"Siempre diré lo mismo y nadie me hará cambiar de opinión, no hay ningún ser humano que no llegue a ser despreciable. Solamente nos importamos nosotros mismos, lo que les pase a otras personas no nos importa hasta que nos perjudica a nosotros, y muchas veces incluso cuando nos afecta lo dejamos pasar. Pero ya estoy cansado de todo el mundo. Ojalá pudiera vengarme de todos los que solamente buscan perjudicar a todos, y más cuando pierdo mi propio tiempo intentando ayudar a cualquier persona y ni si quiera me dan las gracias. O me toman por tonto."
-Otro día más escribiendo en este estúpido diario como si a la gente le importara que hace el resto. Y lo peor es que encima como tonto que soy siempre busco ayudar a la gente. Aunque ya me estoy cansando, ayudo a un hombre en la calle que no ha comido nada y pierdo 5 euros porque no me los ha devuelto, intento ayudar a otro a arreglar un problema y encima se enfada más gente. Que idiota eres por seguir intentado ayudar a las personas como si fueras a recibir algo a cambio Agron.
En fin, se está haciendo tarde, debería terminar de mirar lo que he investigado sobre esos extraños mitos y ver qué más encuentro. Por lo menos hay algo que me guste hacer.
-Veamos qué más hay en este libro. Llevo ya más de la mitad leído y aún no he encontrado alguna leyenda que me parezca interesante y el resto ya las he investigado y son mentira. -Dijo Agron mientras pasaba las hojas de un libro antiguo que tenía en casa.
-"La leyenda del elegido odioso" - Continuó leyendo en una de las páginas.
-Parece interesante. A ver de qué trata.
"Y el elegido llegó a las montañas, allí vio que le deparaba el futuro, al enterarse quedó sorprendido. Negó rotundamente lo que acababa de ver, no quería formar parte de ese destino. Pese a ello, logró despertar su fuerza interior y con muchas dudas pero con orgullo enfrentó al destino".
-¿Un elegido que tiene que luchar contra el destino? Qué cosa más rara, no había leído algo así nunca. Pero me gusta. Ahora solo tengo que pensar cómo encontrar alguna lógica a esto, porque hay muchas montañas en todo el mundo.
Aunque los mitos de este libro hablaban de lugares no muy lejanos, y los que más cerca estaban eran mentira. Y este es muy raro, ¿Quién lucharía contra el propio destino? Y lo que es más raro, ¿Cómo sabe que es su propio destino? - continuó sermoneando Agron.
-Tengo que investigar, mañana iré a las montañas más cercanas a ver, puede que encuentre algo que me ayude a descubrir…
-¡A cenar! -gritó una voz femenina desde abajo.
-Uy, ya está la cena hecha, mejor lo dejo para luego, que mamá se pone histérica si no llego al momento a la mesa. - Dijo Agron mientras bajaba corriendo a cenar.
-Ya estoy mamá
-Así me gusta.
-Mañana tienes clase, prepara todo y a dormir.- continuó mamá.
-Que ganas- dijo irónicamente.
Después de cenar, Agron subió a su habitación. Ignoró las palabras de su madre y siguió despierto investigando esa leyenda de aquel libro. Nunca supo de donde salió, ni quién lo escribió, cuando se mudaron a aquella casa lo encontró debajo de unos tablones medio rotos situados en el suelo bajo la cama.
-No se a qué se refiere con " ver si destino". ¿Cómo se hace eso? ¿Es posible ver el futuro? Y si es así, ¿Quién es capaz de verlo? Me está empezando a doler la cabeza ya y solo he leído la leyenda dos veces. Voy a ir paso a paso.- Dijo Agron susurrando para que no le escuche su madre.
-Primero el lugar, ¿Donde hay montañas aquí? - Dijo mientras miraba en su portátil.
-Las montañas más cercanas están a unos 5km. Tendré que coger el autobús, iré mañana después de las malditas clases. ¡Aghh! Odio ir a clase, soy el único de 30 chimpancés encerrados en una clase que sabe y se entera de lo que estamos dando. Si no es tan difícil, solo tienes que esforzarte y estar horas hasta que consigas entenderlo, pero como lo más fácil es rendirse, no hacer nada y que nos lo hagan, pues así estamos. En fin, tengo que centrarme en el libro y no en mañana. -Dijo volviendo a abrir el libro.
