Ficool

Chapter 54 - Capítulo 53: Adiós, Jarillo-VI

El techo de la habitación del hotel fue lo primero que Aleph vio al abrir los ojos. Parpadeó un par de veces, intentando recordar qué lo había dejado tan aturdido.

No recordaba bien cómo había acabado en su cama la noche anterior, después de regresar con Natasha y Seele desde las llanuras nevadas.

Su cabeza latía como si alguien hubiera usado un tambor justo encima. Ni siquiera la resaca que tuvo después de esa borrachera con Qingyi lo dejó así.

Se llevó una mano a la frente y se incorporó lentamente. El dolor le arrancó un gruñido. Fue entonces cuando el recuerdo golpeó igual de fuerte que el café de Himeko a una Marzo distraída.

Stelle había estado oculta en el vestíbulo esperando su regreso, y para cuando pudo notarla fue demasiado tarde.

"…Claro…" Murmuró con cansancio, un nombre más para agregar a su lista de venganzas pendientes junto a Marzo.

Arrastró los pies hasta el baño. Abrió el grifo y dejó que el agua helada le escurriera por el pelo, intentando despejar la niebla mental. Cuando levantó la cabeza para mirarse al espejo, encontró una vista que lo dejó boquiabierto.

Una palabra escrita en marcador negro, escrito con una caligrafía bastante infantil y torpe, destacaban las letras "Idiotaleph".

Soltó un suspiro más profundo que el anterior.

"Será mejor que te cuides Stelle... por que estas en mi lista de nuevo." Murmuró mientras sacaba un lista de su bolsillo y anotaba "Stelle" por segunda vez.

Se secó lo mejor que pudo, peinó su cabello y se preparó para el verdadero desafío.

Bajar a encontrarse con ella.

Obtener su perdón, hacer que se confíe y...

¡Bam!

Puñalada por la espalda.

Una risa malvada escapó de su boca.

¿Como se sentiría Stelle si alguien arrojará su colección de chatarra a la basura? ¿Como se sentiría si alguien le cuenta a Marzo que la verdadera razón por la que sus lápices labiales desaparecen es por que Stelle le gusta comerlos? ¿O que fue su culpa que uno de los vestidos de Himeko se quemará?

Su venganza iba a ser tan dulce.

....

Al bajar al vestíbulo pudo verla junto a Marzo y Dan Heng.

Aleph mantuvo una expresión neutra mientras sus miradas se cruzaban.

Marzo y Dan Heng lo saludaron.

"Vengo en son de paz." Comentó con seriedad.

Stelle lo miró de reojo, cruzando los brazos con molestia.

"¿Y por qué tienes un bate de hielo en tus manos entonces?"

Aleph la miró.

"Protección."

Stelle soltó un bufido desdeñoso.

"Pues, no te equivocas al hacerlo." Ambos entrecerraron los ojos mientras se veían fijamente. Música de duelo al estilo del viejo Oeste se escuchó.

Stelle, Aleph y Dan Heng voltearon a ver a Marzo, quien hizo un puchero al ver las miradas que le dirigían.

"¡Solo quería mejorar el ambiente!"

Pronto decidieron ignorarla. Aleph dio un paso adelante y Stelle también, ninguno parecía dispuesto a ceder terreno.

Aleph fue el primero en iniciar el brutal ataque...

"Ugh."

Stelle no pudo mantener una expresión dura por mucho más tiempo.

"... ¡Bastardo!" Chillo mientras se retorcia bajo el inmenso poder las cosquillas.

Marzo y Dan Heng observaron de forma inexpresiva como ambos idiotas rodaban en el suelo haciéndose cosquillas entre sí.

....

Después de unos minutos de tira y afloja, lograron salir juntos del hotel. Ya más calmada, Stelle se volteó hacía Aleph.

"Hoy es el último día del Festival Calisol." Comentó tranquilamente. "Quiero que lo pases conmigo."

"Me parece bien." Comentó mientras sobaba su estómago.

"¿Así, sin protestar?" Preguntó dudosa. "¿No tienes que ir a algún otro lugar u algo?"

"Nope."

Marzo levantó su mano con una sonrisa.

"¡Yo también voy!"

"Claro." Respondió Aleph antes de que Stelle pudiera objetar.

La única voz discordante fue la de Dan Heng, que ya se daba media vuelta.

"Yo tengo que—"

Ni siquiera llegó a terminar la frase cuando Marzo y Aleph lo agarraron de un brazo cada uno y Stelle lo empujó suavemente desde atrás.

"Esto es innecesario…" Protestó Dan Heng.

"Anímate, la vamos a pasar bien." Le aseguró Aleph.

Por alguna razón, eso pareció preocuparlo más.

**********

Mientras tanto, en el Expreso Astral, Himeko servía café cuando Welt dejó su libro a un lado.

"Me preocupa Aleph." Comentó mientras fruncia el ceño.

Himeko levantó una ceja con curiosidad.

"¿Por qué?" En su opinión más allá de verse un poco menos animado que cuando salieron de Jarillo-VI por primera vez, Aleph no se sentía tan diferente.

