El nuevo equilibrio operativo con Gwen se puso a prueba casi de inmediato. La recuperación de Peter era lenta; su sentido arácnido seguía siendo errático, más una distracción que una guía, y la fatiga era una compañera constante. Sin embargo, su determinación permanecía inquebrantable, ahora impulsada no solo por el deber, sino por la profunda confianza que había depositado en Gwen.
La oportunidad para esta primera misión bajo su nuevo acuerdo llegó con una serie de apagones misteriosos y sobrecargas eléctricas que asolaron las redes subterráneas de la ciudad. No eran simples fallas; eran pulsos dirigidos, robos de energía masivos que amenazaban la infraestructura crítica de Nueva York. El Capitán Stacy estaba atado de manos, las explosiones subterráneas y los cables fundidos eran demasiado peligrosos para sus hombres.
Peter se puso su traje, sintiendo el peso de la armadura, pero también la ligera vibración de los nanobots que Gwen estaba desarrollando, una esperanza silenciosa para su cura.
"Gwen, estoy en el punto de acceso de la alcantarilla del distrito financiero," Peter transmitió a través de su auricular, su voz un poco cansada. "El calor es intenso aquí abajo. Mi sentido arácnido está... está gritando, pero no puedo discernir la dirección."
En el laboratorio del sótano, Gwen estaba frente a una serie de monitores, su rostro iluminado por la luz de la pantalla. Había creado una interfaz que mostraba mapas térmicos en tiempo real, patrones de flujo eléctrico y la ubicación aproximada de Peter.
"Entendido, Peter. Estoy detectando firmas de energía masivas moviéndose por el subsuelo, dirigiéndose hacia la red principal de energía de la ciudad," Gwen respondió, su voz concentrada. "Hay sobrecargas esporádicas. Es como si alguien estuviera absorbiendo energía directamente de la red y luego liberándola en pulsos concentrados."
"Suena como Electro," Peter murmuró, recordando las antiguas historias de un villano que era un pararrayos humano.
"No es Maxwell Dillon," Gwen refutó con calma, su mente ya en modo analítico. "La firma de energía es diferente. Más controlada, más... ingenierizada. Menos caótica. Parece que están utilizando tecnología avanzada para la absorción y manipulación. Estoy viendo patrones de micro-soldadura por fusión, no de bio-descarga pura. Debe ser un ingeniero eléctrico renegado, no un metahumano."
Peter se movió por los túneles oscuros y húmedos, confiando plenamente en las indicaciones de Gwen. "Entonces, ¿cómo lo detengo si es pura energía?"
"Necesitas localizar el epicentro de la sobrecarga," Gwen instruyó. "Estoy viendo una anomalía térmica importante a unos 50 metros al noroeste de tu posición. Parece una cámara de control secundaria. Y Peter... hay un patrón de pulso. Cada vez que libera una sobrecarga masiva, hay un breve período de recarga. Es tu ventana."
Peter se deslizó por los túneles, esquivando chorros de vapor y cables electrificados que chispeaban a su paso. Su sentido arácnido, aunque inestable, se activaba en ráfagas cortas, dándole visiones momentáneas de peligro inminente, lo suficiente para mantenerse un paso por delante.
Llegó a una gran cámara subterránea, llena de tuberías y cables. En el centro, una figura vestida con un traje especializado, con guantes que brillaban con energía eléctrica, estaba conectada a una enorme máquina de absorción de energía. Era el Ingeniero Eléctrico, un nuevo cerebro criminal, controlando el flujo de poder de la ciudad.
"¡Gwen, lo encontré! ¡Es un tipo con un traje eléctrico, conectado a un gran dispositivo!" Peter transmitió.
"Entendido, Peter," la voz de Gwen era más tensa ahora. "Ese dispositivo es un condensador de energía de alto nivel. Está desviando toda la energía del distrito financiero. Si lo sobrecarga, podría provocar un apagón masivo y dañar las subestaciones de la superficie."
El Ingeniero Eléctrico se giró, su traje emitiendo chispas. "¡Spider-Man! ¡El insignificante bicho! ¡No te entrometas en mis proyectos! ¡Soy el amo de la red!"
Lanzó una ráfaga de electricidad pura hacia Peter. Sin su sentido arácnido fiable, Peter se lanzó a un lado, confiando en sus reflejos entrenados. El rayo golpeó la pared, fundiendo el hormigón.
"¡Peter, a las 7 en punto! ¡Hay un cable de tierra principal expuesto!" Gwen gritó en su oído. "¡Y su traje tiene un punto de fuga en el hombro derecho después de cada gran descarga!"
La batalla se convirtió en una danza silenciosa, Peter moviéndose, saltando y esquivando con base en las indicaciones de Gwen. Ella era sus ojos, su oído, su sentido arácnido externo. Cada vez que el Ingeniero Eléctrico descargaba una ráfaga de energía, Gwen identificaba el punto de fuga, y Peter lo explotaba con golpes precisos o ráfagas de telaraña.
