Este fanfiction se actualiza primero en Wattpad —> 2-3 capítulos por semana —> En Wattpad, está hasta el capítulo 36 —> Al principio puede resultar extraño, pero a medida que avanzan los capítulos, la calidad mejora significativamente. Por ejemplo, el capítulo más reciente: 36 —> Fanfiction en español en ambas plataformas —> Enlace de Wattpad si quieres ir en la sipnosis.
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Tras quince minutos de desplazarse ágilmente por las copas de los árboles con Sophia en brazos, el rubio llegó a lo que parecía un cementerio de automóviles. La oscuridad de la noche le impedía calcular su verdadera extensión, pero una interminable silueta de vehículos abandonados se amontonaba en medio de la calle, formando una barricada macabra y silenciosa.
Entre ellos, figuras tambaleantes se movían con torpeza. Zombis. No deambulaban al azar, sino que formaban una extraña fila, dispersos pero con una dirección común, como una manada de animales guiada por un instinto primitivo.
"Debe ser por aquí", musitó el joven ninja para sí, mientras sus ojos escudriñaban la escena desde la altura.
Su mirada, aguzada por años de entrenamiento, se detuvo en el parabrisas de un sedán abandonado. Algo había captado su atención: unas letras escritas toscamente, probablemente con pintura o un material similar. No le habría prestado mayor atención de no ser por una palabra que destacó entre el mensaje: "Sofía".
Sin perder un segundo, se lanzó desde la rama en la que se encontraba. Su caída fue tan suave y silenciosa como la de un felino, aterrizando en el suelo sin emitir el más mínimo ruido. El único sonido era el susurro del viento entre los autos y los lejanos gemidos de los no-muertos. Esquivando con elegancia y precisión a los zombis que merodeaban, se encaminó directamente hacia el vehículo con el mensaje.
Llegó en cuestión de minutos. Grandes letras blancas embadurnadas en el cristal transmitían un mensaje crucial: una dirección hacia donde se había dirigido el grupo y una promesa de que habían dejado comida y agua para la niña. Al final, una nota añadía: "Volveremos a buscar lo antes posible".
Una sensación de déjà vu lo recorrió. ¿Dónde había visto algo así antes? Negó con la cabeza, desechando el pensamiento. La prioridad ahora era Sofía. La despertó con suavidad; necesitaba que se mantuviera en pie momentáneamente para poder revisar el interior del auto en busca de los suministros.
La niña se incorporó, aún medio dormida, y se apoyó contra la puerta delantera del vehículo, frotándose los ojos. El rubio no pudo evitar resoplar, divertido por su adorable torpeza. Abrió la puerta trasera y allí estaban: cuatro latas de comida y dos botellas de agua intactas.
Miró a Sofía, luego a los víveres, y luego a sus propias dos manos. La logística era un problema: no podía cargar con todo y al mismo tiempo proteger a la niña de cualquier amenaza.
La solución fue instantánea e instintiva. Sus manos ejecutaron una secuencia de sellos a velocidad imperceptible para el ojo no entrenado, y un sonido sordo POOF rompió brevemente el silencio a su lado.
"¿Qué pasó, jefe? ¿Qué debo hacer?", preguntó el clon de sombra que había aparecido, acercándose para susurrarle al oído. Como extensión de su voluntad, el clon comprendía la situación, pero optaba por actuar como un subordinado esperando órdenes, un gesto de disciplina poco común en la mayoría de sus réplicas, que solían ser más independientes.
"¿Ves eso?", indicó el original con un movimiento de cabeza hacia las provisiones. "Tómalo y sígueme. Y mantente alerta por cualquier cosa".
El clon asintió, recogió las latas y las botellas, y comenzaron a avanzar entre el laberinto de chatarra. El rubio consideró brevemente la idea de pernoctar en uno de los coches más pequeños, pero la idea de intentar dormir con Sophia en un espacio tan reducido le pareció incómoda. "Obviamente no es que no podamos dormir en uno pequeño", admitió mentalmente, "solo soy yo pidiendo gustos en medio de un apocalipsis".
Sofía, aún luchando contra el sueño, tropezaba levemente mientras caminaba. El rubio la seguía de cerca, vigilante, mientras su clon tomaba la delantera, escaneando el entorno.
Por fortuna, su perseverancia fue recompensada. Encontraron una camper blanca, lo suficientemente espaciosa como para que dos personas pudieran estirarse y descansar con cierta comodidad.
Se acercaron con cautela. Con una seña silenciosa, el rubio indicó al clon que se quedara con Sofía. La réplica asintió y se situó junto a la niña, mientras el original se aproximaba a la puerta del conductor de la camper.
Empuñando su kunai, su única arma, intentó abrir la puerta con extrema lentitud. Para su sorpresa y alivio, estaba abierta. Suspiró internamente, agradecido por un problema menos. Inspeccionó el interior con meticulosidad, sus ojos ninja buscando cualquier signo de peligro o amenaza en cada rincón. Al no encontrar nada, regresó junto a sus acompañantes.
"Es seguro, vamos", anunció.
Sofía y el clon asintieron y subieron a la camper. Mientras se instalaban, el rubio se dirigió a la niña: "Hoy descansaremos aquí. Ya mañana buscaremos los rastros de tu grupo. Si quieres comer, él trae algunas cosas que te dejaron".
Sofía asintió, pero luego miró fijamente al clon, su expresión plagada de confusión. Vaciló un momento antes de preguntar: "Emm... quería preguntar... ¿es tu hermano? ¿Y cuándo apareció? Eh, yo... lo vi allí atrás, pero no tuve la oportunidad de preguntar".
El rubio se quedó momentáneamente paralizado. Había bajado la guardia. Ahora tenía que explicar los fundamentos de un jutsu de clonación a una niña en un mundo apocalíptico que, hasta donde sabía, no tenía ninjas. "Y lo bueno que soy yo explicando", pensó con ironía.
Mientras revisaba mentalmente los compartimentos de la camper en busca de más recursos, suspiró. Su clon lo miró con una sonrisa burlona, divirtiéndose con su incomodidad.
"Es un clon", explicó finalmente, optando por la franqueza. "Producto de un jutsu que hice por falta de manos".
Casi pudo ver el signo de interrogación físico formándose sobre la cabeza de Sofía. El clon, al ver su perplejidad, intervino con un tono más amable: "Es solo un truco de magia, pequeña. Bueno, ya me voy... Nos vemos, jefe".
Con otro Puff característico, el clon se desvaneció en una nube de humo, dejando a Sophia con la boca abierta, mirando fijamente el espacio que la réplica había ocupado segundos antes.
"Es sólo un truco de magia", repitió el rubio suavemente, revolviéndole el cabello con afecto antes de dedicarse a asegurar meticulosamente todas las entradas de la camper, cerrando y bloqueando cualquier punto por donde pudiera colarse un intruso.
Sofía, aún aturdida, se limitó a asentir lentamente y, tras un momento, se dirigió a buscar la comida que su "hermano mágico" había llevado.
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N/A: [Espero que te haya gustado]
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