Ficool

Chapter 7 - Capítulo 3.8 — El Eco de Su Nombre

Zhu Xian.

Ella no lo repetía en voz alta.Solo lo pensaba.

Al principio, con cautela.Luego, como una nota constante entre pensamientos más densos.

Zhu Xian.Como si su nombre marcara el ritmo secreto del silencio dentro de ese mundo sin sol ni cielo.

Los días en la Puerta fluían como ceniza entre los dedos.Ya no sabía si era la semana segunda o la décima.La niebla no cambiaba. Las bestias no descansaban. La roca no ofrecía consuelo.

Pero cada día, Yun Yun se sentaba en el mismo sitio cuando terminaban de caminar.Un borde anguloso de piedra negra, cubierto de líquenes suaves.Ahí, con una piedra delgada en mano, trazaba líneas sobre la roca más plana del refugio.

Un nombre.Solo un nombre.

Zhu Xian.

A veces escribía solo la inicial.Otras veces, lo tachaba antes de terminarlo.

No porque quisiera borrarlo…sino porque temía que escribirlo fuera una forma de romper el hechizo que lo mantenía junto a ella.

Él no la llamaba por su nombre a menudo.Solo cuando era necesario.

Y sin embargo, cada vez que lo hacía…sentía que esa palabra, Yun Yun, no era un título ni un deber,sino algo suave.Algo suyo.

Una noche sin sonido, mientras comían carne de criatura deshidratada, Zhu Xian le preguntó:

—¿Qué soñabas antes de entrar aquí?

Ella lo miró, sorprendida. Él rara vez hablaba de lo que había antes.Ella menos.

Pero algo en su tono no era una pregunta.Era una puerta abierta, sin presión.

—No solía soñar —respondió, con voz suave—. Solo… prepararme para lo que debía ser.

—¿Y ahora?

Silencio.

El fuego parpadeaba. Las llamas eran pequeñas, creadas con polvo de hueso molido y aceites rancios.

Ella bajó la mirada.

—Ahora… empiezo a soñar.

—¿Qué sueñas?

—Un campo —respondió, casi en un susurro—. Y una mesa… de madera. Yo no tengo armas. No hay secta. No hay deber.Solo… viento.

—¿Y estás sola?

Ella levantó la mirada.

Sus ojos se cruzaron en esa niebla iluminada por fuego pálido.

—No —dijo ella—. Hay una sombra sentada al otro lado. No dice nada. Pero me mira… como si yo no tuviera que demostrarle nada.

Zhu Xian no respondió.

Pero por primera vez en semanas… sonrió.Una sonrisa leve, apenas una curva.Pero para ella, fue como un poema completo.

Esa misma noche, cuando él ya dormía, ella volvió a la piedra.

Y esta vez, escribió su nombre completo.

ZHU XIANLento. Cuidado.No lo tachó.

Solo lo cubrió con una hoja de musgo, como si esa palabra fuera una reliquia.

Una promesa sin sonido.

La mañana siguiente, él se despertó antes que ella.

La observó desde donde estaba.

No se acercó.No la tocó.

Pero al ver la piedra cubierta con musgo fresco, no dijo nada.

Solo pasó su dedo sobre el musgo, suavemente.Y murmuró, para sí:

—No necesitas decirlo, Yun Yun.Tu alma ya lo está cantando.

Y así, el eco de su nombre siguió creciendo, sin voz, dentro de ella.

No con urgencia.No con deseo.

Sino con certeza.

More Chapters