Ficool

Chapter 2 - Capitulo 2

Después de las palabras de mamá no me he despegado ni un solo segundo de Susana y me niego a soltarla, ayuda a tranquilizarme un poco, necesito olvidar por un rato el peligro que estoy corriendo.

—Meg, basta. Debes aceptar tu destino, no puedes hacer nada para salvarte— argumentó observando la manera en que rodeó su brazo con ambas manos.

—Es sencillo decirlo que hacerlo, si tu estuvieras en mi lugar harías lo mismo.

—Si yo fuera tu no estaría escondida bajo de una mesa.

Se nota por su tono que está molesta por su tono serio, existe una leve posibilidad que sea mi culpa, Susana tenía algunos planes en mente con su pareja esta noche y los he arruinado por ser tan miedosa. Ya le pedí disculpas una y otra vez, no comprendo, ¿por qué enojarse cuando puede ver diario a su novia? Es una reina del drama.

—¿Entonces qué harías?— suelto mi agarre cruzando los brazos.

—Me escaparía de aquí a un lugar seguro.

Oh, Susana, eres mi ángel guardián.

Nos conocemos perfectamente, sé lo que piensa y sabe lo que pienso, no estoy sola en esta situación, solo debe de hacer algo simple; cuidarme la espalda mientras intento escapar de aquí sin ser vista por absolutamente nadie.

—Susana, mi lesbiana favorita...

—Date prisa, y si te descubren yo nunca fui tu cómplice.

Asiento varias veces esperanzada, tomó el mantel levantando un poco la tela hasta poder salir, dudó mucho que lo logré, me pueden ver fácilmente, sin embargo, yo a ellas no.

Camino tocando las paredes del lugar, guiándome por las orillas, eso aprendí de los laberintos, solo tengo que caminar sin parar, si preguntan a donde voy daré una excusa que sea creíble.

Debo de pensar en que lugar voy a esconderme, uno donde a mamá no le pase por la mente verme allí, ¿a quien engaño? A donde vaya, ella me encontrará, esta en la mayor parte del tiempo un paso adelante.

La brisa fresca comenzaba a golpear delicadamente mi rostro, señal de que estoy cerca de la maravillosa salida, casi puedo oler el aroma a la libertad. Solo un poco más...

Esta es una de las cosas más rebeldes que he hecho en la vida, desde que tengo memoria me daba miedo darle problemas a mamá, ya tenía demasiados con los hombres de la familia, y lidiar conmigo la cansaría mucho. Con el tiempo noté que dejar hacer lo que ella quiere consistió en dejar manipular lo que hago.

Que esta noche sea conocida como la noche donde desafíe a mi madre huyendo de su patética fiesta que solo fue planeada para tener la atención de otros, no encuentro sentido en la idea de ese muro, existían ideas mejores que esta.

—¿A dónde vas?

Entonces mi cuerpo se estrelló con el de ella haciéndome detener en automático, estaba tan cerca que solo quería llorar del coraje por confiar tanto en que podría librarme.

—S-solo quería un poco de aire fresco— tartamudeó jugando con los dedos.

—¿Te sientes mal, querida?— sus manos se posaron en mis mejillas, presionando fuertemente en mi piel en forma de advertencia— No te preocupes, nos vamos de aquí ya mismo.

Mis ojos se abrieron un poco de la sorpresa, acabo de empeorar las cosas. Comúnmente nunca deja una fiesta suya con las invitadas solas, si ha tomado la decisión de ir a casa es porque ya se siente impaciente por darme una paliza.

Pone su mano en mi espalda guiándome a la salida despidiéndose de algunas mujeres, mi corazón entra en pánico imaginando posibles escenarios de lo que puede hacerme a solas, sin defensa alguna o pedir ayuda, nadie escuchará lo que sucede realmente entre nosotras.

Con su ayuda logró subir a la camioneta cerrando la puerta, pocos segundos escuchó como sube en el asiento del copiloto y el auto empieza a avanzar adentrándose a la carretera.

—No temas, hija. Si te lastimo es porque te amo.

~~~

No recuerdo mucho sobre qué pasó al irnos de la fiesta, breves momentos se hacían presentes al cerrar los ojos. Al despertar tarde segundos en darme cuenta donde estaba, hasta que sentí el duro piso abajo mío.

La casa estaba en un silencio inquietante lo que me hace pensar que no ha salido el sol, seguramente es demasiado temprano.

Al mover mis manos toqué un cómodo sofá, no puedo creer que mamá no se molesto en llevarme a mi habitación, le parezco un objeto al cual tirar al parecer. Es demasiado inhumano que ella dejara a su propia hija hecha un desastre aquí, dejarme en cama seria algo muy bondadoso.

Sus gritos y ataques fueron más fuertes de lo que esperaba, lo último que tengo en memoria es que me golpeó con algo resiste, no puedo imaginar de que se pudo tratar. Creo que dejó salir todo su enojo en eso último porque sigue doliendo.

Siendo cuidadosa me levanto soportando los pálpitos de dolor en algunas áreas. Toco mi reloj de braille. 5:39am. No tarda en despertar y en verdad no quiero tenerla de frente, diría que no quiero mirarla a los ojos.

Si al menos pudiera.

Necesito hacer lo que he olvidado con el tiempo, tomar un respiro y olvidar esta mierda de vida.

Agitando mis manos buscando mi bastón hasta encontrarlo. Al encontrar la puerta principal no dudó en abrirla y comenzar un paseo completamente a solas. Da igual el rumbo que tome, si es necesario me perderé.

Desde la farsa del muro no he tenido la oportunidad de tener privacidad, por una extraña razón quieren seguirme a donde sea, me hacen pensar que creen que tengo la respuesta a los problemas de las mujeres, no soy como ellas. Ni siquiera las comprendo por más que trate.

Al menos que me considere como un hombre... nah, me gusta sangrar cada mes y poder hacer un drama por ello.

Cada paso que doy la tensión escapa de mi cuerpo, incluso correría si no me preocupara tropezar con una piedra, sería humillante si alguien lograra verme.

Percibo un olor a madera, flores y tierra húmeda, estoy adentrándome al bosque donde se encuentra el muro. Nadie suele venir a estos rumbos por el miedo de encontrarse a un hombre, ¿que tan probable es que suceda? Una en un millón, supongo. Es imposible que alguien pueda cruzar esa enorme construcción.

Sentí algo sostenerse de mi bastón un animal me imagino yo, muevo el bastón a un lado intentando apartar al animal suavemente, sin embargo, este se aferra de nuevo y vuelvo a moverlo con más brusquedad golpeando una cosa, espero que no lo haya lastimado.

—Oye, ¿que te pasa? Rompiste mis lentes.

En seco detuve mis pasos, mi sangre se quedó helada de la sorpresa. He estado segura de muchas cosas y una de ellas es es que estoy jodida.

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