- Pero…¿¡Y cómo se representa el destino!? -Pensó.
-Tal vez en una especie de paredes o similar, como una especie de pinturas rupestres, pero la pregunta principal es la misma. ¿Quién lo escribe? -Volvió a preguntarse mientras miraba la hora en su móvil.
-Bueno, en verdad es tarde. De momento lo más claro que tengo es ir a las montañas mañana después de clase buscando alguna pintura o algo que me ayude en cualquier lado de la montaña. Este tiene buena pinta, aunque es muy extraño. -Terminó de decir Agron mientras se tapaba con la sábana.
A la mañana siguiente Agron tenía todo preparado para salir a clase. Sus cuadernos, almuerzo, agua y estuche. Todo en su mochila de arqueología. Y salió para el instituto.
-Que sueño, que necesidad de tener clase a las ocho y media de la mañana todos los días para dar ecuaciones, sintaxis y las guerras mundiales. Otro día la misma mierda. A ver si acaba rápido y voy a la montaña. -Dijo recordando el camino que tenía que tomar.
De camino a clase se encontró como cada mañana al trío de acosadores que hay en todos los institutos. O como le gusta llamarle a él, los tontos que se creen que mandan a todos pero se cagan cuando les habla su mama.
-¡Anda, mira quién viene por aquí! -Dijo uno de ellos.
-A ver que tiene hoy para comer en el patio, tal vez nos guste. -Dijo otro.
-Que generoso es, nos trae comida para que no nos muramos de hambre. Que lindo.- Dijo el último.
-¿Que queréis ahora? - Preguntó cansado de ellos Agron.
-¿No lo sabes? Parece mentira mocosete. ¿Qué trae nuestro chef de confianza hoy? -Preguntó.
-A vosotros nada. Que os den. -Dijo algo enfadado Agron al ver siempre los mismos tres.
-¿Estas seguro de eso? No seas tonto y dale un poquito de tu comida a tu gran amigo Robert.- Dijo de manera ileista.
-Tú no eres mi amigo listo, y no te voy a dar nada, me voy. -Contestó Agron mientras se iba.
-¡Ven aquí! -Dijo Robert mientras agarraba de la mochila a Agron y le empujaba contra la pared.
-Si no me das lo que tienes te lo tendré que quitar yo. -Amenazó Robert.
-Estoy cansado de ti ya, solo sabes utilizar tu estúpida fuerza, y sabes que no vales nada más que eso. Solo eres un simple mono rabioso y estúpido. -Dijo apretando el puño Agron.
-Estas muerto "pequeñín" -Dijo Robert mientras agarraba del cuello a Agron para ahogarle.
-La… La po...La policía idiota. -Dijo entrecortado al quedarse sin aire.
-¿¡La pasma!? -Dijo asustado Robert soltando a Agron.
-Lo que decía, idiotas. -Dijo Agron.
Robert se giró a mirarle al ver que era mentira, al girarse Agron le dio una patada con toda su fuerza y rencor en la entrepierna de Robert, dejándole de rodillas. Con sus amigos sorprendidos de ver como Robert se arrodilló de dolor ante un crío de una cabeza más baja que él, no pudieron decir nada.
Con el silencio del momento, Agron aprovechó para escapar y llegar a clase.
-Agron, llegas tarde. ¿Dónde estabas? -Preguntó su profesor.
-Perdona profe, es que he tenido un problema. -Contestó entrando por la puerta.
-Que sea la última vez, siéntate.
-Gracias.
-¿Otra vez esos tres? -Preguntó su Amigo Carlos.
-Sí, pero esta vez ya me han cansado. -Contestó.
-¿Qué quieres decir?
-Como buenos chimpancés que son no saben escuchar, les he dicho que estaba la policía detrás y al girarse y ver que no había nadie le he dado una patada en la prohibida -Explicó.
-¡¿Que has hecho qué?!
-¡Qué! Era eso o literalmente estaría fiambre en el suelo.
-¿Por qué lo dices? - Preguntó Carlos.
-Me han intentado ahogar.
-¿Cómo?
