“Eres el hijo del Sr. Segawa, ¿verdad?”
Esa frase perseguía a Kenji Segawa como una sombra. Dondequiera que fuera, era imposible escapar de su apellido. Ser el hijo del científico más famoso de la última década no era algo fácil de ignorar. Pero lo que nadie sabía… era que ese lazo entre padre e hijo ya no existía. Desde la muerte de su madre, todo se había desmoronado.
----------
Tokio, 25 de marzo de 2035.
Graduación de la 28.ª generación de la Preparatoria Hibiya.
—Alguien que no tiene tiempo para celebrar los logros de su hijo… no merece llamarse padre.
—¡Kenji! No digas eso —reprochó Naomi con el ceño fruncido—. Sabes que tu padre está ocupado con el trabajo. Es el mejor en lo que hace, ¿no?
—¿Y qué importa eso? Siempre es lo mismo…
—Desde que mamá ya no está… todo va de mal en peor —murmuró Kenji, justo cuando un compañero se acercó animado.
—¡Kenji, Naomi! ¡Lo logramos! Quién lo diría… nuestro último año juntos. ¡Se siente irreal!
—Y que lo digas, Kamiki. Al final, terminaste como el mejor del año, ¿eh?
—¡Ja, ja! No exageres. No olvides que tu novio también lo fue, ¿verdad, Kenji?
—…
—Vamos, hombre. ¡Anímate un poco! Quizás este sea el último rato que pasemos juntos aquí —dijo Kamiki, dándole una palmada en el hombro.
—Déjame en paz, Kamiki —respondió Kenji con desdén.
—¿Qué le pasa ahora?
—Lo de siempre —suspiró Naomi—. Ya se le pasará.
----------
Terminada la ceremonia, el auto de la familia Segawa recogió a Kenji y Naomi. El ambiente en el interior era tenso, como siempre. Franklin, el chófer de confianza, intentó animar la conversación.
—¿Cómo estuvo la ceremonia, señorito Kenji? —preguntó con entusiasmo.
—Tan normal como siempre. Nadie fue a felicitarme…
—…
—Franklin, ¿puedo hacerte una pregunta?
—Claro, señorito —dijo, asintiendo con la cabeza.
—¿Qué piensas de mi padre?
—¡Kenji! —interrumpió Naomi, sorprendida.
—Está bien, señorita Naomi —respondió Franklin, con voz serena—. Su padre es un hombre bueno. Le estoy agradecido por todo lo que ha hecho por mí… pero ya no es el mismo desde que su esposa falleció.
—Ya veo… —murmuró Kenji, mirando por la ventana.
Al llegar a casa, Naomi fue escoltada de regreso en el auto. Kenji entró solo en la enorme mansión. La ama de llaves lo recibió con una reverencia silenciosa. El hogar, como siempre, estaba vacío.
Arrojó la mochila al sofá y encendió la televisión, sin prestarle atención. Subió al segundo piso. En la sala resonaba una voz de alerta:
> “¡NOTICIA DE ÚLTIMA HORA! El reconocido científico Akira Segawa ha desaparecido sin dejar rastro hace 24 horas.”
----------
Kenji se detuvo en el pasillo, y observó la puerta del altar donde descansaba la memoria de su madre. Justo en ese momento, su celular vibró.
—¿Naomi?
—¡Kenji! Acabo de ver las noticias… ¡Tu padre desapareció!
—¿Qué…? ¿De qué hablas?
Sin responder, corrió hacia el estudio de su padre. Forzó la puerta. Sobre el escritorio, encontró una carta. El sobre tenía su nombre.
> “Kenji, si estás leyendo esto… es porque lo logré.
He encontrado una forma de traer de vuelta a tu madre, Yury.
Después de años de investigación, he creado una máquina para viajar en el tiempo.
Perdóname por todo. Por no ser un buen padre. Por irme sin avisarte.
Prometo darte una explicación cuando regrese.
Felicitaciones por tu graduación.”
—¡Maldito viejo! —Kenji golpeó el escritorio.
En ese instante, algo se activó. Un compartimento secreto se abrió, revelando una puerta desconocida.
—¿Qué demonios es esto…?
Al cruzarla, descubrió el proyecto más ambicioso de su padre: la máquina del tiempo.
----------
10 de julio de 2035.
—Vamos, contesta… —susurró Naomi, marcando por quinta vez el número de Kenji.
