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Chapter 4 - Capitulo 4 "Elfa aterradora"

Crear su equipo fue su prioridad; tal vez en unos años saldría a explorar el mundo. Se dio cuenta, y dicho por el mismo Eisen, que ya no tenía nada más que enseñarle. Ahora solo quedaba entrenar por su cuenta hasta alcanzar el nivel de Eisen.

Un día, mientras exploraban los bosques para eliminar algunas bestias mágicas, se encontraron con un dragón.

Era el material que necesitaba para crear su bastón mágico.

En general, la escama de dragón produce los segundos bastones más poderosos, con una gran reserva de energía. Con ellos se pueden realizar encantamientos llamativos. Los bastones de dragón tienden a acoplarse más lentamente a su dueño, debido a que este núcleo usualmente tiene el mismo temperamento del dragón del cual fue retirada. Asimismo, estas varitas tienen una extraña inclinación por los magos oscuros; si bien muchos magos comunes las pueden utilizar, suelen elegir a magos que tienen una leve inclinación hacia el mal.

Aunque no fue difícil derrotar al dragón, lo más complicado fue crear el bastón. Tenía un aspecto bastante dracónico, pero no bastaba solo con el núcleo del bastón; necesitaba algo que lo sostuviera y que aguantara su poder.

Tuvo que encontrar algún árbol que hubiera absorbido la magia del ambiente durante años y años hasta transformarse en algo sumamente mágico.

Pero por mucho que buscó, no encontró ninguno. Así que tuvo que buscar un árbol de madera de olivo. Día tras día dotaba de todo su maná a la madera para volverla mágica. Aunque era un procedimiento crudo y rudimentario, no tenía otra opción.

Ya que encontrar un árbol que haya absorbido maná y se haya adaptado al maná para volverse básicamente un árbol mágico le tomaría mucho tiempo, necesitaba el bastón para canalizar de mejor manera su magia hasta acostumbrarse a no usarlo.

Aún no era un experto; había maneras de usarlo, pero aún se lastimaba con los retrocesos de maná. Sin embargo, cada vez era menos frecuente lastimarse.

Olivo: Los bastones de olivo no se fabrican tan a menudo como los demás, considerándose inclusive como los menos usuales de todos. Estos bastones son sumamente poderosos y suelen ir con magos cuyas metas e ideales trascienden más allá, pudiendo tener un efecto grande a futuro. Sin embargo, no se llevan bien con los magos oscuros o aquellos que dudan de su alineación mágica. Un aspecto curioso es que los poseedores de una varita de olivo tienen la inusual habilidad de conversar con otros seres mágicos en sus lenguas nativas, incluso cuando no se han preocupado por aprender la lengua en otro momento.

Era algo contradictorio, ya que su núcleo se inclinaba ligeramente hacia la magia oscura, pero la madera de olivo iba solo hacia los magos no oscuros. Por eso había hecho esto: esa sinfonía entre el bien y el mal hacía que el bastón fuera mucho más poderoso al tener esas contradicciones.

Aparte de entrenar y familiarizarse con Eisen, no había hecho mucho en estos tres años. Había notado algunas cosas curiosas del sistema.

Por el momento solo tenía dos funciones: la primera función era el [Estado], que mostraba cada una de sus estadísticas.

[Nombre: Stark]

[Fuerza: A]

[Durabilidad: A]

[Agilidad: A+]

[Magia: B+]

[Suerte: B]

Magia: [Shamak] [Zoltraak] [Magia Elemental] [Magia de Barrera] [Vuelo] [Flecha de Fuego]

Habilidades: [Espada Larga de Luz] [Golpe de Brazo] [Lightning Strike] [Espada Larga del Silencio] [Creador de Objetos Mágicos]

Arte: [Estilo del Dios de la Espada] [Rango Santo] [Manejo con el Hacha] [Mago]

La segunda función eran las misiones; había misiones principales y algunas misiones espontáneas, como hacerse discípulo de Eisen o conocerlo. Ese sistema de misiones era bastante espontáneo.

Pero las únicas misiones duraderas eran:

[Misiones]

[El camino del Guerrero]: Alguien que se forjó desde el principio para ser un guerrero pero no quiso quedarse solo en eso; por lo tanto, se esfuerza día a día para ser el mejor.

[Derrota a Eisen] [Recompensa ???]