Por la mente de Welt corrieron las imágenes de los actos del chico en Luofu. Realmente había sido algo emocionalmente agotador.

"...Todavia puedo recordar la mirada vacía que tenía cuando absorbió la energía vital de las raíces y del Árbol de Ambrosía… y a esto también se puede agregar lo que me dijo Stelle."

Al fondo, Pom-Pom barría mientras tarareaba algo sobre zanahorias y dulces.

"Según ella, lo escuchó hablar dormido." Comentó mientras sacaba su teléfono de su bolsillo y comenzaba a reproducir un archivo de audio. "Honestamente también encuentro preocupante que Stelle se cuele en su habitación y lo observe mientras duerme..." Murmuró.

"Pero hablemos de un problema a la vez."

Una vez encendido el audio pudieron escucharse con claridad los sollozos y las disculpas.

Himeko tomó un sorbo de café.

"Me recuerda a las primeras semanas de Dan Heng aquí. No es la primera vez que veo algo así." Comentó, si bien Dan Heng no parecía tan angustiado, si que parecía desvelarse mucho por culpa del insomnio.

"Por eso creo que Jarillo-VI ha sido una buena parada. Un ambiente relajado podría ayudar." Si bien no había estado con los demás.

Ya que estaban en un festival deberían haberse divertido bastante ¿no?

Ella sonrió.

"Bueno, supongo que si es un buen momento para relajarse ¿Como te ha ido como consultor en el proyecto de restauración del Motor de la Creación?" Comentó de manera burlona tratando de aligerar el ambiente. "¿No te veías tan emocionado como un niño en una dulcería?"

Welt tosio falsamente mientras se avergonzaba, ya era bastante mayor, y sin embargo no podía evitar emocionarse cuando se trataba de robots gigantes.

Afortunadamente un mensaje hizo vibrar sus teléfonos.

"¿Mmm? ¿Sra Herta?" Murmuró Himeko con desconcierto.

[Sra. Herta (Automático): "Ha habido una actualización importante en el Universo Simulado así como también se ha lanzado la primera beta de su expansión."]

[Sra. Herta (Automático): "Se requiere la presencia de ambos zoquetes Stellaron"]

Ambos suspiraron al unísono.

*********

Mientras tanto, en el festival, la situación ya había degenerado. Dan Heng, con el ceño fruncido, intentaba aplicar la maniobra de Heimlich a Aleph, que se estaba atragantando con un crepé.

Marzo, en vez de ayudar, tomó una foto del momento, mordiéndose el labio para no reír.

"¡Guardemos este momento para la posteridad!" Dijo mientras sacaba una foto.

A unos metros, Stelle vivía su propia batalla.

El enemigo, un mapache astuto, traicionero y sin miedo, huía con su dulce robado.

¿Atreverse a robar los dulces del Bate Galáctico? Bien, ella podía alabar su osadía y estupidez, pero tal transgresión no podía dejarse pasar.

Los ojos de Stelle ardieron con furia mientras su mirada y la del mapache se encontraban.

El mapache no hablaba, pero por su mirada arrogante Stelle podía intuir lo que quería transmitirle.

"Heh niña tonta. Tome tus dulces ¿Que harás al respecto?"

"¡Astuto animal, serás vencido por el Bate de la justicia!" Gritó Stelle mientras comenzaba su persecución.

Marzo se alejó y fingió no conocerla.

Un par de niños señalaban divertidos mientras un mapache trotaba tranquilamente, y Stelle corría detrás lanzando amenazas que parecían de luchador profesional.

...

Varias horas después del incidente en el festival, todos regresaron al Hotel Goethe. La noche se sentía más tranquila, aunque cada uno cargaba su propio cansancio.

Para sorpresa de todos, Stelle había logrado reconciliarse con su enemigo mortal de esa tarde, el mapache. No solo eso, sino que ya le hasta le había puesto nombre.

"Cupcake." Susurró, acariciándole la cabeza. "Nadie lo sabrá… tú vendrás conmigo al Expreso."

El animal masticaba un trozo de carne como si no tuviera la menor idea de lo que significaba "ser contrabando".

Marzo, en cambio, había sufrido un colapso azucarado. El subidón del festival se había convertido en un bajón absoluto, y ahora dormía profundamente.

Aleph la llevaba en brazos, mientras Dan Heng le sostenía la puerta de la habitación para que pudiera colocarla sobre la cama.

"Listo." Dijo Dan Heng cerrando con cuidado. "Espero que mañana no se queje de dolor de estómago."

Aleph solo sonrió.

Mientras tanto, los mensajes no dejaban de llegar. Himeko, Welt, Bronya, Seele… pero él estaba tan agotado que ni siquiera miró la pantalla. Se dejó caer en su cama y se durmió sin preocuparse por nada más.

....

A la mañana siguiente tras desayunar, Aleph se incorporó, encendió su teléfono y revisó los mensajes acumulados.

[Himeko: "La Sra Herta nos envió un mensaje a Welt y a mi, al parecer ha habido un actualización importante para el Universo Simulado."]

[Welt Yang: "También habló de una Beta para la nueva Expansión que estaba planeando."]

