Ficool

Chapter 4 - Capítulo 4: El Cumpleaños Maldito

El 10 de octubre.Para la mayoría de la aldea, era un día normal. Para Naruto, era el peor día del año.

Los aldeanos no celebraban su nacimiento. Lo maldecían. Lo culpaban por la tragedia de hace años, cuando el Kyūbi había destruido Konoha. Y ese odio no hacía más que crecer.

Esa noche, mientras caminaba por las calles en busca de algo para cenar, Naruto sintió las miradas clavarse en su espalda.Murmuros. Susurros cargados de veneno.Hasta que una piedra impactó contra su hombro.

—¡Ahí está el monstruo! ¡Hoy lo haremos pagar! —gritó un hombre borracho, seguido por varios más, armados con palos, cuchillos e ira ciega.

Naruto retrocedió, el corazón latiendo con fuerza.—Otra vez… —susurró, con los ojos humedecidos.

—Corre, niño. —la voz de Gall sonó grave en su mente.Y Naruto corrió.

Corrió entre calles, callejones, hasta salir de la aldea.Los gritos de los aldeanos resonaban detrás de él, cada vez más cerca.Sin darse cuenta, sus pies lo llevaron al lugar prohibido: el Bosque de la Muerte.

La oscuridad lo envolvió. Los árboles altos se mecían como sombras gigantescas.Los aldeanos entraron también, decididos a cazarlo.

—¡Atrápenlo! ¡Hoy acabaremos con este demonio!

Naruto se detuvo. Jadeando, con la espada de madera en mano, giró a mirarlos.Su mirada ya no era la de un niño asustado.Era fría. Determinada.

Gall habló con un tono gélido:—Naruto. Escúchame. La espada no distingue entre bien o mal. Solo corta lo que el portador decida. Si no luchas ahora, morirás. ¿Qué eliges?

Kurama rugió con furia dentro de su jaula.—¡Déjalos venir, mocoso! Hazlos sufrir, que saboreen tu odio.

Naruto apretó los dientes.Recordó cada insulto, cada golpe, cada mirada de desprecio.Ese día, algo en él se quebró.

Con un grito feroz, se lanzó hacia adelante.La espada de madera descendió, pero no era un simple golpe: era un corte preciso, rápido, fruto de tres meses de entrenamiento sin descanso.

El primer aldeano cayó con la garganta abierta.El segundo fue atravesado en el abdomen.El tercero recibió un corte horizontal que lo partió en dos.

Los demás gritaron de terror, pero ya era tarde.Naruto no era el mismo niño de antes.Se movía como una sombra, sus clones aparecían y desaparecían, multiplicando la masacre.

Cuando el silencio reinó en el bosque, Naruto estaba cubierto de sangre.Los cuerpos yacían en el suelo.Temblando, con lágrimas en los ojos, comenzó a cavar con sus propias manos, enterrando los cadáveres en fosas improvisadas.

—Bien hecho. —dijo Gall, sin emoción, como un maestro evaluando a su discípulo.—Has tomado una decisión. No hay vuelta atrás, Naruto. Desde este día, ya no eres solo un niño. Eres un espadachín que ha probado la sangre de sus enemigos.

Naruto respiraba con dificultad, pero en su mirada brillaba una mezcla de dolor y determinación.—No… me arrepiento. Si quieren matarme… yo también lucharé.

En ese momento, algo llamó su atención.Entre las raíces de un árbol enorme, vio algo brillar: una espada oxidada pero decente, clavada en el suelo, rodeada de shurikens y kunais viejos, como restos de un combate antiguo.

Con esfuerzo, la arrancó de la tierra.El metal estaba desgastado, pero todavía tenía filo.Naruto sonrió, con las manos temblando.—Esto… será mi nueva espada.

Gall Farion habló entonces, con un tono solemne y decidido:—Naruto. Has demostrado la voluntad de un verdadero espadachín. Ya dominas el rango Intermedio de la Espada Dios, pero no basta. Desde hoy, yo mismo te entrenaré en dos estilos más: el Estilo del Dios del Norte, para enfrentar a múltiples enemigos sin caer… y el Estilo del Dios del Agua, para fluir y adaptarte como el río en medio de la batalla.

El corazón de Naruto latía con fuerza.Un nuevo camino se abría frente a él.Un camino manchado de sangre, acero y poder.

En lo profundo del bosque, bajo la luna, un niño abandonado juró que nunca más sería una víctima.

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