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Chapter 6 - Capítulo 6: Paseo por el parque y compras escolares

Capítulo 6: Paseo por el parque y compras escolares

La llegada al área comercial resultó ser más fácil de lo que Alex esperaba, aunque tardó un poco en encontrarla. La sociedad sobrenatural, como parecía que la llamaban en todo el mundo, era más descarada de lo que el joven esperaba.

A comparación de antes, esto fue un gran cambio, según la explicación del joven Auror. Todo se debía a la creación de La Niebla en todo el mundo. Sin importar lo que hicieran las personas sobrenaturales —ya fueran magos, hombres lobo, vampiros, etc.—, sus acciones se modificaban en las mentes de las personas comunes, e incluso la tecnología se veía alterada parcialmente.

Esto sucedía porque la Niebla alteraba la realidad. No lo suficiente como para hacer alteraciones reales, pero sí para modificar lo mínimo necesario y alterar la percepción a los ojos de la gente común y de la tecnología.

Siempre y cuando esta tecnología no estuviera especialmente desarrollada para detectar lo sobrenatural, la gente no notaría la diferencia. Lo cual, hasta ahora, no había sucedido, al menos que él supiera.

Aparentemente, antes de la creación de la Niebla y a comienzos de la llegada de las distintas sociedades a este mundo, el conflicto por territorio y algunos enfrentamientos con la gente común generaron ataques entre los ejércitos de los diversos países y las sociedades sobrenaturales.

En ese momento, un grupo misterioso de poderosos seres recién llegados y alguien aparentemente nativo de esta realidad, junto a su organización, se unieron y desarrollaron "La Niebla" a lo largo de todo el mundo.

Desde ese momento, la gente sobrenatural de diversas sociedades se sintió más confiada y relajó un poco sus estándares en cuanto a ocultación, pero sin dejar de estar atentos a no exponerse demasiado.

Esto sucedía porque, a pesar de que la gente común no pudiera verlos, no todos en este mundo eran personas comunes. Quizás por alguna herencia, talento o algún motivo aún desconocido, de vez en cuando se topaban con personas que sí podían verlos.

Y si esta gente que puede verlos indicara a las otras cómo encontrarlos, o peor aún, fuera parte de la gente que sigue buscando indicios de cómo o por qué desaparecieron, la situación podría ser desastrosa.

Después de todo, no sería fácil si de repente la gente común decidiera que el sacrificio por deshacerse de su sociedad valía la pena y estallaran sus casas con bombardeos.

Por ese motivo, se desarrolló un cuerpo del orden, encargado de hacer cumplir y preservar el secreto de la sociedad sobrenatural a la sociedad común. El nombre elegido, según el joven Auror le dijo a Alex en su explicación, era el cuerpo de Aurores.

Un nombre reutilizado, pero que a la gente parecía agradar, o por lo menos, estaban suficientemente satisfechos como para permitir que se quedara así.

La ubicación de la zona comercial sobrenatural, o como era más comúnmente llamado, "El Bosque Susurrante", se debía a que su entrada se encontraba en un bosque, o al menos, su imagen.

Pues lo que para la gente común parecía un bosque frondoso, peligroso y oscuro, se convertía en una zona comercial ruidosa y llena de gente en movimiento al acercarse.

Una combinación de la Niebla con "encantamientos repelentes de muggles", como lo llamó el joven Auror, eran los responsables de la ocultación de su pública y bastante activa zona comercial.

Sirviendo ahora como una zona neutral, un punto de encuentro donde personas de diversas comunidades sobrenaturales podían interactuar y comprar diversos materiales e ingredientes.

Y aunque la unión de comunidades aumentó la variedad y trajo consigo lo que algunas personas con mayor esperanza llamarían "Diversidad Cultural", también acarreó diversos problemas.

Por una parte, estaban las familias o miembros de la sociedad perdidos; algunos que durante el trayecto se quedaron atrás o que, de plano, nunca fueron arrastrados a esta nueva realidad.

Por otra parte, estaban los que se vieron arrastrados aquí y causaron problemas nada más llegar, tales como algunos individuos con moralidad dudosa o criaturas violentas por naturaleza, como los dragones.

Lo positivo desde la perspectiva de la entrada limitada a este mundo, es que individuos peligrosos o violentos como los dragones llegaron, pero en cantidades limitadas.

Lo cual, aunque encareciendo los productos confeccionados con sus materiales, ayudó a ocultar mejor su sociedad, en comparación a cómo podría haber sucedido en el caso de que una granja de dragones completa aterrizara en medio de una ciudad.