[Dan Heng: "...Me imagino que la presencia de Stelle es solicitada para probar todo eso ¿No es así?"]

[Himeko: "También solicitó a Aleph, parece que su último encuentro con un Aeon la dejó lo suficientemente impresionada como para querer que participe de la Beta."]

[Aleph: "..."]

[Aleph: "Esa mujer está loca."]

[Stelle: "Noob."]

[Aleph: "¿Huh?"]

[Stelle: "¡Tienes miedo de que mi puntuación sea infinitamente superior a la tuya!"]

[Stelle: "Créeme que lo entiendo, Aleph. Eres como SW, sin hacks eres completamente inútil en los juegos."]

Las cejas de Aleph temblaron mientras leía el mensaje.

"Maldita sea, Stelle." Murmuró mientras su expresión se oscurecia. "Puedes burlarte de lo que sea ¡Pero jamás de mi habilidad en los juegos!"

[Himeko: "No lo olviden, el Expreso partirá a la Estación Espacial Herta a la tarde."]

Después de suspirar continuó revisando los demás mensajes.

[Seele: "Oye."]

[Seele: "Luka te ha estado bucando..."]

[Aleph: "Dile que me siento alagado, pero que no bateó para ese lado y que aunque lo hiciera él no es mi tipo."]

[Seele: "Je."]

[Seele: "Tu sabes que quiere."]

Aleph se pasó una mano por la frente.

[Aleph: "... Bien, dile que lo iré a ver antes de irme."]

[Aleph: "Por cierto ¿Desde cuando eres mensajera? En todo caso podría haberme enviado un mensaje por su cuenta."]

[Seele: "Luka tuvo un... 'accidente' mientras andaba patrullando, en resumen, su teléfono ahora es poco más que una mini pila de chatarra y yo le debía un favor."]

[Aleph: "Ya veo."]

Al abrir el siguiente chat sin leer se topó con el mensaje de Bronya. Una ligera sonrisa se dibujó en su rostro.

[Bronya: "Aleph ¿Puedo preguntarte hasta ahora que impresión te ha dejado el Festival Calisol?"]

[Bronya: "También... muchas gracias por las flores, me asegure de dejarlas en un lindo florero en mi escritorio."]

[Bronya: **Foto**]

[Bronya: "Me hubiera gustado que también pudiéramos haber pasado el último día del Festival juntos."]

[Aleph: "No te preocupes."]

[Aleph: "No es como que sea el último Festival Calisol de Belobog ¿Verdad? Todavía vendrán más."]

[Bronya: "¿Estas libre ahora?"]

Aleph se desconcertó por el repentino cambio de tema, pero de todas formas contestó.

[Aleph: "¿Si? Ah quiero decir, si. Estoy libre."]

[Bronya: "¿Podrias venir a la Fortaleza Qlipoth?"]

[Aleph: "¿Eh? Claro."]

.....

Después despedirse de los demás y decirle a Stelle que no lo siga, Aleph se dirigió a su encuentro con Bronya.

Una vez dentro, ella lo guió a una habitación vacía.

"Quiero hablar contigo… en privado." Dijo mientras cerraba la puerta detrás de ellos, si se hubiera tratado de alguien más probablemente habría tenido algunas dudas al respecto, pero se trataba de Bronya.

¿Que era lo peor que podría pasar?

Aleph se sentó en el sofá con tranquilidad. Bronya se acomodó a su lado, abrazándole el brazo y recostándose contra él.

Permanecieron en silencio unos instantes, disfrutando de la cercanía.

Bronya se sorprendió cuando Aleph se apartó un poco. La incomodidad le atravesó el pecho.

¿Era esta su forma de rechazarla?

Penso por unos momentos, pero la idea se desvaneció de inmediato en el momento que sus miradas se encontraron.

Aleph la tomó suavemente de la cintura, levantándola para colocarla en su regazo. Su abrazo esta vez fue más firme, más íntimo.

El rostro de Bronya se tiñó de rojo. Sin embargo no se apartó, y en su lugar le devolvió el abrazo.

Cuando Aleph inclinó el rostro y depositó un beso rápido en su mejilla, el calor subió hasta la punta de sus orejas. Él apoyó la cabeza sobre la suya, y ella, apoyada contra su pecho pudo escuchar la rapidez de sus latidos.

Abrió la boca para preguntarle algo… pero dudó.

Desafortunadamente, no tuvo oportunidad.

La puerta se abrió de un fuerte golpe.

Cocolia entró con una expresión aterradora. Se acercó, y separó a ambos con un gesto autoritario y dejó sobre la mesa una pequeña pila de papeles.

Ella era mucho más débil que él, Aleph estaba seguro de eso.

Había visto cosas mucho más aterradoras, como a Aha y esa cosa que circulaba en ese espacio negro que atravesó con Stelle cuando regresó después de conocer a Flynn y Caelus.

Entonces...

¿Por qué Cocolia le estaba provocando un escalofrío?

"Firma." Ordenó, apoyando el cañón de su rifle contra la sien de Aleph.

"¿Qué estás haciendo, madre?" Preguntó Bronya, entre la vergüenza y la frustración.

