Este fanfiction se actualiza primero en Wattpad —> 2-3 capítulos por semana —> En Wattpad, está hasta el capítulo 36 —> Al principio puede resultar extraño, pero a medida que avanzan los capítulos, la calidad mejora significativamente. Por ejemplo, el capítulo más reciente: 36 —> Fanfiction en español en ambas plataformas —> Enlace de Wattpad si quieres ir en la sipnosis.
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La mañana llegó con su luz tenue filtrándose por las ventanas de la camper. El rubio abrió los ojos, despertando de un sueño tranquilo. Al sentarse, un bostezo involuntario escapó de sus labios, y se estiró con esa satisfacción profunda que solo una noche de verdadero descanso-o de exhaustivo entrenamiento-puede brindar.
Permaneció unos momentos en silencio, desorientado, hasta que los eventos del día anterior regresaron a su mente con claridad: hoy debía buscar al grupo de Sofía.
Decidido, se levantó de la litera inferior y dirigió una mirada hacia la niña, que aún dormía profundamente en la superior. Su respiración era tranquila, un signo de que se sentía a salvo. Satisfecho, salió de la habitación con pasos silenciosos.
El interior de la camper estaba exactamente como lo había dejado: un refugio desordenado pero seguro. Se dirigió a la pequeña pileta, se mojó la cara con agua fría-que había conseguido de una botella-y sintió cómo el adormilamiento matutino se esfumaba. Necesitaba una evaluación del terreno. Salió y, con un salto ágil, trepó al techo del vehículo.
Desde allí, su mirada escudriñó el horizonte. El cementerio de autos se extendía interminablemente bajo un cielo grisáceo. No había señales de movimiento humano, solo el viento meciendo maleza y los ocasionales gemidos lejanos de caminantes. Bajó, un poco frustrado pero no sorprendido.
Al regresar, encontró a Sofía sentada a la mesa, bebiendo un vaso de agua con expresión adormilada. Ella lo miró durante unos segundos, como si su cerebro aún estuviera booteando, hasta que finalmente reconoció su entorno y le dirigió un tímido "Buenos días". Él correspondió el saludo con una leve inclinación de cabeza.
Tomó una lata de comida y la botella de agua a medio terminar, colocándolas sobre la mesa. "Come. Partiremos en cuanto termines", dijo mientras ella tomaba las cosas y abría el envase con determinación. "Por las huellas que vi ayer, no llevan mucha ventaja. No deberían estar muy lejos".
N/A: [En la lógica ninja, los días no son nada, ya que se mueven a altas velocidades no debería importarles]
"Ok", respondió ella con la boca llena, asintiendo con energía.
...
"¿Estás lista? ¿No olvidas nada?", preguntó él, asegurándose de que tuvieran todo lo necesario.
"No, no me falta nada... creo", respondió Sofía, haciendo una última revisión mental.
"Con eso es suficiente. Anoche encontré algunos rastros, pero la oscuridad me impidió seguirlos. Hoy los verificaremos; espero que sean de tu grupo".
Sus manos se movieron en una secuencia precisa, ejecutando los sellos necesarios. Un POOF familiar rompió el silencio, y un clon de sombra apareció a su lado.
"¡Hooooy! ¡¿Qué pasa, jefe?! ¡¿A quién hay que golpear?!" saludó el clon con un entusiasmo desbordante, golpeándose la palma con el puño.
"No hagas bulla, idiota", reprendió el original con un tono seco. "Ahora ayúdanos a buscar".
"Malditamente amargado como siempre... por eso seguimos solteros", murmuró el clon para sus adentros, pero lo suficientemente alto para ser escuchado.
"¿Qué dijiste?"
"¡NADA!", respondió el clon de inmediato, comenzando a caminar con las manos detrás de la cabeza, no sin antes sacarle sutilmente el dedo al original.
Sophia observó la interacción con visible confusión. Se acercó al rubio y preguntó en voz baja: "¿Por qué se comporta así? Ayer el otro era... normal, ¿verdad?".
"Cada clon es diferente", explicó él, sin apartar la vista del camino. "Absorben ciertas características mías al momento de crearlos. Algunos son serios y disciplinados, como el de ayer. Otros... bueno, son como este".
Ella asintió, aparentemente comprendiendo, pero luego frunció el ceño, una duda persistente en su mente. "Entonces... si toman un carácter tuyo, eso significa que tú también te comportas así a veces, ¿no?".
La pregunta lo hizo detenerse en seco por una fracción de segundo. Un atisbo de incomodidad-o tal vez nostalgia-lo recorrió, pero se recompuso de inmediato. "Umm... tal vez en el pasado sí... pero ya no. Verás, la personalidad que adoptan no siempre es mi yo actual. Algunos reflejan cómo era cuando tenía más o menos tu edad".
"Ya veo...", musitó Sofía, procesando la información. Luego, con un brillo de curiosidad en los ojos, preguntó: "¿Y cómo se hace? ¿Simplemente haces esos movimientos con las manos y aparecen?".
Caminaba a su lado, mirándolo con genuino interés. "¿Por qué? ¿Estás interesada?", preguntó él, sin dejar de escanear los alrededores.
