-Es solo un sueño, cálmate, es un sueño, si, solo un sueño, vamos, mantén la calma, es mi sueño, puedo cambiar esta situación, puedo manejar este sueño.
Mis pensamientos se inclinaron peligrosamente a una acción radical, encaminada por sentimientos que convergieron en mi pecho, pero me obligué a mantener la calma, no podía explotar solo por esto.
Aún así, la vista anterior no se parecía en nada a esta.
No puedo creer el marcado contraste entre la nobleza y los ciudadanos comunes, aunque aquí están las pruebas, innegables, no creí que pudiera ser tan malo.
No me considero alguien cruel, ¿yo de todas las personas soñé esto? No quiero creerlo.
Las calles seguían tan limpias como lo habían sido, las carreteras transitables y pulidas, las edificaciones aun mantenían una fachada bien mantenida y mucha gente salía de sus casas hacía algún lado, muchas tiendas también se abrieron mientras algunas cerraron.
Casi parecía que, si no fuera por la mala calidad de la ropa y la mala higiene que se veía en la gente, todo sería normal, pero no, no lo era. Habian personas viviendo en los callejones, sus ojos indiferentes hace mucho tiempo a sus alrededores, algunas de estas personas luchaban contra los guardias, en vano, para evitar que las pocas pertenencias que les quedaban fueran tiradas a la basura, desesperadas en sus embates que no causaron ningún daño.
Un guardia debía ser una fuerza de tres estrellas para ocupar su cargo, fuerza que se consolidaba bajo un estricto entrenamiento que los llevó al borde de las cuatro estrellas, incluso golpearlos de frente con un garrote podría no tener efecto, en todo caso, se rompería, eso sin hablar de sus armaduras, hechas con los mejores materiales, a pesar de que eran las de menor rango, eran resistentes.
A pesar de ello, los vagabundos no se detuvieron en sus acciones, incluso cuando sus manos se rompieron y la sangre los cubrió, intentaron quedarse con lo poco que les quedaba.
Una mirada más alrededor reveló niños mendigando comida, adultos harapientos acechando a aquellos con mejores ropas, peleas por migajas de pan, robos a plena vista sin intervención de los guardias y escenas que esperarías ver en una tribu de bárbaros, todo era salvajismo, en este lugar solo los fuertes y más adinerados reinaban, puedo decirlo con una mirada.
Incluso podía ver la estructura base de lo que podría ser un burdel si se desarrollaba, un hombre con ropas desgastadas, aunque mejores que el resto, iba al frente en una pequeña plaza ofreciendo a las mujeres durante cierto tiempo por un cierto precio, mirando más de cerca, también habían hombres allí con algunos guardias entablando conversación.
Sentí un extraño escalofrío recorrer mi cuerpo, está sensación, nunca antes la había sentido antes, se sentía extraña, ajena a lo que soy, aunque con un fuerte sentido de pertenencia.
La sensación se convirtió en un pensamiento, no mucho después, llegué a una conclusión, esto es algo que en mi vida nunca sentí con tanta fuerza.
Propósito.
"Ónix, envía un mensaje a Romeo para que envié a algunos buenos guardias en secreto y sígueme en cuanto termines".
No hubo retraso, Ónix pidió a Sylvie que lo acompañará hacia un lugar apartado.
Yo, en cambio, ya estaba detrás de dos guardias que hacían uso de sus capacidades superiores y atormentaban a dos niños.
Uno de ellos era bajo, cabello negro, mientras que la otra era más alta, cabello negro con puntas rojas, ambos niños lucharon bajo el agarre de hierro de los guardias sobre sus muñecas, cada vez más desesperados mientras la presión amenazaba con romperles los huesos.
La niña pateaba las manos del otro guardia a pesar de que las suyas parecían más cercanas a la ruptura, negándose a gritar, continuo pateando, escuchando el llanto del más pequeño que solo sirvió como combustible a su desesperación e ira, haciéndola luchar más duró.
Los guardias, sin embargo, simplemente se rieron de sus intentos.
Entonces, sus ojos se fijaron en mi tan pronto estuve a la vista.