"Asegurando tu futuro." Respondió Cocolia con naturalidad mientras instaba a que Aleph continuará firmando.

Bronya miró los documentos… y su corazón dio un salto.

"¿Un… certificado de matrimonio?" Susurró, atónita.

La vergüenza se mezcló con una ráfaga de rabia. Con un movimiento rápido apartó el rifle de su madre.

"¡Aleph, huye!"

Él no lo dudó ni por un segundo antes de saltar por la ventana.

.....

Cuando la figura de Aleph desapareció en la distancia, Bronya dejó escapar un suspiro de alivio, aunque sus mejillas seguían algo rojas.

Cocolia ya más tranquila, se sentó a beber el té que le había traído una criada.

"¿De verdad crees que esto es un buen plan?" Preguntó Bronya mientras miraba a su madre con dudas.

"Ahora está prácticamente en nuestras manos." Dijo Cocolia con una sonrisa satisfecha.

Bronya no respondió. Se acercó a la ventana, mirando hacia el horizonte mientras sostenía contra su pecho el certificado ya firmado.

***********

Tras huir, Aleph sacó el teléfono y escribió un breve mensaje a Seele, avisándole que ya estaba de camino a Underworld.

La respuesta no tardó en llegar.

[Seele: "Ya era hora…"]

[Seele: "Luka ya estaba insoportable... un poco más, y creo que lo habría matado."]

Aleph se rió en voz baja.

Por alguna razón se imaginó a Seele con ropa de profesora que intentando dar una clase, mientras que Luka como ciertos tipos interrumpía a cada instante con preguntas tontas hasta hacerla estallar.

....

Una vez en Underworld, saludó rápidamente a Hook y los topos antes de dirigirse directo a la sede del club de la pelea.

Subió al ring. El referí, el Dr. Pala, abrió los brazos para animar al público.

"¡Damas y caballeros! ¡Con ustedes, nuestro campeón invicto, el luchador más esperado de la noche Lukaaaa Brazofuerteeeee!"

El rugido de la multitud llenó la arena. Luka apareció con una sonrisa desbordante, saludando con energía.

"¡Aleph!" Exclamó mientras se acercaba sin una mínima pisca de respeto a su espacio personal. "¿Por qué no viniste a saludarme antes?"

Aleph dio un paso atrás, incómodo ante tanto entusiasmo.

"Demasiado intenso para mí…"

Pensó con con una sonrisa irónica.

....

El combate estaba a punto de iniciar. Mientras Luka realizaba unos estiramientos,

Aleph se limitó a levantar una mano, y el hielo respondió a su voluntad. Frente a todos, materializó un trono de cristal helado y tomó asiento con la tranquilidad de un rey que descendía a entretenerse entre plebeyos. Incluso la sonrisa altanera en su rostro parecía reflejar eso.

Luka lo miró desconcertado.

"¿Qué demonios estas haciendo?"

Aleph soltó una carcajada desdeñosa.

"Dime, Luka… ¿te atreves a enfrentarme?" Comentó mientras cruzaba las piernas.

"¡Claro que sí!" Respondió él, encendiéndose aún más mientras apretaba su puño con una sonrisa emocionada.

Aleph chasqueó los dedos.

Un destello azul surgió a su lado.

El ring tembló mientras Oni se manifestaba dejando al público bastante sorprendido.

"Si quieres desafiar al Rey de los Demonios… primero demuestra que tienes la fuerza para hacerlo." Con una orden suya, Nappea también se manifestó y sin decir una sola palabra puso unos cuantos buffs en Luka. "¡Y para hacerlo derrota a uno de sus generales o cae en el proceso!"

El desconcierto de Luka fue evidente mientras parpadeaba tontamente sin terminar de entender que pasaba, pero su risa disipó de inmediato cualquier duda del público.

"¡No tengo idea de qué significa todo esto, pero si es una pelea, cuenta conmigo!"

El público ya estaba eufórico, vitoreando la escena. Dividido entre el desconcierto y la emoción. Los vítores se multiplicaron, coreando el nombre del campeón y exigiendo el inicio del espectáculo.

[¿De verdad necesita montar todo ese espectáculo, maestro?] Preguntó Burroughs.

"A veces." Contestó Aleph con gravedad. "Un hombre solo quiere ver el mundo arder y reír desde lo alto."

[Claro…] Replicó Burroughs con ironía.

[¿O quizá no solo se trata de que usted es demasiado perezoso para pelear por sí mismo?]

Aleph no respondió. En su lugar, formó una copa de hielo perfecta y la llenó con jugo de fruta. Dio un sorbo con toda la parsimonia del mundo, asegurándose de que el público lo viera disfrutar con arrogancia desde su trono.

....

El rugido del público llenaba el lugar mientras Luka avanzaba hacia el centro del ring, sus ojos brillaban con entusiasmo.

Oni, por su parte, permanecía en el centro, imponente y sereno, cruzando los brazos ante la multitud. La diferencia de tamaño era abismal; la musculatura del coloso reflejaba pura potencia bruta, mientras Luka, más bajo y ágil, parecía una chispa a punto de estallar.

El primer contacto fue explosivo.

