22 de junio de 1991. En una oficina secreta, ubicada en un sector secreto de una base oculta de cierta organización.
Nick Fury, observó la pantalla con una mueca de incredulidad. Como Agente alto nivel de S.H.I.E.L.D., su acceso a la información era limitado, pero lo que veía en este terminal desclasificado del Bunker Alfa era suficiente para darle jaqueca.
Los datos, eran breves y estaban llenos de huecos, hablaban de inexplicable cosas inexplicables y sucesos que, aunque aparentemente distantes e inconexos, se veían fácilmente relacionados si se consideraba la fecha en que ocurrieron todos ellos.
Superhéroes y amenazas cósmicas eran cuentos de fantasía para la mayoría, pero Fury había visto suficiente para saber que el mundo era mucho más extraño de lo que el ciudadano promedio imaginaba. Pero esto... esto era diferente.
Durante años, la División Estratégica de Intervención Nacional, Aplicación de la Ley y Logística --S.H.I.E.L.D., para abreviar-- habían lidiado con lo inexplicable a lo largo de todo el mundo.
Ofreciendo protección a las naciones mientras la mayor parte de sus habitantes ignoran el peligro que los rodea día a día. Luego de la segunda guerra mundial y bajo el liderazgo de Howard Stark, un brillante ingeniero, inventor, empresario y fundador de Industrias Stark. Junto a Peggy Carter, reconocida por ser una valiente agente de la Reserva Científica Estratégica (SSR) durante la guerra mundial reciente.
Bajo el apoyo de algunos miembros de los comandos aulladores –un comando de soldados de elite que lucharon en la segunda guerra mundial contra el Eje y la organización malvada reconocida como Hydra– quienes fueron liderados por Nick Fury, se unieron en una iniciativa.
La idea original pero también ambiciosa, de crear una organización que, existiendo entre las sombras --desconocidos para la mayor parte del mundo a excepción del consejo mundial y los miembros de sus diversos países-- tuviera como objetivo proteger al mundo de las diversas amenazas que la gente no puede ver, o de las que nunca se entera.
Amenazas que incluyen el terrorismo. Investigación y contención de individuos, objetos o situaciones peligrosas. E incluso, la contención e investigación de objetos de procedencia y origen desconocidos como el Teseracto; Objeto de origen desconocido, que contenía una energía aparentemente infinita, usado en la segunda guerra mundial por la Alemania nazi para desarrollar armas de energía muy avanzadas para su tiempo.
Actualmente se frotaba la sien, su ojo izquierdo entrecerrándose ante el brillo del monitor. Recientemente su ojo izquierdo había estado irritable, consecuencia de constantes dolores de cabeza e informes que debía leer a través de una pantalla luminiscente.
"¿Qué demonios es esto, Hansen? No me digas que es otra de tus paranoias del Área 51." El técnico de comunicaciones, un tipo nervioso con gafas gruesas, se encogió de hombros.
"Son los últimos informes, señor Fury. Anomalías. Patrones que no encajan. Desde hace, como, once años, pero que gradualmente fueron disminuyendo, hasta que un día de golpe, se detuvieron.
Interferencias en satélites de baja órbita. Señales de energía que aparecen y desaparecen. Pequeños sismos sin explicación geológica. Y luego están los testigos, o lo que queda de ellos."
Fury gruñó. "Siempre es lo mismo." Fury leyó los resultados de los análisis realizados a los "testigos" que pudieron encontrar con desdén: "percepción alterada, desorientación, alucinaciones masivas".
Pero Fury leía entre líneas. Había informes de edificios en zonas urbanas densamente pobladas que, un día, parecían simplemente no estar allí, como si el cerebro de la gente los borrara.
Cada agente que posteriormente se acercara a esa zona, perdería el interés en estar allí repentinamente, o pensaría que tiene algo urgente que hacer.
Y en el rebuscado caso de que alguien aún así, lograse entrar, lo lograría ver nada fuera de lo común, aunque este no se enteraría pues los pocos afortunados en lograr entrar en lugares así y poder volver, solían volver sin su memoria.
Grabaciones de seguridad con extrañas distorsiones donde, por un segundo, se vislumbraba algo que desafiaba la lógica, solo para ser engullido por el ruido blanco.
O, peor aún, incidentes donde gente había afirmado ver "monstruos mitológicos'' o "personas con sombreros puntiagudos y túnicas extravagantes", para luego retractarse o ser encontrados con una memoria confusa.
Según se logró analizar de esta ultima categoría de gente, se encontró que solían tener mentes fuertes, pero eran extremadamente escasos, incluso después de búsquedas a lo largo de todo el mundo podrías no encontrar gente como ellos, lo cual podría ser fruto de un talento, o de que esa persona estuviera simplemente loca.
