El sol de la tarde comenzaba a caer sobre Kuoh, teñiendo el cielo de tonos naranja y rosa. Dentro de la panadería Tempest , el calor del horno aún se sentía, pero esta vez no era solo el pan el que estaba en el aire. Issei se encontraba frente a una mesa llena de ingredientes y una mirada de concentración en su rostro. Había avanzado mucho en el arte de la panadería, pero esta vez, Rimuru lo iba a llevar más allá.
—Hoy no vamos a hacer pan, Issei —dijo Rimuru, con una sonrisa enigmática mientras tomaba una jarra de agua.
Issei levantó una ceja, curioso.
— Entonces... ¿qué vamos a hacer? ¿Magia? ¿Entrenamiento físico?
—Ambas cosas, en una sola —respondió Rimuru, señalando la mesa llena de harina, agua y otros ingredientes—. Hoy, aprenderás a usar tu magia como si estuvieras amasando pan.
— ¿Amasar magia? —Issei parecía confundido, pero la idea parecía le interesante.
—Exactamente. La magia, al igual que la masa, necesita ser moldeada. Tienes que sentirla, manejarla con cuidado. ¿Recuerdas cuando amasaste la masa la última vez y te dijimos que la sintieras con las manos? Lo mismo sucede con la magia. No solo debes lanzarla, sino también comprenderla, darle forma.
Issei ascendió, aún sin comprender completamente.
Rimuru dejó la jarra de agua y la miró.
—Lo primero que vamos a hacer es crear un "pan de magia". Necesitas crear una esfera de energía mágica y luego darle forma, tal como formarías una bola de masa.
—¿Una esfera de magia? ¿Y cómo lo hago? —preguntó Issei, dudando.
Rimuru alertó y se acercó a él, mostrándole la técnica.
—Cierra los ojos. Concédele a tu energía la forma de un pan. Imagina cómo la masa se agrupa en una bola bajo tus manos. La magia es igual. La energía no es algo intangible, solo tienes que saber cómo darle forma.
Issei cerró los ojos, concentrándose. A su alrededor, la tienda parecía desaparecer mientras se enfocaba completamente en lo que Rimuru le había dicho. Podía sentir la magia en su interior, como una masa sin forma, fluyendo a través de su cuerpo.
—Lo sientes? —preguntó Rimuru en voz baja.
—Sí... siento algo... como si estuviera amasando, pero dentro de mí —dijo Issei, sin abrir los ojos.
—Ahora, dale forma. Como si estuvieras enrollando la masa, estírala, apriétala, moldéala.
Issei extendió sus manos frente a él, concentrando su energía. Con un esfuerzo, sintió cómo la magia comenzaba a compactarse en una esfera. No era perfecta, pero era algo.
—¡Lo logré! —exclamó, abriendo los ojos y mirando la esfera de magia flotante frente a él.
Rimuru asintió, satisfecho.
—Bien hecho. Ahora, mantén esa esfera y siente cómo se calienta, cómo la energía crece en tu interior. La magia no solo se lanza, se alimenta del corazón, como el pan se alimenta del calor del horno.
Issei centró toda su atención en la esfera. Empezó a notar cómo la energía se volvía más densa, más controlada, a medida que le prestaba atención.
—Esto es... realmente increíble. ¡Se siente como amasar pan, pero con mi magia!
—Exacto —dijo Rimuru, con una sonrisa orgullosa—. Y ahora, para el siguiente paso, aprenderás a "hornear" esa magia. Así como la masa necesita calor para crecer, la magia necesita energía extra para consolidarse. Eso se logra al canalizar tu poder hacia la esfera de magia.
Issei afirmó rápidamente.
—¿Y cómo lo hago?
Rimuru levantó la mano, creando una pequeña esfera de fuego. La energía mágica dentro de la esfera creció hasta que la envolvió en llamas, dándole forma.
—Así como la masa se levanta en el horno con calor, tu magia necesita esa chispa extra. Usa tu poder, pero hazlo de manera controlada. Da un paso atrás, siente cómo la magia fluye y, cuando estés listo, canaliza todo lo que tienes en esa esfera.
Issei cerró los ojos de nuevo, ahora más confiado. Su energía mágica comenzó a calentarse, y sintió cómo la esfera en sus manos se expandía y se cargaba de energía. Intentó con todas sus fuerzas darle forma y control, sintiendo cómo respondía la magia.
Al abrir los ojos, la esfera se ilumina con una suave luz dorada.
—¡Lo hice! ¡Está brillando! —Issei dijo, asombrado, mirando la esfera ahora con más poder y control.
Rimuru sonrió.
—Excelente, Issei. Ahora, lánzala hacia esa pared.
Issei no dudó. Con un movimiento rápido, lanzó la esfera. La luz dorada chocó contra la pared, dejando una pequeña explosión de energía que iluminó la panadería.
—¡Vaya! ¡Eso fue increíble!
—No malgastes tanto poder todavía —advertió Rimuru, levantando la mano y deshaciendo la energía flotante—. Recuerda que la magia, al igual que el pan, necesita ser controlado. Si te excedes, puedes destruir algo que no deseas.
Issei caminando, respirando con más calma.
—Entiendo... ¡Gracias, Rimuru! ¡Este entrenamiento es como amasar magia! ¡Me encanta!
—Y solo hemos comenzado —dijo Rimuru con una sonrisa traviesa—. Ahora, repite este ejercicio todos los días, y verás cómo tu magia se vuelve tan suave y controlada como la mejor masa de pan.
Issei se echó hacia atrás en la silla, exhausto pero emocionado.
—¿Más pan y magia?
—Más pan y magia. Cada día, más cerca de tu meta.
**
Issei pasó la siguiente hora perfeccionando la técnica, mientras Rimuru supervisaba y guiaba sus movimientos. Poco a poco, la magia de Issei se volvió más controlada, más centrada. No solo estaba aprendiendo a usar su magia, sino a sentirla como nunca antes.
Y así, entre el calor de la panadería y el chisporroteo de la magia, Issei Hyoudou estaba aprendiendo lo que realmente significaba "cocinar" magia.
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Este era solo el comienzo. Pero con Rimuru como su guía, Issei sabía que las posibilidades eran infinitas. Después de todo, la magia, al igual que el pan, era un arte... y él estaba listo para dominarlo.
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