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Chapter 62 - Capitulo 59 - Quinto Desafio (Parte 6)

Capitulo 59 - Quinto Desafio (Parte 6)

Mientras Cody se enfrentaba al oso en lo profundo del bosque, el campamento había quedado sumido en una mezcla de miedo, confusión y caos emocional. Las chicas, aún temblando por la caída, se habían refugiado bajo las ramas más gruesas del árbol central. Gwen tenía los nudillos blancos de tanto apretar la corteza. Lindsay lloraba sin parar, abrazada a Beth. Heather gritaba órdenes que nadie seguía, como si el pánico pudiera organizarse por decreto.

"¡Alguien haga algo! ¡No podemos quedarnos aquí como frutas esperando ser cosechadas!", gritó Heather, mientras intentaba trepar de nuevo con las uñas.

"¡Yo no quiero ser fruta! ¡Ni comida! ¡Ni meme viral!", sollozaba Lindsay.

Noah, desde una rama más alta, observaba en silencio. Su mirada estaba fija en el bosque, donde Cody había desaparecido. Pensaba Noah: *Si no vuelve... si no lo logra... esto no va a ser solo una anécdota. Va a ser una cicatriz.*

Izzy, colgada boca abajo, murmuraba: "Esto es arte. Esto es caos. Esto es historia en tiempo real."

Owen, aún atrapado entre dos ramas, gritaba: "¡Yo no puedo bajar! ¡Pero puedo gritar apoyo emocional! ¡Cody, no te mueras!"

Y mientras el grupo se desmoronaba emocionalmente, en otro rincón del bosque, dentro de un remolque decorado con luces absurdas y pantallas encendidas, **Chris McLean** vivía su propia crisis.

El productor estrella del programa estaba de pie frente a una pared de monitores, todos mostrando el mismo mensaje: **"Señal perdida – Zona fuera de cobertura"**.

"¿Qué significa 'fuera de cobertura'? ¡¿Cómo que no hay cámaras en esa zona?! ¡¿Quién diseñó este mapa?! ¡¿Un topo con ansiedad?!", gritaba Chris, lanzando una taza de café contra la pared.

Su asistente, un técnico con cara de querer renunciar, murmuró: "Es el claro del norte, señor. Usted pidió que no se instalaran cámaras ahí porque 'no pasaría nada interesante'."

Chris se giró con los ojos desorbitados. "¡¿Nada interesante?! ¡Cody está peleando con un oso! ¡Un oso real! ¡Y no tenemos ni una toma! ¡Esto podría ser el momento más viral del año!"

Se dejó caer en su sillón giratorio, con las manos en la cabeza. "Si Cody muere... se me cae el rating. Se me cae el contrato. Se me cae la franquicia. ¡Y todo por un oso sin guion!"

En la pantalla principal, una imagen congelada mostraba el último frame antes de que Cody desapareciera entre los árboles. Su espalda ensangrentada. Su cuchillo en la mano. Su mirada decidida.

Chris lo miró como si fuera una inversión en riesgo.

"Cody, por favor... no te mueras. Al menos no sin que tengamos una buena toma."

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El bosque se abrió lentamente, como si la naturaleza misma se apartara para dejarlo pasar. Cody emergió entre los árboles, caminando con pasos lentos, arrastrando el cuerpo como si cada músculo fuera una piedra. Su camiseta estaba hecha jirones, el pantalón cubierto de barro, y su rostro marcado por zarpazos, tierra y sangre seca. El brazo izquierdo colgaba con dificultad. El derecho, aún firme, sostenía nada. Ya no necesitaba el cuchillo. Ya no necesitaba demostrar nada.

El campamento lo vio llegar.

Primero fue Gwen, que bajó del árbol como si el suelo la llamara. Luego Lindsay, que soltó un grito ahogado. Heather se quedó congelada. Noah descendió con rapidez, seguido por Katie. Izzy se dejó caer como una ardilla sin equilibrio. Owen rodó por el tronco, aterrizó de espaldas, y se levantó como si nada.

Todos lo vieron.

Todos lo sintieron.

Cody, cubierto de heridas, caminando como si el bosque lo hubiera moldeado a golpes.

Gwen corrió hacia él, pero no con ternura. Con furia.

