Hubo un segundo de confusión mientras los ojos se ajustaban al entorno cambiado.
Me moví, viendo el callejón en el que terminamos, no había basura, algo positivo, al menos.
Aunque nerviosa, Sylvie tomó mi brazo derecho, poniendo un frente seguro al dar un paso al frente.
"Primero daremos un paseo alrededor de la plaza, luego nos moveremos más lejos hacia las afueras, así que caminaremos un poco, ¿está bien con eso?"
"Claro, puede que haya despertado no hace mucho, pero no temo caminar".
No me importa demasiado caminar un poco, no es como si pudiera hacerlo mucho en mi realidad, y hacerlo acompañado resultaba mejor.
Con Ónix un paso detrás de nosotros, caminamos fuera del callejón.
Lo que ví fue probablemente lo más hermoso que había visto en mi vida, una fila de casas de aspecto antiguo y místico se alzó en nuestro camino, desde casas gigantes hasta casas medianas, cada una impresionante a su manera, esto era realmente impresionante y, sin embargo, parecía corresponder a la vibra medieval.
La arquitectura era una delicia visual, las calles, pavimentadas con piedra lisa y con intrincados diseños; como los de dragones, que seguían y seguían mientras caminabamos, era como si el suelo contara una historia pasada a traves de los grabados.
Podía ver a muchas personas moviéndose, mas parecían sirvientes en lugar de nobles, no siendo los habitantes reales de estas casas.
Todo era realmente hermoso, incluso los sirvientes, hombres y mujeres, resultaron bastante agradables a la vista.
"Estos grabados en los suelos fueron creados bajo la orden de su abuelo, su maje- Leto, el señor Magnus Leopold de Obliterante para conmemorar su ascenso al trono, las calles también fueron diseñadas para llevar al castillo siguiendo a los dragones, estás calles están habitadas, en su mayoría, por las casas de los barones, mientras que las casas nobles más grandes se ubican fuera de las calles que tienen dragones, su abuelo asi lo determinó. Aunque ha causado fricciones entre barones y nobles de mayor rango, nadie ha tratado de cambiar esta decisión".
Escuché su relato apasionado mientas observaba el paisaje, con lo poco que se de ella, puedo decir que es entusiasta de la historia y conocedora de diversos temas, siempre pareció olvidar su timidez cuando se le preguntaba sobre cosas que sabía, algo que compartimos hasta cierto punto.
Hasta ahora, ni siquiera se mi nombre aquí, tampoco me interesa, pero, ¿Obliterante? Si ese es el apellido de la familia real, también del reino, ¿tiene el nombre algo que ver con alguna habilidad especial de la realeza? Si cada casa noble posee algo que las hace especiales, la corona no se quedaría atrás, no creo que puedan reinar sobre tantos poderosos guerreros, capaces de pulverizar rocas con sus manos y dividir montañas con sus espadas, sin algo que los haga especiales.
Podría entenderlo si fuera solo mi padre de este sueño, dominaba con mano de hierro como el mejor caballero del reino en la novena estrella, siendo el unico mienbro de la familia real en alcanzar dicho rango, a pesar de mi reputación como rey tirano, no hay nada realmente especial en mi ahora más que el hecho de que soy el foco central de este sueño y un gobernante inepto, la matriarca, mi madre, era maga, como lo habían sido todas las reinas anteriores, la diferencia era que ella venia de muy lejos, siendo una maga de Quinto Orden.
Uno era un caballero que casi alcanzaba la cima de la espada, la otra, una maga capaz de rivalizar con Gigantes y ganar.
Fueron la dupla de reyes más fuertes de toda la región oeste, tambien conocida como Las Tierras Fragmentadas.
¿Qué hace especial en mi sueño a la familia Obliterante?
La pregunta me llevo a pensar, este reino se centraba en el desarrollo de armas casi desde que se fundó, lo que significaba que todas las piezas de armamento deben ser increíbles, lo que respondería mi pregunta si los gobernantes anteriores tuvieran el poder de la sangre y el mejor equipamiento con ellos.
Que yo no poseía porque se murieron.
