Mi grito cayó en oídos sordos, tampoco es como si fuera a detener mi carrera solo por eso.
Llegué a las escaleras, no me molesté en bajar normalmente, salté directamente hacia abajo todo el trayecto, aterrizando con fuerza al final de la misma, mi cuerpo, como un resorte, salió disparado hacia adelante y al siguiente piso.
Apenas ví un borrón morado atravesar el suelo antes de correr hacia las escaleras siguientes, es ahora donde agradezco haber recorrido el lugar a pie en el regreso o me habría perdido en el trayecto.
Salté nuevamente las escaleras sin contemplaciones, atravesando las puertas de una patada que mando a volar a un guardia que la custodiaba.
"¡Alto ahí!"
Incluso si quisiera, no me detendría, lo siento por ti.
No me detuve a mirarlo, girando hacia todos lados buscando a esa maldita criatura.
Mis ojos vagaron por todos lados tan rápido que empezaba a sentirme mareado, mi cuello no sufrió menos, fue hasta el punto de que pensé que se rompería.
Entonces vi a ese ente fantasmagórico atravesar una pared en su descenso, Sylvie aun dormía, tan pacíficamente.
Noté que su vuelo era recto al ver la dirección que tomaban, algo que hizo burbujear mi ira en cuanto me di cuenta de su plan; la maldita cosa estaba trazando una diagonal, si no lo detengo en este piso o en el siguiente saldrá del castillo.
Corrí tras el tan rápido como mis piernas me permitieron, fijando gran parte de mi concentración en el, me asegure de no perderlo de vista al tiempo que busqué en los alrededores.
Esa cosa era intangible, si podía atravesar objetos con Sylvie en el entonces también podía hacer que cualquier ser vivo u objeto con el que entrara en contacto pasara a través sin causarle daño.
¿Cómo dañar algo que no puede ser tocado?
Un escalofrío recorrió mi cuerpo, el frío apoderándose de mi me brindo un momento de claridad entre la desesperación, de repente todo mi entorno se volvio más nítido.
Se fue tan rápido como llegó.
La adrenalina bombeaba por todo mi cuerpo, el corazón acelerado, la claridad persistió a pesar de todo mientras el frío se desvanecía a medida que mi velocidad aumentaba.
Observé mis alrededores con creciente frustración, si mantengo esta velocidad puedo alcanzarlo antes de que pueda atravesar el piso una vez más, el también se dirige cerca de las escaleras, tengo que hacerlo bien.
Una cosa es segura, esa criatura del infierno está buscando herirme.
Mis ojos vagaron por el piso, esta era la zona de cocina de la familia real, en el horno abierto y todavía llameante había un tubo metálico que estaba al rojo vivo a excepción del mango, que tenía alguna clase de inserción para el horno.
Desvíe mi carrera en una parábola extendiéndo más las piernas y agarrando el tubo por el mango.
Una vez obtenido reajuste la dirección, las lágrimas empezaron a formarse en las esquinas de mis ojos por la velocidad a la que iba.
Sobrehumano.
Fue el único pensamiento coherente que pude formular.
No importaba el castigo al que estaba sometiendo a mi cuerpo, esto era más importante, preferiría morir antes que fallar a mi promesa, la promesa que hice hace tanto: proteger a quienes lo necesiten.
Frente a mi, a centímetros de mi, alguien necesita protección, me necesita.
El calor se extendió por mi cuerpo como una llama lenta, quemando el oxígeno a través de los músculos que fueron forzados a ir al máximo de la capacidad que podían soportar.
Extendí la mano, una sensación diferente me saludó, como el viento, aunque no lo era.
Solo para que esa sensación se perdiera cuando la criatura desapareció en el suelo.
"¡AAAAA!"
Un grito rasposo y seco salió desde lo más profundo de mi cuerpo.
Mi respiración se aceleró, mis ojos y labios temblando.
Rodé por el suelo ante la pérdida de equilibrio momentánea, recuperándome y avanzando, mi mente se quedó en blanco, solo había un objetivo.
"Sentir miedo es normal, lo que haces con ese miedo, sin embargo, es lo que define quien eres".
La imagen de ese hombre vino a mi mente distorsionada, así como sus palabras. Un sentimiento nostálgico que murió antes de florecer.
Mis piernas se sentían pesadas, un creciente dolor extendiéndose como fuego hasta el abdomen, mi respiración se volvía más irregular y el ardor en mi garganta seca quemaba.