Luka lanzó un rápido jab con su brazo izquierdo, seguido de un gancho de derecha que Oni desvió con un movimiento mínimo, como si incluso los golpes más duros fueran meras brisas.

Luka retrocedió un instante, y volvió a la carga con un combo veloz, cada golpe era usado para medir la fuerza y los reflejos de Oni. El coloso simplemente absorbía los impactos, dejando que el sonido de los puños chocando contra su cuerpo resonara por toda la arena.

"¡Vamos, no te detengas!" Gritó Luka, mientras giraba sobre su pierna derecha para propinar una patada lateral que Oni bloqueó con el antebrazo.

El choque vibró en la lona, haciendo que los espectadores contuvieran la respiración.

Oni respondió con un golpe deliberadamente lento, dirigido al pecho de Luka. El luchador retrocedió apenas un paso, pero la fuerza lo empujó de lado; su cuerpo se inclinó como un resorte comprimido, y en el siguiente instante Luka regresó con un uppercut, buscando sorprender al gigante. Oni simplemente esquivó con un leve giro.

La pelea se convirtió en un intercambio vertiginoso de técnica y fuerza.

Luka, veloz y tenaz, atacaba con combinaciones de puños, patadas, rodillazos y agarres rápidos que Oni recibía con calma.

Cada impacto parecía martillar su cuerpo, pero el coloso ni siquiera respiraba con dificultad. Sin embargo, cuando Luka intentó un barrido desde su pierna derecha, Oni lo atrapó por la cintura, levantándolo un instante antes de dejarlo caer con un empuje que hizo temblar la lona. La multitud estalló en vítores y exclamaciones.

Luka se levantó con rapidez y volvió a cargar, cubierto de sudor, con su sonrisa intacta.

Sus movimientos eran impulsados por el maníaco ímpetu de alguien que no quería rendirse sin darlo todo.

Oni, por su parte, comenzaba a desplazarse menos, confiando en su durabilidad y fuerza. Cada golpe de Luka era absorbido, cada contraataque suyo un terremoto que hacía retroceder a su oponente.

Luka, a pesar de los golpes recibidos, se lanzó con un uppercut giratorio, buscando un golpe decisivo. Oni lo recibió con un agarre firme, levantándolo apenas unos centímetros antes de dejarlo caer de espaldas contra la lona con un estruendo que estremeció el ring. Luka rodó, jadeando, pero inmediatamente se incorporó, miró a Oni con desafío y levantó su puño mecánico.

El combate fue feroz. Luka dio todo de sí, pero finalmente cayó derrotado. No obstante, se levantó tambaleante y encaró a Oni con una mirada firme.

"Puede que hoy no… ni mañana… ¡pero un día te venceré!"

Oni, con los brazos cruzados y la mirada impasible, guardó silencio unos segundos antes de asentir. Era un gesto simple, pero suficiente, Luka se había ganado su respeto.

....

Al terminar sus asuntos, Aleph pasó por la clínica de Natasha para despedirse. Al encontrar allí también a Seele, aprovechó la ocasión para darle unas palabras de despedida.

Más tarde envió un mensaje a Bronya, despidiéndose de ella con unas pocas palabras.

La hora de partir se acercaba. Con un último suspiro, Aleph se reunió con Stelle, Marzo y Dan Heng. Juntos avanzaron hacia el ancla espacial, listos para regresar al Expreso Astral.

...

El silbido de Pom-Pom recibió al grupo en la entrada del Expreso Astral, seguido por la voz cálida de Himeko.

"Bienvenidos de nuevo." Dijo, con una sonrisa serena.

Welt, acomodándose las gafas, los observó con calma.

"Espero que hayan disfrutado su estadía en Jarillo-VI."

Marzo y Stelle vitorearon; Aleph, con suerte, podía ver parte del camino hacia adelante cargando todas las compras de Stelle y Marzo.

Dan Heng suspiraba con una expresión cansada.

"Yo solo quería quedarme a organizar los registros..." Murmuró, recordando todos los momentos problemáticos que vivió allí.

Más tarde, cuando el tren partió y la nieve del planeta quedó atrás, Aleph permaneció de pie junto a la ventana.

No dijo nada, sólo dejó que su mirada se hundiera en la distancia, como si buscara algo que no quería perder.

…...

El viaje terminó con la familiar vista de la Estación Espacial Herta. Al descender, Asta los recibió con entusiasmo. Arlan apenas alcanzó a saludar antes de que una marioneta de Herta apareciera y se plantara frente a ellos.

"Renacuajo y zoquete multi-stellaron. Síganme" Dijo, procediendo a arrastrarlos a ambos bajo las miradas sorprendidas de los miembros del Expreso.

El camino los condujo directo a la oficina de Herta. Allí los esperaba Tornillum, erguido con elegancia.

"Observación: Es un verdadero gusto verte nuevamente, Stelle." Dijo cordialmente. "Y también a ti, Aleph Avesta."

"¡Torni, es bueno verte!" Respondió Stelle con una sonrisa, y Aleph asintió.

Una sensación helada recorrió su espalda al sentir la mirada de Ruan Mei fija en él. Ella, con esa sonrisa suave, inclinó ligeramente la cabeza.