Antes de que los hombres armados pudieran reaccionar adecuadamente los tome del casco, estrellando sus cabezas entre si, lo que generó un sonido como el de dos martillos chocando que resonó por todo el lugar.
Los dos hombres se desplomaron sin ofrecer resistencia, desmayandose en el acto.
Para ser tan fuertes, resultó ser una decepción que cayeran con tan poco, aunque si uno lo veía de forma lógica, era lo más probable a suceder si se enfrentaban a su creador.
Los niños observaron la escena con miedo, a mi en particular, la niña no me quito los ojos de encima mientras mantenía al más pequeño que seguía llorando detrás de ella.
"Levántense".
No tenía mucho tiempo para hablar con ellos, incluso si lo hiciera, no creería mis palabras de ánimo.
"¡Oye, las manos arriba e identifícate, ahora!"
Dando media vuelta, me tope con otros tres guardias acercándose, habían cuatro a la derecha y tres a la izquierda llegando desde más lejos, el ruido seguro los atrajo.
-Ja, esto será fácil.
Me lance sobre uno de ellos de inmediato, lo que los hizo levantar las manos y trazar arcos en el aire a medida que sus espadas se materializaban lentamente.
Más lento de lo que pensé que sería.
Llegué hasta el guardia que iba a la cabeza del primer grupo, pateando su diafragma protegido por metal, enviándolo volando contra su compañero, lo que abrió una brecha en su formación incompleta, lista para ser usada. Me sumergi en la batalla, pateando al otro en la espinilla y clavando mi puño sobre su casco metálico, levantandolo unos centímetros en el aire y, con un rápido giro de cadera, cargué mi otro puño para recibirlo con un golpe devastador en toda su estructura facial metálica.
El hombre cayó al suelo, las ranuras de sus ojos liberando sangre mientras tosia, gimiendo de dolor en el suelo.
"¡Maldito!"
El guardia a la cabeza llegó por detrás manejando su espada con un corté horizontal que apuntaba a decapitarme, algo que no me preocupaba.
Incline mi cabeza mientras giraba todo mi cuerpo, el movimiento fue fluido, incluso pude ver mi reflejo en la espada cuando paso cerca de mi nariz.
Completando el movimiento, levanté mi pierna derecha en un ángulo curvo, golpeando la cien del guardia que no pudo hacer nada más que ver el golpe llegar y tirarlo al suelo con fuerza.
El último de los tres vino desde detrás del guardia ahora caído, utilizando el cuerpo de su compañero como tapadera mientras avanzaban con una estocada a mi cabeza.
Eso no serviría, puedo verlo, es como un niño corriendo hacia un adulto con un palo.
Me agache por debajo de la estocada con una inclinación de 90° mientras cargaba todo mi peso sobre los dedos de los pies, cuando el brazo del guardia se extendió por completo, me dispare hacia el con un puño cargado, golpeando su pecho con la fuerza de un toro y haciéndolo rodar por la calle.
Sentí mis manos hormiguear, mi respiración agitada, el corazón latiendo como nunca, una sonrisa extendiéndose por mi cara, esto es emocionante, puedo hacer cosas que no creo posibles.
-¿Mm? Espera, ¿por qué puedo sentir mi corazón? No, más importante, ¿cómo es posible sentirme agitado en un sueño?
Ahora tenía muchas preguntas, todo esto era demasiado extraño, podía sentir cosas, sabores, emociones, agitación, había historia, personalidades coloridas y mucho transfondo, casi se sentía...real.
Es un sueño demasiado bien hecho, demasiado bien estructurado, así que, ¿esto es un sueño?
"¡Mantengan la formación!"
Un grito me saco de mis pensamientos, cuando miré alrededor, resulta que ya estaba rodeado desde todos lados, excepto por tres guardias que permanecieron gimiendo en el suelo, todos los demás estaban apuntando sus armas contra mi.
Personalmente no me disgusta la idea de atravesar algo con un objeto afilado, siempre que no sea yo.
-Voy a aprovechar para medir que tan fuertes son los caballeros de tres estrellas, veamos que pueden hacer contra una promesa de las artes marciales mixtas.
