Ficool

Chapter 7 - Capitulo 7

"¡¿Qué?! ¡¿crear carreteras de piedra entre las ciudades?! ¡¿sabes cuánto tiempo tomaría eso?!" dijo uno de los filósofos de Rodas.

"¿sabes cuánto tiempo se ahorraría cada caravana cada vez que tiene que detenerse o cuando se pierden en los yermos?" respondió tranquilo Arkon.

"además con los colosos moviéndose dentro de nuestro territorio puede ayudar a defender las caravanas de recursos de los orcos salvajes y al no necesitar agua, comida o descansar serán un reemplazo perfecto de las patrullas de pegasos de hippikones y demás soldados." Agregó Arkon.

"¿Qué hay de las propuestas de la cultura mí señor? Sobre la música." Dijo otro anciano.

"se les desplegada recursos para crear instrumentos musicales, además de que también se agregara deportes como los balones para jugar con los pies y manos, los hipódromos se prepararan para una carrera de carrozas desde leones, caballos y demás." Respondió Arkon.

"¿y sobre las demás facciones? Un destacamento político de los enanos del este ya está hace varios días en Eunomia Nova." Dijo otro.

"ya hablaré con ellos, eso es mí problema. ¿algo más?" lanzó la pregunta al aire para que alguien respondiera.

Pero nadie dijo nada.

"mi presencia en Rodas termino aquí, el que gobernara ahora es Áyax, si no hay algo importante consúltenle a él." Dijo Arkon mientras se retiraba del centro urbano fortificado.

Los edificios reflejaban el sol debido a que ahora se utilizaban hierro en sus techos, pintura blanca en sus paredes, pero aun así utilizaban el concepto abierto como estilo de vivienda y muchos pilares.

Pero al entrar en estos edificios estaba fresco, incluso podrías tener un abrigo de piel y aun así no tener calor.

Llamó a Rexes que estaba descansando en la sombra del centro urbano, se subió y un destacamento militar pequeño como guardia lo acompañaron hacia Eunomia Nova.

A lo lejos todos vieron un coloso de bronce caminando con su espada desenfundada, seguramente estaba acompañando a una caravana de recursos para ir al campamento para extraerlos.

En las afueras de Rodas había docenas de graneros y grandes campos, desde trigo, papas, mazorcas, tomates e incluso habían hecho parrales para uvas.

En cielo vio a manadas de mantícoras volando sobre estos campos debido a que están cerca de las montañas, utilizando cuevas abandonadas como guarida.

Entre los campos había cientos de aldeanos trabajando y alguna que otra quimera jugando con niños y jóvenes.

Arkon supuso que para mañana empezarían a crear caminos de piedras que unían las ciudades.

Por lo que sabía a través de mensajeros y rollos de piel, Argos la ciudad costera se concentró mucho en los muelles creando una guarnición de barcos de guerra como trirremes, pentenkonters y juggernauts.

En camino a la capital de Grecia, se encontraron orcos salvajes siendo comidos por quimeras, comiendo sus órganos o haciendo desastres sangrientos por diversión.

Para cuando llegó la noche, sintieron la tierra moverse con fuerza y forzando un poco la vista notaron a un coloso de bronce haciendo guardia por estos lares.

"tal vez deberíamos hacer que los colosos lleven una especie de antorcha gigante ¿no?" les dijo a los hombres que lo acompañaban.

"tal vez sea un elemento más disuasivo para los invasores mí señor." Comento un hippikon al lado de su león de nemea.

Algunos hicieron guardia y el resto durmió.

Era mediodía y vieron en su magnificencia la capital de su territorio, Eunomia Nova, grandes murallas hechas y mejoradas por las mejores manos del pueblo griego, estaba siendo protegida por numerosos soldados y torres hechas finalmente.

Era seguro que estás torres ya lo habían visto hace al menos unos cuantos kilómetros.

Dentro de esta, cinco colosos de bronce con sus espadas tocando el suelo hacían una guardia inamovible hasta que haya peligro.

Y como todas las ciudades, afuera de las murallas había enormes y alargados campos, y estos estaban siendo trabajados por hombres y mujeres.

Y constantemente estos veían patrullas de soldados, pero ahora se veían diferentes.

Los hoplitas reemplazaron todo su armamento y defensa de bronce por uno de hierro.

