Ficool

Chapter 51 - Capítulo 50: Festival Calisol

El sol comenzaba a ocultarse más allá de las cumbres heladas de Jarillo-VI. Las últimas luces del día pintaban de ámbar los andamios del Motor de la Creación mientras los trabajadores descendían por las laderas para descansar.

Frente a ellos, Bronya exhaló con una mezcla de gratitud y agotamiento.

"Han hecho más de lo que pedí. Lo mínimo que puedo ofrecerles." Dijo, dirigiéndose a los miembros del Expreso Astral con una sonrisa. "Es una habitación en el Gran Hotel Goethe. Consideren esto una muestra de mi agradecimiento."

Aleph por unos momentos creyó ver un halo brillante sobre la cabeza de Bronya.

[Maestro, diga no al impulso de idiotez.]

"Casate conmigo."

[...Y una vez más me ignora por completo, idiota.]

El silencio que siguió fue tan cortante como una ventisca.

Bronya jadeó, retrocediendo con los ojos desorbitados y las mejillas enrojecidas.

"¿Q-Qué…? ¡¿C-Casarse con Bronya…?!"

Himeko parpadeó deconcertada.

"Vaya... eso fue directo." Su voz sonaba entre divertida y resignada. Bajó la mirada a su taza vacía con un suspiro. "... Y yo a casi los treinta y aún sin pareja..."

De alguna manera su expresión se oscureció bastante.

"Necesito café más fuerte... o tal vez un trago." Murmuró.

Marzo se quedó con la boca abierta, incapaz de articular alguna palabra.

Dan Heng levantó apenas una ceja, lo miró con neutralidad y dijo.

"Felicidades." Luego volvió a acomodar su chaqueta como si nada hubiera pasado.

Cocolia frunció el ceño con un rostro tan inexpresivo como helado. Su mano se deslizó con lentitud hacia un rifle que reposaba junto a la pared.

"No es necesario que lo tome tan en serio." Comentó Pela, interceptando su mano con urgencia mientras una gota de sudor frio le bajaba por la frente.

Mientras tanto, Stelle ya se había adelantado, cruzando la distancia en tres zancadas antes de tomar a Aleph de la oreja con una expresión de frustración.

"¡¿Qué te pasa?! ¡¿Quieres que te disparen o que te entierren vivo?! ¡No vuelvas a decir tonterías así delante de ella!" Comentó mientras aumentaba la fuerza de su agarre, de alguna manera tenía una rara sensación como si algo similar ya hubiera ocurrido en el pasado.

"¡Ay, ay, ay! ¡Suéltame! ¡Era una broma!"

"¡Pues no tuvo gracia! ¡Idiota!"

En ese instante, Seele llegó caminando despreocupadamente mientras se estiraba un poco, observó la escena sin entender nada.

"¿Qué pasó aquí? ¿Por qué Bronya parece una langosta cocida?"

Dan Heng, sin levantar la vista de su teléfono, respondió con calma.

"Aleph se le declaró a Bronya. Stelle lo está educando."

Seele entrecerró los ojos, dudando entre reírse o preocuparse. Observó a Bronya, quien murmuraba con el rostro completamente encendido.

"¿C-casarse con Bronya...?"

"¿P-pero ni siquiera hemos salido juntos...?"

"¿N-no es muy pronto...?"

"Awawa..."

La mirada de Seele se endureció mientras se ponía una mano en la frente.

"Entiendo..." Murmuro mientras dirigía su mirada donde Stelle aún regañaba a Aleph. "Entonces voy a tener una pequeña conversación con Aleph sobre el uso indebido de palabras que afectan el delicado corazón de jóvenes doncellas bobas y protegidas."

Aleph, aún atrapado por Stelle, palideció aún más.

"¡Espera, espera! ¡No hace falta tanto dramatismo! ¡Era solo una línea inofensiva!"

"Oh, tranquilo. No voy a matarte." Seele sonrió. Una sonrisa que no tranquilizaba a nadie.

Aleph tembló mientras tenía peligrosos flashbacks de aquella vez que jugando con Mike sin querer empapo a Mei y su tarea recién terminada.

