Travesía de Yatara:
En uno de los callejones de Komi, Yatara caminaba en busca de algún sospechoso que trabajase para Hydra. Sus pasos resonaban en la piedra del suelo bajo la luz tenue de la luna mientras un sonido de goteo constante era generado por el agua saliendo de una pobre tubería.
Fue en aquel momento que Yatara tuvo la sensación de que una persona lo estaba observando. ¿Era paranoia? ¿O alguien lo estaba siguiendo? Súbitamente el aire se sentía pesado, las sombras parecían moverse cuando miraba con el rabillo del ojo, y un escalofrío recorría su cuerpo mientras atravesaba aquella callejuela.
Yatara se voltea rápidamente para mirar atrás y vociferar:
-¡El que sea que me esté siguiendo, será mejor que pare o se arrepentirá!
Un viento acelerado se presentó en aquella calle sucia y marchitada. Pasaron unos segundos donde Yatara tenía todos sus sentidos agudizados. Sus ojos observando sus alrededores a su máxima capacidad, sus oídos percibiendo el más mínimo cambio, sus pelos erizados por completo con los músculos preparados para pelear o huir.
Él lo sintió, en menos de un segundo, la intención asesina se fundió con el aire. Su piel sintió el miedo de la muerte, sabía que venía un ataque de algún lugar. ¿Arriba, abajo, izquierda, derecha? Su cerebro liberó toda la adrenalina en ese momento, era como si estuviese siendo presa de un depredador. Si se descuidaba tan solo un momento perecería en aquel instante.
-¡Atrás! -pensó Yatara en ese momento-.
Con sus reflejos, fue capaz de sentir el intento de tajada detrás de él.
-¡Whoosh! -Yatara se agachó esquivando el balanceo de una espada dirigiéndose a su cabeza-.
De inmediato, Yatara dio una voltereta hacia atrás sacando su arco y cargando una flecha. Cayó sobre sus dos pies y tensó su arma mientras apuntaba a la persona desconocida que había intentado asesinarlo.
-¡¿Quién eres tú?!
Nadie respondió, pero claramente se encontraba la silueta de un hombre en frente. Esta persona caminó lentamente hacia Yatara. La luz de la luna comenzó a alumbrar a este individuo mientras se acercaba. Primero las piernas, revelando un pantalón y zapatos finos de color marrón; luego el pecho, pudiéndose observar su elegante traje de este mismo color; por último, se reveló el rostro, un semblante tranquilo y frío con ojos achinados y un pelo bien arreglado.
-No esperaba menos del antiguo heredero de la familia Mostar -habló aquel hombre con tono suave, pero imponente-.
Los ojos de Yatara se abrieron de par en par. Chasqueó su lengua involuntariamente mientras tensaba aún más la flecha con los dedos de su mano derecha. ¡Estaba en serios aprietos!
-¡Ay, vamos! ¡¿Así es como recibes a tu querido mayordomo después de tanto tiempo sin verme?! -continuó mencionando el sujeto después de ver la incrementada tensión de Yatara-.
-¡¿Qué haces aquí, Lance?! -cuestionó Yatara mientras apretaba los dientes-.
-¿Acaso creías que podrías escapar tan fácilmente de tu padre? -exclamó Lance casi bostezando-. ¿Pensaste que no te encontraríamos? ¿En especial cuando estás tan cerca de una de nuestras bases de Hydra?
Un sudor recorrió las mejillas de Yatara, ¡estaba acabado! Era imposible que él pudiese con su mayordomo, él mejor que nadie conocía de su monstruosa fuerza.
-¡Mírate, qué decepción! ¡El mejor prodigio de la familia Mostar desheredado y huyendo con su cola entre las patas! Si solo hubieras acatado órdenes en aquel momento cuando trabajabas para Hydra, nada de esto hubiese pasado. Ahora tu padre solo quiere verte muerto.
Una cara indescriptible apareció en el rostro de Yatara, una mezcla de tristeza y culpa se combinaron en su mente.
-Sé que cometí un error, pero prometo que me redimiré. Así que dile a papá que deje de tratar de matarme -Yatara comentó nervioso todavía con arco en mano-.