La gran mayoría de esos testigos, solían ser niños, los cuales al tener una gran imaginación podrían decir cosas como esa. Imaginación misma por la cual, los niños menores a cierta edad solían ser descartados como testigos, puesto que las autoridades no solían tomar con seriedad las palabras de los niños.
Una cortina, una muralla, un velo, o alguna mierda fantástica se había expandido a nivel mundial. Una jodida cortina global había caído hace once años, pensó Fury.
Justo el mismo año en que esos "eventos de aparición masiva" comenzaron a registrarse en todo el planeta. Informes de figuras que se materializaban en medio de ciudades, otros en páramos remotos.
Al principio, hubo pánico, intentos de contención por parte de las fuerzas armadas. Pero luego, de repente, todo se detuvo. Los archivos se quedaron vacíos, las investigaciones archivadas con un "ninguna confirmación real". Como si todo se hubiera esfumado.
"Quiero todos los archivos sobre las llamadas 'anomalías fantasma' en el Reino Unido y Estados Unidos," ordenó Fury, su voz tensa.
"Prioriza cualquier informe de testigos que mencione figuras con túnicas, personas con rasgos animales, o individuos con comportamientos 'antinaturales'."
"Y busca patrones de energía residual en las zonas con mayor concentración de testigos pasados, existentes en los registros posteriores a la supuesta desaparición de todas estas 'personas'."
Estos dos países, fueron los que tuvieron la mayor cantidad de "eventos anómalos" registrados durante el año en que comenzaron las apariciones a lo largo de todo el mundo.
Quedando así registros que apuntaban a una conclusión; Si se quería encontrar respuestas y pruebas de que estos eventos no solo fueron reales, sino también, llegar quizá algún día a la explicación de que son y por que sucedió todo esto, estos dos países deben ser los primeros en investigarse.
La pantalla parpadeó, y una serie de fotografías borrosas y grabaciones de seguridad granuladas aparecieron. Una figura indistinguible con lo que parecía un sombrero puntiagudo pasando por un callejón que, en los mapas posteriores, parecía no existir.
En la pantalla se mostraba una grabación hecha hace un par de años, antes de la "desaparición" de todas esas irregularidades. La cámara de vigilancia colocada en ese lugar, actualmente mostraba una zona extrañamente vacía, como si absorbiera la luz, y una pequeña distorsión en el audio sonaba como un eco lejano de voces extrañas.
"Es esa cosa, esa cortina", pensó Fury, el concepto que susurran algunos teóricos marginales. La misma "niebla" que impedía a sus sensores obtener una lectura clara de ciertos lugares. La misma "niebla" que convertía datos sólidos en ruido digital para el ojo inexperto.
De ser real. Alguien, o algo, había tejido una ilusión a escala planetaria. No para cegar completamente, sino para disuadir, para hacer que el mundo ordinario simplemente "mirara a otro lado".
Era una medida brillante, y desesperante. No se podía combatir algo que tu propio cerebro te decía que no existía. Pero Fury no se consideraba parte del mundo ordinario.
Había visto suficiente en sus años en el campo, suficientes cosas que desafiaban la lógica, como para aceptar excusas fáciles.
Los patrones estaban allí, si sabías dónde buscar las grietas en la ilusión. Pequeños picos de energía residual, interferencias inexplicables en las comunicaciones, cambios sutiles en los patrones de comportamiento humano cerca de ciertos "puntos ciegos".
"Localiza cualquier rastro de energía sobrenatural residual en un radio de cinco kilómetros del edificio del Parlamento, Londres," dijo, la voz apenas un susurro.
"Y cruza esos datos con los patrones de desapariciones locales de las últimas veinticuatro horas. No importa lo pequeño que sea el incidente. Quiero los datos más puros, no las conclusiones de Hansen."
Los agentes procesaron la orden y rápidamente comenzaron a seguir las instrucciones. Luego de un tiempo el mapa de Londres en la pantalla se centró en Westminster.
Un pequeño punto, apenas perceptible, parpadeó en un callejón oscuro muy cerca del Big Ben, una anomalía que un sistema normal habría descartado como ruido.
Pero para Nick Fury, Agente Nivel 7, ese pequeño parpadeo era una confirmación. Una señal, tal vez podrías considerar a Nick Fury paranoico, pero esa misma paranoia lo había salvado en innumerables veces y con el tiempo, se convirtió en un instinto.
La cortina podía estar ahí, pero él siempre encontraba la forma de buscar por debajo de ella. Y algo, o alguien, había dejado una huella. Una huella que él, con los pocos recursos a su disposición, estaba decidido a seguir.
Pero esta búsqueda, inevitablemente, debido a las limitaciones tecnológicas de la época, se vería ralentizada, quedando por ver cuanto tardarían realmente en encontrar algo. No solo por sus limitaciones de tecnología, sino también de tiempo y de gente.
