Ficool

Chapter 27 - El Inicio de una Aventura

Abro los ojos con el sonido de los pájaros mañaneros en el frio y duro suelo de la caverna. A pesar de lo rústico de la cama improvisada hecha de hojas verdes que no amortiguaron nada el dolor de espalda al dormir, el ambiente era relajante.

Bueno, o al menos así debería ser...

-¡Grrr... rroonnn... zzz...! -roncaba un ogro a menos de dos metros de distancia-.

Mis oídos temblaban ante tal estruendo que resonaba por todo mi ser, una furia comenzó a apoderarse de mí. Mi cara se frunció y mis dientes salieron a relucir en señal de enojo.

Seguidamente, agarré una de mis botas y la lancé a la boca de Yatara.

-¡Aghhh! -Él gritó graciosamente ante el impacto que le cortó su monstruosa respiración y descanso-. 

Se levantó rápidamente ante la conmoción repentina, y en posición de pelea comenzó a girar su cabeza de lado a lado y a fijarse todo a su alrededor.

-¡¿ATAQUE ENEMIGO?! ¡¿DÓNDE?! -exclamó alterado mientras alzaba ambas manos de arriba a abajo nerviosamente y tenía los ojos abiertos como platos-.

-¡No, soy yo, imbécil! ¡Roncas como un maldito orco, cabrón! 

El giró su esqueleto en mi dirección de manera casi robótica y empezó a procesar la información. Se notaba su cara realizando conjeturas en su mente por unos segundos antes de conectar los cables y vociferar con semblante enfurecido:

-¡CANALLA! ¡¿POR QUÉ ME ATACAS DE ESA FORMA?!

-¡¿No te oías mientras dormías?! ¡Tienes 15 años y roncas como mi padre!

-¡ESTÚPIDO, TENGO 19 AÑOS! 

Quedé estupefacto ante esa información, eso no podía ser posible. Él era tan chiquito y escuálido que cualquiera pensaría que tiene 14 años. Yo le había asignado 15 años como aproximado.

-¡¿Pero qué dices, mentiroso?! ¡Eso no puede ser cierto!

-¡¿ASÍ QUE SOLO PORQUE SOY CHIQUITO, SOY MUY FLACO, TENGO VOZ DE NIÑA Y SOY INFANTIL PIENSAS QUE NO PUEDO SER UN ADULTO, EHH?! -respondió enojado y algo orgulloso-.

Yo solo suspiré y me coloqué mi mano derecha en la frente. Tan temprano en la mañana y me estaba dando un agudo dolor de cabeza. No debí aceptar ir con él hasta el pueblo, es un grandísimo tonto.

Unas horas después:

En el bosque retumbaban unos pasos metálicos y de cuero en la tierra. Yatara y yo caminábamos en dirección del siguiente poblado a toda velocidad.

-¡PUEBLO DE KOMI, ALLÍ VAMOS! -gritó a los cuatro vientos para que todas las bestias del bosque se alertaran-.

-¿No crees que estás muy animado después de que todos los de tu carruaje hayan muerto? -cuestioné algo consternado-.

-Ah, eso. En realidad no los conocía, ellos se ofrecieron a echarme una mano para llegar a Komi.

-¿Y entonces fue cuando los atacaron?

-Así es.

Debido a toda la acción frenética, no había tenido tiempo de analizar a mi compañero de viaje en detalle. Era enano, tal vez de unos 1.68 cm; tenía el pelo castaño como almendras que combinaba con su color de ojos cafés; su cuerpo era flaco, pero viéndolo más de cerca se le notaba definido de hacer ejercicio; vestía una chamarra y pantalones negros, estos parecían ropajes algo caros para un simple viajero.

Me dio curiosidad saber la historia de este niño, a lo mejor era un noble de baja clase. Pero de ser ese el caso, no tendría sentido que estuviese viajando solo. ¿Osea que me había mentido con respecto al carro y era suyo? ¿Pero cuál es su beneficio al mentir de esa forma?