Tal vez habría algo de eso oculto por ahí...corte esa línea de pensamiento, pensar tanto por un lugar que dejaré en cualquier momento no me beneficiará.
Decidí concentrarme en la mujer a mi lado, si iba a recordar algo al salir de aquí, prefería que fuera a ella.
Cruzamos otra calle que dejaba ver un amplio espacio no muy lejos, Sylvie siguió contando cosas interesantes; por ejemplo, que se rumoreaba sobre cómo la corona real estaba hecha de los cuernos de un rey dragón, o como los dragones malvados evitaban territorio de Obliterante como la peste.
Fue divertido escucharla fantasear sobre querer montar un dragón.
"Un día de estos, te llevaré a dar una vuelta en un dragón, si quieres, claro está".
Me inclino para decírselo, riendo por lo bajo cuando apartó mi cabeza de la suya.
"¡Ah, llegamos, esta es la plaza!"
Emocionada y más que avergonzada, corrió un poco, dándose la vuelta y caminando de espaldas a la plaza para mirarme a los ojos, su emoción incontenile.
"La Plaza Victoria, ¡dónde han ocurrido la mayoría de los eventos más importantes dentro del Reino de Obliterante! ¡Estamos de pie sobre la historia!"
"¿En serio? Tengo curiosidad, en mi estado, ¿sabes más que yo sobre mi reino?"
Había una expresión desafiante en su rostro que respondía por ella.
Ónix, que se mantuvo siempre detrás, no pudo evitar notar que su rey deliberadamente evitó hablar más de lo necesario, optando por hacer que Sylvie lo hiciera y haciendo que la tensión entre ellos se disipará al hacerla sentirse cómoda.
Tomó nota mental de eso, especialmente de su rey que no hablaba mucho sobre si mismo, en su lugar, prefería mantener una conversación que ambos pudieran sostener, la cercanía de estos dos era sorprendente para haberse conocido hoy más temprano, ni siquiera era una sospecha, sabía que eso se debía a su rey.
Cuando Sylvie notó que ambos hombres entraron a la plaza, extendiendo los brazos, como si les diera la bienvenida, tomó aire en preparación para explicar algunas cosas y, cuando estuvo lista, habló.
"Aquí tuvieron lugar los conflictos civiles más sangrientos registrados en la historia de la región oeste, hasta que fue creado el juramento de lealtad. Fue justo aquí, debajo de nosotros, donde fue asesinado el Demonio de la Masacre por los fundadores de Ciris, Ameles y Obliterante en conjunto semanas después de la creación de los reinos. También fue aquí donde el Sabio Egregon bautizó a los Sacros Emperadores hace siglos".
Ella gesticuló cada acción, como si de alguna manera hubiera estado ahí personalmente cuando sucedieron estos eventos de fantasía, su sonrisa, los suaves movimientos de su cuerpo, la pasión de su expresar, ella realmente tenía el talento para el teatro y para ser una excelente profesora de historia.
Era cautivadora sin más, la pasión es algo que no he visto en muchos, ella desbordaba dicha emoción, casi sentía que podría amar a esta mujer, el mundo a veces era injusto.
"Vaya, quien lo diría, algún plebeyo al azar realmente conoce algunas de las historias del reino, ¿no es eso muy raro de por sí?"
"Tienes razón, después de todo, realmente no pueden estudiar, así que su familia debe estar bien arraigada al reino a pesar de ser meros campesinos".
Dos voces interrumpieron el momento, fue inesperado, el contenido de sus palabras me hizo parar para verlos.
A un lado, sentados en unos asientos cercanos, un grupo de jóvenes, solo un poco mayor que Ónix, se sentó, llevaban uniformes, con pantalones y zapatos blancos, camisas de color crema y un chaleco azul con detalles blancos, había cuatro niñas que parecían indiferentes a su entorno, y solo dos niños, uno de ellos se veía altanero, el otro intentaba leer un libro.
Estos dos fueron, en efecto, aquellos que interrumpieron su paseo con burlas hacia nuestra aparente falta de recursos.
Sylvie no les dijo nada, su mirada, en cambio, causaso escalofríos a uno de ellos a pesar de estar claramente desanimada, la niña logro recuperarse bastante rápido, acercándose a mi para tomar mi brazo nuevamente, había preocupación en sus ojos, no por mi, sino por ellos.
