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Chapter 6 - Capítulo 6 - La Paranoia de un Ninja: Dioses y Caminantes

Este fanfiction se actualiza primero en Wattpad —> 2-3 capítulos por semana —> En Wattpad, está hasta el capítulo 36 —> Al principio puede resultar extraño, pero a medida que avanzan los capítulos, la calidad mejora significativamente. Por ejemplo, el capítulo más reciente: 36 —> Fanfiction en español en ambas plataformas —> Enlace de Wattpad si quieres ir en la sipnosis.

N/A: [Este cap no es para ofender a nadie, tengan en cuenta que yo....también le tengo un profundo miedo y respeto.... Es más, ya me arriesgué aquí.... ¡PERDÓN..... JESÚS.....!]

...

Ya entrada la tarde, un poco después de las dos, llegaron a una iglesia que se alzaba solitaria en medio de la nada. El lugar emanaba una aura de abandono y desolación.

¿Quién en su sano juicio construiría un templo tan apartado de toda civilización?, pensó el rubio.

El espacio era amplio, rodeado por una arboleda densa y un camino de tierra que se perdía en el horizonte, hacia lo desconocido. No era exagerado pensar que parecía el escenario perfecto para una película de terror: apartada, antigua y profanada por manchas de sangre seca y el hedor penetrante a muerte. La sensación de que por las noches allí habitaban fantasmas era casi palpable.

Los gruñidos guturales de los caminantes-como Sofía los llamaba-, mezclados con el crujir de las ramas en el bosque cercano, creaban una sinfonía macabra que erizaba la piel. No hacía falta mirar a Sofía para saber el efecto que tenía en ella; el sonido de sus dientes castañeteando y el temblor incontrolable de su cuerpo delataban un miedo visceral.

Él podía entenderla. Recordaba la primera vez que había presenciado algo realmente terrorífico: había temblado mucho peor. Pero, considerando que lo que él vio fue a un shinobi incinerando a otros con una bola de fuego-¡vivos!-y a varios siendo degollados en la propia sala de su casa, esto, en comparación, no era nada.

'Ahhh, viejos tiempos', pensó con amarga ironía. 'Cuando los inútiles de mis ANBU protectores casi permiten que mis "amigos" de Kumo e Iwa me mataran... en mi propia casa'. Su hogar había terminado hecho miseria en incontables ocasiones: incendiado, inundado, con rayos surcando las paredes... y quién sabe cuántas cosas más. Lo único "bueno" era que, tras cada desastre, el Tercer Hokage lo "regañaba" por los destrozos y, por ello, tenía que "tomar" fondos del tesoro de la aldea para "reparar" los daños. Por supuesto, nadie mencionaba nunca la pequeña invasión fallida que había causado todo. Ni los guardianes de la puerta, ni los sensores, ni siquiera el mismo Hokage parecían haberse enterado. Pero mejor era olvidar eso.

"Sofía", llamó. Su voz rompiendo el hechizo de terror que parecía tener paralizada a la niña.

Ella dio un brinco y emitió un pequeño chillido, acercándose a él de inmediato. "Sí".

"...Pondremos en pausa tu prueba por ahora. Buscaremos provisiones. Esto es algo que debes aprender: si tienes la oportunidad, saquea todo lo que puedas. Comida, ropa, armas... todo lo que sea útil", instruyó, aunque mentalmente añadió: 'Aunque yo nunca he tocado un arma de fuego en mi vida'.

".....Ok....."

Rodearon la iglesia por la parte trasera, buscando una entrada alternativa, pero no encontraron ninguna. Finalmente, se dirigieron a la entrada principal y encontraron la pesada puerta de madera entreabierta.

"Ten, úsalo si es necesario", dijo, entregándole su kunai. "Mantente alerta. Mira el suelo y los lados, asegúrate de que no haya ningún... caminante tirado ni nada que pueda obstaculizar una huida. Cuando entres a un lugar desconocido, siempre evalúa tu entorno. Una sola cosa que bloquee tu paso y estás muerta".

Ella miró el arma con curiosidad y asintió con determinación, apretando el puño alrededor del mango.

Un kunai era, en esencia, un arma arrojadiza (aunque él rara vez los tiraba) y, en ocasiones, se usaba en combate cuerpo a cuerpo. Era peligroso en una situación donde un mordisco o un rasguño podían ser fatales, pero era mejor que nada.

