Al tocar el centro del altar, Dominic fue absorbido por una visión más profunda.
Kaelyra estaba allí, sola, frente al primer núcleo del sistema. No había guerra ni odio en ella, solo una tristeza tranquila. Su amor por Lucenith (la reencarnación pasada de Dominic) la había llevado a traicionar sus votos de neutralidad. El sistema la castigó partiendo su alma y usando su energía para crear el núcleo de control emocional de los mundos inferiores.
—Te convertiste en mi guerra, Dominic... y mi esperanza.—No elijas aún. Conoce lo que destruiste... y lo que aún puedes sanar.
La visión se expandió y mostró a Caelum. No como un villano, sino como un niño que alguna vez amó a Kaelyra desde las sombras. El sistema también lo manipuló.
Dominic despertó, con lágrimas en los ojos y una decisión aún más difícil que antes.