Esa sensación fría quedó completamente olvidada en el dolor.
Salté a través de las puertas semi abiertas y me encontré cayendo mientras trazaba una linea de descenso que apenas me mantenía centímetros por encima de los escalones.
La única cosa que se podía ver eran los destellos de las antorchas que iluminaban la oscuridad, ambas intercalandose, la brisa casi inexistente y el sentimiento acogedor del descanso invadieron mi cuerpo tenso.
Entonces ví una pared bloqueando el caminó, tenía que girar si no quería terminar como un saco de carne rota y sangrante.
No había forma segura de hacerlo mientras estaba cayendo a gran velocidad y las paredes no estaban cerca, frenar era imposible; la inercia me destrozaría las piernas contra los escalones y luego mi cabeza sería destrozada con el primer impacto.
-Girar, choque, pared, mierda, ¡pierna!
Un lío de palabras incoherentes inundó mi cerebro ante el repentino peligro.
Un gruñido gutural escapó de mi garganta mientras la ira desmedida amenazaba con consumirme, otra vez, un destello de claridad fría llegó a mi, enfriando mi cuerpo y mente.
El frío cubrió mi cuerpo por completo, sin notarlo, empecé a brillar con una ligera luz blanca e insonora, más como fuego que como una luz real.
Con una precisión desesperada, bajé mi pierna derecha con fuerza y descargué toda la fuerza de mi caída en una patada brutal contra el borde de un escalón.
¡CRAC!
El sonido fue seco, violento. Un estallido de dolor agudo recorrió mi pierna como un relámpago, lo soporte tanto como pude, centrándome en el logro, funcionó, el impulso me lanzó en diagonal hacia la pared izquierda.
"¡Mierda!"
No podía perder de vista por que estaba haciendo esto solo por un hueso roto.
Mi corazón casi se sale de mi pecho al ver mi mano aflojar su agarre sobre el tubo metálico, el pánico hizo que el dolor pasara a segundo plano, apreté con fuerza el tubo metálico en mi mano, mi única arma.
Reacomode mi peso, pateando la pared en cuanto estuvo al alcance con mi otra pierna e impulsandome hacia la pared derecha.
Volví a patear la pared, fue inmenso e inmediato, apreté los dientes tratando de soportarlo, impulsandome y pateando una vez más, logrando pasar por la pared que bloqueaba el camino.
Mi espalda se estrelló en línea recta contra la pared, el desgarre fue inmediato y doloroso, la ropa apenas sobrevivió al impacto y al siguiente arrastre que experimentó mi cuerpo.
Mi conciencia flaqueó, el impacto me quito todo el aire, quería gritar de dolor y no salía nada, la sangre y la saliva saliendo desde mi boca abierta.
Me deslice por la pared como si estuviera pegado mientras la sangre se impregnaba en ella, la velocidad era aterradora, el dolor constante y terrible.
"¡Mmmm!"
Apreté los dientes, tratando de contener el poco aire que logré recuperar y ahogar el grito que surgió ante el dolor absoluto de sentir tu carne siendo desgarrada.
El sabor a hierro y el olor de la carne me dieron ganas de vomitar.
Empujé mi cuerpo, saltando de la pared a lo que pareció el vacío. Fue poco tiempo, pero el daño fue inmenso.
La imagen de Sylvie dentro de esa criatura vino a mi mente entre tanto sufrimiento, apreté ese tubo con tanta fuerza que mis nudillos se pusieron blancos al visualizar mi propósito.
Ahora solo quedaba el aterrizaje.
Me prepare mentalmente para el impacto, ajustando mi cuerpo en preparación para lo que seguía.
Solo entonces me di cuenta de mi cuerpo brillante, el simple hecho de notarlo fue como si mi cuerpo roto se fortaleciera.
Mis pies encontraron el suelo más rápido de lo que esperaba con un impacto sordo que resonó en mis vértebras. Pude sentir estás piernas fuertes convertidas en gelatina por el impacto, se doblaron y la inercia me hizo caer, me incline aún más y dejé que todo el impacto fuera a mi espalda superior, sentí como si mis huesos apenas se mantuvieran unidos por alguna fuerza desconocida, rondando sobre mi hombro en un movimiento brusco y salvaje que se sintió como arrancarme la piel, la piedra áspera me arañó los brazos mientras trataba de no quemarme con el tubo, el dolor desgarrador casi rompió mi voluntad al sentír los cortes pronunciados.
