Ficool

Chapter 9 - Capítulo 3.8.6 — El Lugar Donde No Te Escucho

El silencio siempre había sido su hogar.Antes de reencarnar. Antes de cultivar. Incluso en su otra vida, el silencio era su único amigo fiel.

Pero cuando ella desapareció…

el silencio se volvió insoportable.

Zhu Xian recorrió la grieta durante horas.

No gritó su nombre.

No porque no quisiera…sino porque sabía que en la Puerta, el sonido era una invitación a la muerte.

Pero sus pasos eran urgentes, su respiración alterada. Su cuerpo, que rara vez se descontrolaba, temblaba.

No por cansancio.Sino por una sensación que no había experimentado desde su vida anterior:

vacío.

El lugar donde ella había sido arrastrada no era un túnel normal. Lo sintió al tocar el suelo. Estaba más frío. Más antiguo.La energía del alma que quedaba en el aire era fragmentada. Como si hubiese sido desgarrada por una fuerza que no pertenecía a este plano.

Zhu Xian cerró los ojos y se sentó sobre las rocas.

No para descansar.

Sino para sentir.

Extendió su conciencia del alma hacia los pliegues del entorno. No buscaba con la mente.Buscaba con la memoria.

Yun Yun… no era solo un nombre.Era una frecuencia.Una vibración exacta.Su presencia era como un jade sumergido en agua: calma, elegante, silenciosa… pero con un pulso sutil.

Él lo conocía.

Y sin embargo, no lo encontraba.

Durante cinco días no durmió.Solo cazaba lo necesario.Mantenía el fuego encendido por costumbre… y por esperanza.

Cada noche, antes de cerrar los ojos, hablaba en voz baja:

—Si sigues viva… escucha.Esta piedra sigue encendida.Este fuego es tu refugio.Este nombre… es tu regreso.

Y trazaba sobre la roca: 云韵 (Yun Yun), con cuidado.

Era la única vez que escribía algo desde que entró en este infierno.

La noche del quinto día, sintió que su alma vacilaba.

No por desesperación. Sino por aceptación.

Tal vez no regresaría.Tal vez había sido un error.Tal vez los dioses lo estaban probando.Tal vez debía renunciar antes de aferrarse a lo que no le pertenecía.

Pero justo cuando sus pensamientos comenzaban a desmoronarse…

una sombra apareció entre la neblina.

Túnica rota. Paso irregular.Una espada en el brazo.

Ella.

No corrió hacia ella.

No gritó.

Solo esperó.

Porque sabía que si su alma estaba herida, forzar el reencuentro sería romperla.

Y entonces ella se acercó.Paso a paso.Como una flor que se niega a marchitarse.Y dejó la espada entre ellos.

—La traje de vuelta —dijo ella.

Él la miró.

—No era un préstamo.

Ella sonrió.Pero era una sonrisa húmeda. Dolorosa.

Y cuando se sentó a su lado, con el hombro temblando por dentro…

Zhu Xian no dijo nada más.

Solo levantó la mano y la colocó, muy despacio, sobre el suelo entre ambos.

No la tocó.No le exigió.No preguntó.

Pero su alma decía algo que ni los dioses podían negar:

"A donde vayas… yo te seguiré.Aunque no me llames.Aunque no me mires.Aunque no vuelvas a decir mi nombre."

Y en ese momento, Zhu Xian supo algo con certeza:

No estaba en la Puerta de la Vida y la Muerte.Estaba en el lugar donde su alma había empezado a amar.

Y eso… era más peligroso que cualquier bestia.

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