La zona comercial era concurrida. Aunque parecía asemejarse a una calle, siendo esta alargada y con puestos y tiendas de diversos tipos a ambos lados de ella. Esta distribución a Alex le pareció muy práctica, pues generaba una mayor sensación de inmersión al entrar y si buscabas algo, solo tenías que caminar en línea recta hacia tu objetivo.

A ambos lados de las calles, podían verse muchas personas extrañas. Había personas con vestidos y sombreros puntiagudos que parecían ridículos a sus ojos. Pero también podían verse diversos tipos de personas "únicas".

Había personas cuyo cabello parecía moverse bajo sus gorras, grupos de gente ligeramente pálida y con lentes oscuros, e incluso gente, o quizás, mejor dicho, criaturas extrañas.

Desde un esqueleto viviente que pasó caminando frente a él vestido con lo que parecía un elegante traje italiano, hasta personas con dos cabezas, personas que caminaban dormidas, gente más peluda de lo común e incluso personas que parecían ser solo pelo.

En efecto, esta sociedad estaba resultando mucho más rara de lo que esperaba y aunque parecía haber gente de todo tipo, las personas aún parecían estar a cierta distancia unos de otros de vez en cuando.

Claro, algunos parecían simplemente estar paseando por un centro comercial normal, pero otros parecían mostrar un poco de asco en sus ojos. Sin considerar eso, y si te acostumbrabas a sus peculiaridades, Alex pensó que esta sociedad podría llegar a ser más interesante de lo que creyó originalmente.

La temática peculiar y la gran variedad de gente generó diversos estilos de ropa, y por lo tanto, aunque lo que llevaba puesto era viejo y le quedaba un poco grande, no había problema en destacar, puesto que había mucha gente que destacaba más que él.

Siguiendo el siguiente paso de las indicaciones del joven Auror, se dirigió hacia lo que parecía un gran edificio blanco. Destacaba bastante y estaba un poco torcido, lo que hacía difícil para Alex creer que la gente común no pudiera notarlo, puesto que el edificio parecía bastante más alto que los árboles de la entrada a la calle.

La lista de clases escolares incluía una variedad de actividades. Además de las que parecían de magia —como clases de Transfiguración, Encantamientos, Pociones y Artes Oscuras y Defensa—, también había otras materias como Herbología y Botánica, Control de Emociones y Habilidades, Zoología y Esgrima.

También muchas otras como Música, Hidrología, Escritura, Artes Visuales, Historia, entre otras que escuchó en las conversaciones de camino al banco. Aparentemente, muchas de estas clases dependían tanto de las habilidades como de la raza del individuo y algunas otras pocas de sus intereses personales.

Lo que convertía esta escuela en una donde se podían desarrollar una amplia variedad de habilidades. Por las palabras del Auror, él debería ser catalogado como mago, pero eso no lo privaba de inscribirse a otras asignaturas que le interesaran.

Cada materia general tenía indicados los materiales necesarios, que eran principalmente libros y otros materiales más generales como cuadernos, lapiceros para escribir, el uniforme escolar y, en caso de ser un mago o algo similar, una varita o canalizador.

Existían quienes lo necesitaban y quienes no. Había magos tradicionales como los magos originarios del Hogwarts clásico y sus descendientes. También había criaturas y marginados con habilidades mágicas, algunos catalogados como brujas y hechiceros, otros, con afinidades energéticas mucho más claras, como las sirenas procedentes de la sociedad marginada y su hidroquinesis.

Así como estos, existía gente cuya habilidad era la piroquinesis, electroquinesis, control de la energía vital para curarse a sí mismos y, en menor medida, a otros, etc. Según las palabras del mago, él debería ser un mago tradicional, ¿verdad? Bueno, no lo sabía con claridad, pero tendría que averiguarlo pronto.

Finalmente, Alex logró llegar al banco. Al entrar, vio que las cabinas de atención estaban llenas en su mayoría por lo que parecían personas, pero más pequeñas.

También había una que otra criatura que él no supo nombrar y una cantidad mínima de lo que parecían ser "personas normales", pero todos eran minoría en comparación con los hombres bajitos. Estos "hombrecitos" tenían dedos largos y narices puntiagudas.

Algunos poseían también orejas puntiagudas que completaban el conjunto, además de caras que parecían constantemente enojadas. Con ligero nerviosismo por lo que él consideraba su primer contacto oficial con esta extraña sociedad, dio un paso adelante y preguntó a un guardia: "Vengo a retirar la beca escolar, ¿dónde tengo que formarme?"

Con un asentimiento ligero y una mano extendida, el guardia que parecía demasiado abultado para pasar por una puerta normal, le indicó la primera fila de izquierda a derecha. Se formó en la fila y esperó. Al llegar su turno, lo que describió como un duende, pero más puntiagudo, lo atendió. Este lo miró con una mirada entre cansada y enojada. Sin vacilar y rápidamente le dijo a Alex: "¿Asunto?"