"Solo voy a asegurarme de que aprendas..."

Dan Heng, sin levantar la vista comentó.

"Tu mismo te lo buscaste, Aleph."

*****************

Aleph se quitó la chaqueta y la dejó caer sobre la silla.

Caminó hacia el espejo y se saco su camiseta. Permanecío frente allí por un tiempo con una expresión complicada.

Las grietas doradas se extendían por su pecho, su alcance había aumentado. Con un dedo trazó una de ellas.

¿Como algo podía emitir tanto calor como frío al mismo tiempo y dar una sensación tan fría que quema?

El dolor que las acompañaba también era mucho más intenso que antes.

"Burroughs…" Comentó, sin apartar la vista de su reflejo. "¿Ya no puedes contenerlo?"

[Lo estoy haciendo, Maestro. Pero esta es la forma más contenida que puedo lograr. El fenómeno sigue avanzando.]

Aleph soltó un suspiro.

No pudo evitar fruncir el ceño con preocupación.

¿Cuánto tiempo le quedaba?

¿Minutos? ¿Horas? ¿Días?

Una pequeño jadeo sorprendido salió del armario pero para un Aleph más concentrado en su situación paso completamente desapercibido.

Dentro, Stelle se cubría la boca, conteniendo el aliento.

Como era usual se había escondido en el armario de Aleph para espiarlo con la esperanza de ver que ocultaba, al final lo que encontró fue peor de lo que imaginaba.

Así que por eso no quería que nadie lo supiera.

...¿Que había hecho este idiota está vez para estar cerca de la muerte?

¿Era suicida?

¿Masoquista quizá?

No pudo evitar apretar los dientes cuando por su mente paso la figura de Aleph mientras peleaba con Blade y posterior a la pelea.

Por unos instantes debatió internamente cuandos golpes de su Bate funcionarían para arreglar su estúpida cabeza.

....

Un leve golpe en la ventana se escuchó en la silenciosa habitación.

Aleph se acercó, y al abrirla, Nappea se deslizó con gracia en el interior, sacudiéndose el polvo de las alas.

"¿Noche ocupada, maestro?" Su sonrisa era suave, pero sus ojos examinaban cada centímetro de las grietas en su piel con preocupación. "Vine a traerle el informe de la situación."

Aleph asintió complacido.

"¿Qué pudieron averiguar?"

Nappea hizo un saludo militar con una expresión bastante sería antes de comenzar su informe.

"Jack y Oni localizaron varias de las piezas robadas del museo. Ya recuperaron la mayoría y las están protegiendo. Las puede llevar de regreso por la mañana." Hizo una pausa. "También interceptamos una llamada en el teléfono de un sospechoso. Usamos su número para concertar una cita con el tal Sr. Pies Fríos. Será en una habitación de este mismo hotel."

Aleph asintió, cruzando los brazos con un gesto aprobatorio.

"Buen trabajo. Incluso mejor de lo que esperaba."

Nappea bajó la mirada, titubeando un poco sin saber si era bueno hablar o no de ello.

"Su condición…"

"No te preocupes, que por el momento no tenga solución a esto no quiere decir que no vaya a tenerla más tarde."

Ella no respondió.

Simplemente se quedó allí, observándolo, como si quisiera decir algo más, pero sin encontrar las palabras.

Dentro del armario, Stelle apretó los puños.

Estaba más que decidida a tirarle un buen par de dientes a Aleph por idiota.

.....

A la mañana siguiente.

Marzo estaba terminando su segundo croissant cuando notó algo extraño.

"Oye, Aleph… ¿Sabes por qué Stelle te está mirando así?" Comentó con curiosidad.

Aleph, que se servía una taza de café, levantó la vista hacia Stelle, que no había dicho palabra desde que se sentaron.

Sus ojos estaban fijos en él, mirándolo con intensidad, casi se se sentía como una presa siendo observada por un cazador.

Casi.

"Ni idea." Respondió encogiendose de hombros.

Dan Heng lo miró con tranquilidad.