Antes de entrar por la entrada. Él se detuvo cerca de una ventana principal sucia y echó un vistazo al interior. No vio nada inmediatamente amenazante, solo varios caminantes inmóviles en los bancos y uno particularmente grotesco colgado de manera obscena en el crucifijo del altar. Se preparó para avanzar cuando vio que Sofía iba a abrir directamentela puerta principal sin siquiera mirar.

"...."

'¡Pero si se lo acabo de decir!'

Extendió el brazo con rapidez y la agarró por el cuello de la camisa, deteniéndola en seco.

"¿Qué haces? Nunca entres en un lugar sin antes asegurarte de que no hay peligro. ¿Qué pasaría si hubiera un caminante al otro lado de la puerta, esperando para hincarle el diente al primer idiota que se le cruce?... Te mordería, si tienes mala suerte, ¿verdad? Y si no es un caminante, también podría ser una persona esperando para emboscarte".

Sofía bajó la cabeza, avergonzada y un poco apenada.

La miró y una punzada de lástima lo recorrió. También él había sido un poco ingenuo al principio. Extendió la mano y le revolvió suavemente el cabello.

"No te estoy regañando... solo te recuerdo lo que no debes hacer. Vamos... sigamos".

Le dedicó una sonrisa tranquilizadora, y ella recuperó algo de su confianza. 'Estos niños... sus emociones cambian tan rápido...', pensó, sacudiendo mentalmente la cabeza.

Abrieron finalmente a la puerta, y como el rubio ya había verificado el interior, entró sin vacilar. Sofia lo miró con extrañeza, y él se apresuró a explicar que ya había inspeccionado desde la ventana. Ella puso cara de pocos amigos pero no dijo nada. Tampoco él.

Al interior, el aire era pesado y fétido. Las mismas huellas que habían estado siguiendo se veían en el polvoriento suelo de la iglesia, esparcidas por todas partes. Echó un vistazo más detenido, escaneando cada rincón en busca de amenazas. Sofia lo imitó, esta vez con más cautela.

Avanzaron hacia el púlpito, donde yacía el caminante en el crucifijo y otros más en los primeros bancos. Todos estaban muertos, probablemente abatidos por el grupo de Sofía o por supervivientes anteriores. Al estar en un espacio cerrado, el olor a muerte descompuesta era abrumadoramente más intenso que en el exterior.

Para él, era un olor familiar, molesto pero manejable. Para Sofía, era una tortura. La niña tuvo arcadas en varias ocasiones, llevándose la mano a la boca y agarrándose el estómago. Su palidez, ya notable, se acentuó sobre su piel sucia.

Se acercó y le dio unas palmadas suaves en la espalda. "Te acostumbrarás", dijo, aunque sonó más a declaración que a consuelo.

Ella lo miró con incredulidad por el rabillo del ojo, conteniéndose con todas sus fuerzas para no vomitar.

Decidió no insistir y se acercó al zombi profanamente colgado en la cruz. Se aseguró de que estuviera realmente muerto y procedió a intentar bajarlo con respeto.

"¿Para qué haces eso?", preguntó Sophia, su voz un hilillo.

"Porque es una falta de respeto... por cosas como estas este mundo se fue al demonio".

"¿Crees en Dioses?... no lo pareces", inquirió ella con curiosidad, observando los cadáveres en los bancos y al que él estaba bajando.

"¿Qué si creo?... Les tengo un miedo...", admitió, su voz más baja de lo usual.

No sabía con certeza si este era su mundo anterior, pero en ese, su mundo original, se hablaba de muchos dioses en diversas culturas. Los más prominentes que recordaba eran los Olímpicos, los Asgardianos y el Dios Cristiano. Los dos primeros habían quedado relegados a mitos y fantasías, pero el último... ese aún reinaba cuando él murió en el 2024. Y en este lugar, claramente, también se le adoraba.

¿Y cuál era el miedo? Era simple. En el universo de Naruto, en su planeta, existían entidades consideradas dioses. El Shinigami, el Dios de la Muerte, era un ejemplo palpable. Si hasta el temible Orochimaru le tenía miedo, con mayor razón lo tendría él.