Antes de que la vuelta terminara ya me estaba levantando. Mis músculos protestaron a gritos, el impulso no se rompió cuando aterricé sobre mis piernas una vez más, los huesos crujieron, continúe corriendo, tratando de ignorarlo.
Solo para terminar en el suelo, rodando sin dirección mientras trataba de proteger mi cabeza y alejar el tubo del resto de mi cuerpo.
Los golpes fueron constantes y repetitivos, frenandome y terminando en el frío suelo de mármol con la espalda contra el suelo, piernas y brazos extendidos, ese brillo místico no se veía por ninguna parte de mi cuerpo maltratado pero de alguna manera vivo.
Cómo un animal lastimero tirado esperando su final.
-Syl...vie.
Esa niña tan gentil, hermosa y de corazón dorado.
Mis piernas, contra todo pronóstico, se movieron. Podías ver cómo las heridas, aunque lentamente, brillaron desde dentro hacia afuera empezando a cerrarse aun con sangre saliendo.
Me encontré levantándose, lentamente.
Mis piernas temblaron, mi primer paso fue cojo, casi derrumbandome una vez más.
Recogí los pocos trozos de conciencia que me quedaban, uniendolos en algo que me permitiera pensar en alguna cosa coherente.
Dí un paso, luego el otro, aún tratando de retener alguna razón lógica por la que debería simplemente detenerme, no encontré una.
Dos pasos se convirtieron en tres, tres pasos en cuatro, pronto, mi cuerpo comenzó a cojear, caminando más rápido, tratando de mantenerse estable, fue como si miles de agujas atravesarán cada centímetro cuadrado de mi cuerpo por cada paso, eso no hizo nada por frenar mi Voluntad de avanzar.
Esta vez no había puertas para detenerme, atravesé el arco de piedra rápido, cojeando en mi carrera mientras la sangre escapaba de las heridas brillantes que se cerraban segundo a segundo.
Más rápido, por cada segundo que pasaba, me volvía más rápido, más preciso, recuperando la movilidad.
Cada hueso reacomodandose.
No pasó un minuto antes de que pudiera recuperar una mente apenas estable para el pensamiento, orientandome y girando en una esquina cuando los ví bajar de los techos elevados y oscuros, llegando a un amplio pasillo.
Ellos estaban cerca, pero estaban más cerca de la pared que daba al exterior que yo de ellos.
Perdí demasiado tiempo.
Mis piernas me exigieron descanso mientras luchaba contra el impulso de ceder, dejarme caer, dormir allí mismo donde estaba.
Aumenté aun más mi velocidad en respuesta a ese pensamiento, destrozandome las piernas ya rotas, me arden los pulmones, puedo sentir el dolor sofocante de las heridas acumuladas en mi cuerpo, esa extraña energía apenas se las arreglaba para mantener unido un cuerpo roto y quebradizo a través de mi puta Voluntad.
Lo entendí, esta energía que me mantenía unido era una extensión de mi voluntad. No había tiempo para pensarlo.
-No lo dejaré ir con ella.
No pude salvar a alguien una vez, no volverá a ocurrir lo mismo que le pasó a mi hermano.
Nunca dejaría que un alma tan buena pagará el precio de algo que se me atribuía.
¿Cuando fui yo tan determinado? Nunca fui tan valiente, mucho menos atlético o capaz de soportar tanto dolor, se lo atribuyo a este cuerpo sobrehumano, al cuerpo que me está permitiendo alcanzarlos.
Un paso a la vez, los tuve a mi alcance.
Un instante, eso es todo lo que necesito.
Sentí todos mis músculos tensarse más de lo que ya estaban, enviando olas por todo mi cuerpo mientras la velocidad a la que iba aumentaba, todas las fibras de mi cuerpo aullaron con dolor, lo apuesto todo a una última explosión de velocidad.
Un pisotón más fuerte que otro, me disparé con fuerza y atravesé su cuerpo de humo acuoso brutalmente.
"¡Aaaaaaaaaaaaa!"
Una sonrisa genuina de oreja a oreja surcó mi rostro, viendo como sus ojos parpadeaban.
"Ya estás a salvo".
Mis ojos captaron los suyos cerrarse una vez más.
Me deslicé por el suelo mientras sujetaba su frágil e indefenso cuerpo contra el mío, acurrucando su cabeza contra mi cuello, coloque una mano sobre su espalda y otra en sus piernas.