Nick Fury era un agente de alto nivel y por lo tanto podía tener gente bajo su mando incluso acceder a archivos y datos considerados clasificados, pudiendo tomar decisiones consideradas importantes.
Pero este no era un agente de nivel 10 ni el líder de la organización que, en un futuro, seria llamada SHIELD, por el acrónimo de su nombre en inglés.
El puede comandar personas para que busquen la información que el quiere, pero no tiene ni puede dedicar todo el tiempo a esto.
Existen misiones en la que el mismo tiene que verse involucrado y cumplir, al igual que los otros agentes de alto nivel, junto con muchas instrucciones y gestión que realizar.
Pues, aunque con un mayor nivel vienen mayores derechos, mayores son también las obligaciones y deberes que debe cumplir en la organización.
Mientras Nick Fury terminaba de analizar los datos del callejón, el ascensor del Bunker zumbó. No era el ascensor principal; era la línea de emergencia que se activaba solo cuando las amenazas eran inmediatas o el acceso requería la máxima discreción.
Su único ojo se estrechó. Nadie usaba esa línea a menos que fuera de vida o muerte, o para un asunto que no podía esperar el papeleo habitual.
La puerta de metal pesado se deslizó con un silbido, revelando no a un equipo de ataque o un agente de campo cubierto de tierra, sino a una figura inesperada. Era Phil Coulson.
En ese entonces un prometedor agente Nivel 6, de pie con una carpeta de archivos gruesa bajo el brazo. Su rostro, normalmente impasible, mostraba una inusual tensión.
"Agente Coulson," dijo Fury, con su voz áspera, una pregunta implícita en su tono.
Coulson no perdió el tiempo. "Director Fury, lamento la interrupción, pero acaba de llegar un informe clasificado directamente de nuestros contactos, pero lamento informar que los informes indican rumores preocupantes.
Fury levanto la vista, con una mirada de ligera irritación, pero también de burla y respondió: "¿Otra vez los rusos y sus fantasmas? No tenemos tiempo para leyendas, Coulson."
"No es una leyenda, señor" dijo Coulson con una mirada seria y ligeramente preocupada. "Es algo más concreto."
"Nuestras fuentes en Rusia están empezando a susurrar. Rumores débiles, muy inconsistentes, sobre una serie de asesinatos de alto perfil y robos de tecnología sensible que han estado ocurriendo en la antigua Unión Soviética y sus estados satélites."
Fury con una mirada ya menos relajada contestó: "¿Y qué los hace diferentes a los habituales ajustes de cuentas post-Guerra Fría?" y, de forma rápida y concisa, el agente respondió "La consistencia en lo poco que se filtra señor."
"Ausencia total de testigos, sistemas de seguridad evadidos sin rastro, y las víctimas con un patrón de ejecución metódico y casi quirúrgico. Algunos lo llaman 'El Fantasma de Invierno' o 'El Silenciador'. Las descripciones son... demasiado profesionales, inhumanamente eficientes."
Fury Levanta la vista, interesado, aunque escéptico. "¿Inhumanamente eficientes? ¿Estamos hablando de otro experimento fallido de súper-soldados soviéticos?" dijo con cara de cansancio "Pensé que eso había terminado hace décadas."
"Eso es lo que nos gustaría pensar." Dijo Coulson con la misma cara de cansancio que su superior "Pero estos rumores sugieren que algo no terminó, o resurgió."
"Parece ser una única mano detrás de estos eventos, operando fuera de las estructuras convencionales."
"Podría ser un nuevo tipo de operativo o algo que desconocemos por completo. De momento, lo hemos clasificado como 'ANI-77' por 'Activo No Identificado'."
Fury se reclinó en su silla, pensativo, cruzando los brazos. "¿Un fantasma letal con nombre de estación?" "¿Y crees que esto es más que propaganda o paranoia en un país que se desmorona?"
"Los datos son escasos, sí, pero la repetición de los patrones en los distintos incidentes es lo que me alerta" respondió Coulson esta vez tratando de mostrar toda su preocupación en su ceño fruncido.
"Es como si una pieza muy peligrosa estuviera empezando a moverse en el tablero. Sugiero que empecemos a investigar a fondo estos rumores, director."
"Antes de que este "fantasma" decida cruzar fronteras."
Fury se giró para mirar por la ventana, con una expresión sombría. "De acuerdo, Coulson" Respondió con voz esta vez más decidida.
"Empieza a cavar. Pero con discreción. No quiero que esto se convierta en una cacería de brujas sin pruebas sólidas."
"Así se hará señor", dijo el agente Coulson, retirándose finalmente de la oficina y habiendo dejado a Nick Fury solo en ella. Donde este último se pondría a pensar, en por que había elegido un trabajo tan estresante.