"¿Hoy vas al museo?"

"Sí." Contestó Aleph, bebiendo de un sorbo todo su café. "Tengo que entregar algunas cosas que recuperaron mis demonios. Además, también le prometí al director que ayudaría."

Aleph se tenso al ver a Seele entrar, todavía recordaba con la tenacidad con la ue había sido perseguido por el ella.

"¿Alguna pista sobre el ladrón?" Preguntó Seele sentándose a su lado.

Bueno, parecía mucho más tranquila.

Aleph se encogió de hombros.

"Tendré respuestas muy pronto."

************

Aleph caminó por los pasillos del Gran Hotel Goethe tras haber dejado los artefactos recuperados en el museo.

En su bolsillo tenía la nota de Nappea, en ella estaba escrito el patrón de golpes que debía hacer para que el Sr. Pies Fríos lo reconociera como su supuesto socio.

Frente a la puerta, Aleph alzó la mano y golpeó con el ritmo indicado. Un breve silencio después logró oír el clic de una cerradura.

Stelle, que había insistido en acompañarlo, se acomodó detrás de él cuando la puerta se abrió.

Ambos se quedaron en silencio por un momento al ver quién estaba detrás de la puerta.

"...¿Sampo?" Preguntó Aleph con el ceño levemente fruncido.

Sampo se quedó petrificado, mientras considerando cómo escapar por la ventana.

"¡Amigos! Qué... grata sorpresa." Su tono no ayudaba en lo más mínimo a su caso.

La sonrisa en su rostro era ligeramente temblorosa y el sudor frío le bajaba por la sien.

Stelle lo señaló de inmediato.

"¡Te tengo! ¡Estás arrestado, criminal escurridizo! ¡Te entregaré con mis propias manos!"

Aleph se llevó una mano a la frente, por eso Stelle y las películas policiacas eran una combinación un tanto... curiosa.

"Un momento, un momento, no hay necesidad de recurrir a medidas tan extremas." Sampo levantó las manos. "Podemos resolver esto entre amigos. ¿Qué tal un pequeño... gesto de buena voluntad a cambio de su silencio?"

Sacó una bolsa bastante cargada de su chaqueta y sonrió con nerviosismo.

"No necesito tu soborno." Gruñó Stelle, cruzando los brazos. "Voy a llamar a Pela."

Aleph, que hasta ahora solo observaba, se acercó un paso.

"Stelle, creo que vi a Marzo correr con tu bate por la ventana."

Stelle abrió los ojos de par en par, entró en pánico y salió corriendo hacia la ventana más cercana.

"¡Le dije que Jonathan estaba fuera de los límites!"

Aleph le lanzó una mirada a Sampo y le hizo una señal discreta con los ojos hacia la puerta, mientras abría apenas la cerradura.

Sampo sonrió al entender el mensaje y no perdió tiempo en desaparecer por el pasillo mientras saludaba a Aleph.

[¿Por qué lo dejó ir?] Preguntó Burroughs con curiosidad.

"Porque cuando desperté en Underworld, él fue uno de los pocos que me ayudó. Al igual que Natasha. Al final, sigue siendo un amigo así que si puedo extenderle una mano, pues claro que lo haré."

[Eso no lo hace menos ladrón.]

"También fue una fuente bastante generosa de retos con buenas recompensas. Varias de las cosas que conseguí gracias a él siguen siendo útiles incluso ahora."

[Así que por gratitud y conveniencia ¿Eh?]

"Exacto. Esto es lo menos que puedo hacer por él."

Aleph sacó su teléfono y escribió un mensaje rápido para Pela.

[Aleph: "El Sr. Pies Fríos escapó. Parecía estar usando una habitación del Hotel Goethe como señuelo para distraernos. Puedo dar detalles más a fondo después."]

[Pela: ...]

[Pela: *Sticker de Pom-Pom enojado*]

[Pela: Entendido.]

Guardó el teléfono justo cuando Stelle regresaba con un ceño fruncido.

"No lo encontré. ¿Seguro que viste a Marzo con mi bate?"

