Ficool

BIRDS - Dreamscape

Neblixz
14
chs / week
The average realized release rate over the past 30 days is 14 chs / week.
--
NOT RATINGS
38
Views
Synopsis
Edd y Scott comienzan a notar cosas raras en la cotidianidad de su vida, pronto se dan cuenta que no todo es tan real como parece, se encuentran con el mundo real
VIEW MORE

Chapter 1 - Siete palomas es el limite

Las calles brillaban bajo un sol anaranjado, los cristales de las casas reflejaban la luz como si quisieran atrapar el tiempo que seguía su curso. Me encontraba sentado bajo un árbol enorme, antiguo, de esos que parecen haber visto demasiado.

Estos días suelen ser aprovechados por la gente para salir, pasear, ver el paisaje o ir con amigos a alguna feria, como la que montaron hoy en la plaza de la ciudad. Varios me invitaron, pero no tenía ganas. Sé perfectamente que nunca pasa nada interesante por aquí como para decir "N-no quiero salir h-hoy" como si fuera un niño, pero al final, yo decido qué hacer con mis días. ¿O no?

Estaba escribiendo todo esto en mi agenda cuando algo me llamó la atención.

Siete palomas estaban posadas en un solo poste de cable de televisión, justo en el techo de una casa. Lo curioso es que ese poste no conecta con nada. Conozco esa casa: sus dueños no han vuelto en más de cinco años, y sé que no son responsables de ese cableado. La curiosidad me picó, así que decidí preguntarle a alguien de la compañía de electricidad.

Mientras caminaba por la ciudad, vi a un trabajador reparando un cable en una calle que llevaba dos días sin luz —mucho más de lo que yo podría aguantar sin electricidad, sinceramente. Le pregunté sobre ese poste, y su respuesta fue decepcionante:

—Pues ni idea —dijo—. Nunca he trabajado en ese poste. Ni lo he tocado, ni sé de quién es.

Un tipo que literalmente se dedica a esto y no tiene idea. Volví a casa frustrado y sin entender nada.

Fin del día uno – Viernes 11 de Abril

Día dos – Sábado 12 de abril

Me di cuenta de que nunca escribí mi nombre aquí, por si acaso. Digo, si pierdo esta libreta tampoco creo que alguien quiera robarla, pero por si las dudas: me llamo Edd Smith.

Hoy la curiosidad me ganó por completo. Algo no encajaba con ese poste. Fui a investigarlo de nuevo, pero mientras caminaba sentí esa sensación incómoda. Como si alguien me observara. No era paranoia cualquiera; esta vez era intensa. Miré hacia el poste.

Las siete palomas seguían ahí. Las mismas. Todas mirando hacia el mismo punto: yo.

Sus movimientos eran raros. No se comportaban como palomas normales. Estaban alineadas perfectamente sobre unos tubos largos que sobresalían del poste. Uno de ellos era más largo, y tres de las siete palomas estaban posadas justo en ese.

Miré al cielo buscando alguna explicación. Tal vez había algo que afectara a las aves. Pero no. Las otras palomas del vecindario volaban y caminaban como siempre. Solo esas siete actuaban así. Algo estaba mal, lo sabía. Pero, ¿cómo probarlo? ¿Y para qué?

Pensé en esas teorías conspiranoicas que uno escucha a veces. Reptilianos, Illuminati, que todo es una farsa. Y por un momento, se me cruzó lo impensable:

¿Y si las palomas no existen de verdad?

Ya sé, suena ridículo. He visto palomas muertas en la calle. Incluso en casa de un amigo, hay escaleras que suben al techo y a veces encuentro cadáveres de palomas ahí, con sangre y todo.

Pero... ¿y si eso es parte de lo que quieren que creamos?

Parezco ese tío borracho en Navidad que culpa al gobierno de todo, pero algo me dice que esto va más allá de una simple casualidad. Estoy convencido de que hay algo detrás.

Día tres – Domingo 13 de abril

No pude dormir bien anoche. Seguí pensando en el tema.

¿Alguna vez has visto morir a una paloma? Yo no. Las he visto muertas, claro. Pero nunca vi el momento en que una muere. Ni una paloma bebé. ¿Tú sí? Si buscas una en internet, se ven extrañas, como inventadas. Pregúntale a cualquier persona y seguro te dice que nunca ha visto una en su vida real.

Hoy me encontré con Scott, un amigo. Llevaba ropa rara, como si hubiese salido corriendo de su casa.

—¡Hey! Edd, ¿qué tal?

—Nada, anotando cosas. ¿Y tú?

—Fatal. Llevo tres días estudiando para el examen de matemáticas y no entiendo un carajo.

Mierda... el examen. Se me olvidó completamente.

—Gracias por recordármelo. Debería estar estudiando, pero...

—¿Ah? Edd, tú nunca haces nada igual. ¿Qué es tan importante como para no estudiar? Ya conoces al profe. Es un maldito gorila, no perdona nada.

Tenía razón. Pero ¿cómo le explicas a alguien que estás investigando si las palomas son reales o no?

—En fin, Edd. ¿Qué piensas hacer?

—¿Te puedo mostrar algo raro?

—¿...Qué?

—Sígueme, confía.

Sé que Scott es tan imbécil como yo, pero no sabía si tanto como para creerme. Aun así, lo llevé a un parque. Había varias palomas, pero una en especial estaba apartada del resto. Era perfecta para probar mi teoría.

—Edd... ¿Qué estamos haciendo?

Saqué una resortera del bolsillo. Tomé un pedazo de botella rota del suelo y lo usé como proyectil. Disparé.

¡PUM!

La paloma cayó al instante. Muerta.

—¡¿QUÉ?! EDD, ¿¡QUÉ FUE ESO!?

—Confía. Toma la paloma.

—¿Estás drogado o qué?

Justo lo que no quería que pensara.

—Solo tómala. Te explico.

Scott estaba en shock. Así que la tomé yo. Me sentía raro. Hace tres días no me habría atrevido ni de broma. Pero ahí estaba, sosteniéndola sin asco.

Me senté con Scott y le puse la paloma en frente.

—Mira el poste.

Las siete palomas otra vez. Una de ellas empezó a moverse... raro. Como un robot. No despegaba las patas del tubo. Aleteaba, como si quisiera volar, pero no podía.

—¿Ves eso? —le dije—. Nunca hay más de siete. Pueden ser dos, cinco, pero nunca ocho.

Scott me miró confundido.

—¿A dónde quieres llegar, Edd? Porque pareces sacado de un video de conspiraciones.

—¡SCOTT!

¡¡¡¡¡CRASH!!!!!

El poste cayó. Sin explicación. Solo cayó. Y entonces lo vimos.

La paloma que había matado soltó un pequeño chispazo cuando el poste tocó el suelo.

—¿Viste eso? —preguntó Scott, ya más convencido.

Nos acercamos al poste caído. Las palomas seguían pegadas a él.

—Scott... —dije señalando—. Están inmóviles. Pegadas.

Y entonces lo vimos claramente. Uno de los "cadáveres" soltó un pequeño imán por debajo.

La paloma... era falsa.