> “Buzón de mensajes. Deje su mensaje después del tono…”
—Haaa…
—¿Qué es lo que te tiene tan ocupado, Kenji?
Con el ceño fruncido, se puso su abrigo y salió de casa rumbo a la mansión Segawa.
----------
Mientras tanto, Kenji se encontraba en el taller secreto. Había estado estudiando el funcionamiento de la máquina del tiempo por días. Y ahora, finalmente, estaba listo.
Una voz robótica resonó en la sala.
> “Sistemas de energía y enfriamiento activados.
Coordenadas fijadas automáticamente. Apertura del portal en espera de confirmación.”
—¿Qué pasará si presiono el interruptor…?
> “Para confirmar, accione el interruptor de enlace.”
—Hmph… así que no respondes preguntas, solo das órdenes.
Pero si esto me lleva hasta ellos… entonces así será.
—Perdóname Nao, voy a dejarte atrás, pero prometo volver pronto y cuando lo haga te explicare todo con detalle.
Extendió la mano. Justo antes de accionar el interruptor…
—¿¡Explicarme qué!? —gritó Naomi, irrumpiendo en la sala.
—¡Naomi! ¿Qué estás haciendo aquí?.
—¿Qué es todo esto, Kenji? ¿Por qué me estás dejando de lado? ¡Dímelo!
—¡Sal de aquí, esto es peligroso!
—¡Se supone que somos un equipo! ¡Tú y yo!
—Nao, yo…
> “Sistema de carga completo. Iniciando apertura. Prepárese para aceleración de partículas.”
La sala empezó a temblar. Una presión intensa se apoderó del aire. Frente a ellos, un portal se abrió con un rugido desgarrador.
—¡KENJI!
—¡NAOMI!
Ambos se tomaron de las manos mientras eran arrastrados por la fuerza del vórtice.
> “¡ADVERTENCIA! Sobrecarga inminente. Se ejecutará cierre forzado del portal dimensional.”
> “Viaje realizado con éxito. Destino: Coordenadas 156.56.78. Nombre clave: Aetherion.”
> “Precaución: Se detecta hostilidad en el lugar de destino. Peligro: Muerte inminente.”
----------
—Ugh… —Kenji abrió los ojos lentamente.
Se encontraba en un bosque espeso, con árboles que se alzaban como torres. El cielo era rojo, como si estuviera teñido de sangre.
—¿Qué es este lugar?
Trató de incorporarse. Su cabeza le daba vueltas. Miró a su alrededor.
—¿Naomi? ¿Dónde estás?
No había rastro de ella.
—¡Naomiii! ¡Naomiiiii!
Gritó mientras corría entre los árboles. Pero su voz se perdía entre la maleza.
Sacó su teléfono. “Sin servicio”.
—¡Maldición! —exclamó, cayendo de rodillas.
La desesperación lo envolvía. Entonces, una presión extraña se hizo presente. Como si algo invisible lo rodeara.
—¿Qué… qué es esto?
Un aura oscura emergió frente a él. Su corazón se aceleró.
Y de pronto, una voz resonó dentro de su cabeza:
> “¡Alguien, ayúdeme!”
—¿¡Naomi!? ¿Dónde estás?
> “¡Kenji! Por favor… ayúdame… tengo miedo…”
El aura oscura comenzó a desplazarse, como guiándolo. Sin pensarlo, Kenji corrió tras ella.
Finalmente, llegó a un claro.
Y ahí… la vio.
—¡No… esto tiene que ser un pesadilla!
Naomi estaba colgada de un árbol, atada de manos y pies, cubierta de heridas.
—Bien hecho, humano.
Una voz espeluznante lo paralizó. Una figura sombría emergió de entre las sombras. Alta, humanoide… pero no humana. Sus ojos brillaban con odio.
—Un simple humano en este lugar. Qué desperdicio.
El ambiente se volvió gélido. Kenji no podía moverse. El terror lo inmovilizaba.
—Este será su fin.
En un parpadeo, la criatura apareció tras él.
—¡Maldición! —pensó—. ¡Vamos a morir!
—¿Cómo es posible que un simple humano como tu haya llegado hasta aquí?... Un valle de monstruos y cazadores de humanos, de verdad no puedo entender que basuras como ustedes siguen con vida.
—¡Naomi sigue viva! —pensó Kenji mientras escuchaba
—Como sea. ¡Ustedes dos humanos asquerosos morirán aquí hoy!.
Después de escuchar eso terminaría por entender de que ya toda esperanza de sobrevivir estaba perdida.