"Eso creí." Dijo Aleph encogiéndose de hombros. "Quizá fue otra persona."

Stelle parpadeó y miró a su alrededor.

"...¿Y Sampo?"

"Me distraje escribiéndole a Pela. Cuando volví a mirar, ya no estaba."

Stelle apretó los dientes.

"Voy a encontrarlo. Y cuando lo haga, voy a meterle ese soborno donde no le da el sol."

Aleph comenzó a sudar frío mientras internamente le daba su más sentido pésame a Sampo.

.....

Aleph se levantó para salir, pero Stelle se paró frente a la puerta. No iba a desaprovechar la oportunidad para sacarle respuestas ahora que estaban a solas.

"¿Es cierto?"

Su voz no temblaba ni un poco. Pero sus ojos no mentían.

Aleph no respondió mientras seguía desconcertado.

Stelle avanzó un paso y lo empujó con fuerza al pecho. Lo hizo retroceder hasta que se dejó caer sentado en la cama.

"¿Vas a morir?"

Aleph respiró hondo. Le tomó un segundo tragar esa pregunta.

"…Sí."

No trató de disfrazarlo. No tenía sentido hacerlo, si ya era consciente de todo al menos debería darle una explicación adecuada.

"¿Por que?" Preguntó Stelle mientras lo levantaba por el cuello de su camiseta. "¿Que idiotez hiciste ahora?"

Incluso antes de que Aleph pudiera decirle algo, Stelle rompió su camiseta para dejar las grietas doradas a la vista.

Aleph suspiro con una mano rascando su nuca.

"Tuve suerte… demasiada. Contener un Stellaron ya es un milagro en si, tener dos es suicidio." Bajó la mirada. "Mi cuerpo está cediendo. Como una cuerda demasiado tensa. Tarde o temprano se va a romper."

"No pareces muy preocupado." Comentó mientras lo soltaba.

"¿Por que lo estaría? Son cosas que pasan, en mi codicia sobreestime mis capacidades y ahora estoy pagando por ello, es natural. No sirve de nada entrar en pánico."

"Tu ¿en serio...?"

Stelle apretó los puños. Aleph cerró los ojos, esperando el golpe.

Pero al final, el golpe esperado no llegó.

En su lugar, sintió un par de brazos rodeándolo con fuerza. Demasiada. Como si Stelle intentara mantenerlo en una sola pieza a la fuerza.

"Idiota." Murmuró. Y no lo soltó.

Aleph se quedó inmóvil, sin saber si corresponder o pedirle que se calme. Al final, no hizo ninguna de las dos cosas. Sólo se quedó allí, quieto mientras la dejaba desahogarse.

Al fin y al cabo, que ella estuviera así era completamente su culpa.

.....

En algún rincón de su memoria, Stelle volvió a ese día.

Caelus estaba sentado frente a ella, con una expresión neutral mientras ella agitaba su nuevo bate con orgullo.

"¿Ves? ¡Hasta Kafka aceptó que era mejor enseñarme a usar un bate que la espada! ¡Dijo que me daba estilo!"

Caelus sonrió, apenas. Pero lo hizo.

"Me alegro por ti."

"No te alegres. Se supone que deberías estar celoso." Protestó Stelle, inflando las mejillas.

Caelus alzó una ceja, luego forzó una voz completamente plana.

"Estoy… devastado. Claramente Jonathan es superior a mi Lucielle."

Stelle se rio. No pudo evitarlo.

"Eso fue terrible."

Caelus se encogió de hombros con indiferencia.

"Lo intenté."

Hubo una pausa. Luego Caelus bajó el bate de sus manos y le acarició la cabeza.

"¿Estás lista?"

Esas palabras borraron la sonrisa en su rostro.

"Falta poco para que nos sellen la memoria. Después de esta última misión con Kafka iremos a la Estación Espacial Herta para prepararnos para nuestra integración al Expreso Astral, como Elio dijo."

Stelle desvió la mirada.

"No quiero."

Caelus la miró con curiosidad y desconcierto.

"¿Por qué?"