-Lo que te digo. Luego tengo algo que contarte, voy a ir a la montañas. ¿Vienes? -Preguntó Agron recordando la leyenda.
-¿A las montañas? ¿Para qué? -Preguntó sin saber para qué iría allí.
-¡Eh vosotros dos! Callaros ya. -Gritó el profesor.
-¡Perdón, perdón! - Dijeron ambos.
-Bueno, ahora todos vais a coger y vais a hacer los ejercicios desde la página 29 hasta la 32. Mañana los corregiremos. -Mandó el profesor.
-Que dices. -dijo en voz baja Agron.
-En serio profe. - Siguió en voz alta.
-¿Algún problema? - Preguntó el profesor.
-La verdad es que sí, sabes perfectamente que esto sé hacerlo y me parece un aburrimiento tener que venir todos los días a esta jaula para hacer todos los días lo mismo. -Dijo Agron enfrentándose a su profesor.
-Y ahora llegará después el de historia y se pondrá a hablar como un locutor de radio sobre el mismo tema y el siguiente, me enteraré yo y pocos más. -Siguió.
-Y por si fuera poco, el resto empezará a molestar porque como no entienden nada solamente les interesa estar de risas como si les gustara estar aquí. Y así con todas las clases, esos son los problemas que hay. -Explicó Agron cogiendo aire.
-Es decir, llegas tarde, te pones a hablar con tu compañero , me interrumpes la clase y encima al resto de la clase y mis compañeros les haces de menos. -Dijo con tono enfadado.
-Exactamente, y como nuestro tutor creo que podrías hacer algo.
-Sí, fuera de clase.
-¿Perdón?
-Si tan listo y tan sabelotodo crees que eres vete, no vengas y ya está. - Contestó.
-Ya, y los exámenes y demás, me los apruebas.
-No, irás a la extraordinaria directamente. Si tan bien se te da todo no vengas y solo haces esos exámenes.
-Por mí perfecto. Así puedo dar prioridad a cosas más importantes.
-Vale, si hay un único examen que no llegue al 8 repetirás todo el curso.
-¡Eso no se puede hacer! Que es esto una prueba o que.
-Así es.
-En fin, típico de los funcionarios, cuanto más tienen que hacer más se quejan. Y por hacer me refiero a mandar deberes mientras que se toca la tripa por no decir otro sitio a dos manos. Qué asco me da la gente como usted.
-Vete.
-Pues vale. Luego te contaré. -Dijo Agron a Carlos refiriéndose a la montaña.
-Suerte, a ver como acabas el curso. -Dijo irónicamente el profe.
-Gracias a ver si la tengo y te despiden a ti y a todos los que son como tú. -Contestó mientras se iba.
Tras la discusión, Agron salió hacia la montaña, en busca de respuestas o ver hasta qué punto es verdad esa leyenda. Se dirigió a la parada del autobús, al subirse y llegar a la siguiente parada, una chica de unos quince años de edad se sentó a su lado. Iba hablando por teléfono con alguien.
-Si tía pues verás, no me dice a mí mi madre que no me puede dar 20 euros para ir de fiesta esta noche, o sea, ¿perdona? Me dice: " es que te has gastado ya 300 euros este mes". Como no voy a gastarme ese dinero en un bolso de marca, o sea no puedo ser una influencer famosa con una ropa de mercadillo o de segunda mano. ¿Estamos locos? -Dijo la chica con un tono repelente y chillón.
-Lo que me faltaba, no tengo suficiente con no saber de qué habla el libro que ahora viene está. -Dijo.
-Sí pues puede ir preparando la cartera porque me estoy quedando sin maquillaje, se me están desgastando las uñas, el tinte y me tengo que comprar ropa nueva, que el conjunto de 160 euros de ayer que viniste conmigo de shopping no me gusta, y me dice que "como no se puede devolver que me no me compra otra" y yo como, emm, ¿perdón? -Continuó hablando la chica por el teléfono.
-Jesús, me está agobiando con su tonito y su forma de hablar y eso que solo la voy a ver en el camino del autobús, o eso espero porque si no, me da un amarillo de escucharla, pobrecita su madre que mal lo tendrá que estar pasando. -Pensó Agron intentando concentrarse.