"Qué coincidencia tan grata vernos una vez más." Murmuró mientras extendía sus manos.

Aleph evitó su mirada de inmediato. El recuerdo de aquella batalla contra el clon inestable del Emanador de Propagación aún pesaba en su memoria; nada bueno surgía de estar cerca de Ruan Mei.

... Bueno, tal vez esas adorables criaturas postre.

Pero sólo eso.

Stelle rompió la tensión con naturalidad.

"Himeko y Welt nos dijeron que tenías algo preparado en el Universo Simulado. ¿Qué es todo eso de 'actualizaciones' y 'beta de expansión'?" Comentó, sentándose. "Y más importante ¿habrá recompensas por probarlas?"

La marioneta de Herta bufó con orgullo.

"Hmph. Ha habido mejoras en los sistemas, hay más mundos agregados… y, por supuesto, la beta de la nueva expansión."

Se giró, dramatizando cada palabra como si fuera un anuncio glorioso.

"La Plaga. Una recreación de los días más caóticos, cuando Tayzzyronth aún no había caído y el Enjambre se extendía sin freno, así como también su etapa posterior."

"Okay." Respondió Stelle con indiferencia.

Herta se quedó observándola, con una expresión que prácticamente decía ¿Eso es todo?

Pero Stelle ya había tirado de Aleph hacia Tornillum.

"Torni, tú también tenías algo que mostrar, ¿no?" Preguntó con ojos brillantes.

"En efecto." Respondió el caballero mecánico con calma. "Una propuesta distinta, aunque aún está en proceso. Lo he llamado Universo Diferenciado. En lugar de sucesos de escala cósmica, se enfocará en las vidas de figuras andavias clave, esperando hallar, a través de ellas, fragmentos de verdad."

Herta chasqueó la lengua y se cruzó de brazos.

"Bah, una pérdida de tiempo."

"Un camino alternativo." Corrigió Tornillum, inmutable. "No pretendo que todos estén de acuerdo."

Herta alzó la barbilla, suspirando.

"Pues no lo estoy. Pero… respeto tu empeño. Sólo no esperes ayuda de mi parte."

"Observación: Es usted amable, Sra. Herta."

"¡Por supuesto! Y no se te olvide mencionar, hermosa, humilde, brillante y comprensiva."

….....

Cuando la discusión terminó, la marioneta de Herta agitó las manos y los echó sin ceremonias.

"Ya los llamaré cuando todo esté listo. Ahora fuera."

En el pasillo, Stelle estiró los brazos con pereza.

"Voy a jugar con Peppy y a molestar a Arlan. ¿Vienes?"

Aleph apenas abrió la boca cuando alguien se interpuso en su camino. Ruan Mei acababa de salir también de la oficina.

"Aleph." Dijo con su voz suave. "¿Te importaría si conversamos un momento?"

Luego posó la mirada en Stelle, manteniendo su sonrisa amable.

"En privado."

... De alguna manera Aleph estaba teniendo una extraña sensación de deja vu.

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Divina Comedia: Inferno – Parte 1

Dante y Virgilio caminaban por la acera cargando mochilas pesadas. Discutían desde hacía dos cuadras.

"Te dije que era demasiado." Insistió Virgilio, apretando el paso. "Medio tesoro familiar, Dante. ¿Sabes lo que eso significa?"

"¿Qué papá va a explotar, y que nosotros vamos a cumplir nuestros sueños antes de que nos atrape?" Respondió su hermano, con una sonrisa. "¡Ademas llámame, Tony! ¿Para que perdimos tiempo haciendo nombres falsos si no los usaremos, Chris?"

Virgilio suspiro con desgana.

"Cumplir nuestros sueños… robando. Muy noble."

"No me lo recuerdes como si fueras un santo. Fuiste tú quien abrió la caja fuerte."

Se miraron y, pese a todo, se rieron. La idea de su padre gritándoles desde la puerta hasta quedarse afonico aún les divertía.

Doblaron en una esquina buscando un sitio para comer.

...

Se sentaron en un banco, repartieron pan y queso. Apenas dieron el primer mordisco, una figura se acercó corriendo.

Era una chica de cabello castaño recogido en una trenza. Su rostro estaba pálido y sus ojos enrojecidos de tanto llorar.

Parecía bastante desesperada.

"Por favor… ayúdenme." Suplicó en voz baja mientras trataba de recuperar el aliento.

Virgilio la observó con desconfianza y Dante con curiosidad.

"Siéntate." Dijo Dante, haciéndole un gesto hacia el banco. "Respira."

"Van… van a matarme…" Murmuró, temblando.

La expresión de Dante se suavizó mientras le daba unas palmaditas en la espalda.

Virgilio suspiro y miró a su hermano menor. Sabía lo que significaba esa expresión ambos tenían el mismo punto débil.

No podían dejarla así.

Le dieron de comer. Cuando logró tragar un bocado, habló más claro.

"Soy Alejandra Portinari." Se presentó mientras retrocedía un poco avergonzada por ver tan mal. "Perdón por las molestias."