"No quiero olvidarlo todo. No quiero olvidar a White Snake, a Kafka, ni a Silver Wolf… ni a ti."

Caelus soltó un suspiro, pero se mantuvo en silencio.

Después, simplemente la envolvió en un abrazó.

"Lo vamos a recuperar todo. Algún día." Su voz aunque baja seguía firme. "No importa si lo olvidamos. Seguiremos juntos. Lo sabremos."

Ella lo abrazó de vuelta. No quería que ese momento terminara.

"Dices eso pero en realidad lo que no quieres olvidar es a Sam ¿Verdad?"

Caelus sonrió irónicamente.

"... ¿De que hablas? Sam y yo solo somos amigos."

Incluso en su abrazo no pudo evitar darle una mirada seca.

"¿Desde cuando le propones matrimonio a tus amigos?"

Caelus se rasco la nuca con algo de vergüenza.

"...Era sólo una pequeña broma."

Stelle intentó imitar lo mejor que pudo la mirada plana y el tono que Kafka le dio a Caelus cuando vio lo que pasó.

"Eres de lo peor." Casi no pudo evitar reír al verlo estremecerse.

Esa misma noche, Caelus desapareció sin dejar rastro.

Ni siquiera Elio supo qué pasó.

...

En el presente, Stelle seguía abrazando a Aleph con fuerza.

"Tranquila. No va a pasarme nada." Dijo mientras acariciaba su cabeza.

Mentiroso.

Estúpido mentiroso.

No iba a perderlo otra vez.

************

Aleph caminaba hacia la entrada del Museo, donde ya lo esperaban Dan Heng y Marzo. A su lado, Stelle se aferraba discretamente a su manga. Ambos se veían un tanto agotados. Ella, especialmente, parecía mucho más susceptible de lo normal, siendo un tanto pegajosa.

Marzo entrecerró los ojos.

Su mirada pasó de Aleph a Stelle y de vuelta. Algo no cuadraba. Ladeó la cabeza, frunció el ceño y, por desgracia, su cerebro recordó ese oscuro capítulo de su vida donde la inexperiencia la llevó a sumergirse en rincones de internet que nadie menor de edad debería haber pisado.

Cama de hotel. Rostros cansados. Afferramiento intenso. Cambio en la dinámica.

Marzo abrió la boca. Una teoría cruzó su cabeza como un tren desbocado.

¡Cruzaron la línea!

¡Stelle ahora es una mujer!

¡Una mujer hecha y derecha!

¡Una adulta consumada!

Marzo negó con la cabeza de inmediato.

"...No, no, no, no, no…" Murmuró sacudiendo la cabeza. "Seguro estoy sobrepensando. No son así. ¿Verdad? ...¿Verdad? Seguro solo están cansados. Aleph es un caballero, no un depredador, ¿verdad...?"

Para cuando logró salir de su espiral interna, Aleph, Dan Heng y Stelle ya habían entrado. Parpadeó desconcertada.

"¡Oigan, esperen!"

Corrió detrás de ellos, aún perdida en su imaginación hiperactiva.

...

Dentro del vestíbulo, mientras el grupo se reunía, Marzo lanzó la pregunta que tenía lista desde hacía rato.

"¿Dónde se habían metido?"

Aleph respondió con tranquilidad.

"Estuvimos siguiendo al Sr. Pies Fríos. Lo rastreamos hasta el hotel Goethe, pero al final escapó. Solo usó la habitación como señuelo."

Eris, la recepcionista, apareció desde el mostrador y al ver a Aleph, le dedicó una sonrisa amistosa.

"¡Oh! ¡Aleph! Qué bueno verte de nuevo."

Stelle, sin decir nada, frunció ligeramente el ceño y se aferró aún más fuerte a su brazo.

Marzo observó. Sus ojos brillaron.

"¡Movimiento sospechoso detectado! ¡Stelle defiende su territorio!"

Esto casi parecía un caso digno de ser investigado por la super espía 7 de Marzo.

Dan Heng miró a Aleph, luego a Stelle.

"¿Por qué tardaron tanto en llegar si el sospechoso ya había escapado?"