-¿De verdad se ha gastado tanto en esas tonterías? Si seguro que solamente la ven su familia, sus amigas las cuales seguramente digan cualquier cosa menos bonita a sus espaldas y ella misma que verá una cantidad enorme de veces su propio video para que cuente la visita y parezca que la ve un montón de gente y son solo la ven cuatro gatos y encima ciegos. -Siguió pensando Agron dejando de lado por un momento el libro.
-Bueno Lauri, ya he llegado a la parada de autobús, en nada te veo y te cuento todo, que es mi mes de suerte que está la luna menguante en Leo. Ahora te veo, chaitiiii. - Dijo la chica mientras bajaba del autobús.
-Pero por el amor de dios, como está el patio. -Dijo en voz baja Agron.
-Solo falta que aparezca el típico "me ofendo por todo" y ya vamos, voy el resto del camino andando.- Pensó retomando su lectura y reflexión.
A los pocos minutos de tener que bajarse Agron volvió a entrar en sí, pues se había quedado embobado mirando la ventana. Miró al frente y se encontró lo que menos quería, dos jóvenes de la última generación sentados en frente.
-No me…, ¿esto tiene que ser una pesadilla no? Dime qué van disfrazados y que es una fiesta del anime ese con pelos de colores.- Dijo medio asustado.
Uno de ellos iba vestido completamente de negro, con el pelo teñido de rosa y un pendiente verde enorme. La persona que lo acompañaba en cambio iba con una camiseta morada, unos pantalones azules y media cabeza rapada tintada de gris. También con otro pendiente pero en el lado contrario.
-Pues eso cariño que me parece impresionante que hoy en día se este criticando a alguien por lo que quiera ser. -Dijo uno de ellos.
-Ya tía, es que la gente no sabe respetar a los demás, no parece que estemos en el siglo XXI. -Continuó el otro.
-Mira cariño, simplemente ayer iba andando hasta donde Maripili y de camino se me quedaron mirando dos señores mayores diciendo que a donde iba así. Que no era Halloween.
-Que dices marichocho, esa gente está fatal. Tú no te preocupes amor, tú eres lo más. - Siguieron hablando.
-Pues no sé quiénes serían esos señores, pero desde luego que el cante dan.- pensó para sí mismo Agron sin recordar que tenía el libro abierto sobre las piernas.
-De todas formas en la época que estamos me parece deleznable que se critique a la gente por como vaya vestida o como se sienta. O sea cariño nosotras unas chicas que se sienten bien con nuestros cuerpos y con lo que nos sentimos como seres humanos que somos, se nos critique. -Dijo indignada una.
-Emm, ¿Chicas? Si tienes más barba que mi padre, no serán…-Pensó Agron.
-Perdonar, pero ¿Puedo preguntaros a dónde van? - Preguntó Agron.
-Claro cariño, vamos a una fiesta drag, ¿tú también vas? -Contesto una de ellas.
-¿para que preguntaré? -Se dijo a sí mismo.
-Esto…No, yo voy a las montañas a dar una vuelta. – Siguió al ver el libro de nuevo.
-Uuuh maricón, que frío de sitio, quita quita. ¿Para que vas hasta allí, si no se puede estar? -Preguntó una de las drag.
-Voy a mirar simplemente, me aburría en casa y no sabía dónde ir. Por cierto, ¿Quiénes sois? -Contestó.
-Pues mira cariño somos Misrocket y Fashiongirl. -Dijo la drag con pelo rosa.
-Ah, ¿Así os llamáis? - Preguntó confuso.
-Jaja, ay no maricón, nuestros nombres son Iván y Javier. -Dijo susurrando Misrocket.
-La madre que…- Pensó en sí mismo Agron intentando no sonreír por el choque e información.
-Ah, pues encantado de conoceros a los dos, digo a las dos. Bueno ¿"Les" dos? -Dijo incómodo.
-No te preocupes con las está bien. - Dijo Fashiongirl.
-Ah, bueno…Adiós. Está es mi parada. Dijo Agron bajando del autobús.
-¡Hasta luego cariño! - Se despidieron ambas al unísono.
-Vaya viajecito, mira que me suele dar igual con quien me cruce. Pues toma, justo las que menos quiero. En fin, al menos esos dos eran majos, dentro de lo que cabe. -Dijo.