[Camino de la Magia]: Logra la cúspide de la magia; que tu magia sea tan fuerte e imparable que nadie pueda oponerse a tu poder.

[Llega a la cúspide de la magia] [Recompensa ???]

Aunque podía ver otras funciones, por el momento estaban inactivas. En estos tres años eso fue todo lo que logró conseguir.

Aunque el núcleo del dragón se adaptó más rápidamente a él -ya que aunque no lo admitiera su personalidad era algo retorcida- podría volverse un mago oscuro en cualquier momento sin dudarlo. Sin embargo, se mantenía en el camino recto solo porque Eisen lo había entrenado y él era un héroe.

Era un día cualquiera; se había levantado para seguir perfeccionándose con su espada cuando su maestro Eisen lo sorprendió con una propuesta.

-Stark, sé que eres un hechicero increíble y que tu camino en la magia se ha retrasado un poco. No tengo nada que enseñarte en esa rama, por lo que hace un tiempo estuve intercambiando cartas con un amigo mío, y él está más familiarizado con la magia que yo. Haremos un viaje; te quedarás un año entero con él, entrenando bajo su tutela. Nos veremos en un año. Prepara tus cosas, saldremos en una hora.

Aunque fue una sorpresa, Eisen era así; un año para un enano debería ser un poco de tiempo.

-De acuerdo, maestro, iré a prepararme -respondió Stark.

Podía sentir la mirada de Eisen; había estado sonriendo más a menudo. Parecía feliz por su progreso como guerrero, y eso lo alegraba.

Aunque fue inesperado, no se quejó. Si podía aprender más hechizos y algunas magias solo por entrenar con el amigo de Eisen, estaría de acuerdo.

Preparó su equipo; no era tan pesado para viajar. Llevaba sus herramientas mágicas, pero al viajar con un hacha y espada más su bastón, tendría que terminar más rápido su herramienta de bolsillo.

Aunque no era un experto en magia del espacio-tiempo, estaba creando un pequeño espacio para poder guardar sus cosas sin problemas. Sería problemático estar llevando todo en una maleta o mochila; sería algo molesto.

El problema era que las fórmulas mágicas y los círculos para crearlos eran muy complicados. Aunque tenía un poco de conocimiento, por el momento era un sueño de meses poder hacer una herramienta de bolsillo.

Sin otra alternativa, empezó su viaje caminando con Eisen. Le había propuesto llevarlo ya que había hecho [Capa mágica] para poder volar sin problemas. Los hechizos de vuelo eran bastante rústicos; había sabido por Eisen que la humanidad lo había copiado de los demonios y por eso eran tan malos hechizos. A pesar de tantos años, no lograban entender el procedimiento detrás del hechizo.

Solo podían volar en línea recta y los fuertes vientos podían desequilibrarlos y hacerlos caer. La gran cantidad de maná que consumía era bastante exagerada.

Por eso había perfeccionado la capa para pasarle maná y poder mantenerse en el aire todo el tiempo que quisiera y como quisiera. Ya no era necesario volar con los hechizos de vuelo que eran bastante defectuosos.

Pero Eisen se negó; solo le dijo alguna cosa filosófica como:

-No importa llegar rápido a tu destino; solo importa llegar mientras disfrutas el viaje -dijo Eisen con una sonrisa amplia mientras lo miraba esperando su respuesta.

-Está bien, Eisen, pero qué pérdida de tiempo -respondió Stark.

Eisen solo se rió mientras decía algo como:

-Los jóvenes de hoy en día no pueden disfrutar de la naturaleza; quieren hacer todo de prisa sin tomarse un segundo para admirar la vista.

Y así fue como comenzó su viaje a la [Ciudad Santa]. Fue bastante tranquilo; caminaban y caminaban cruzando bosques y ríos.

Por algunas montañas pasaron varios días bastante relajantes y calmados. Podrían correr a máxima velocidad y llegarían en pocos días, pero tal vez era la vejez: Eisen quería ir lo más lento posible.

Cruzaban montañas, cazaban animales para cenar por la noche y pescaban junto a Eisen en completo silencio mientras esperaban que el pez tomara la carnada.

Era tanta paz que se sentía liberador. Solo conocía la Aldea Guerrera y los lugares donde había ido con Eisen; nunca se había ido tan lejos de su casa.