Aleph desvió la mirada mientras se rascaba la mejilla.

Stelle sólo se quedó viéndolo, en silencio.

Eso bastó para que las teorías de Marzo se descontrolaran.

¿Cuándo pasó esto? ¿Desde cuándo tienen ese tipo de relación?

¿Van a tener un bebé o más de uno?

¿Me llamarán tía Marzo? ¿Será niña? ¿Se llamará Lunalea o algo así de cursi?

Mientras ella se perdía en sus delirios, Aleph, Stelle y Dan Heng comenzaron a ayudar al director del museo, a Eris y a varios voluntarios a reacomodar los objetos recuperados.

.....

Una vez terminado, el director los reunió a todos frente a una sección del museo que permanecía cerrada al público.

"Este lugar fue sellado por qué queríamos que fuera una sorpresa, pero creo que es justo que lo vean. Eris, Pela por favor, guíenlos."

Ella asintió, caminó con ellos hasta la puerta, retiró el candado y la abrió.

El grupo entró.

Lo primero que vieron fue un cartel en letras doradas.

"¿Los Héroes de Belobog: Los Trazacaminos del Expreso Astral?" Dan Heng leyó el cartel.

Había una réplica del bate de Stelle, junto a su lanza. Más adelante, la lanza de Dan Heng. Y también, un arco casi idéntico al que usaba Marzo.

Al fondo, un proyector proyectaba imágenes estáticas de Aleph, Stelle, Dan Heng, Marzo.

Bronya y Seele también aparecían.

Marzo se acercó con el ceño fruncido.

"¿Nos tomaron fotos en secreto?"

Pela, quién había estado guiandolos, se rió de forma algo forzada y se aclaró la garganta con torpeza.

"Mira esa réplica, ¿eh? Increíble detalle, ¿verdad?" Comentó mientras señalaba una esquina.

Marzo no dejó de mirarla con sospecha, pero dejó pasar el asunto mientras veía con interés el nivel de detalle presente en la réplica de su arco.

Mientras todos admiraban la exhibición, Aleph perdido en sus pensamientos se fue alejando sin darse cuenta.

.....

Terminó entrando en una sala lateral, más silenciosa, donde varios retratos colgaban de las paredes.

Ahí estaba Bronya. De pie frente a dos cuadros. En uno, estaba Cocolia con una Bronya pequeña en su reestaba

En el otro, una Bronya mayor, con su uniforme y una expresión serena.

El paisaje tras ella era nevado, pero a sus pies, brotaban flores.

Ella pronto se percató de la presencia de Aleph, pero no lo miró de inmediato.

Tardó unos segundos y luego desvió la vista mientras se acomodaba un mechón detrás de la oreja.

"Q-qué coincidencia tan agradable. Bronya no esperaba encontrar a Aleph aquí." Comentó con una voz algo suave.

Aleph le sonrió de manera un tanto torpe.

"Yo tampoco. Pero verte siempre es una buena sorpresa."

Bronya se giró un poco hacia él, aún nerviosa.

"Bronya iba a tomar un té. ¿A Aleph le gustaría... acompañarla?"

Él asintió con calma.

Bronya bajó un poco los hombros, aliviada, y asintió para sí mientras comenzaba a caminar.

"Bronya conoce un lugar tranquilo, pero... Bronya quiere compartirlo hoy."

Bronya sonrió suavemente mientras le indicaba a Aleph que la siguiera.

Ambos ignoraron la mirada molesta de una chica que los siguió.

**************

Aleph parpadeó con curiosidad al ver que el lugar al que lo había llevado era una cueva a las afueras de Belobog.

"¿Este es tu lugar secreto?" Preguntó con curiosidad.

"¿Sorprendido?" Preguntó Bronya. "Yo también puedo tener mis momentos ¿Sabes?"

En el interior había una alfombra gruesa, muebles de buen aspecto, calefacción, y un generador funcionando al fondo. Sobre una estantería, incluso descansaba una pequeña maceta con flores.

El contraste lo dejó momentáneamente inmóvil.