"¡¿Estás loco?! ¡¿Qué demonios fue eso?! ¡¿Te lanzaste contra un oso sin decirle a nadie?! ¡¿Sin plan?! ¡¿Sin pensar?!", gritó Gwen, empujándolo con ambas manos, como si quisiera que sintiera su miedo.

Cody no respondió. Solo la miró. Con calma. Con culpa. Con algo más profundo que palabras.

"¡No vuelvas a hacer eso! ¡Nunca más!", dijo Gwen, con la voz quebrada.

En ese momento, el sonido de un motor interrumpió la escena. Un carrito de emergencia llegó al campamento, y del asiento trasero bajó el chef, con una caja de primeros auxilios en una mano y una expresión de "esto no estaba en mi contrato" en la otra.

"¿Dónde está el idiota que se peleó con un oso?", dijo el chef, sin rodeos.

Cody levantó la mano. "Aquí."

El chef se acercó, lo sentó sobre una piedra, y empezó a revisar sus heridas. Alcohol, gasas, cinta, y un par de comentarios sarcásticos.

"¿Sabes que esto no es un videojuego, verdad?", dijo el chef, limpiando la herida del hombro.

"Lo sé", respondió Cody, sin quejarse.

"¿Y sabes que si te mueres, me toca cocinar para tu funeral?", añadió el chef.

"¿Con salsa barbacoa?", preguntó Cody, con una sonrisa débil.

El chef lo miró. "Tienes suerte de que el oso no te arrancara la cabeza. Aunque viendo tu cara, no sé si habría sido una pérdida."

Cody se rió. Apenas. Pero lo hizo.

Cuando terminó de vendarlo, el chef se levantó. "Listo. No estás muerto. Pero si haces eso otra vez, te dejo que el oso te termine."

Cody asintió. "Gracias."

El chef se fue, murmurando algo sobre "niños sin sentido común".

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Cody se levantó lentamente de la piedra donde el chef lo había vendado. Su cuerpo dolía en cada rincón, pero no se quejaba. No por orgullo. Porque ya no quedaba energía para eso. Solo quería volver con los suyos. No por reconocimiento. Por necesidad.

Gwen lo esperaba a unos pasos. No lo tocó. No lo miró con dulzura. Solo lo sostuvo con la mirada, como si estuviera evaluando si realmente estaba ahí.

"Ven", dijo ella, sin más.

Cody caminó junto a ella, cruzando el campamento en silencio. Los demás se apartaban, no por miedo, sino por respeto. Nadie sabía qué decirle. Nadie quería romper el momento.

Izzy murmuraba una canción sobre osos y héroes. Owen lo seguía con los ojos como si fuera una aparición. Beth se abrazaba a sí misma. Katie observaba con una mezcla de alivio y admiración. Noah, en silencio, lo acompañaba con la mirada.

Heather y Lindsay estaban sentadas cerca de su tienda. Cuando Cody pasó frente a ellas, ambas se quedaron quietas. Heather abrió la boca, pero no dijo nada. Lindsay bajó la mirada. Ninguna sabía cómo hablarle a alguien que había peleado con un oso y regresado caminando.

Cody entró a su tienda. Gwen lo siguió.

Dentro, el espacio era pequeño, pero suficiente. Una manta, una mochila, una linterna apagada. Cody se dejó caer sobre la manta, con el cuerpo agotado. Gwen se sentó a su lado, sin tocarlo, sin hablar.

"¿Por qué lo hiciste?", preguntó ella, después de un largo silencio.

"Porque no podía dejar que ustedes se enfrentaran a eso", respondió Cody, con voz baja.

"¿Y tú sí?", dijo Gwen, con rabia contenida.

"No lo pensé. Solo lo hice."

Gwen lo miró. "Eso no lo hace menos estúpido."

Cody sonrió. "Lo sé."

Ella se acostó a su lado. No lo abrazó. No lo acarició. Solo se quedó cerca. Como si su presencia fuera suficiente para mantenerlo en este mundo.

"Si te mueres, te mato", murmuró Gwen.

"Trato hecho", respondió Cody, cerrando los ojos.

Afuera, el fuego seguía encendido. El grupo se acomodaba en silencio. Heather y Lindsay se metieron a su tienda sin decir palabra. Izzy se quedó mirando las estrellas. Owen murmuraba "Cody, no te mueras" como si fuera un mantra.

Y Cody... se durmió.

Con Gwen a su lado.

Con el grupo en calma.

Con el bosque... finalmente en paz.