Sus cascos ahora eran verdaderas obras espartanas con una cresta horizontal de color azul profundo, sus armaduras plateadas cubrían por completo sus cuerpos.

Su lanza era enteramente de hierro y una gran punta afilada, sus escudos redondos que cubrían tres cuartas partes de su cuerpo tenían un león dibujado y pintado de azul.

Los hipaspista ahora llevaban un casco abierto en la zona de su rostro con una cresta desde la frente hasta la nuca de color azul.

Sus armaduras ahora eran placas de hierro al igual que sus espadas y escudos, y sus capas azules ondeaban de forma majestuosa.

Los soldados y ciudadanos que vieron a su joven rey con armadura blanca y cresta blanca lo miraban con reverencia y mucho orgullo por como cambio sus vidas para bien.

Al entrar las puertas hechas de hierro, fueron abiertos por un mecanismo de hierro y cuerda, varios segundos después pasaron por estás.

Al entrar vieron hermosas casas, plantas afueras de las ventanas, niños jugando y la nueva patrulla interior de cada ciudad.

Los mirmidones, la élite entre la élite de la infantería griega, ellos, aunque no necesitaban un escudo ya que su fuerza era superior a la media e incluso era normal verlos entrenar con minotauros toro, por órdenes de su rey debían llevar uno.

Llevaban un casco espartano que mostraba sus grandes barbas y mirada severa, pero dejaba descubierto sus rostros, una cresta desde la frente hasta la nuca de color azul, una cota de malla interior y una placa de hierro en su torso y espalda.

Había una bufanda blanca que cubría sus hombros y que estaba unida a su túnica blanca.

De la cintura hasta sus rodillas llevaban una falda de placas de hierro y oro como armadura, y un cinturón de cuero.

Cómo arma una espada afilada con terminación de triángulo que salga y entre fácil y que corta el hierro enemigo como barro.

El grupo siguió caminando y notaron a numerosas personas en la plaza principal que tenía una fuente principal y pequeños peces escupiendo agua hechos de mármol.

Más adentro entraron a la zona comercial dónde había al menos cuatro veces más de personas que en la plaza más grande.

Numerosos mercados con diversos productos tanto caseros como hechas por artesanos.

Incluso se vendían armas y armaduras y pequeñas esculturas de soldados o unidades mitológicas.

Pero lo que más se movía era la alfarería, grandes vasijas de cerámica bien hechas y con intrincadas pinturas y dibujos contando historias de movían de un lado a otro.

En el cielo se podía ver numerosos pájaros que antes no existían en el yermo, pero ahora pueden e incluso reproducirse si parar debido a todo el alimento abundante de la ciudad.

Más al centro se vieron las zonas militares, algunos descansaban en los cuarteles, otros entrenaban entre sí con armas de prácticas o incluso haciendo boxeo griego con sus manos bien vendadas para no lastimarse entre sí, pero otros usaban cestus para resolver sus problemas.

Los cíclopes apostaban viendo a los humanos peleándose entre sí, desde oro hasta esculturas elaboradas.

Los minotauros toro luchaban entre sí y debido a su gran tamaño y temperamento era siempre escuchar su mugir y sus hachas chocar, pero estas últimas fueron prohibidas por su rey, lo cual hizo que utilizaran mucho sus cornamentas que parecen indestructibles.

A lo lejos se escuchabas numerosos gritos debido a que los aldeanos apostaban en los hipódromos, allí se hacían carreras con carruajes tirados por leones o caballos, e incluso los centauros llegaron a competir entre sí y apostar en ellos y por ellos.

Las hidras ahora se usaban últimamente como transporte de recursos debido a su monstruosa fuerza y debido a que pueden defenderse fácilmente.

Venían tanto de otras ciudades como de los campamentos donde se extraían recursos como madera, oro, hierro, piedras preciosas, mármol y demás minerales.

Arkon ordenó al regimiento a que descansarán mientras iba al centro urbano fortificado.

Al entrar se bajó de Rexes y este fue a descansar en la sombra, su jinete por su parte fue al lugar donde discutían los filósofos, pero ellos no estaban allí sino el destacamento político de Belegar, el rey de Karak ocho picos.

En poco tiempo llego y vio que mujeres estaban sirviendo a los invitados tanto de comida como bebida fresca.