Bronya lo miró y soltó una leve risa.

"Tu cara lo dice todo."

"No me esperaba esto."

"Lo construí poco a poco a lo largo de los años. Venía aquí cuando necesitaba desconectarme del resto."

Aleph se acercó al generador.

"¿Eso es geomédula? Creí que ya no quedaba mucho de esto."

"En el Underworld, sí. Pero fuera de Belobog se han descubierto nuevas vetas. Con el deshielo, se puede explorar más. La señorita Cocolia y Serval están organizando un nuevo frente de extracción. Es uno de los proyectos actuales."

Aleph sonrió.

"Vaya, en un par de meses han tenido un avance increíble."

"Hmph." Bronya resopló juguetonamente con falsa arrogancia. "No deberías mirar tan por encima a Belobog sólo porque has visto civilizaciones avanzadas en otros lugares, si nos subestimas serás tu quien cometa el error." Comentó mientras se cruzaba de brazos y alzaba la cabeza para completar la imagen que quería transmitir.

"Quien lo diría, si puedes bromear."

Bronya hizo un puchero.

"¿Y por qué se supone que no podría hacerlo?" Pronto abrió los ojos al darse cuenta que se había olvidado de algo. "Iré a preparar el té. Ya regreso."

Él asintió, observando con más calma el espacio.

Se sentó junto a la mesa mientras esperaba.

[Maestro, creo haber conseguido una hipótesis clara para ayudar a mejorar su situación.]

Aleph alzó una ceja con interés mientras escuchaba a Burroughs.

"Iluminame."

[Lo he estado pensando. Y llegue a esta conclusión.] Un montón de gráficos se proyectaron holograficamente delante de su rostro. [Si su cuerpo iba a empezar a fallar ¿Por que no lo hizo inmediatamente después de que absorbiera su segundo Stellaron o unos días después? Aquí, revise el primer gráfico.]

Mirándolo, Aleph pudo notar que el mayor beneficio que obtuvo fue una mejora enérgica bastante alta pero todavía manejable, y con su alta vitalidad pudo reprimirla por completo para que esta no afectará su vida diaria o que tuviese una manifestación como lo son las grietas doradas en su cuerpo.

[Ahora revise el segundo, este viene desde su reciente llegada a Jarillo-VI]

Aquí fue donde se mostraron los cambios, la energía aumentó a un ritmo que fue capaz de abrumar incluso a su vitalidad monstruosa.

"¿Que es lo que generó esto?" No pudo evitar preguntarse.

[La respuesta es bastante simple en realidad.] Comentó Burroughs y pronto Aleph se dio una palmada en la frente.

¿Que era si no eso?

¿Cuanto tiempo estuvo activo el Stellaron en el Luofu y cuánto tiempo estuvo activo el de Jarillo-VI?

El de Luofu no lo había afectado por qué en primer lugar no había esparcido energía y proliferado con tanta fuerza como para asentarse de la misma manera que el de Jarillo-VI, el cual ya había pasado siglos en el lugar.

Esta también fue la razón de que su temperatura fuera cada vez más cálida.

Si las cosas se hubieran hecho según el obrar normal de los Anónimos y se hubiese sellado el Stellaron, el Fragmentum no habría retrocedido como lo hizo y la temperatura no se habría elevado tan rápido.

Era tan simple y obvio que se sentía estúpido por no notarlo.

Simplemente estaba absorbiendo la energía esparcida perteneciente al Stellaron de Jarillo-VI, eso sobrecargó su cuerpo al volverse un contenedor lleno.

Como un vaso con demasiada agua, tanta que comienza a rebalsarse.

[Todo lo que tiene que hacer es expulsar de forma periódica la energía y debería estar bien.] Comentó Burroughs con una sensación de alivio. Aleph también sonrió con calma.

Aunque su expresión se agrío un poco cuando pensó en lo que había ocurrido con Stelle antes.

Ojalá se hubiera dado cuenta de todo esto antes.

Cuando Bronya volvió, llevaba dos tazas humeantes y unos cuantos postres para el acompañamiento.

