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Chapter 4 - Lanzamiento de Minecraft

- Capitulo 4

El frío de la mañana acariciaba mi rostro mientras trotaba por el parque cercano a mi casa. Las hojas crujían bajo mis pies y el aire fresco me despejaba, pero mi mente no dejaba de dar vueltas. Habían pasado solo unas horas desde que publiqué la demo de Minecraft en varios foros y subí el sitio web. La emoción me mantenía alerta, aunque una parte de mí deseaba poder compartirla en foros de otros países. Por ahora, el único idioma que dominaba con soltura era el inglés; esperaba que pronto, con otra tirada, pudiera obtener un Archivo que mejorara mis habilidades lingüísticas.

Terminé la última vuelta y me apresuré a regresar a casa. En la sala, vi a mis papás conversando, pero solo los saludé con un gesto y subí directo a mi cuarto. Encendí la computadora y, mientras el logo retro de Windows aparecía en la pantalla, me puse a pensar en qué añadiría hoy a Minecraft. El modo Supervivencia aún no estaba completo, así que el modo Creativo tendría que esperar.

Abrí el navegador y cargué todas las pestañas con los foros donde había publicado la demo. Con paciencia y algo de nerviosismo, empecé a revisar cada uno. Al entrar al foro más grande, mis ojos se abrieron como platos: tenía más de 800 notificaciones sin leer. Mi corazón latía con fuerza, una mezcla de emoción e incredulidad me recorrió. No esperaba tanta interacción, menos considerando la hora en que hice la publicación.

Sería mejor meterme directamente a la publicación en lugar de revisar notificación por notificación. Ingresé a mi perfil y ahí estaba: más de 300 likes y 500 comentarios. Empecé a leer los mensajes para saber qué opinaba la gente del juego y si tenían sugerencias.

Entre los comentarios, algunos eran entusiastas:

"¡Esto es increíble! Nunca había visto algo así en una demo."

"La casa de madera que construí me recuerda a mi infancia jugando con bloques de verdad."

Otros eran más técnicos:

"Encontré un bug cuando los zombis intentan subir un bloque, ¿alguien más lo vio?"

"Sería genial añadir una zona nueva, como una dimensión."

Y luego, para mi sorpresa, apareció un comentario destacado con un nombre que me hizo sonreír: "Notch" escribió:

"Estaba pensando en crear algo así, pero no había llegado tan lejos. Gran trabajo, sigue adelante."

Me quedé unos momentos mirando ese comentario y sentí un ligero nudo en la garganta. Aunque yo estaba programando Minecraft, sabía que la idea no era mía y que le estaba arrebatando algo importante a alguien más. Sin embargo, también sabía que no debía sentirme así. La idea no era mía, pero el trabajo y el éxito quedarían totalmente en mis manos. Si cometía errores o algo no salía como esperaba, sería en mis propios términos.

Dejando de lado ese sentimiento, le di like al comentario de Notch y decidí seguirlo. También di like a los demás comentarios y empecé a responder para agradecer y resolver dudas. Así estuve un buen rato, revisando los demás foros y viendo que no se quedaban atrás en interacción. Estaba seguro de que ya habría más de 2,000 copias de la demo siendo jugadas por personas.

Estuve aproximadamente dos horas en los foros, interactuando con la gente y respondiendo preguntas sobre el lanzamiento de Minecraft. Finalmente cerré el navegador y abrí el editor de código para seguir con el desarrollo del modo Supervivencia.

Tenía claro que este modo sería el corazón del juego, así que quería hacerlo lo más completo y desafiante posible. Mi plan era crear un sistema de cavernas complejo, con pasajes oscuros y secretos que invitaran a la exploración y al riesgo. También quería implementar el ciclo día y noche de manera correcta, porque sabía que la tensión de la noche, cuando aparecían los mobs, era lo que realmente mantenía a los jugadores en alerta.

Además, faltaban varios mobs por añadir: arañas, lobos y aldeanos por mencionar algunos, cada uno con su propia inteligencia artificial para que no solo fueran adornos, sino parte de un mundo que se sintiera vivo.

Las aldeas también serían parte fundamental, lugares donde el jugador pudiera encontrar recursos, comerciar y sentir que el mundo tenía vida propia. Imaginaba aldeanos con rutinas diarias, caminando por las calles, trabajando y reaccionando a la presencia del jugador.

Pasé varias horas escribiendo código, diseñando texturas y creando sonidos que hicieran que cada momento en el juego fuera inmersivo. Pero había algo que no terminaba de convencerme: la inteligencia artificial de los mobs hostiles. Se movían de forma muy rara, muchas veces se quedaban atrapados o reaccionaban de manera poco natural.

Decidí que era hora de mejorarla. Empecé a implementar un sistema de navegación basado en nodos, donde cada mob tendría puntos de referencia para moverse y buscar al jugador. También añadí un comportamiento de persecución más realista, con pausas, cambios de dirección y ataques coordinados. Quería que el jugador sintiera que estaba enfrentándose a criaturas inteligentes, no solo a obstáculos programados. Además, este cambio en IA respecto al juego original le daría un toque más peligroso a las noches y a las cuevas.

Sabía que esto iba a consumir muchos recursos y que tendría que optimizar el código para que el juego siguiera funcionando bien en computadoras modestas. Pero estaba seguro de que al final valdría la pena con tal de que la primera versión de Minecraft fuera un éxito.

Me recosté en el respaldo de mi silla, dejando que el cansancio y la emoción me invadieran por un momento. El juego había captado la atención de muchas personas, y eso me hizo pensar en lo siguiente: si Minecraft quería crecer y llegar a más jugadores, tenía que empezar a planear cómo venderlo.