-Bueno, hora de dar vueltas por la montaña, debería haber traído algo que abrigue más pero bueno. Ya es tarde para eso. -Siguió guardando el libro y buscando una chaqueta.
-Donde puede haber una entrada o algún sitio donde alguien pueda pintar, ¿"el futuro"? -Se preguntó.
-Tal vez en la parte más alta. Aunque hay un camino bastante largo.
-Bueno, solo hay una manera de averiguarlo. -Dijo colocándose la mochila y comenzando a andar.
En ese momento Agron empezó a escalar la montaña, para su suerte la mayoría del camino estaba despejado de nieve y rocas, por lo que el camino no era muy peligroso, aunque cuanto más subía más frío y fatiga tenía. Al llegar a la parte más alta de la montaña se llevó una decepción. Pues no había nada.
-Uf, ¿qué frío hace aquí no? Y encima para no encontrar nada, con lo bien que pintaba. En fin, ¿ y ahora como bajo? -Se preguntó.
-Espera un momento, un poco más adelante está esa sierra. ¿Y si es allí? -Se preguntó buscando forma de bajar.
Dio media vuelta, y se dirigió hacia aquella sierra. Después de andar en las montañas durante treinta minutos llegó, escaló las montañas y empezó a mirar a su alrededor.
-Jesús, estoy muerto. Me duelen las piernas ya, espero que sea aquí. Porque si no me voy a cabrear bastante.- Dijo mientras miraba al horizonte, viendo cómo había estado una hora para llegar hasta allí entre autobús y andar.
-Debo darme prisa en mirar, si tardo mucho anochecerá y no veré nada. Y ahí si que estoy muerto porque mi madre me arranca la cabeza. Si no me la parto yo de una caída.
-Menudas vistas, llamaré a Carlos para que las vea también.-Dijo mientras sacaba el teléfono.
-Ah claro, no hay cobertura. Pues nada, no las verá.
-¿Y eso? ¿Una antorcha? ¿Aquí? - observó al mirar abajo mientras guardaba el móvil.
-Tengo que bajar.
Al intentar descender hasta aquella extraña antorcha el suelo empezó a resbalar más.
-¡Ay va! Casi me caigo, y hay una caída bastante grande. -Gritó mientras intentaba mantener el equilibrio.
-Vale con cuidado, pisa en las piedras planas. O eso nos decían en la excursión de senderismo. Aunque nos acabamos perdiendo casi toda la clase. Que momentos, acabaron quinte personas medio desaparecidas, cuatro con esguinces y casi la palman otros dos que casi se caen por un precipicio.- Recordó.
-Vale, esta no se mueve, ahora a la siguiente.
-¡Ahí!- dijo mientras apoyaba el pie y mantenía el equilibrio.
Cuando estaba dispuesto a dar otro paso más piedras de la ladera se movieron, cayendo varias hacia Agron sin darse cuenta.
-Uf, no me queda ya mucho. Pues si que he bajado bastante la verdad, a ver a cuánto estoy desde la cima. - dijo mientras daba la vuelta.
-¿Que es eso? Espera un momento, ¡¿Piedras?! -Dijo sorprendido.
-Ya puedes correr.
-Corre, corre, corre. - dijo mientras bajaba lo más rápido posible la ladera.
Pese a intentar correr una de las piedras le alcanzó, haciéndole tropezar y caer el resto de la ladera, por suerte no le quedaba mucho para llegar y el golpe fue algo pequeño.
-Aghh, ¿Estoy muerto? -Preguntó.
-¡La antorcha! -Dijo alegre mientras veía boca arriba la antorcha misteriosa.
-Aghh, vaya golpe dios. Me duele todo. -Dijo mientras ponía la mano sobre el hombro.
-¿Hay más? -Dijo viendo que había otra detrás.
-¿Es un camino? Supongo que lo será porque van hacia dentro de la montaña. - Observó.
-Pues habrá que seguirlo, aunque no pone nada de camino en el libro. -Dijo leyendo de nuevo el texto.
Al cabo de un rato llegó al interior de la montaña, allí se acababa el camino de antorchas. Por lo que cogió una de ellas y la utilizo como linterna para ver algo en el interior. Después de un rato caminando encontró una especie de armario de madera.