-¡JAJAJAJA! ¡¿Crees que él simplemente te perdonará después de lo que le hiciste a Hydra?! ¡No me hagas reír! ¡Incluso te atreviste a matar a los matones Bale y Muno que enviamos para asesinarte!
-¡Créeme cuando te digo que si me matas ahora mismo, una catástrofe mayor ocurrirá a Hydra y a la familia Mostar! ¡Si eso ocurre, el jefe de Hydra acabaría con mi padre y con todo lo que conocemos, Lance!
Después de pronunciar estas palabras, Lance frunció el ceño y se puso las manos en su espalda.
-¡Bueno, ahora sí que has captado mi atención! ¡¿Y eso por qué sucedería?! -preguntó con una sonrisa en su rostro-. Si me estás mintiendo acabaré contigo en este instante.
-¡Hay un agente del rey que está investigando a Hydra! -continuó Yatara, ahora visiblemente sorprendiendo a Lance-. ¡Este detective sabe de nuestra organización y está tratando de derrumbarla!
-¡Sí, claro!, ¡Tú sabes que es imposible que alguien sepa de nuestra entidad! ¡Cubrimos nuestras huellas de manera perfecta!
-¡No estoy mintiendo! ¡Yo también quedé impactado, pero presencié con mis propios ojos a esta persona, y ahora estoy viajando con él!
Repentinamente, en lo que pareció un parpadeo, Lance apareció en frente del muchacho a gran velocidad alzando su sable a la altura del cuello de Yatara. La cara del mayordomo ya no presentaba ningún rastro de duda, sino solo frialdad e indiferencia.
-Ya basta de tonterías. Si este es tu plan para salir con vida, déjame decirte que no funcionará. ¡Acabaré contigo!
El brazo de Lance levantó la espada un poco más, apretando la garganta de Yatara con la hoja. Un hilo de sangre comenzó a brotar del pescuezo del joven mientras intentaba con todas sus fuerzas zafarse, pero era imposible.
-¡Él planea atacar esta noche la sucursal en la villa Komi! -gritó desesperado Yatara con todas las fuerzas que le quedaban, conmocionando a Lance-. ¡El inicio del ataque será marcado por una bengala lanzada al cielo! ¡Solo deja que esta noche avance y verás que estoy diciendo la verdad!
Unos momentos que parecieron eternos pasaron en aquel callejón. Los ojos verdes de Lance trataban de descifrar si lo que decía Yatara era una falsedad más grande que una casa o si efectivamente Hydra estaba en peligro por este "agente secreto".
-Si ciertamente este sujeto es tan peligroso como lo aparentas, ¿por qué no lo has asesinado? -interroga el mayordomo con su perspicacia-. ¡¿Acaso te has unido a él?!
-¡No, para nada! ¡A pesar de estar en su grupo, este todavía no confía del todo en mí! ¡Más encima hay dos guardias acompañándolo en este preciso instante, por lo que no es seguro acabar con él! ¡Por favor, déjema ganarme su confianza y matarlo cuando menos lo espere!
Ante la respuesta a su pregunta, Lance finalmente suelta el agarre que tenía contra su antiguo amo y lo deja caer al suelo de rodillas.
-¡Cof! ¡Cof! ¡Cof! -tosió este ante la súbita liberación de las vías de aire de su garganta-.
-Si no existe ningún ataque en esta noche, asumiré que no existe ningún enviado del rey y por lo tanto te borraré del mapa de la región. Y no te preocupes, por suerte no estaré hoy aquí en la base de Hydra. No me decepciones, Yatara, esta es tu segunda oportunidad. Le haré llegar el mensaje a tu padre.
No paso mucho tiempo para que del mismo modo como entró en el callejón, el mayordomo desapareciera de este con una rapidez, agilidad y sigilo sorprendente.
No había tiempo para descansar. Yatara corrió por la barriada Kushi acechando a posibles sospechosos. Solo podía esperar nerviosamente que alguien encontrase la base de la organización malvada, porque su vida ahora dependía de ello.
También deberá ganarse la confianza de Caius y asesinarlo a su debido tiempo si quiere la aprobación de su padre.