No dijo más, solo eso, y Alex, comprendiendo que este tipo no quería hablar con él, respondió con lo que creyó era la misma sequedad y frialdad: "Beca Escolar."

"Nombre y carta", dijo el duende, con un tono que no dejaba espacio a dudas ni preguntas. En silencio, Alex entregó la carta y dijo su nombre. No sabía por qué le preguntaban su nombre, cuando bien podría mentir y cobrar la beca de otro, pero supuso que el banco tenía medidas de seguridad contra eso; después de todo, era un vacío legal demasiado evidente y la pregunta sobre su nombre no parecía ser tan simple en su propósito.

Después de revisar la carta durante un tiempo corto, el duende puso una cara de molestia aún mayor de la que ya tenía, generando que Alex se sorprendiera un poco. Finalmente, tomó una pequeña bolsa de debajo de su escritorio y se la entregó a Alex. Luego de eso, se le quedó mirando fijamente, como si estuviera diciendo "Lárgate" con los ojos.

Para su decepción, la bolsa era pequeña, y aunque podrían caber varios fajos de billetes enrollados en ella, la forma, el peso y el sonido le indicaban que lo que recibió fueron galeones. Los galeones eran la moneda principal de la sociedad mágica antes de llegar a este mundo. Al parecer, seguía siendo la principal, pero ahora los cambios por moneda común eran mucho más frecuentes.

Al volver a recibir su carta, Alex se retiró del banco, viendo una vez más aquella extraña pero nueva realidad suya. Este sería su mundo ahora. Con un movimiento calmado, se retiró y comenzó a observar los diversos escaparates de las tiendas.

Había comida con sabor a sangre, restaurantes de carne cruda —lo cual en su opinión era inútil, pero al parecer estaba bastante lleno—, diversos ingredientes con sabor a sangre, tiendas de pociones, tiendas de bromas que incluían desde cambios de color de pelo hasta dragones hechos de fuegos artificiales y tiendas de ropa.

Fue a una tienda de ropa que exhibía desde trajes comunes de diversos tipos hasta esos extraños vestidos y sombreros puntiagudos en los diversos maniquíes repartidos en la tienda.

Dentro de la tienda, había un niño de pelo negro azabache probándose la ropa. El niño parecía ser saludado de vez en cuando, o mirado a través de la ventana, pero no era tan frecuente.

Los que solían mirarlo parecían presentar un patrón: la mayoría estaba vestido con "vestidos" y uno que otro llevaba sombreros puntiagudos, principalmente los más viejos.

Alex supuso que el niño debía ser conocido, pero, por la ropa que llevaba al salir de la tienda, no parecía ser alguien con mucho dinero; también tenía una cara de innegable confusión sobre lo que estaba haciendo.

Alex lo miró un par de veces, pero luego lo dejó de lado; después de todo, ese niño no era su problema ni le interesaba conocerlo. Al darse cuenta de que era su turno, dio un paso adelante y se acercó a la regordeta dueña de la tienda.

Nada más llegar, le preguntaron si venía por los uniformes escolares, le realizaron varias medidas y le dijeron que los viniera a retirar en una hora. Asintiendo con la cabeza, se fue y comenzó su larga búsqueda de libros escolares.

Deteniéndose en algunas tiendas que le parecieron curiosas, como una que tenía armaduras de combate y otra que tenía escobas voladoras.

Finalmente, con su dinero casi agotado, se dirigió a comprar una varita mágica. Comenzó a caminar hasta el final de la calle, hasta toparse con una tienda destartalada. De la tienda, salió una niña con lo que parecían sus padres.

La madre era pálida, alta, elegante y parecía mantener una expresión serena de forma constante. El padre era ligeramente más bajo que ella, llevaba un traje y un fino bigote característico.

La hija, a pesar de que también era pálida como su madre y vestía de negro, distaba mucho de la actitud emocionada de sus padres. Parecía fría y observadora, pero también sarcástica por las respuestas que daba a las preguntas de su emocionado padre y su serena madre.

Llevaba consigo una varita aparentemente recién comprada entre sus manos y la analizaba inquisitivamente. La varita parecía un palo negro puntiagudo, casi sin ningún diseño, liso e inflexible.

Alex se preguntó si en vez de una varita, eso era una aguja negra de madera. Dejando de prestar atención a aquella niña monocromática y su familia, Alex se dirigió hacia la puerta de aquella tienda para conseguir su propia varita, mientras se ponía a pensar en su mente cómo sería.

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