Sin esperar a que me empalaran por todos lados, salte lo más alto que pude mientras ejecutaba una voltereta, el plan era ponerme detrás de ellos y atacar desde allí.
El plan falló, el caballero objetivo mantuvo sus ojos en mi todo el tiempo, lanzando un tajo descendente que apuntaba a partirme desde la entrepierna hasta la cabeza.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo ante el pensamiento.
Forcé mis articulaciones todo lo que pude y doblé mi cuerpo hacia atrás más de lo que creí que podría, girando ligeramente y evadiendo el corte por un pelo.
Aprovechando toda la tensión a la que fue sometido mi cuerpo, lancé una patada doble a su cabeza blindada, aterrizando sobre el.
La elasticidad humana no era una broma.
Dos intentaron cortarme las piernas actuando en conjunto, no iba a servirles de nada.
Extendí ambas piernas y apoyé mis manos sobre la cabeza del guardia en la que había aterrizado, mis piernas golpearon la empuñadura de ambos hombres, desestabilizando sus cortes, que aterrizaron sobre su compañero.
Ambos caballeros se paralizaron al sentir que sus espadas golpeaban a uno de los suyos.
Aterricé en el suelo, ambos puños cruzados sobre mi pecho en X, los guardias salieron de su estupor, no lo suficientemente rápido.
Ambos cayeron al suelo, víctimas de un golpe arrollador en sus cabezas, les siguió el que aún había permanecido en pie.
-Algo no está bien, esto no está bien.
Hasta ahora, lo único que hice fue evadir y golpearlos muy fuerte, de frente, no intenté engañarlos en combate, sin embargo, estos guardias parecían más ineptos de lo que deberían, sus cortes carecían de intención, sus empujes no tenían fuerza detrás, las estrategias y coordinación resultaron precarias o nulas, incluso sus estilos de combate estaban llenos de huecos, no había segundas intenciones en sus ataques.
Eran como niños grandes con las capacidades de un adulto, armados pero sin la habilidad para luchar: las únicas dos formas de ser herido por ellos era si te rodeaban o te quedabas quieto frente a uno.
Al ver la falta de movilidad de mi parte, dos vinieron desde el frente, otros dos a los costados de ellos me flanquearon.
Mas no me moví.
-3
Dos cortes laterales llegaron desde los costados, impidiendo mi escape.
-2
Un tajo diagonal desde arriba y otro vertical ascendente se trazaron.
-1
La primera espada vino hacia mi costado derecho, hacia el hígado, la segunda fue hacia el muslo izquierdo, la tercera iba al cuello y planeaba llevarse una parte del pecho también, mientras que la cuarta planeaba dividirme desde la cintura.
-0
Las espadas cortaron a través, derramando sangre al ritmo de los gritos que reverberaron en el lugar uno tras otro hasta convertirse en una canción compuesta de gritos y lamentos lastimeros.
Era doloroso, muy doloroso.
Seguro que ser cortado dolía mucho.
Aunque yo no lo sabría; nunca sufrí cortes más grandes que un rasguño.
Ante mis ojos estaban los cuatro guardias que me apuntaron, heridos, ya fuera por un corte profundo que atravesó la armadura, la perdida de una extremidad o perder parte del pellejo.
Al parecer las hojas no eran de bajo nivel como la armadura.
"Lamentable".
Las palabras que dije reflejaron lo que sentía sobre este desarrollo, aparte de corruptos, eran débiles, sin formación real, llenos de aberturas, sin un verdadero trabajo en equipo y más que ineptos al tratar con un enemigo ágil.
¿Era esta la potencia por la que aún se mantenía Obliterante en pie de guerra contra Terra?
Todo lo que hice fue esquivar, patear a uno de ellos para hacerlos cometer errores y salir del camino, y así fue como terminaron en ese estado tan lamentable.
Su trabajo en equipo fue tan malo que el error de uno los hizo fallar a todos.
Ni siquiera fue intencional.
