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Chapter 1 - Capítulo 1 - Renacido y Perdido: Un Ninja en el Apocalipsis

Este fanfiction se actualiza primero en Wattpad —> 2-3 capítulos por semana —> En Wattpad, está hasta el capítulo 36 —> Al principio puede resultar extraño, pero a medida que avanzan los capítulos, la calidad mejora significativamente. Por ejemplo, el capítulo más reciente: 36 —> Fanfiction en español en ambas plataformas —> Enlace de Wattpad si quieres ir en la sipnosis.

[La apariencia del protagonista es la misma de la imagen dejada en los comentarios, incluyendo la ropa y el protector frontal...]

[La parte de abajo queda a su imaginación...]

...

Zombis. Criaturas grotescas que anhelan la carne fresca, preferentemente humana. Son seres horribles, de piel putrefacta y un hedor nauseabundo, capaces de provocar arcadas con solo percibir ese perfume de muerte que emana de sus cuerpos en descomposición.

Esa era la realidad que tenía frente a sí, o al menos, no muy lejos de su posición actual: la copa de un árbol robusto.

¿Y qué hacía él en la copa de un árbol? La respuesta era simple, casi lógica. Si se tiene a un zombi merodeando, cualquier persona sensata buscaría un lugar elevado donde esas fauces hambrientas no pudieran alcanzarla. La pregunta verdaderamente relevante era: ¿cómo había llegado hasta allí? Una persona normal difícilmente lo habría logrado, o tal vez con una dosis milagrosa de suerte y la divina intervención para no caer y fracturarse la crisma.

En su caso, sin embargo, no había intervención divina que valiera. Había sido pura habilidad, una destreza física adquirida tras años de entrenamiento exhaustivo en uno de los entornos más hostiles imaginables para la vida de un ser humano...

El mundo de Naruto.

Resultaba difícil encontrar a alguien que, al mencionársele aquel nombre, no reconociera al menos algo. La mayoría conocía la historia: un chico rubio con marcas de bigote en las mejillas, tan alborotador como obstinado, la antítesis perfecta del clásico héroe. Gritos de ¡Gokú le gana! y un ¡Dattebayo! eterno resonaban en la memoria colectiva.

¿Cómo se había pasado de hablar de zombis a evocar a Naruto? Sencillo: porque él había renacido en ese mismo universo.

Sí, exactamente como se estaba leyendo. Había tenido la peculiar -y para muchos envidiable- experiencia de volver a nacer en un mundo de ficción. Aunque, créanme, un lugar donde hasta un niño con un kunai podía representar una amenaza mortal distaba mucho de ser un paraíso. Aquel mundo te mantenía constantemente al borde del abismo, con la sensación de que un solo error, un descuido mínimo en una misión, podía ser el último. La muerte no era una abstracción; era una posibilidad tangible y frecuente.

Parecía que el universo era muy consciente de que él no era el protagonista original. No sabía cuántas veces Danzo, aquel hombre vendado como una momia siniestra, había estado a punto de poner sus manos sobre él. O las ocasiones en que un kunai perdido había estado a centímetros de segar su vida, todo por un instante de distracción. Nada que ver con la gruesa armadura de protagonista que blindaba al Naruto original. Cuando él pensaba en morir, era morir de verdad.

¿Jutsus? ¿Danzo? ¿Misiones? Efectivamente, había sido un ninja.

¿Y qué había hecho para atraer la atención del viejo? La respuesta era sencilla: nacer como el recipiente del Zorro de Nueve Colas. En ese mundo, el destino de un jinchuriki estaba escrito: era un arma, un instrumento que debía estar siempre listo para la batalla. Sus opciones fueron claras: ingresar a la academia, graduarse y servir a la aldea, o ser secuestrado por la "momia" para ser "entrenado" a su manera. Las otras dos momias (los Ancianos del Consejo) difícilmente se habrían compadecido; al contrario, probablemente hubieran aprobado la medida.

Tampoco había contado con la ayuda de ningún sistema milagroso ni con deseos concedidos por un dios aburrido y benévolo. Su existencia allí fue un enfrentamiento en solitario, un "uno contra el mundo" armado apenas con las herramientas más miserables que pudo reunir en su camino.