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El sol apenas había tocado las copas de los árboles cuando Cody abrió los ojos. Su cuerpo dolía como si hubiera dormido sobre piedras... y luchado contra montañas. Gwen seguía a su lado, dormida, con el ceño fruncido incluso en reposo. Afuera, el grupo comenzaba a moverse entre susurros, como si el bosque aún estuviera procesando lo ocurrido.

Izzy tarareaba una melodía sobre héroes y osos. Owen preparaba una mochila con más entusiasmo del habitual. Lindsay se peinaba con una ramita. Heather observaba a Cody desde lejos, sin decir nada.

"¿Listos?", preguntó Cody, saliendo de la tienda con pasos lentos pero firmes.

Noah lo miró. "¿Estás seguro de que puedes caminar?"

"Estoy seguro de que no quiero quedarme aquí", respondió Cody, con una sonrisa leve.

El grupo partió hacia las cabañas. El aire era fresco, pero la tensión aún flotaba como humo invisible. Al llegar, vieron que el otro equipo ya estaba ahí, alineado frente a Chris, quien sostenía una carpeta con expresión teatral.

Courtney cruzó los brazos al verlos llegar. "Llegaron tarde", dijo, con tono cortante.

Chris levantó una ceja. "¿Tarde? ¿O dramáticamente a tiempo?"

Cody se detuvo frente al grupo rival. Las marcas en su rostro, los vendajes en su brazo, las manchas de tierra y sangre seca hablaban por él.

Bridgette lo vio y dio un paso atrás. "¿Qué le pasó?"

Owen, sin perder el momento, se adelantó como si fuera el narrador oficial del mito.

"¡Cody peleó con un oso! ¡Un oso real! ¡Con garras! ¡Y dientes! ¡Y rugidos! ¡Y lo venció! ¡A puño limpio! ¡Y luego volvió caminando como si nada! ¡Y Gwen lo regañó como si fuera su mamá!"

El otro grupo se quedó en silencio.

Courtney frunció el ceño. "¿Eso es cierto?"

Chris cerró la carpeta con fuerza. "Lo suficiente como para cambiar el resultado."

Todos lo miraron.

"El equipo de Courtney llegó primero, sí. Pero dejaron a Katie perdida en el bosque. Y el equipo de Cody no solo la rescató... Cody peleó con un oso. Literalmente. Así que, por decisión ejecutiva... ¡el punto va para los Topos Gritones!"

El grupo de Cody estalló en gritos. Lindsay saltó. Izzy giró sobre sí misma. Owen abrazó a Noah. Heather levantó una ceja, pero no protestó.

Chris levantó una mano. "Y como premio... acceso total a la tienda de abastecimiento. Todo pagado. Comida, herramientas, ropa, lo que quieran. ¡Pero solo por hoy!"

Cody se dejó caer sobre un tronco. Gwen se sentó a su lado. Noah se acomodó cerca. El grupo se reagrupó como si el fuego del día anterior los hubiera fundido en una sola pieza.

Courtney observaba en silencio. Bridgette también. Ninguna dijo nada. Pero ambas miraban las marcas en Cody como si fueran cicatrices de algo más grande que una pelea.

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El sol ya estaba alto cuando Noah, Owen y Cody se acomodaron en la zona de descanso, justo antes de que el grupo partiera a la tienda de abastecimiento. El ambiente era relajado, pero la conversación tenía un filo que solo los que habían estado cerca del peligro podían sostener.

"¿Sabes lo que hiciste, verdad?", dijo Noah, con los brazos cruzados y una ceja levantada.

"¿Sobrevivir?", respondió Cody, estirando el cuello con dificultad.

"No. Convertirte en leyenda. Las chicas no van a verte igual. Gwen ya te regañó como si fueras su novio, Lindsay te mira como si fueras un superhéroe, y Heather... bueno, Heather no sabe si admirarte o demandarte por imprudencia emocional."

Cody se rió, aunque le dolió el costado. "No hice nada por eso. Solo actué."

Owen se metió en la conversación con entusiasmo. "¡Y peleaste con un oso! ¡A puño limpio! ¡Eso no se olvida! ¡Eso se imprime en camisetas!"

"Y ahora viene la parte incómoda", murmuró Noah.

"¿Cuál?", preguntó Cody.

"La fogata. El otro equipo perdió. Y Katie... está en la cuerda floja."

