El amo observa cómo su sirvienta, Lira, se entrega a su prometido en una escena de pasión y sumisión. La dinámica de poder y la complicidad entre ellos se intensifican durante una noche llena de deseo y desenfreno.
El amo se recostó en el sillón de cuero, con la mirada fija en la escena que se desarrollaba ante él. Lira, su sirvienta y protegida, yacía en la cama con las piernas abiertas, su cuerpo desnudo brillando en la tenue luz de la habitación. Su coño, rojo e hinchado, recibía con los brazos y piernas la polla erecta de su prometido, un hombre que el su propio amo le había conseguido entre todos los hombres del pueblo este es el que mejor me agrado y lo elegi como el prometido de mi amada Lira mi deseo cornudo es hacer que ella disfrute del placer que sepa que su amo la apoya y es su super fuerte señor que domina todo acompañandola en el adulterio,. El amo sonrió satisfecho al ver cómo su plan se desarrollaba según lo previsto.
El prometido, un joven apuesto y vigoroso, embistió con fuerza, deslizando su pene dentro y fuera del coño de Lira con un ritmo constante. El amo se acercó, su presencia silenciosa pero imponente. Con dedos expertos, comenzó a pellizcar los pezones de Lira, que ya estaban duros y sensibles. Ella gimió, y su voz se mezcló con los húmedos sonidos de la penetración.
—¡Oh, sí! —gimió Lira, arqueando su cuerpo hacia arriba mientras su prometido la llenaba por completo.
El amo observó con deleite cómo Lira se entregaba al placer, con el rostro enrojecido y los ojos cerrados. Sabía que había estado sometida a la voluntad de su prometido durante meses, pero ahora, en ese momento, regresaba a sus brazos, aunque solo fuera como espectadora de su propia sumisión.
—Mi amada sierva —murmuró el amo, con la voz cargada de afecto y deseo—. Eres tan hermosa cuando te entregas.
Lira abrió los ojos y su mirada se encontró con la del amo. En ese instante, el prometido se detuvo, con su pene aún hundido en su interior. Lira se incorporó, su cuerpo sudoroso brillando a la luz. Con un movimiento fluido, se acercó al amo, buscando los labios de él en un beso apasionado.
"Gracias", susurró, rozando los labios de la maestra. "Por todo".
El amo sonrió, acariciando las mejillas de Lira con las manos. Sabía que ella entendía su papel en todo esto. Le había conseguido un esposo, un hombre que la llenaría de maneras íntimas cuando el este ocupado viajando o en un trabajo ocupado este mundo murim es muy complejo pero sabe moverse y ser fuerte por eso le enseña a su Lira a sobrevivir Pero también sabía que Lira seguía siendo suya en cuerpo y alma, soy su gran protector y guardian
"Quiero que tengas un hijo con él", dijo el amo con voz firme pero llena de ternura. "El deseo de mi cornudo, mi complicidad contigo".
Lira asintió, con los ojos brillantes, una mezcla de emoción y sumisión. Sabía lo que se esperaba de ella y estaba dispuesta a cumplir. Se giró hacia su prometido, quien la miraba con deseo y respeto.
—Ven —dijo ella, extendiéndole la mano—. Sígueme.
El prometido no necesitó más invitación. Se colocó detrás de Lira, su polla erecta rozando la entrada de su coño. Con un movimiento fluido, la penetró de nuevo, esta vez con más fuerza y determinación. Lira gimió, su cuerpo temblando con cada embestida.
El maestro se arrodilló frente a ellos, su rostro a la altura del coño de Lira. Observó con fascinación cómo el prometido la llenaba, su polla entrando y saliendo con un ritmo constante. Extendió una mano, sus dedos rozando los labios hinchados de Lira, sintiendo la calidez y la humedad de su cuerpo.
—Limpia su polla —ordenó el maestro, su voz cargada de autoridad.
Lira obedeció sin dudarlo. Se inclinó hacia adelante, su boca abriéndose para recibir la polla del prometido. La limpió con la lengua, sus labios deslizándose por el eje con habilidad y devoción. El prometido gimió, su cuerpo tensándose mientras ella lo complacía.
El maestro se recostó en el suelo, su cabeza apoyada en una almohada. Desde su posición, podía ver todo: el cuerpo de Lira arqueándose con cada embestida, la polla del prometido entrando y saliendo de su coño, los sonidos húmedos y los gemidos de placer que llenaban la habitación.
—Fóllala encima de mi cara —ordenó el maestro, su voz ronca de deseo.
El prometido no necesitó más instrucciones. Levantó a Lira, colocándola sobre el maestro de manera que su coño quedara justo encima de su rostro. El maestro extendió las manos, sus dedos abriéndose camino entre los pliegues de Lira, sintiendo la calidez y la humedad de su cuerpo.
—¡Ah, sí! —gimió Lira, su cuerpo temblando mientras el prometido la penetraba con fuerza—. ¡Más, más!
El maestro sonrió, su lengua deslizándose por los labios hinchados de Lira, saboreando su esencia. Sabía que era el cornudo complaciente, el hombre que compartía a su sirvienta con otro. Pero también sabía que Lira seguía siendo suya, en cuerpo y alma.
El ritmo de la penetración se intensificó, los gemidos de Lira llenando la habitación. El maestro observó con fascinación cómo su cuerpo se tensaba, cómo sus músculos se contraían en torno a la polla del prometido. Sabía que estaba cerca, que el clímax era inminente.
—¡Voy a acabar! —gritó el prometido, su voz cargada de deseo.
—¡Hazlo! —ordenó el maestro, su voz firme—. ¡Llénala, llénala con tu semen!
El prometido obedeció, su cuerpo temblando mientras descargaba dentro de Lira. Ella gimió, su cuerpo arqueándose hacia arriba mientras el semen caliente la llenaba por completo. El maestro sonrió, su lengua deslizándose por los labios de Lira, saboreando la mezcla de sus fluidos.
La habitación quedó en silencio, solo el sonido de las respiraciones agitadas llenando el aire. Lira se derrumbó sobre el maestro, su cuerpo sudoroso y satisfecho. El prometido se retiró, su polla aún goteando mientras se sentaba en el borde de la cama.
The master stroked Lira's hair, his hand sliding tenderly down her back. He knew this was just the beginning, that there was more to explore, more boundaries to cross. But for now, he settled for the moment, for the feeling of contentment and connection that united them.
"Rest easy, my pretty servant," the master murmured, his voice heavy with affection. "You've been very good."
Lira sonrió, sus ojos cerrándose mientras se acurrucaba contra el amo con fuertes besos el amo la besa rodeando su cuerpo en sus fuertes cálidos y poderosos brazos un digno hombre murim escondido con poder, muerde apretando su coño rojo con su miembro, ella sabe y reconoce que su amo es su dueño y él mismo le consiguió un prometido con poder logró que ella pudiera vivir con su amo en adulterio Lira es una cerda obediente a su amado amo disfruta cumpliendo sus fetiches y los suyos propios disfrutando con devoción el placer de explorar relaciones más abiertas gracias a su amo que le enseña todo. Sabía que su viaje juntos estaba lejos de terminar, que había más placeres por descubrir, más deseos por cumplir. Y estaba lista, lista para todo lo que el amo tenía preparado para ella.
La habitación quedó en silencio, solo el sonido de una respiración agitada llenaba el aire. El maestro observó a Lira, su cuerpo relajado y contento, y supo que esto era solo el comienzo de algo mucho más grande, algo que los uniría de maneras que aún no podían imaginar.