Aunque era más rápido cazar los peces con sus armas dando solo un golpe al río que podría partir el suelo y causar que cayeran los peces desde la cascada de arriba, a Eisen le gustaba la pesca.

Siempre que no estaba entrenando lo veía cerca del río pescando en completo silencio; era bastante pacífico verlo completamente quieto como una estatua.

Continuó su viaje: mató algunas bestias mágicas y se cayó de una cascada hasta que finalmente llegaron a la [Ciudad Santa].

Lo que le pareció curioso fue que no habían ido a la ciudad; a algunos kilómetros en medio del bosque había una pequeña cabaña. Parecía hecha hace algunos años pero estaba bastante bien cuidada; había algunos cultivos de tomates y papas afuera cubiertos por una pequeña cerca.

Se acercaron con paso lento, Eisen caminando delante hasta que tocó la puerta.

Esperaron unos momentos hasta que pudieron oír la voz de una mujer al abrirla.

Y pudo encontrarse con Frieren. Como todos los elfos, Frieren tiene un par de orejas largas y puntiagudas. En cuanto a su apariencia física, posee una figura pequeña y algo esbelta; su cabello es gris plateado, largo y lacio, llegando hasta sus rodillas cuando está suelto. Ella mantiene peinado su cabello con dos largas coletas ubicadas paralelamente a ambos lados de su cabeza y un fleco partido en dos sobre su frente. Sus ojos son rasgados y verdes, con dos cejas pequeñas cortas y semiredondas que surcan su cara.

Sonreía con una expresión en blanco.

Su atención se dirigía hacia él cuando Eisen decidió presentarlo ante la elfa.

-Frieren, te presento a Stark. Es mi discípulo y venía para hablar con Heiter para que me hiciera un favor, pero tal vez podría pedirte ese favor a ti, ya que estás aquí.

Frieren solo entrecerró los ojos hacia él; parecía algo sorprendida, aunque su rostro se mantenía bastante indiferente al verlo. Pero rápidamente se recompuso y se movió a un lado para dejarlos entrar, mientras decía:

"Podemos hablarlo en la mesa. Heiter está sentado tomando una taza de té; pasa a saludarlo".

-Por cierto, mucho gusto en conocerte, Stark. Eres alguien sorprendente para ser de tan corta edad.

"Eh... Gracias?"

Estaba algo inquieto. La cantidad de mana que podía sentir de Frieren era mínima; era como si fuera una vieja hechicera, pero era imposible. Aunque había tratado de ocultar su mana, solo había podido suprimir la mitad. Aunque su trabajo no era el mejor, era un logro.

Suprimir la mitad de su mana a tan corta edad, además de que su mana aún seguía creciendo y tenía margen para seguir creciendo unos años más... Pero para no sentir casi nada del mana de Frieren, ¿cuántos años tendría que haber entrenado para esconder su mana de manera tan perfecta?

Podía sentir como su cuerpo daba leves temblores al verla a los ojos. No podría ganar; Frieren era un enemigo al que no podía enfrentarse, aunque quisiera. Ocultar su mana de esta manera... ¿qué clase de monstruo era Frieren?

Al entrar a la casa, pudo ver la sonrisa burlona de Eisen al verlo temblar. Era algo humillante, pero tenía que calmarse; estaba bien, aún tenía mucho tiempo para mejorar.

Caminaron por la casa de madera; a un lado estaba la cocina y en el centro había una mesa de madera con varias sillas para poder sentarse.

En medio de la mesa estaba un hombre bastante viejo; tenía arrugas por doquier y su pelo completamente blanco. Estaba tomando una taza de té con un aire de calma que lo envolvía.

Al acercarse, pudo ver cómo su rostro pasaba de ser relajado y tranquilo a mostrar una sonrisa mientras se levantaba lentamente para acercarse a Eisen y estrecharle las manos. Ambos sonreían felices de verse después de años sin encontrarse.

Empezaron las conversaciones entre ellos mientras se dirigían a la mesa.

-Estás muy viejo, Heiter. Parece que estás a punto de que la Diosa te tome si te descuidas -dijo Eisen, con una sonrisa que ocultaba su larga barba que caía por debajo de su barbilla.

-No juegues con eso, Eisen. Soy un joven de veinte años; todavía me quedan muchos y muchos años hasta que la diosa pueda reclamarme y felicitarme en el cielo -respondió Heiter, sonriendo de oreja a oreja al hablar con su viejo amigo.

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