Capítulo 52: El Cortocircuito del Genio
La confrontación con el Ingeniero Eléctrico era una carrera contra el tiempo y un testimonio de la inquebrantable confianza entre Peter y Gwen. El villano, alimentado por la red eléctrica de la ciudad, era un adversario formidable, sus ataques de energía cada vez más potentes. Peter, debilitado por la toxina, confiaba ciegamente en cada instrucción de Gwen.
"¡Peter, esquiva a la izquierda! ¡Descarga de alto voltaje! ¡Ahora!" la voz de Gwen resonaba en su oído. Peter se lanzó al suelo, el aire chispeando donde había estado un instante antes.
El Ingeniero Eléctrico se rió, su voz distorsionada por la electricidad. "¡Tus pequeños trucos no te salvarán, araña! ¡Soy la red! ¡Soy la ciudad!"
"¡No por mucho tiempo!" Peter respondió, levantándose. "¡Gwen, necesito un plan para el dispositivo! ¡Y para él!"
"Entendido, Peter. El condensador está absorbiendo energía a una tasa alarmante," Gwen transmitió, su voz tensa. "Si lo sobrecarga, la explosión será inmensa. Necesitas interrumpir la conexión entre su traje y el condensador. Y para eso, necesito que actives mi último prototipo."
"¿Cuál prototipo, Gwen?" Peter preguntó, esquivando una descarga eléctrica.
"¡El guante de descarga electromagnética! El que creamos para desactivar los sistemas del Maestro de las Máquinas, pero más potente," Gwen explicó. "Lo implanté discretamente en tu guante derecho mientras dormías. Es de un solo uso."
Peter sintió el pequeño bulto en la palma de su guante. Una invención de Gwen, una que no había probado. "Entendido. ¿Cuándo?"
"Su traje está diseñado para absorber energía, no para liberarla rápidamente de forma controlada. Hay una acumulación en sus condensadores internos que lo hacen vulnerable," Gwen continuó, sus cálculos volando por su mente. "Necesitas acercarte al Ingeniero Eléctrico. Y cuando te dé la señal, activa el guante y dispara directamente a su pecho, al símbolo de su traje. Será una descarga de pulso concentrada que sobrecargará sus propios circuitos internos y lo desconectará de la red. ¡Pero Peter, tienes una sola oportunidad! Y la ventana es muy pequeña."
El Ingeniero Eléctrico lanzó una ráfaga de electricidad masiva, intentando freír a Peter. Spider-Man, con un salto acrobático que requirió cada onza de su menguada fuerza, se lanzó a la acción. El agotamiento era inmenso, su visión se volvía borrosa, pero sabía que no podía fallar.
"¡Ahora, Peter! ¡Activa el guante! ¡Dispara!" la voz de Gwen era un grito.
Peter, con la confianza ciega en Gwen, activó el guante. Sintió un zumbido, luego una descarga de energía contenida. Apuntó al Ingeniero Eléctrico, que estaba a punto de lanzar otro ataque. Un rayo de energía azul salió de su guante, impactando directamente en el pecho del villano.
El Ingeniero Eléctrico soltó un grito gutural. Su traje chispeó violentamente, las luces rojas parpadearon y sus ojos se quedaron en blanco. La energía que había acumulado se realimentó en su propio sistema, pero de forma incontrolada, sobrecargándolo. No explotó, pero fue un cortocircuito devastador. Cayó al suelo, inerte, su traje humeando. El condensador gigante de energía en la cámara comenzó a emitir un pitido de advertencia, indicando que su absorción había sido interrumpida.
"¡Lo tienes, Peter! ¡Lo desactivaste!" Gwen exclamó, su voz llena de alivio y una alegría cautelosa. "¡El condensador se está disipando! ¡El apagón se detendrá!"
Peter cayó de rodillas, agotado. "Lo hicimos, Gwen," murmuró, mirando al Ingeniero Eléctrico inerte. "Lo hiciste."
Los equipos de emergencia y la policía llegaron poco después, alertados por el cese de las sobrecargas. Encontraron al Ingeniero Eléctrico inconsciente y el gigantesco condensador de energía zumbando de forma segura. Spider-Man ya se había ido, desvaneciéndose en las sombras de las alcantarillas.
De regreso en el laboratorio del sótano, Peter se quitó el traje, exhausto. Gwen se apresuró a atenderlo, sus manos revisando su estado, su rostro lleno de preocupación.
"Estás pálido, Peter," dijo Gwen, sus ojos llenos de lágrimas contenidas. "Pero lo hiciste. Con mi ayuda, pero tú estuviste allí, arriesgándolo todo."
"No podría haberlo hecho sin ti, Gwen," Peter admitió, mirándola con gratitud. "Eres mi sentido arácnido ahora. Mis ojos. Mi mejor arma."
La victoria había sido suya, pero había sido un recordatorio brutal de la condición de Peter y la necesidad vital de la cura. La dependencia de Peter en Gwen se había profundizado, y con ella, la conciencia de los peligros que ambos enfrentaban. El Maestro de las Máquinas había sido derrotado, pero la lucha de Peter por su salud y la de Gwen por encontrar la cura apenas comenzaban. El futuro era incierto, pero lo enfrentarían juntos.