No podía simplemente seguir compartiendo demos en foros y esperar que la gente las descargara por curiosidad. Necesitaba un plan más sólido, algo que me permitiera financiar el desarrollo, mantener un servidor y, sobre todo, proteger mi trabajo.

Recordé que en mi vida pasada, Minecraft se lanzó inicialmente en versión alfa y beta de acceso anticipado, donde los jugadores pagaban por una versión en desarrollo, y así el creador pudo financiar el proyecto mientras recibía retroalimentación constante. Esa hubiera sido una gran opción para mí si no tuviera conocimiento de todo lo que se terminaría añadiendo al juego, por lo que una retroalimentación tan grande no era necesaria.

Lo mejor sería distribuir una versión completa de Minecraft; así podría cobrar un precio decente por cada copia y empezar a mejorar el equipo en el que trabajo y pagar por otras cosas necesarias.

Además, ya tenía preparada la lógica para la distribución de licencias, los pagos y la protección contra piratería en el sitio web de Minecraft, solo tendría que buscar un alojamiento más potente y seguro.

Finalmente decidí que ese día terminaría la primera versión completa de Minecraft y comenzaría a preparar la publicidad para el lanzamiento oficial del juego. Podría tomarme un merecido descanso mientras la gente esperaba ansiosa, y hasta tenía pensado aprovechar para revisar si tenía suficientes Puntos de Mérito para hacer una tirada al gacha y ver si me salía algún Archivo útil.

Sabía que este era un momento crucial. Había trabajado duro para llegar hasta aquí, y ahora el juego estaba listo para dar el salto. Pero también era consciente de que el camino apenas comenzaba: promocionar, mantener la comunidad, mejorar el juego y, sobre todo, asegurar su éxito.

Durante varios días estuve creando materiales que pudieran captar la atención de los jugadores: videos cortos mostrando el gameplay, capturas de construcciones impresionantes y miniaturas atractivas que resaltaban lo mejor del juego.

Publicaba estos contenidos en los foros donde ya tenía presencia, y también en Twitter. Cada publicación llevaba un mensaje claro y entusiasta, invitando a comprar Minecraft y a unirse a la comunidad.

La respuesta fue mejor de lo que esperaba. En pocos días, miles de personas más habían descargado la demo y jugaban activamente. Gracias a eso, me sentí seguro de haber acumulado suficientes Puntos de Mérito para hacer una tirada al sistema.

Me acosté en mi cama y, tras unos ejercicios de respiración para concentrarme, sentí una suave fuerza de succión que me envolvió. Cuando abrí los ojos, estaba de nuevo en aquel vasto espacio infinito, un archivo viviente donde estantes interminables sostenían cajas y carpetas que brillaban con luces de colores: blanco, verde, púrpura, rojo y dorado.

Caminé entre los pasillos hasta llegar a una plataforma iluminada donde se encontraba una máquina futurista. En su centro, una consola holográfica mostraba mis Puntos de Mérito: 1,250 PM.

La interfaz desplegaba las opciones de tirada, cada una con su costo y probabilidades asociadas a la rareza de los Archivos que podía obtener:

Tirada simple (200 PM): un Archivo aleatorio de rareza blanco o verde.

Tirada de 5 (900 PM): cinco Archivos con mayor probabilidad de rarezas verde y púrpura, y una pequeña posibilidad de rojo.

Tirada de 10 (1600PM): diez Archivos, garantizando al menos uno de rareza roja o superior.

Cada Archivo se representaba como una carpeta luminosa, codificada por colores según su rareza: blanco para común, verde para poco común, púrpura para raro, rojo para épico y dorado para legendario.

Decidí hacer una tirada de 5, buscando cualquier cosa que me ayudara a avanzar en el desarrollo y promoción del juego.

Introduje mis 900 Puntos de Mérito en la ranura luminosa de la máquina. La consola holográfica parpadeó y comenzó a emitir un suave zumbido mientras cinco carpetas digitales flotaban frente a mí.

Una a una, se abrieron revelando sus contenidos:

[Conocimiento – Leonardo da Vinci – Creatividad multidisciplinaria y visión innovadora (Intermedio)] (Púrpura)

[Habilidad – Nikola Tesla – Innovación tecnológica y pensamiento disruptivo (Avanzado)] (Rojo)

[Talento – Albert Einstein – Pensamiento crítico e intuición científica (Intermedio)] (Verde)

[Habilidad – José José – Técnicas vocales y expresión artística (Intermedio)] (Verde)

[Talento – Marie Curie – Perseverancia y rigor científico (Principiante)] (Blanco)

Sentí cómo cada Archivo se integraba en mí. Por unos momentos me sentí algo abrumado por la gran cantidad de conocimiento que apareció en mi memoria, pero rápidamente me calmé y, cuando volví a parpadear, estaba de nuevo en mi cuarto, y ya era de día.

Entre la promoción y algunos ajustes al sitio web, también me tomé momentos para desconectar un poco. A veces, acompañaba a mi familia al mercado y comíamos en el puesto de tacos de siempre. Después de estar tantos días viendo únicamente la pantalla de la computadora, poder relajarme y disfrutar un poco con mi familia era lo que necesitaba.

Pero el día del lanzamiento oficial se acercaba. Sabía que debía volver a verificar todo para que la compra del juego en el sitio web fuera segura y sencilla. Revisé una vez más el sistema de licencias, los métodos de pago y la protección contra piratería que había implementado. Cada detalle contaba.

Finalmente, con el corazón latiendo rápido, publiqué el anuncio oficial: Minecraft ya estaba disponible para compra en el sitio web. Cerré los ojos un instante, respiré profundo y me preparé para enfrentar lo que viniera.

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