-¿Que hace aquí un armario? ¿Es que vive alguien aquí? -Dijo confuso dejando la antorcha apoyada y guardando el libro.
-No es un armario. -Dijo una voz desde atrás.
-¡AH! Que susto. -Gritó.
-¿Quién eres? ¿Y qué haces aquí? -Preguntó interesada la voz.
-Vine a investigar solo, estaba andando y me encontré con un camino de antorchas, las seguí y pues bueno, aquí estoy. Y tú, ¿Quién eres? - Preguntó Agron.
-¿Una vuelta? No, tú no has venido a dar una vuelta aquí Agron. Vienes a por respuestas. -Contestó la voz.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Agron cuando esa voz dijo su nombre.
-¿Cómo sabes mi nombre? ¿Carlos, eres tú? -Preguntó asustado.
-¿Yo, tú amiguito? Que dices, sabes perfectamente que él está en clase, donde deberías estar tú. Pero claro con lo inteligente que eres decides que lo mejor es insultar a un profesor y desear que le echen de su trabajo, ¿verdad? -Siguió hablando la voz.
-¿Cómo sabes eso?
-Tengo mis truquitos.
-Espera, ¿Desde cuándo me conoces? -Preguntó.
-Desde siempre, sé todo lo que te pasará, lo que te motiva y lo que detestas. -Contestó.
-Tú, tú eres el tío que escribió en la montaña el futuro de ese héroe. -Interrumpió.
-Correcto. ¿Algún problema? -Afirmó la voz.
-Ese tío al que te refieres soy yo. Whils. -Dijo la voz mientras se alejaba de las sombras dejando ver su rostro.
-¿Whils? ¿Y qué eres un dios o algo? -Continuó preguntando asustado Agron al ver semejante apariencia.
-¿Un dios? No, si lo dices por mi ropa o mi joyería son meras representaciones de mi poder con el destino y tiempo. Aunque no dejo de ser alguien como tú. -Contestó Whils.
-¿Como yo?
-Exacto. Aunque te parezca raro, también soy un humano, algo superior a ti.
-¿Superior? Entonces que eres, un humano, un dios, un ser superior o qué.
-Soy un humano con la capacidad de ver el futuro y destino de las personas. Y siendo como eres seguramente me preguntes cual es el tuyo. Pero no te lo diré, porque no puedo, y porque no quiero. -Contestó.
-Pues sí que me conoces.
-Te lo dije. Ves ese santuario de ahí. Ábrelo. -Señalo Whils.
-¿Eso? Pues vale.- Dijo mientras lo abría.
-¿Eres pintor o algo? Porque solo veo colores y personas. Y nombres raros. -Describió Agron.
-Me tomaré eso como un alago, pero no. No soy pintor, fíjate bien en todos los dibujos, míralos de izquierda a derecha. Y de arriba a abajo. Los nombres no los entiendes porque son mi idioma, aunque hable en el tuyo y me entiendas, mi manera de hablar no la puedes entender, es una lengua antigua. -Explicó Whils.
-Espera un momento, eso es una montaña, y eso otro es una persona agarrando del cuello a otra. Y al principio sale alguien sosteniendo un libro. -Observó.
-No, ¿esta pintura es igual a todo lo que he hecho hoy? -Preguntó.
-Así es, mira detrás. -Ordenó.
Al girar y abrir el otro santuario, la cara de Agron cambió.
-¿Qué? ¿Qué quiere decir esto? -Dijo muy confuso Agron.
-¿No lo entiendes? -Preguntó sorprendió Whils.
-Tu mismo has dicho que estaba en otro idioma. -Recriminó.
-Es verdad, pues esa parte quiere decir que tú, Agron. Debes salvar al mundo de unos invasores. -Explicó.
-¿¡Qué!? Es mentira, me niego completamente a que yo tenga que salvar a esa panda de monos egoístas. -Dijo negándose.
-Es así, no soy yo el que decide una cosa u otra. Eres tú, tú interior y tú forma de ser hacen que pueda ver ese destino tuyo. No es mi culpa. -Explico.