Mis cejas comenzó a fruncirse mientras lo miraba.

-¿Disculpa, podrías dejar de mirarme tan detenidamente? -exclamó Yatara intranquilo por el mal de ojo que parecía estar echándole-.

-Perdón, no fue mi intención -respondí al instante mientras volteaba la mirada hacia los árboles a mi alrededor-.

Un silencio incómodo se formó. 

Creo que a este joven también le dio curiosidad mi proveniencia porque preguntó después de unos segundos:

-¿Y... Cuál es tu historia?

Esa interrogante me cogió desprevenido, me tensé un poco ante la pregunta. ¿Podía contarle? ¿Era posible que él fuese parte de esa organización? Aunque la posibilidad era baja, no era cero.

Después de pensarlo por unos segundos, decidí contarle. Su reacción delataría si es amigo o enemigo.

-Viajo por el mundo buscando información de cierta organización criminal del bajo mundo-.

-¡¿EHH?! ¡¿OSEA QUE ERES UN POLICIA O UN AGENTE SECRETO?! -pronunció bastante sorprendido e impactado-. ¡¿Acaso eres tonto?! ¡Si eres un agente secreto no puedes contarme!

Una vena se hinchó en mi cuello por ese comentario.

-No, no soy un agente encubierto o algo por el estilo, estoy intentando desmantelar esta organización por mi cuenta -comenté mirando al horizonte-.

Un viento fuerte recorrió nuestros rostros en ese momento, la brisa movía nuestra ropa generando un sonido de deslice en el bosque. Algo de rigidez se presentó a nuestro alrededor, fue como si una bomba acabase de ser soltada.

-Eso es aun más tonto -habló rompiendo el mutismo-.

-¡PAM! -un golpe seco retumbó en la cabeza de Yatara, había sido yo con mi puño-.

-¡¿Qué dijiste?! -grité enojado después de propinarle un puñetazo al chico-.

-¡¿Pero, cómo se supone que desmanteles una organización del bajo mundo tú solo?! -cuestionó indignado por el cocorrón que le había proporcionado-.

-¡No importa lo que tenga que hacer, voy a acabar con Hydra!

Algo de silencio volvió a formarse al pronunciar ese nombre. Yatara pasó de tener un semblante serio a uno donde una sonrisa empezaba a asomarse por su hocico.

-¡Pff, Pff! ¡JAJAJAJAJAJA! -comenzó a reírse histéricamente mientras se revolcaba por el piso-.

Giraba de un lado a otro, agarrándose la barriga por no poder soportar su risa. De vez en cuando se llevaba las manos a sus ojos para secarse las lágrimas que le salían de tanto carcajear como un niño.

-¡Hydra, JAJAJAJA! ¡¿Qué clase de nombre es ese?! ¡¿De verdad crees que existe eso, JAJAJA?! ¡Has leído muchas novelas de fantasía, Caius!

-¡PAM! -otro golpe seco en la misma parte de su calavera resonó la arboleda, un chichón apareció-.

-Sí existe Hydra, y es mucho más peligroso de lo que crees -respondí con tono serio-. Y con respecto a cómo sé de su existencia, eso me lo quedo para mí mismo. Solo sé que haré todo lo posible para acabar con esa organización, de esa forma la gente estará a salvo.

Yatara se sobaba la cabeza por el impacto que le di mientras me escuchaba atentamente. Después de un periodo corto de tiempo se atrevió a pronunciar:

-Bueno, si ese es el caso, lleguemos al siguiente pueblo para buscar más información -exclamó procesando mis palabras-.

-No, no puedo dejar que hagas eso. Ya lo he dicho, Hydra es muy peligroso, no puedo involucrarte en esta pelea personal.

-¿Personal? -preguntó confundido-. Osea que lo estás haciendo por venganza...

Yo no contesté a su hipótesis. Simplemente seguí caminando hacia el poblado Komi en silencio absoluto.