"Tony Redgrave." Dijo Dante mientras le extendía su mano derecha para un apretón de manos.

"Chris Redgrave." Añadió su hermano.

"¿Qué ocurrió? ¿Por que estabas en ese estado?" Preguntó Dante.

Alejandra apretó las manos sobre sus rodillas.

"Estaba huyendo esas cosas… mataron a mis padres."

Se inclinó hacia adelante, con la mirada clavada en el suelo. Dante le puso una mano en el hombro hasta que recuperó algo de control.

"Cálmate ¿que son 'esas cosas'?" Preguntó Virgilio mientras la miraba con desconfianza.

"Es mejor que lo vean." Dijo ella, poniéndose de pie.

...

Los llevó por calles estrechas hasta una casa de aspecto lujoso con la puerta entreabierta. El olor metálico les llegó antes de entrar. Virgilio cerró la puerta tras ellos al entrar.

Con su mirada buscó en las cercanías algo que pudiera usar como arma mientras pensaba en la posibilidad de que esta chica los estuviera guiando hacía una trampa.

El vestíbulo estaba manchado de sangre. Dante y Virgilio se movieron instintivamente, colocándose uno delante y otro detrás de Alejandra.

En la sala, el cuerpo destrozado de un perro yacía sobre una alfombra. Más adelante, los de dos adultos.

Virgilio se agachó junto al más cercano, examinando las heridas.

"Marcas de garras… largas, muy profundas. No son de ningún animal de aquí." Como un entusiasta de la veterinaria y zoología, Virgilio había estudiado a profundidad bastantes libros sobre el tema e incluso había hecho un recuento de animales de los animales de la zona de los que deberían cuidarse ahora que el y su hermano menor se fugaron de casa.

Alejandra habló con la voz quebrada.

"Era un reptil negro… tenía muchas cabezas. Salió de las sombras… y hablaba como un humano."

Virgilio entrecerró los ojos.

"El miedo puede hacer que uno vea cosas." Comentó con indiferencia. No eran raros los así llamados 'avistamientos' de seres monstruosos que se reportaban, pero estos siempre eran desmentidos al poco tiempo.

"O puede que haya algo que no conocemos." Replicó Dante, sin apartar la mirada de los cuerpos.

"¿A qué se dedicaban?" Preguntó Virgilio con curiosidad.

"Mi madre era florista… le encantaban la literatura. Mi padre era científico… no sé exactamente en que área se especializaba."

Mientras hablaban subieron las escaleras hacía el estudio del padre de Alejandra.

El segundo piso estaba en penumbra.

En un escritorio lleno de papeles encontraron libros gruesos, encuadernados en cuero, con títulos sobre demonología y mitologías antiguas. Había anotaciones dispersas, dibujos de criaturas, símbolos y frases que parecían incoherentes.

En varias páginas resaltaban tres nombres escritos una y otra vez.

Azi Dahaka.

Vritra.

Set.

Virgilio hojeó uno de los tomos.

"Esto no presagia nada bueno…"

"Tal vez lo mejor hubiera sido ignorarla y llevarme a Dante a la fuerza." Pensó Virgilio.

Un ruido húmedo seguido de un siseo los interrumpió. De una esquina oscura, algo serpentino emergió.

Era delgado, pero con escamas negras que absorbían la luz. Antes de que pudieran reaccionar, se lanzó hacia Virgilio.

"¡Cuidado!" Gritó Dante, empujándo a su hermano a un lado.

La criatura lo atrapó y lo arrastró hacia la sombra de donde había salido. Virgilio intentó agarrarlo, pero solo alcanzó aire.

"¡Dante!" Gritó desesperadamente el nombre de su gemelo.

"Tú..." Gruño mientras miraba a Alejandra. "¡Tu tienes la culpa de todo esto!"

Ella rompió a llorar. Virgilio cerró los ojos, y respiró hondo.

"Perdón… no debí decir eso."

Alejandra secó las lágrimas y agarró un montón de las notas de su padre. Lo miró directo a los ojos.

"Vamos a traerlo de vuelta."

…...

Dante apenas podía mantener los párpados abiertos. Todo a su alrededor era oscuridad, pero en esa negrura flotaban burbujas blancas y estructuras que parecían de cristal.

En el centro, un árbol colosal de luz dorada se alzaba hacía el infinito.

Sus raíces y ramas se perdían en un horizonte inexistente.

Un temblor sacudió el espacio. Entre la penumbra, un enorme ojo mecánico se abrió y lo observó con un resplandor rojo.

Antes de perder el sentido, pensó en una palabra que no entendía por qué conocía.

"... ¿Aeon?" Murmuro antes de caer inconsciente.

**********

Virgilio cerró el tomo que tenía en su mano y lo arrojo al piso mientras miraba la sombra cada vez más encogida por la cual esa cosa había llevado a su hermano.

"No me gusta nada de esto." Dijo mientras daba un paso adelante.

Alejandra arrojo las notas al piso mientras buscaba algo útil entre todas esas cosas.

Sus ojos se abrieron cuando encontró algo escondido en un cajón del escritorio.

