CAPITULO 5
Una nueva mañana, y aún seguía en casa, mi misión de quedarme junto con mi nueva familia era importante, debía completar la misión con exito, no sería botado tan fácilmente, pero, ¿Como ganarme el favor de la gran jefa?, llegando a la sala vi a mi hermano en el sillón, le toque un poco y se levantó, mi hermano parecía feliz.
Mire hacia la puerta de la salida, la cual estaba abierta, por lo que había visto hasta ahora, mi hermano mayor y Pell salían a la calle todas las mañanas y cada vez que querían, vi a Pell cruzar la puerta, pero el venía disparado, Pell callo en el sofá, y lo agitó tan fuerte, que me agarre de el con las garras, cuando me calme, vi que Pell aplastaba a mi hermano mayor.
La mañana tranquila ya no lo era.
Hermano mayor: ¡oye animal, ten más cuidado!
Pell: no seas así, estoy jugando
Hermano mayor: eso no es jugar, ¿No ves el tamaño que tienes ahora?
Ahora yo tenía más confianza, antes no me hubiera atrevido a acercarme a un perro, pero aquí estaba en un sofá con dos perros, me lance hacia Pell con mis garras y me colgué en el, el se bajó del sofá y comenzó a saltar, debía aferrarme, sino, caería muy fuerte, cuando Pell dejó de dar vueltas me solté y agarre su cola, el me puso su enorme pata en la cara.
Gato: ¡Oye! Eso ¡es trampa!, tú pata es enorme, suéltame
Pell: Claro que no, es solo que eres muy pequeño
Hermano mayor: déjalo y no seas abusivo.
Gato: al menos te hice daño?
Pell: claro que no, deberías de tener 3 años para hacerme daño con tus garras
Pell es un perro muy fuerte, mis garras no lo lastiman, por más fuerza que aplique, no le dejo ningún rasguño, eso estaba bien para mí, significaba que podía jugar como quiera con mi hermano.
Pero aun había algo que no entendía, mi hermano mayor se veía muy feliz, y eso se veía muy sospechoso.
Gato: hermano, ¿Porque sonríes?
Hermano mayor: por el viejo
Gato: ¿El viejo?
Hermano mayor: si, el viejo, que te pareció, el viejo es alguien muy inteligente, parece que le caíste muy bien.
Gato: así es hermano mayor, el señor viejo me enseñó muchas cosas ayer
Hermano mayor: ¿En serio?
Gato: ¿Porque sonríes tanto?
Hermano mayor: ¿Quieres que te cuente un secreto?
De repente, un aire de curiosidad me invadió, era como si mi hermano estuviera a punto de contarme algo realmente emocionante.
Pell: yo también quiero saber
Vaya, incluso era algo que el hermano Pell no sabía.
(Aquí empieza a narrar Mel)
Lo recuerdo como si fuera ayer.
Cuando era un pequeño cachorro y llegué a casa, el viejo Bum fue quien me recibió, el parecía muy molesto, yo siempre le mordia las orejas para animarlo, pero el no se molestaba ni siquiera en mirarme.
Cuando nos llevaban al campo, el me enseñó a espantar las ardillas que comen del cacao, para que no lo robaran, ese era el trabajo del viejo, también me enseñó las reglas de la casa y lo más importante "la calle", al principio solo salía con mamá y el nos acompañaba, luego mamá comenzó a dejarme ir solo, y seguir al señor Belga Bum, el me enseñó muchas cosas de la calle, también me enseñó a defenderme.
(Termina la pequeña historia)
Mel: así eran los viejos tiempos, cuando era un cachorro, el señor Bum me enseñó muchas cosas, y yo le enseñé a Pell, pero me alegra que el señor viejo te haya enseñado.
Gato: ya veo, el señor Bum también le puede gritar a mi hermano mayor
Hermano mayor: ¿Como sacaste esa conclusión de mi historia?
Pell: entonces el señor viejo es muy viejo
Hermano mayor: callate, aún eres un cachorro
Pell: de que hablas, soy más alto que tú
Hermano mayor: ¡¿Que?!
Si, está sería mi rutina, mis hermanos peleando, supongo que tendré que seguirlos, (se lanza en el lomo de Toby).