Mi centro de gravedad fue bajo y estable mientras era arrastrado, los zapatos una vez adecuados hacia mucho que se habían roto, dejando mis pies descalzos luchando por aferrarse al suelo.
Mis ojos nunca abandonaron la forma de la criatura que se retorcía en agonía con dos grandes cortes que partieron su cuerpo, el tubo metálico rodando hacia algún lugar desconocido para mí.
Gritos de dolor genuino, tan macabros y espeluznantes como eran, llenaron todo el pasillo.
Me prepare para el impacto lo mejor que pude al notar que aún llevaba demasiada velocidad, si sobreviviría o no, eso es algo que no se con certeza.
"¡Puaj!"
Rebote contra la pared al chocar, la sangre saliendo de las nuevas heridas mientras las prendas ya rotas caian, me detuve solo unos metros después mientras mis piernas flaqueban, estaba a salvo junto a ella, derrumbandome en el suelo.
Ya no podía sentir esa energía, estaba solo con mis heridas otra vez.
La sangre escapaba de mis labios mientras quitaba la cabeza de Sylvie del camino con la poca fuerza que me quedaba.
Al menos ella estaba bien.
Yo, a cambio de eso, pague el costo de mis acciones.
No podía mover las piernas, mi cabeza se sentía fuera de este mundo, estaba desorientado y apenas consciente, aferrandome a la conciencia por pura voluntad.
Mis ojos aún fijos en la criatura, incluso cuando ya no podía vislumbrar correctamente su forma ya de por sí poco clara.
Una risa escapó de mis labios mientras pensaba cuan graciosa era la situación.
Seguí pensando en este lugar como solo un sueño lúcido, al principio lo crei, ignorando todo con el pretexto de que despertaría pronto, pero luego de pasar todo un día aquí, me cuestione, solo para ignorar esas dudas, hasta que ya no pude.
Este dolor es real, este mundo es real, mi vida está en peligro real, mientras que todo lo que puedo hacer es reír por como resultó todo.
Ya no podía ni siquiera reunir la fuerza para moverme, luchando por mantener la posición de mis brazos intacta.
"¡Disfrutaré cortar tu carne y devorar tu alma, lenta y brutalmente, no tendrás descanso eterno, así como nosotros no lo tuvimos!"
-Ah, maldición, pensé que al menos huiria.
Incluso con una vista tan borrosa, aún puedo ver su forma acercarse a mi, aún dividido en dos por el calor del corte.
Mis dientes castañetearon, tensando gran parte de las zonas que aun podía sentir, lo que solo envio lágrimas a mis ojos mientras reía por el dolor, intenté forzarme a levantarme, luchar de alguna forma, ser el héroe.
Lamentablemente, no tengo esa capacidad.
Todo lo que pude hacer fue acunar el cuerpo inconsciente de Sylvie más cerca, acariciando su espalda, mis dedos enredados en su cabello, tan suave como pensé que sería.
El aroma de las rosas era aún más pronunciado en ella estando así de cerca, realmente fui desconsiderado con ella.
Por un momento, mi mente logró unir un pensamiento.
Rendirse.
La imagen de la mujer que tenía en brazos se sobrepuso con la de un hombre muerto y lleno de sangre, paralizando mi cuerpo un segundo mientras mis pupilas se encogían.
Entonces otro pensamiento se conecto con un sentimiento feroz
¿Cómo podría dejar que muriera?
Lo sentí surgir desde dentro y explotar, brillando, el aura blanca quemando a través de la superficie de mi cuerpo como si me hubiera prendido fuego, mis huesos se reorganizaron y compactaron, las heridas empezaron a cerrarse con avidez y las zonas que antes no podía sentir ahora podía.
En este frío, como si una tormenta nevada me rodeará en medio del calor de tantas heridas, mi cuerpo reaccionó.
Supongo que esto es mi Voluntad.
Puedo moverme.
"Ugh".
Tres golpes, mi cabeza se estrelló tres veces contra la pared por si sola, cada impacto peor que el anterior.
Pude ver a la maldita cosa uniendo su cuerpo muy lentamente mientras avanzaban a mi posición.
Me golpeó sin hacer contacto, ¿telekinesis? Debí suponer que un fantasma lo usaría.
Mi conciencia oscilaba entre caer inconsciente o mantenerme despierto, no puedo ver, ya no puedo ver nada.