Fue una suerte inmensa no haber sido el único "protagonista". Sasuke y, ejem, Sakura, también cumplieron su papel en la trama. Aun así, no pudo evitar sentir una envidia profunda hacia aquellos protagonistas de otras historias que sí contaban con sistemas de ayuda; algunos más ridículos que otros, pero un sistema al fin y al cabo. A diferencia de ellos, él tuvo que crecer y fortalecerse tal como el Naruto original: a puro esfuerzo y determinación.

Casi se alimenta a base de ramen instantáneo de por vida de no ser porque, con un mejor control de chakra del que Naruto demostró al graduarse, tuvo la lucidez de pedirle al Tercer Hokage, el viejo Hiruzen, que le enseñara la técnica de multiplicación (Bunshin no Jutsu), con la firme promesa de usarla únicamente para sus necesidades básicas y no para gastar pesadas bromas a los ninjas como su contraparte original. Haberse acordado a tiempo de los ejercicios de control de chakra, como caminar sobre el agua y entre los árboles, también le sirvió de mucha ayuda.

En general, su desarrollo fue casi idéntico al de la historia canonica si se hacían a un lado ciertos detalles: no era un completo ingenuo, no iba detrás de Sasuke pregonando a los cuatro vientos el poder del amor y la amistad con su Talk no Jutsu, y desde luego, no perseguía el afecto de Sakura. Fuera de eso, la trayectoria fue similar. No era el ser más inteligente del mundo, pero distaba mucho de la inocencia casi peligrosa que caracterizaba a Naruto, a Goku o a Luffy, ese trío de la candidez e idiotez legendaria, siendo Naruto, en su opinión, el menos inocente de los tres.

Pero así era su vida. Había pasado de ser una persona común, con un trabajo monótono y el único anhelo de llegar temprano a casa, a terminar aquí, en medio de la nada, monologando consigo mismo mientras un zombi intentaba hacerse con su pierna... Uff...

Después de entrenar duramente desde su renacimiento hasta los diecisiete años, justo cuando cruzaba la puerta de su casa en Konoha, un portal absurdo se abrió bajo sus pies y lo engulló, escupiéndolo en este bosque maloliente, rodeado de muertos vivientes ansiosos por devorarlo.

"Bueno, qué se le va a hacer... Solo espero que todos sobrevivan sin mí allá", musitó para sus adentros.

Tras un gran bostezo y un teatral estiramiento, se lanzó del árbol con agilidad felina. Con un kunai de emergencia que siempre llevaba consigo, se movió con una precisión mortífera. Ubicó a cada uno de los rastreros y les clavó la hoja directamente en el cráneo, uno tras otro. En segundos, yacían seis cuerpos inertes a sus pies, dejándolo solo, apoyado contra el tronco del árbol que había sido su refugio.

Alzó la mirada y observó cómo el sol comenzaba su descenso, tal vez le quedaba una hora o menos de luz diurna.

"Lo mejor será buscar un refugio... una cabaña o, de último recurso, volver a los árboles para dormir... Nah, mejor exploremos la zona", decidió.

Con un impulso poderoso, saltó a la rama de un árbol frente a él. Desde allí, escudriñó el horizonte en todas direcciones antes de decidir un rumbo. Finalmente, comenzó a desplazarse hacia el norte, saltando con gracia y fuerza sobre las ramas de los árboles.

¿Por qué el norte? Bueno, en algún lado había escuchado o leído que, si te pierdes, debes ir al norte. Y eso era exactamente lo que era: un perdido, sin la más remota idea de su ubicación. Además, ¿qué más podía salir mal? ¿Perderse aún más? Ya estaba en la cúspide del extravío.

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Este fanfiction se actualiza primero en Wattpad —> 2-3 capítulos por semana —> En Wattpad, está hasta el capítulo 36 —> Al principio puede resultar extraño, pero a medida que avanzan los capítulos, la calidad mejora significativamente. Por ejemplo, el capítulo más reciente: 36 —> Fanfiction en español en ambas plataformas —> Enlace de Wattpad si quieres ir en la sipnosis.

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