Cody se quedó en silencio por un momento. Luego suspiró. "No quería que esto terminara así. Pero si pasa... no la vamos a dejar ir sola."

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La tienda de abastecimiento era un paraíso temporal. Comida caliente, ropa limpia, herramientas nuevas... y lo mejor: un jacuzzi inflable que Owen infló con tanto entusiasmo que casi lo revienta.

"¡Esto es vida! ¡Esto es burbuja! ¡Esto es justicia!", gritó Owen, mientras se lanzaba al agua con un grito de victoria.

Izzy apareció con gafas de buceo y una piña en la cabeza. "¡Celebración acuática! ¡Cody, te mereces un baño de gloria!"

Cody se metió con cuidado, los vendajes aún frescos. Gwen lo siguió, sentándose a su lado sin decir nada. Solo lo miraba. Solo lo cuidaba.

Heather y Lindsay se acomodaron en sillas cercanas, observando sin saber cómo procesar lo que sentían. Noah se sumergió hasta la barbilla, murmurando: "Esto es lo más cerca que estaré de un spa en este programa."

El grupo reía, comía, descansaba. Pero todos sabían que la noche traería algo más.

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La noche cayó con rapidez. En la zona de eliminación, el fuego ardía con solemnidad. Chris apareció con su sonrisa de presentador, pero su tono era más serio que de costumbre.

"Hoy, alguien se va. Y aunque el equipo de Courtney llegó primero, dejaron a Katie atrás. Y eso... tiene consecuencias."

Las antorchas se encendieron. Los votos se contaron. Y el nombre que salió fue el de Katie.

Ella no protestó. No lloró. Solo asintió, tomó su mochila, y caminó hacia el muelle con pasos lentos.

El grupo la observaba desde lejos. Algunos con culpa. Otros con indiferencia. Pero ella no miraba atrás.

Al llegar al muelle, se detuvo. El bote de salida flotaba en silencio.

Y entonces los vio.

Noah, Owen y Cody venían caminando desde el bosque, sin cámaras, sin ruido. Solo ellos. Solo para ella.

Katie se quedó quieta. Luego sonrió, apenas.

"Pensé que no vendrían", dijo, con voz baja.

"Claro que sí", respondió Cody. "No íbamos a dejar que te fueras sin despedida."

Owen le dio una flor aplastada. "Es simbólica. Como nuestra amistad."

Noah se cruzó de brazos. "No te olvides de nosotros. O al menos de la parte donde Cody peleó con un oso."

Katie rió. Por primera vez en horas.

Se subió al bote. Lo miró una última vez.

"Gracias."

Y se fue.

El muelle quedó en silencio.

Pero el grupo... más unido que nunca.

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La noche había caído con una suavidad inesperada. El fuego de la fogata aún ardía en la distancia, pero el muelle estaba envuelto en silencio. Katie caminaba despacio, con la mochila colgando de un hombro y la mirada baja. No lloraba. No protestaba. Solo caminaba como si cada paso la alejara de algo que no quería soltar.

El bote de salida flotaba en la orilla, esperando como un punto final.

Y entonces, lo escuchó.

Pasos.

Katie se detuvo. Giró lentamente.

Noah venía caminando hacia ella. No con prisa. No con dramatismo. Con intención. Con calma. Con algo en los ojos que no se veía en los retos ni en los confesionales.

Detrás de él, Owen y Cody se quedaban a distancia, respetando el momento.

Katie sonrió. Apenas. "Pensé que no vendrías."

Noah se acercó. "Pensaste mal."

Ella bajó la mirada. "No quería que esto terminara así."

"Esto no termina aquí", dijo Noah, con voz baja.

Katie lo miró. "¿Y si sí?"

Noah se acercó un paso más. "Entonces te espero. Afuera. Cuando esto acabe. Cuando las cámaras se apaguen. Cuando el juego se termine."

Katie tragó saliva. "¿Lo dices en serio?"

"Más que nunca."

Ella se acercó. Sus manos temblaban. Las de él también. Pero se tomaron. Se entrelazaron. Como si el mundo se redujera a ese gesto.

"¿Y si me olvidas?", preguntó Katie, con una sonrisa triste.

Noah negó con la cabeza. "No puedo. Ya te tengo en la cabeza. Y en el corazón. Y en cada maldito chiste que no quiero hacer porque tú no estás para reírte."