Le tendió una sin decir nada y se sentó con naturalidad frente a él.

Pronto comenzaron a charlar mientras comían y bebían.

...

Afuera, entre unas rocas, dos figuras observaban la entrada en silencio.

Marzo tenía los ojos muy abiertos y las cejas arqueadas.

"No puede ser. Ese bastardo... ¿le robó la pureza a Stelle y ahora está con Bronya? ¡Esto es como una de esas telenovelas que Himeko mira a veces!" Murmuró mientras se frotaba las manos.

Stelle murmuró con una voz apenas audible.

"Mentiroso."

Marzo tuvo que acercarse para oírla.

"¿Qué dijiste?"

"Mentiroso."

La mente de Marzo se disparó.

Una pequeña palabra con muchas interpretaciones dependiendo del contexto.

En su mente ya se había formado una imagen de Aleph tomando la pureza de Stelle mientras le prometía su amor eterno sólo para después huir con una dama rica dejando a su pobre y desdichada amiga con el corazón roto.

Marzo sintió que se le acumulaban lágrimas en los ojos.

"¡No te preocupes, Stelle, la heroína inigualable 7 de Marzo tomará venganza en tu honor contra ese pillo despreciable!" Comentó mientras le daba un abrazo a una desconcertada Stelle.

...

El tiempo pasó sin que Aleph ni Bronya lo notaran. En algún momento, ya estaban sentados juntos en el mismo sofá. Ninguno comentó sobre el cambio y en su lugar se concentraron en las historias del otro.

Al caer la tarde, salieron juntos. Bronya volvió a cubrir la entrada con una lona camuflada y con la ayuda de Aleph también con unas rocas de gran tamaño.

"Gracias por venir" Dijo ella.

"Gracias por traerme." Comentó Aleph mientras le guiñaba el ojo y le hacía una pistola de dedo.

Se quedó callada por unos segundos mientras jugaba con sus dedos luego habló, sin dirigirle la mirada.

"Mañana... ¿puedes acompañarme durante el Festival Calisol?"

Aleph la miró con sorpresa y Bronya rápidamente se dio cuenta de lo que dijo.

"¡No es una cita! ¡Bronya sólo quiere compañía! Seele y la Señorita Cocolia dijeron que iban a estar ocupadas mañana y que no podrían acompañar a Bronya. ¡Eso es todo!"

Aleph lo pensó por un momento. Fuera de tener un compromiso de ayudar por unas horas como guía en el museo no tendría muchas cosas que hacer, Stelle y Marzo probablemente se vayan por su cuenta y lo más seguro es que Dan Heng regrese al Expreso Astral.

Welt quizás salga a explorar como compensación por no haber podido bajar cuando el Expreso Astral llegó a Jarillo-VI la vez anterior y probablemente quiera ir a ver el Motor de la Creación e incluso dar sugerencias y cumplir un rol de consultor mientras está allí.

Himeko tal vez se quede un tiempo en la biblioteca tomando café y buscando que leer de entre los libros de Belobog o tal vez incluso charle con Serval.

Mmm no parecía haber ningún problema en que acompañe a Bronya.

Bronya lo miró, visiblemente aliviada. Entonces, impulsada por el momento, lo abrazó con fuerza.

Aleph se desconcertó un poco pero no vio problemas en corresponderle.

Segundos después, ella pareció darse cuenta de lo que acababa de hacer. Se apartó de golpe, con las mejillas rojas.

"¡Bronya lo siente! ¡Bronya debe irse!" Fue todo lo que dijo antes de desaparecer de camino a Belobog.

Aleph no pudo evitar soltar una leve risa.

"Que adorable." Murmuró.

Una tos falsa llamó su atención.

Al voltearse, Marzo y Stelle estaban de pie allí con los brazos cruzados dándole una mirada tan intensa que podría haberle dejado un agujero en la nuca.

"...." Aleph no pudo evitar tragar saliva mientras una pequeña gota de sudor frío le bajaba por la frente.

¿Por qué tenía la sensación de haber hecho algo malo?

More Chapters