un informe financiero, Kaguya y Miyuki se acercaron a Ren.
—Ishigami-kun —dijo Miyuki, con un tono casual—. ¿Podrías ayudarnos con este informe? Parece que los números no cuadran.
Ren, sentado en su escritorio, tomó el documento. [Análisis de la situación: Miyuki Shirogane y Kaguya Shinomiya. Nivel de Intención: Oculto. Objetivo: Espionaje. Sugerencia: Abordar la tarea con la máxima eficiencia para volver a la labor principal.]
Con la velocidad de una máquina, sus ojos recorrieron el informe. En menos de un minuto, tomó un bolígrafo y corrigió un error en una columna.
—Hay un error en la suma de las donaciones de los clubes —dijo Ren, sin siquiera mirarlos—. Debería ser 1,254,000¥, no 1,245,000¥. El error se encuentra en la fila 31.
Kaguya y Miyuki se quedaron sin palabras. Había detectado un error que ellos, con todas sus habilidades, no habían podido encontrar. Ren les devolvió el informe y volvió a su pantalla, donde una ventana de código compleja estaba abierta.
—Ishigami-kun —dijo Kaguya, con la voz más suave de lo normal—. Hemos oído que el proyecto del Club de Tecnología está yendo muy bien.
—Está en curso —respondió Ren, sin despegar la mirada de su pantalla.
—Me gustaría... verlo —dijo Kaguya.
La voz del Sistema resonó en la mente de Ren. [Alerta: El sujeto Kaguya Shinomiya está mostrando un interés inesperado en el proyecto. Riesgo: Interferencia. Sugerencia: Rechazar la solicitud. Prioridad: Desarrollo del proyecto. ]
—Estoy ocupado —dijo Ren, su voz era un muro de hielo.
Kaguya parpadeó, sorprendida por el rechazo tan directo. Estaba acostumbrada a que la gente se doblegara a sus deseos. Miyuki, sin embargo, se rio por lo bajo. El "nuevo" Ishigami no se dejaría intimidar por nadie. Se fueron, dejando a Ren para que continuara con su trabajo, pero la semilla de la curiosidad había sido plantada.