Katie rió. Por primera vez en horas. "Eso fue cursi."

"Lo sé. Pero lo mereces."

El bote se movió con el viento. El momento se acercaba.

Katie se inclinó. Noah también.

El beso fue lento. No por timidez. Por respeto. Por miedo. Por amor. Por todo lo que no se puede decir cuando el tiempo es corto.

Cuando se separaron, Katie lo miró como si quisiera memorizar su rostro.

"Entonces me esperas."

"Te espero."

Ella subió al bote. Se sentó. Lo miró una última vez.

Noah levantó la mano. No dijo nada más.

El bote se alejó.

Y en el muelle, Noah se quedó quieto.

Cody se acercó. Owen también.

"¿Estás bien?", preguntó Cody.

Noah asintió. "Sí. Porque ella va a volver."

Y el muelle quedó en silencio.

Pero la promesa... flotaba sobre el agua.

La noche había caído con suavidad sobre el campamento. El fuego de la fogata se había apagado hacía rato, y la mayoría del grupo dormía o se refugiaba en sus tiendas, agotados por el día. El aire era fresco, con ese silencio que solo se encuentra después de una tormenta emocional.

Cody caminaba lentamente por el sendero que conectaba la zona común con las cabañas. Sus pasos eran pesados, no por el dolor físico, sino por el peso de todo lo vivido. El cuerpo vendado, los músculos adoloridos, pero la mente... más despierta que nunca.

Fue entonces que la vio.

Courtney estaba sentada sobre una roca cerca del camino, con los brazos cruzados y la mirada fija en el cielo. No parecía sorprendida al verlo. Como si lo hubiera estado esperando.

Cody se detuvo. "¿No puedes dormir?"

Courtney bajó la mirada. "No. Y tú tampoco, por lo que veo."

Él se acercó, con cautela. "¿Puedo sentarme?"

Ella asintió, sin palabras.

Cody se dejó caer junto a ella, con un suspiro que parecía arrastrar todo el día consigo.

Por un momento, no dijeron nada.

Solo el sonido de los grillos. Solo el crujido de las ramas. Solo el silencio entre dos personas que no suelen compartirlo.

"Escuché lo que hiciste," dijo Courtney finalmente, sin mirarlo.

"¿Lo del oso?"

"Sí. Lo del oso. Lo de lanzarte como un idiota. Lo de pelear como si fueras inmortal."

Cody sonrió, apenas. "No fue tan épico como lo cuentan."

Courtney lo miró. "¿Sabes lo que pudo pasar? ¿Sabes lo cerca que estuviste de no volver?"

"Lo sé."

"Entonces explícame por qué lo hiciste."

Cody se quedó en silencio. Luego bajó la mirada. "Porque había gente que me importaba. Y no podía quedarme quieto sabiendo que estaban en peligro."

Courtney lo observó con atención. "¿Así de simple?"

"Así de simple."

Ella se giró hacia él. "¿Lo harías otra vez?"

"Si la persona me importa, sí."

Courtney frunció el ceño. "¿Y si fuera yo?"

Cody la miró. No con sorpresa. Con certeza.

"Cada vez que sea necesario."

El silencio volvió. Pero esta vez, era distinto. Más cálido. Más íntimo. Más lleno de cosas que no se decían.

Courtney bajó la mirada. "Eres un idiota."

"Lo sé."

"Un idiota valiente."

"Eso no lo escucho todos los días."

Ella se acercó. No mucho. Solo lo suficiente para que sus hombros se rozaran.

"Gracias," dijo Courtney, en voz baja.

"No tienes que agradecerme."

"Sí tengo. Porque no todos harían lo que tú hiciste. Y porque... aunque no lo diga mucho, me importa que estés bien."

Cody la miró. "Estoy bien. Gracias a ti. Por estar aquí."

Courtney se inclinó. Lo abrazó. No con fuerza. No con pasión. Con sinceridad. Con calma. Con algo que no necesitaba etiquetas.

Cody la rodeó con un brazo. Cerró los ojos por un momento.

"Buenas noches, Cody."

"Buenas noches, Courtney."

Se separaron lentamente. Ella se quedó en la roca. Él se levantó, caminó hacia su cabaña con pasos más ligeros.

Y mientras la noche seguía su curso, algo había cambiado.

No en voz alta.

No frente a las cámaras.

Pero en ellos.

Y eso... era suficiente.

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