"¿'Magia básica' y "Magia de contrato'?" Ella y Virgilio miraron con escepticismo los títulos de ambos libros, pero al final los tomaron, tener algo era mejor que nada.

Ambos se miraron antes de asentir.

Se lanzaron sin dudar hacía la sombra.

Un vacío completamente negro que se extendía hasta más allá de donde sus ojos podían mirar los recibió.

Seguido de un rápido y turbulento descenso.

"Ugh." Alejandra sostuvo su estómago mientras su rostro palidecia.

Virgilio tuvo un mal presentimiento y recordó aquella vez que Dante participó en un concurso de comida. Sus ojos pronto se abrieron con alerta.

"¡No te atrevas!" Gritó pero ya era tarde.

El vómito de Alejandra lo cubrió de pies a cabeza.

**********

Dante abrió lentamente sus ojos. Su primer instinto fue mirar a su alrededor.

Allí pudo ver el cuerpo semi carbonizado de su captor.

"Que asco..." Comentó mientras tapaba su nariz por el horrible olor. Mirando a su alrededor vio una tierra desolada que sólo podía describirse de una manera.

Infierno.

Trato de dar un paso adelante. Pero una repentina sensación de pesadez lo invadió mientras una fuerte jaqueca lo llevaba a hacer una mueca de dolor.

Un sonido similar a una cadena de pitidos sono en su cabeza.

Su mirada se fijó una vez más en el cuerpo carbonizado.

"... ¿Estas seguro de esto?" Pregunto en voz baja.

El pitido sonó una vez más.

"Esta bien, confiare en ti."

Metiendo sus manos entre la carne abierta del reptil, Dante sintió una sensación ardiente en sus dedos que lo llevó a hacer una mueca de dolor.

Los pitidos sonaron una vez más y el dolor de Dante desapareció.

Siguiendo las instrucciones que anteriormente le habían dado.

Usando su mano derecha, Dante trazó una fórmula en su mano izquierda usando la sangre del reptil.

"Ojalá lo que me dijiste sea verdad." Comentó mientras sentía una sensación cálida llenar su cuerpo. Rápidamente siguió la instrucciones, guiando dicha energía hacía su mano izquierda.

Una llama verde brillante se hizo presente flotando sobre su mano.

Dante reprimió a la fuerza su necesidad de saltar de alegría.

Los pitidos se escucharon una vez más.

"... Esta bien, cumpliste lo que prometiste." Dijo mientras comenzaba a estirarse. "Dante Alighieri es un hombre de palabra, no dudes en que cumpliré mi parte."

*********

Alejandra se negó a mirar a Virgilio mientras este se limpiaba el vómito de todo su rostro.

Caminaron hacía adelante mientras buscaban pistas del paradero de Dante.

Alejandra tomó el libro de magia básica mientras que Virgilio tomo el de la magia de contratos.

"¿Crees que podamos hacer funcionar esto?" Comentó Alejandra.

Virgilio fruncio el ceño.

"Tiene que hacerlo, Dante me necesita."

Ella lo miro con ojos entrecerrados mientras ponía sus manos en su cadera.

"¿No habían dicho que eran Tony y Chris Redgrave?"

Virgilio le dio una mirada inexpresiva.

"¿En serio eso es lo que te importa?" Ella asintió en silencio. "Bueno, te daré un resumen rápido."

Virgilio narró mientras seguían caminando.

"Comenzare desde el principio. Hace tres años cuándo, Dante y yo teníamos doce años nuestra madre se fugó con el jardinero, aunque no sin antes valdalizar la oficina de nuestro Padre." Comentó con indiferencia.

"El se desquitó con nosotros, a pesar de tener notas altas, un buen comportamiento y ser bastante competentes en distintas áreas. Nunca nos dejó en paz, todo empeoró cuando se volvió alcohólico, bajo el pretexto de 'enseñanza' comenzó a golpearnos... así siguió por los siguientes tres años, yo y Dante finalmente nos hartamos de ello y decidimos hacer lo mismo que mamá, rompimos la caja fuerte y nos robamos la mitad del tesoro familiar y nos fugamos ¡Dos guapos gemelos contra el mundo! Estoy seguro de que esa es la estupidez que piensa Dante." Virgilio rio un poco.

"Vaya, realmente sabes reír." Alejandra se llevó una mano a la boca con sorpresa.

"¡Oye, lo dices como si pareciera molesto todo el tiempo!"

*********

"Oye, creo que ya lo descifre." Comentó Virgilio mientras sacudía a su compañera, quien estaba absorta leyendo. "No es tan complejo como parecía en un principio."

Con la punta afilada de una roca cercana, el gemelo mayor se hizo una pequeña herida en dos de sus dedos.

Con su sangre dibujo en la tierra un círculo mágico de aspecto raro.

"Es hora de intentar ¿Que tanto confías en tu capacidad para enga- ehem negociar?" Dijo mientras miraba los pasos a seguir.

"No estoy muy segura."

"Bueno, preparate. Si esto funciona nuestras oportunidades serán mucho mayores."

Las páginas del libro se movieron con el viento mientras un resplandor azulado brotaba del círculo.

"¿Que opinas de volverte una invocadora de demonios?"

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