"Quizás... quiero decir, se ve genial... y tal vez me gustaría aprender", admitió ella, un poco avergonzada.
"Adelante y vigila el lugar", ordenó el rubio al clon, que puso los ojos en blanco pero obedeció. Luego, se volvió hacia Sophia. "Supongo que ya te habrás dado cuenta de que no soy normal, ¿verdad?".
Ella asintió con solemnidad.
"Bueno, verás... de donde vengo, todo el mundo nace con una energía específica dentro del cuerpo, más precisamente, en el abdomen como núcleo, y que se extiende por todo el cuerpo. Esa energía, llamada chakra, es necesaria para realizar jutsus. ¿Qué son los jutsus? Son técnicas que, mediante sellos con las manos, transforman el chakra en un efecto concreto. Para crear un clon, por ejemplo, debes formar estos sellos...".
Cruzó los dedos índices y medios de ambas manos, formando una "X". "...Como puedes ver, es una cruz. Luego, debes guiar el chakra hacia tus manos, y el jutsu se activará solo. ¿Por qué? Es una buena pregunta. Yo tampoco lo sé con exactitud. Alguien me lo explicó una vez, pero no le presté mucha atención".
N/A: [Solo Dios sabe si está bien]
"Pero dejando eso de lado", continuó, "si haces lo que te dije, podrías crear un clon... si tuvieras chakra, obviamente. ¿Entiendes?".
Sofía permaneció en silencio, procesando el torrente de información. Luego, entrecerró los ojos, concentrándose. "Aaah, yo, yo creo que entiendo... entonces debo formar una cruz con mis dedos y mover ese... ¿chakra? a mi mano, y el... ¿clon? aparecerá, ¿verdad?".
El rubio la miró, un tanto impresionado por su resumen. ".....Si lo resumes así... bueno, sí. Debería funcionar".
"Umm", murmuró ella, decidida.
Juntó sus manos e intentó imitar los sellos, formando la cruz con torpeza pero con determinación. Nada sucedió. Frunció el ceño, frustrada, e intentó de nuevo, con idéntico resultado.
"¿Recuerdas que te dije que se necesita chakra para activar el jutsu?", le recordó él con suavidad.
Ella dejó caer las manos, su expresión de frustración tornándose en decepción.
"Bueno, no tienes chakra. Por eso no se activó".
La expresión abatida de la niña le provocó una leve sonrisa, pero rápidamente la contuvo. "Pero te puedo enseñar otras cosas que te van a servir en este mundo", ofreció.
El brillo regresó de inmediato a sus ojos. "¡Es lo que hiciste ayer! ¡Moverte sobre los árboles, correr rápido y matar a los caminantes como tú por la noche!".
¿Caminantes?... ¿No son zombies?, pensó él, sorprendido por el término.
De repente, una oleada de recuerdos ajenos-fragmentos de la memoria del Naruto clon-irrumpió en su mente. Imágenes, sensaciones... Tuvo que cerrar los ojos por un momento, permitiendo que la información se procesara. No era la primera vez que ocurría; estos flashes de recuerdos que no eran del todo suyos siempre lo tomaban por sorpresa cuando no los esperaba.
Imagina estar viendo tranquilamente una película, cómodamente recostado, y que de la nada alguien te inyectara a la fuerza recuerdos que no te pertenecen. Sería un milagro no quedar aturdido.
"Naruto, ¿estás bien?... Te detuviste de repente", dijo la voz preocupada de Sofía.
Él abrió los ojos y encontró su mirada llena de inquietud. Le dedicó una sonrisa tranquilizadora. "No te preocupes, no pasó nada. Es solo que el clon me dijo que encontró algo. Vamos".
La guio por el camino, y Sofía, tras dudar un instante, lo siguió, acelerando el paso para ponerse a su altura.
Mientras caminaban, su mente volvía a la palabra que ella había usado: caminantes. Le resultaba vagamente familiar, otro déjà vu en una cadena de coincidencias extrañas. Y entonces cayó en la cuenta: nunca le había preguntado los detalles de su grupo o cómo se había separado de ellos.
"Oye, Sofía... ¿cómo es tu grupo?", preguntó, rompiendo el silencio.
Ella movió los ojos en varias direcciones, frunciendo el ceño en un gesto de concentración.
N/A: No sé si alguna vez, cuando te preguntaron algo, moviste los ojos hacia arriba, abajo o a los lados mientras pensabas... eso es lo que quiero decir aquí.
"Éramos muchos... como treinta", comenzó, contando con los dedos. "Umm, no sé, eran muchos, pero fuimos atacados y creo que solo quedamos menos de la mitad... Algunos que sobrevivieron se fueron solos, y una mujer murió poco después... Mi padre... no importa". Su voz se quebró levemente, pero continuó. "Al final, solo quedamos once conmigo. Son buena gente, nos han tratado bien a mí y a mi madre... Bueno, uno de ellos es un poco cuestionable, junto con su hermano... pero el primero no regresó... ¡Pero son buenas personas, en general!".
"Ya veo... ¿y cómo te separaste?".