Nunca supo si existían más seres como el Shinigami, considerados deidades. En ninguna parte de la historia de Naruto, ni en el continente elemental, se mencionaba explícitamente la existencia de otros panteones. O quizás sí, pero él estaba demasiado ocupado luchando por sobrevivir un día más como para prestar atención. Sumando sus veintiséis años de vida anterior a los diecisiete que vivió en Naruto, era casi imposible recordar todos los detalles de un anime que había visto de niño. Y no había tenido manera de repasar sus más de seiscientos capítulos.

Luego estaban los Ōtsutsuki, una raza alienígena que devoraba la vida de los planetas que visitaban. Incluso sin el Fruto de Chakra, esos tipos eran aterradores por sí solos. Cualquier Ōtsutsuki random podría, en su opinión, vencer a Hashirama Senju incluso manco y ciego. Quizás exageraba, pero viendo sus poderes y resistencia, no podía pensar menos.

¿Pero por qué pensar en los Ōtsutsuki? Cualquier fan de Naruto los conoce. Sabían lo poderosos que eran y cómo cualquier civilización primitiva los vería como dioses. Kaguya, por ejemplo, fue considerada la Diosa Coneja. Aunque era la más "nerfeada" del clan, era increíblemente fuerte, aún más después de consumir el Fruto de Chakra. Su historia de traición y pérdida la marcó, y puso fin a una guerra, lo que llevó a la gente a venerarla.

Ahora, volviendo a los dioses de los panteones de su mundo original: ¿y si los Olímpicos y los Asgardianos eran como los Ōtsutsuki? Una raza superior extraterrestre, con poderes similares, que fueron considerados dioses por sus actos en la Tierra. El Dios cristiano y las deidades principales de estos panteones hablaban, cada uno a su manera, de la creación del mundo y la humanidad.

Nunca supo si Odín o Zeus, en sus mitologías, clamaban haber creado el universo, pero el Dios cristiano sí. Y era el que más influencia mantenía hasta el 2024. Por eso le tenía más miedo que a los otros dos. Podría burlarse de Zeus y Odín, pero al Dios cristiano no se atrevería siquiera a mirarlo de reojo.

No por nada Odín y Zeus habían quedado en el olvido, mientras que Jehová seguía en pie, como diciendo: "¿Me ves? ¡¿Me ves?!, ¡Pues créeme y ámame, que sigo aquí!".

¿Cómo no tenerle miedo a alguien que afirma haber creado el universo y que, milenios después, sigue siendo venerado? Él era fuerte, muy fuerte entre los humanos. Podía destruir un país pequeño con facilidad, uno grande con esfuerzo y un continente con dificultad. Pero reiteraba: era fuerte entre humanos. Si las historias de estos tres panteones eran reales, especialmente la del Dios cristiano, y considerando que existían otros universos y seres como los Ōtsutsuki, la escala cambiaba por completo.

Volvía a su pregunta inicial: ¿y si los Olímpicos y los Asgardianos eran como los Ōtsutsuki? Nunca se atrevería a faltarle al respeto al Dios que tenía frente a él, pero ¿y los otros dos? Sí.

¿Pero y si sí es?

Con Kaguya había tenido que pelear codo a codo con Sasuke y Sakura. Y ella hizo todo lo posible para defenderse de su propio clan, los Ōtsutsuki. La diosa conejo consideró que todo lo que hizo fue apenas suficiente, o incluso insuficiente, para luchar contra ellos. Y eso que cuando la enfrentaron, ni siquiera sabía pelear correctamente y aún así les dio una batalla campal.

¿Qué pasaría si, al presenciar tal falta de respeto hacia Jesús, no hacía nada? ¿Y si descendiera quien es considerado un Dios de la Batalla, el Dios de los Ejércitos, lento para la ira pero terrible en su poder? ¿Y se enfrentara a él por su inacción?

Él era fuerte, pero no se consideraba una deidad. Ciertamente terminaría hecho miseria sin oportunidad alguna.

Pero todo esto eran solo especulaciones suyas y su paranoia... fue... lo que su mente hiperactiva podía elaborar en cuestión de segundos.

¡CASI ALCANZÓ LA ILUMINACIÓN!

...

N/A: [Si llegaste hasta aquí... guau, GRACIAS.....]

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