Ficool

Chapter 8 - Capítulo 3.8.5 — Cuando la Niebla Grita

La noche había comenzado como todas: sin luna, sin estrellas, sin dirección.

Zhu Xian dormía con el cuerpo recostado contra la roca más cálida, una mano sobre el mango de su espada envuelta en tela negra. Yun Yun permanecía en silencio, sentada a una distancia prudente, sin cerrar los ojos. A veces fingía dormir, pero esa noche… no podía.

La piedra con su nombre seguía allí, cubierta con musgo.

Todo parecía en paz.

Y entonces, sin previo aviso, la Puerta cambió.

Un rugido atravesó la neblina, pero no como los rugidos comunes de bestias salvajes. Este era profundo, gutural, reverberante. Una vibración en el alma misma.

Yun Yun se levantó de inmediato.

Zhu Xian también.

Ambos giraron hacia el mismo lado.El suelo temblaba levemente.No por peso, sino por presencia.

Una figura emergía de la niebla: alta, con escamas como vidrio fracturado, ojos que no reflejaban luz. No era una bestia común. No era humana.

Era algo que no pertenecía ni a este mundo… ni al anterior.

—Retrocede —ordenó Zhu Xian, interponiéndose.

Yun Yun no discutió. Su instinto también gritaba.

Pero antes de que pudiera moverse, la criatura extendió una mano… y el aire colapsó.

No fue un ataque. Fue una absorción.La niebla se comprimió alrededor, y con ella, también el suelo.

Yun Yun sintió su cuerpo elevarse, como si fuera succionada por un torbellino de fuerza espiritual. No Dou Qi. No técnica.

Solo alma contra alma.

Zhu Xian se lanzó.

Una técnica del cuerpo: sin nombre, sin brillo.Un golpe seco a la criatura, dirigido al corazón.

La criatura fue derribada…Pero Yun Yun ya había desaparecido de su vista.

Fue arrastrada por túneles de niebla.

Cada segundo, su conciencia se desdoblaba. No sabía si estaba en el aire, en el suelo, o dentro de alguna dimensión intermedia de la Puerta.

Las paredes lloraban.Escuchó voces que no eran humanas.Nombres que nunca había oído.

Y entre todo eso…

El suyo.

—Yun Yun… Yun Yun… ¿me escuchas…?

Era su voz.

Zhu Xian.

Pero estaba tan lejos.Tan… lejos.

No supo cuánto tiempo pasó.Horas, tal vez días.

Se despertó dentro de una grieta oscura, con sangre seca en el labio y una pierna entumecida. No sentía Dou Qi. Ni rastros de su energía interna. Solo su alma… intacta.

Y una cosa más.

La espada.La espada azul y verde, que Zhu Xian le había dado.

La sostenía como si hubiera dormido abrazándola. Como si su cuerpo la hubiera protegido de forma automática.

Yun Yun no lloraba fácilmente.Pero esa noche, en la oscuridad…

…una lágrima cayó sin permiso.

No supo cómo, pero sobrevivió.

Se arrastró durante días.

Mató criaturas con su aguja. Cocinó raíces. Rezó a dioses que nunca había venerado.

Y luego…

Lo vio.

Zhu Xian. Solo. Sentado. Frente a una fogata improvisada.Con los ojos cerrados, las manos sobre las rodillas, su alma quieta… pero no en paz.

Ella se quedó mirándolo desde lejos.

No quiso gritar.No quiso correr.

Solo… se acercó.

Él no abrió los ojos.Pero habló.

—Te tardaste más de lo que imaginé.

Ella se sentó junto a él, con la túnica hecha jirones y la voz quebrada.

—No sabía si volvería.

—Yo sí.

Silencio.

Ella puso la espada entre ellos, lentamente.

—La traje de vuelta.

Él negó con la cabeza, suavemente.

—No era un préstamo.

Ella lo miró.Sus ojos brillaban.Y esa noche… no hubo necesidad de escribir su nombre en la piedra.

Porque en esa separación…

se dieron cuenta de que no podían separarse.

More Chapters