En ese momento, un caminante surgió de detrás de un auto abandonado. El rubio reaccionó con la velocidad de un relámpago; su kunai se hundió en la frente de la criatura antes de que esta pudiera emitir un sonido. Sofía abrió la boca, sorprendida, pero se mordió el labio y permaneció en silencio. Él no hizo ningún comentario; en un apocalipsis, ver la muerte era parte de la supervivencia. Y si ella quería aprender, mejor que se acostumbrara.
"Umm... nosotros... en realidad, la camper en la que dormimos era nuestro medio de transporte, pero se averió", continuó ella, como si la interrupción no hubiera ocurrido. "Luego, los caminantes nos tomaron desprevenidos y nos separamos. Me metí debajo de un... no sé en lo que me metí, solo me escondí, pero terminé asustada y, bueno... salí corriendo. El Sheriff me dijo que me escondiera... ¡y lo hice!... pero los caminantes me encontraron... y entonces corrí hacia el bosque y me terminé perdiendo...".
Hizo una pausa, mirando sus manos sucias. "Llevaba casi tres días allí, contando el día que nos conocimos... por eso estoy así".
Ahora que lo dice, pensó él, observándola con detenimiento. Realmente parecía que había forcejeado con un oso. Estaba sucia, con la ropa rasgada y manchada de tierra y lo que parecía ser sangre seca. 'Mierda... Ya estoy tan acostumbrado al mundo de mierda de Naruto que ni me di cuenta de que probablemente esté herida en algún lado'.
'Pero tres días... no cualquiera lograba eso. Quizás tuviera madera. Tal vez, a pesar de su edad y de empezar tarde, pudiera aguantar el tipo de entrenamiento que él podía ofrecer'.
"Felicidades por sobrevivir", dijo, y su voz sonó genuinamente impresionada. "No todos lo logran. Tal vez te entrene".
"¡En serio! ¡Gracias!", exclamó ella, girándose hacia él con tal entusiasmo que por un momento pareció que lo abrazaría. Se contuvo en el último segundo, pero su risa alegre llenó el aire mientras trotaba emocionada.
'Balla... Lo que Asuma daría porque Shikamaru fuera un gramo igual de entusiasta que esta niña', pensó, recordando con nostalgia al antiguo Sensei fumador y al perezoso genio de su equipo.
"No te alegres todavía", la moderó, aunque una leve sonrisa asomó en sus labios. "Primero tienes que pasar unas pruebas. Luego veré si acepto entrenarte".
"¿Qué pruebas?", preguntó, su curiosidad picada.
"Aún no lo sé. Lo pensaré más tarde".
Se detuvieron al costado de la carretera. Él señaló hacia el suelo, a unas marcas apenas visibles en la tierra blanda. "¿Qué ves ahí, Sofía?".
Ella siguió la dirección de su dedo y entrecerró los ojos, concentrándose. "Eh, creo que son huellas".
Asintió el rubio. "Exacto. Son huellas. Ahora, síguelas y busca cualquier otra cosa que nos guíe hasta tu grupo. Es tu primera prueba. No te esfuerces demasiado ni te apresures; solo recuerda que de esto depende encontrar a tu mamá".
Hizo una pausa, y su tono se suavizó. "Si necesitas ayuda, pídela. Estoy contigo".
Sofía tragó saliva, sus manos se movieron nerviosamente, pero asintió con determinación. Comenzó a avanzar, siguiendo el rastro con la concentración de una sabueso novata, escaneando el suelo en busca de más pistas.
"Recuerda estar alerta", le recordó él, caminando unos pasos detrás de ella, vigilante. "Nunca dejes que los enemigos se acerquen a ti, vivos o muertos. ¿Entendido?".
Ella asintió de nuevo, sin apartar la vista del suelo.
La observó mientras se movía de un lado a otro, agachándose para examinar marcas, levantando la cabeza constantemente para asegurarse de que ningún caminante se acercara, esforzándose por mantener el equilibrio en el terreno irregular. Comprendía las instrucciones y trabajaba con meticulosidad. Por ahora, seguía correctamente las huellas que su grupo había dejado atrás en su huida.
Incluso encontró más pistas: una lata vacía de fruta en almíbar-ese líquido dulce que tanto le gustaba a él en su vida pasada-, envoltorios de caramelos arrugados y, de manera más conmovedora, una foto desgastada. Al recogerla, la miró fijamente durante unos segundos. Él le preguntó si reconocía a alguien; asintió, diciendo que era su padre. Con una determinación que lo sorprendió, la tiró en el suelo, en lugar de ponerla en su bolsillo, y continuó.
La niña se mantenía fuerte, resistiendo el cansancio evidente que empezaba a apoderarse de sus pequeños miembros. Él no la detuvo. Si lo pensaba bien, el Bosque de la Muerte no había ganado su nombre por capricho. A él lo habían arrojado allí varias veces: durante los exámenes Chūnin, o entrenamientos brutales... Había realizado misiones infinitamente más peligrosas que esta. Comparado con eso, esto no era más que un día normal de picnic.
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N/A: 👍🏻👍🏻👍🏻👍🏻
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