-Pues te equivocas, y lo único que tengo de especial es ser más listo que la mayoría y no ser superficial con todas las cosas y buscar sentido y lógica a todo. No como ese "mundo" que supuestamente debo salvar. Se merecen hasta que esos "invasores" de los que hablan vengan. -Dijo enfadado.
-¿Odias a todos? -Preguntó Whils.
-¿Cómo?
-Que si odias de verdad a absolutamente a todo el mundo.
-A ver, no a todos pero si a la gran mayoría. -Dijo pensando en las personas que le importa.
-Entonces estamos perdiendo el tiempo.
-¿Perder el tiempo? ¿Para qué?
-Para que estés listo. ¿Sabes luchar? -Preguntó Whils.
-Mas o menos.
-Luchemos. -Propuso Whils.
-Si te hace ilusión, aunque no sé si podrás seguirme el ritmo, la última vez que luche contra alguien me bastaron cinco segundos para…
-¡Céntrate!
-¡Pero qué!
-¡Ahhh!- gritó Agron tras recibir de Whils un golpe en el pecho con un movimiento rápido.
-Céntrate, si no te concentras en la pelea no ganarás. Solo ha sido un golpecito. -Dijo indignado Whils.
-¿Un golpecito? -Dijo quejándose Agron con falta de aire aún.
-Si
-Pues que "golpecito" más bueno.
-Otra vez. -Ordenó Whils mientras se ponía en guardia.
-¿Otra vez? Vale, está vez estaré atento.
Ambos esperaron en el sitio a qué el otro atacará primero, de un momento a otro Agron atacó a Whils.
-¡Toma!
Con un dedo desvío el puño de Agron. Seguidamente volvió a tomar distancia y se volvió a cuadrar.
-Buen intento, me toca. -Dijo Whils.
-¿Cómo lo has desviado con un dedo? -Dijo sorprendido Agron mirándose las manos.
-No vi necesario más. -Contesto.
-No te centres en lo que haga, céntrate en el combate. ¡Voy! -Dijo Whils.
-Vale.
-Intenta esquivarlo.
Whils se desplazó de un movimiento hasta donde estaba Agron, este vio el golpe que le iba a dar y lo intento contratacar. Pero golpeó al aire.
-¿Dónde está? -Dijo al ver que delante suya no estaba.
-¡Detrás! -Dijo Whils.
-¿Cómo? -Dijo sorprendido Agron mientras se giraba.
-¡Muy lento! -Dijo Whils dando un codazo en la frente de Agron, dejándole prácticamente fuera de combate.
-¿Cómo eres tan rápido? Hace nada estabas enfrente mía, y después desapareces y estás detrás. Y en lo que tardo en girar me das tal codazo. Que por supuesto dirás que ha sido un "golpecito". -Dijo mientras intentaba orientarse con el mareo del golpe.
-Este si ha sido un poco más fuerte, pero tampoco gran cosa. Y mi velocidad se debe a años y años de entrenamiento, y a mis capacidades de humano superior. -Explicó.
-¿Y cómo hago yo eso? Porque no me puedo mover tan rápido, ni dar golpes tan fuertes. Y ahora pregunto. ¿Si tan fuerte eres y tanta capacidad tienes? ¿Por qué no defiendes tú al mundo? -Preguntó.
-Porque no es mi deber, es cosa tuya. Ya te diré más mañana, ahora vete. Creo que alguien te está esperando en casa y tiene muy mal genio. Aunque todavía no entiendas nada, ir deprisa no es buena idea.-Contestó Whils.
-¿Quién me estaría esperando? ¡Mi madre! Me voy corriendo.- Dijo asaltado Agron.
-Esto va a ser duro.-Dijo Whils mientras veía como Agron se iba corriendo a casa.
-Hay mucho que hacer, debo prepararme yo también. No se hasta que punto tenemos tiempo para prepararnos o no, pero si con dos golpes tontos ha acabado así, miedo me da todo esto. Esos miserables son incluso más fuerte que yo. Si no consigo hacer que despierte su fuerza interior no habrá manera de salir con vida. -Siguió hablando Whils.
-Tengo que ir rápido a casa. Pero aún sigo sin entender nada de lo que ha pasado hoy. ¿Tengo que salvar el mundo? ¿Y por qué yo? -Dijo Agron mientras subía la montaña de camino a casa.