Ónix estaba listo para golpear sus cabezas contra el suelo en cualquier segundo, la tensión en su cuerpo no mentia, de todos modos, en su opinión, romper sus cráneos y dejarlos recuperarse era mejor que morir.
Decidí abstenerme de causar una escena con esta identidad, les di una mirada completa mientras señalaba a Ónix no moverse, no parecían mayores de 20, por el contenido de sus burlas, debían pertenecer a la realeza, y por sus ropas, puedo decir que no son barones, así que a pesar de que este no es su territorio, estaba siendo ocupado por otros nobles de mayor rango, así que es por eso que no podía ver a otros barones en las calles. Si podían hacer algo así tan campantes, entonces eso significaba que este lugar pertenecía a los barones solo de nombre.
En sus pechos había un emblema, un estoque atado desde la base por una cadena que se conectaba con un escudo.
La Casa Vash.
Jerárquicamente, la de menor influencia entre las otras, la única cosa destacable en ellos era que tenían alguna clase de linaje que hacía de sus caballeros temibles en batalla.
No me moleste realmente en saber cuál era ese linaje cuando había tanto que ver, pero no era muy importante, no cuando conozco las reglas del reino y leyes, algo necesario si quería cambiar algo, también me ayudó a comprender mejor este sueño y ocupar mi mente.
Y por eso, puedo decir que está es una clara ofensa contra el reino.
Sonreí ligeramente cuánto más los miraban, ellos eran realmente simples, en un juego, sería la configuración promedio, mientras que mi lugar sería eliminarlos.
"Sigamos, no hay nada que ganar en ellos".
Continuamos nuestro camino sin prestarles más atención al par, me interesaba más cualquier cosa que Sylvie pudiera decir.
Uno de ellos sintió un escalofrío repentino invadirlo, mismo que también lo sintió de Sylvie antes, podía llevar anteojos pero no era ciego, esa sonrisa por si sola, por pequeña que fuera, hizo que algo en el quisiera alejarse del campesino, como si estar cerca del fuera una sentencia de muerte.
Fue su instinto el que lo puso donde estaba, siguiendo a su hermano como su mano derecha, lo que ahora lo hizo dudar. Confiaba en su instinto sobre cualquier cosa, y este le decía que se alejara.
Pero parece que su compañero rubio no se percató de eso, como autor del primer insulto, se sintió humillado cuando fue ignorado de tal forma descarada.
"Oigan, ustedes, ¡¿nos están ignorando?!"
Ante el grito de su compañero a los campesinos que se alejaban, un pensamiento lleno de molestia cruzó la mente del peli castaño con lentes.
-No me metas más en esto.
Pero a pesar de sus réplicas internas, no pudo hacer nada cuando su hermano se levantó para seguirlos.
Había una sonrisa retorcida en su rostro, una que conocía, una que el rubio solo usaba cuando molestaba o torturaba a alguien de forma verbal o física.
"Oye tu, idiota, ¿por qué te alejas con esa pueblerina y ese mocoso?"
Ónix no dudo, una espada apareció en su mano y se balanceó en un instante, desplazándose varios metros en un parpadeo, su espada formando un arco, deteniéndose a escasos centímetros del cuello del rubio.
La sonrisa del rubio se congeló mientras el sudor recorrió su mejilla, el frío recorrió su columna vertebral, no lo había visto, nunca percibió nada hasta que se detuvo, si la espada se hubiera detenido un segundo después, su cabeza no estaría sobre sus hombros, tal conocimiento paralizó todo su cuerpo.
Solo pensarlo envío una ola de debilidad por todo su ser.
"Cuida tus palabras, hijo de la casa Vash, podrían ser las últimas".
No había duda, ni temor, ni vacilación, sin duda Ónix era capaz de cumplir sus palabras, solo se necesitaba una orden.
Antes de que las cosas escalaran más, una voz refinada, seguida por la aparición de una figura femenina de porte elegante y cabello platinado intervino.
"Envaina tu espada, hijo de la casa Abadón, o tendre que obligarte a hacerlo".