Fue debido a esta paz que mi cerebro captó los alrededores: los árboles, el canto grave de las aves, las hojas siendo movidas por el viento... todo es igual a aquel día...

Seguidamente un miedo irracional me inundó. Otra vez me estaba pasando. Mi respiración se descontroló inesperadamente, con suspiros que representaban cánticos de dolor. Un sudor frío bajó mi mejilla derecha al mismo tiempo que mi cabeza daba vueltas y pequeños temblores me agitaban. Un mareo intenso me sacudió, las ganas de vomitar se volvieron tan reales que caí al piso casi desplomado.

Yatara se dio cuenta de la situación casi de inmediato. Cargó mi cuerpo tirado en el piso con mucho esfuerzo y lo recostó en un árbol en el camino con mi espalda sintiendo el rugoso tronco.

Mi corazón seguía palpitando como si no hubiese un mañana y la sensación de ahogo no disminuía en lo más mínimo.

-¡AHHHHHH, AYUDAAA! -los gritos del pasado me carcomían la mente, aquellos alaridos de la gente de mi pueblo corriendo desesperados; el fuego consumiendo todo el lugar, el crepitar angustiante de las llamas arrasando con todo; el horrible ruido de destrucción a mi alrededor, las edificaciones y casas derrumbándose una por una; todos los cadáveres repartidos en los suelos, la sangre brotando de sus cuerpos y sus expresiones de horror-.

-¿Espera, no me digas que sufres de estrés postraumático? -mencionó Yatara en tono algo burlesco y decepcionado-. ¿Y así piensas desmantelar a una organización criminal?

Sus palabras reverberaron en mi mente, mi condición empezó a empeorar. Sentía que la muerte me acechaba y que el peligro estaba a la vuelta de la esquina. Mi hiperventilación causó un dolor agudo en mi pecho, causando que mi mano se posara en mis pectorales intentando calmar el escozor.

-Haah... -suspiró Yatara antes de inhalar suavemente, recostarse a mi altura y seguir hablándome-. Caius, estás a salvo, esto va a pasar. Estoy contigo, ¿sí? No estás solo en lo absoluto, aquí estoy yo. Respira conmigo.

Después de mencionar estas palabras ambos inhalamos cuatro segundos, mantuvimos la respiración otros cuatro segundos y exhalamos por cinco segundos.

-Ves. Estás haciendo un excelente trabajo, continuemos respirando de esta forma -comentó Yatara-.

Seguimos respirando unos minutos. Mi corazón cada vez latía más lento, tranquilizándose y permitiéndome volver a mis sentidos. Poco a poco la sensación de desmayo se desvanecía al mismo tiempo que mi mente dejaba aquellas pesadillas del ayer y volvía al presente.

Al cabo de cierto tiempo, logré recomponerme casi por completo.

-Gracias, Yatara -agradecí de lo más profundo de mi alma-

-Ahora sí agradeces, eso es un progreso.

Me quedé observando a mis alrededores por unos instantes con mirada algo perdida. Yatara fue el primero en hablar.

-Con esta condición es difícil que vayas a conseguir tu objetivo de destruir a esta tal organización Hydra si de verdad existe. ¿Por qué quieres seguir con esta lucha? Vas a morir, Caius.

Un silencio profundo se presentó entre nosotros. Los vientos acariciaban mi cara en aquel momento mientras un montón de pensamientos inundaban mi cerebro. Yo sabía que lo que yo intentaba conseguir era imprudente, pero tenía que hacerlo.

-Precisamente porque tengo esta condición es que debo acabar con esta organización. Llámalo venganza, justicia, o cómo tú quieras... Pero la única manera de superar este trauma y evitar que más personas sufran como yo es acabar con Hydra.

Yatara me miró con una mirada indescriptible, no sabía lo que él estaba pensando en ese momento. Parecía que quería decirme algo, pero nada salió de su boca.

Al final, después de descansar un rato, seguimos nuestro camino hacia la aldea Komi.

More Chapters