Las pisadas y el chirrido del metal delataron los refuerzos, habían más soldados llegando desde diferentes direcciones, atraídos por el ruido y los gritos, no eran aliados si sus espadas eran alguna indicación, no es que me importara, la emoción que sentí se apagó tan pronto como entendí que estos no eran los caballeros que esperaba.
Uno de ellos se acercó más rápido que el resto, sacando su espada y balanceandola hacia mi cuello, chispas destellaron sobre el cuerpo del arma que avanzaba sin obstáculos.
Era rápido, más de lo que lo habían sido los demás, pero igual de carente que ellos, si quisiera esquivar aun resultaría herido por el.
El chirrido del acero contra el acero estalló cerca de mi cuello, donde una espada interceptó la espada entrante con una estocada, ambas espadas chocaron entre si con sus puntas.
"Justo a tiempo, estaba empezando a aburrirme".
Me di la vuelta mientras caminaba en la dirección opuesta, Sylvie no estaría muy lejos con el poco tiempo que paso y encontrarla no sería complicado.
Ónix permaneció calmado, sin inmutarse para nada ante la fuerza aplastante de la espada que estaba deteniendo con la suya propia, como si el guardia frente a el no fuera más que una mota de polvo en su camino.
"Lady Sylvie está junto a una buena amiga mía, recto, a la derecha en la primera intercepción, izquierda en la segunda intercepción, tercera casa a la derecha. Lo alcanzaré en breve".
"No tardes demasiado y dejalos vivir para extraerles información, solo espera por Romeo y dile que empiece la primera fase en cuanto todos estos estén asegurados".
Desde que Ónix proporcionó la información que necesitaba encontrar a Sylvie se hizo fácil.
Tenerlo cerca resulta agradable.
"¡Que no se escape, bloqueen su camino mientras Lat y Met me ayudan con este niño!"
Detuve mi paso al escuchar lo que dijo.
-¿Escapar? ¿Quien está escapando?
Furia, una furia tremenda que no sentía desde hacia un buen tiempo, un frío que rodeaba mi corazón con fuerza, me di la vuelta, observando atentamente al soldado y reprimiendo mis emociones.
"El es mío".
Hubo un asentimiento.
Ónix, con calma, empujó hacia adelante en una demostración de fuerza pura, lo que hizo que su oponente saliera disparado hacia atrás mientras intentaba, sin resultado, frenar usando sus piernas.
Inmediatamente después la espada de Ónix destelló en blanco, seguido de un balanceo suave.
Al principio no sucedió nada, hasta que una espesa niebla fantasmal emergió desde el lugar por donde paso la espada en forma de una media luna que se expandió como un reguero de pólvora hacia adelante, cubriendo un área bastante amplia.
Todos entraron en pánico al ver el despliegue de tal habilidad.
"¡Maldita sea, esta usando Firmamento!"
"¡Capitán, este es un 4 Estrellas como mínimo!"
"¡El capitán fue arrojado lejos, estamos solos!"
"¡Calma! Preparen sus espadas y ejecuten la Séptima Formación Defensiva: Tortuga".
Todos ellos levantaron sus espadas, motivados por quién tomo el liderazgo en medio del caos, dos se arrodillaron colocando sus espadas al frente y las manos en el pomo, los demás apuntaron al cielo.
La niebla llegó hasta ellos, envolviendolos por completo.
Un segundo después se despejó una gran parte de ella cuando un escudo surgió desde la posición de los soldados, rotando a una velocidad considerable que impedía el paso de la niebla fantasmal y la desviaba hacia arriba.
Los soldados se mostraron más seguros ante su logro, lo que solo duró hasta que la niebla se volvió más espesa.
El escudo giratorio hecho por alguna clase de energía se hizo nada cuando la niebla se aferró a el, la grietas aparerecieron y el escudo se destrozó golpeándo a los soldados, todos ellos fueron tragados por la niebla fantasmagórica que desapareció directamente una vez que cumplió su cometido.
Los soldados cayeron uno tras otro al suelo, incapaces de hacer nada más que perder la consciencia, excepto por uno.
El capitan a cargo se levantó con las manos temblorosas mientras se hacía consciente de su precaria situación.