La visión de Gótica en ruinas era una tortura para Batman. Cada paso a través de la ciudad en escombros era un puñal en su conciencia. Vio figuras de lo que parecían ser miembros de su Bat-familia, caídos y derrotados, sus símbolos de esperanza destrozados. Se enfrentó a ilusiones de los villanos riendo entre las llamas, celebrando su victoria. Este no era un desafío físico que pudiera superar con un batarang o un golpe bien colocado; era una guerra psicológica.
La respuesta de Batman no fue la rendición. Fue la resistencia. Con cada alucinación, con cada voz burlona, se afianzaba más en su voluntad. Este no era su Gótica. Esto no era real. Había una mente detrás de esto, y esa mente sería expuesta. La desesperación se transformó en una determinación fría y cortante. Si era una pesadilla, encontraría al soñador y lo despertaría.
Liam observaba desde su base improvisada, fascinado y un poco perturbado. La "puntuación de desesperación" de Batman había subido drásticamente al principio, pero luego había empezado a estabilizarse y, finalmente, a descender, siendo reemplazada por una "puntuación de determinación" que se disparaba. El sistema le mostraba gráficos y análisis de las respuestas cognitivas del Caballero Oscuro. La mente de Batman era un bastión inquebrantable.
"Increíble", murmuró Liam. Había intentado romperlo, pero en su lugar, había forjado su voluntad aún más. "Este tipo es de otro nivel".
El clímax de la simulación llegó cuando Batman se encontró de pie sobre los restos de lo que parecía ser la Mansión Wayne, ahora una cáscara carbonizada. De entre las ruinas emergió una figura, una amalgama de sus peores miedos: la silueta del Joker con los ojos vacíos de sus padres.
"¡Mira tu legado, murciélago! ¡Todo lo que tocas se desmorona!" la voz, una cacofonía de risas familiares, se mofó.
Pero Batman no flaqueó. "Esto no es real", rugió, y con una voluntad pura que pareció reverberar a través de la simulación misma, se lanzó contra la ilusión. No había golpes físicos, solo la colisión de voluntades. La ilusión del Joker-fantasma se tambaleó, su forma se distorsionó.
En ese instante, Liam sintió una poderosa retroalimentación del sistema. Era como si una corriente eléctrica lo atravesara, no dolorosa, sino electrizante. La simulación de "Gótica Caída" se disolvió abruptamente.
[Simulación 'Gótica Caída: El Último Centinela' completada por un participante clave.][Puntuación de Determinación de Batman: LEGENDARIA.][Nivel de Dominio de la Realidad Aumentado.][Recompensa Otorgada: Persuasión Conceptual (Nivel Básico).]
Liam parpadeó. ¿Persuasión Conceptual? Una nueva opción apareció en la interfaz del sistema, con un pequeño ícono de una mente.
Persuasión Conceptual (Nivel Básico): Capacidad para influir sutilmente en las percepciones y pensamientos de los individuos, haciéndolos más receptivos a ciertas ideas o sugerencias. Efectividad limitada a conceptos simples y períodos cortos.
"¡Guau!", exclamó Liam. Esto era enorme. No era control mental, pero podía plantar semillas, ideas. Podría influir en decisiones menores, dirigir la atención de alguien, hacer que una idea le pareciera más atractiva o más lógica. Podía ser el susurro en el oído del Universo DC.
Mientras tanto, en la Batcueva, Batman estaba de vuelta, de pie en su plataforma de diagnóstico. Su corazón latía con furia contenida. Su mente repasaba cada detalle de la simulación. La perfección. El impacto emocional. La intención maliciosa. Pero también... una pregunta persistente. ¿Quién podría crear algo así? ¿Y por qué? No era un simple ataque de villano; era demasiado sofisticado. Era un desafío, una prueba.
"Alfred", dijo Batman, su voz tensa. "Quiero que busques cualquier patrón, cualquier conexión entre estos dos 'eventos'. Algo se está gestando en Gótica, algo que no podemos golpear, pero que me está jugando como a una marioneta. Y no me gusta."
Liam, desde su almacén, ya estaba pensando en su próximo movimiento. Con la persuasión conceptual, las posibilidades se expandían exponencialmente. Ya no solo crearía desafíos; podría empezar a influir en quién los jugaba, y cómo reaccionaban a ellos. El tablero de juego de Gótica se estaba volviendo mucho más interesante.