"buen provecho, espero que hayan disfrutado de Eunomia Nova, soy Arkon rey de Grecia." Dijo con Arkon con su túnica de rey blanca con detalles dorados y su corona de laureles dorados.

"saludos rey Arkon, soy Kotirc encargado de representar los intereses del rey Belegar y escuchar sus propuestas, y le diré si se puede llegar a un acuerdo." Dijo el enano limpiándose las manos y boca con un trapo blanco que le dieron.

Con un fuerte apretón saludo al joven rey, él por dentro estaba muy sorprendido debido a su edad que ya había conquistado la región oriental de aquí de las tierras baldías.

"vayamos al patio interior del centro urbano, es más espacioso y fresco que aquí." Dijo Arkon guiando a los enanos.

Por dentro él noto las armas de los enanos, rifles de repetición e incluso estaba el arma de los dracohierros, las armas eran grandes hachas y martillos hechos de acero enano.

Salieron del lugar donde trabajaban y hablaban los ancianos o filósofos, llegaron al patio interior del centro urbano, grandes árboles hermosos y arbustos podados y una gran fuente de agua.

Pero los enanos se sorprendieron de ver a un león enorme, tan enorme como uno de sus tanques y por lo que habían escuchado, la montura del joven rey era diez veces más peligroso y fuerte que sus parientes.

Rexes los miró detenidamente y solo volvió a bajar la cabeza para dormir de nuevo, su piel dorada reflejaba el sol abrasador del yermo, pero pareciera que cada ciudad estaba siendo protegida por su dios.

No existía ni el frío extremo ni el calor extremo de estas tierras, incluso la tierra que debería ser seca e imposible de trabajar estaba ocupada por grandes granjas de todos los tipos de verduras y frutas.

"ahora hablemos Kotirc ¿Qué es lo que necesitan de mí?" preguntó sin rodeos Arkon.

"¿Qué puedes ofrecernos joven rey?" respondió con una pregunta el embajador enano.

"por lo que sé su zona solo son montañas e imposibles de conseguir incluso una rodaja de pan, puedo ofrecerles productos del campo." Respondió Arkon.

"se puede hablar, ¿Qué hay de tus hombres y bestias?" dijo él y al hacerlo todos sus compañeros lo miraron con sorpresa e incluso lo insultaron por dentro.

"¿Por qué los necesitas?" dijo no negándose al primer intento.

"los skavens del sur ya empezaron a moverse y ya comenzaron a invadir las tierras del sur de tu provincia, el norte es más de lo mismo.

Tus bestias podrían hacer frente a estas numerosas ratas, además necesitamos mucha comida en los frentes ya que es difícil enviar provisiones debido a las constantes emboscadas." Respondió el enano.

"de acuerdo, mis hombres y unidades míticas estarán a disposición bajo tu rey ¿Qué puedes ofrecerme a cambio?" dijo Arkon.

"acero forjado enano, tratado de libre comercio, paso militar permitido, tropas a disposición suya e información de los movimientos de estas tierras." Respondió sin dudar.

Arkon se quedó mirando y Kotirc notó que estaba pensando y vio como hablaba nuevamente.

"se hará, también necesito que enseñes a nuestros ingenieros en Rodas sobre armas de asedio y también será viceversa, además agregaré un plus como primer aliado que de Grecia.

Acompáñenme señores enanos, les mostraré algo que todo rey envidiara y solo yo tengo poder." Dijo con arrogancia.

Los enanos lo acompañaron y fueron a la zona militar de Eunomia Nova, era obvio que fueron llevados por una hidra con plataforma de hierro puro.

Más adentro e incluso con una muralla interior y protegido por un coloso de bronce, las puertas se abrieron y después de cerrarse y pasar por una edificación con un enorme techo de hierro notaron un calor horripilante.

Pronto vieron al causante.

"¿Qué es esto joven rey de Grecia?" dijo mientras levantaba su mano cubriendo su rostro del calor emitido por la escalera bajando al suelo.

"esto mis señores enanos es un pasaje al inframundo, vamos no tengan miedo está seguro ahí abajo." Dijo mientras caminaba hacia las escaleras que soltaban un calor terrible.

Los enanos lo siguieron sin miedo y por las dudas prepararon sus armas y cuando pensaron que no terminaba más vieron algo increíble.

Un reino de fuego, magma y sombras, había edificios en ruinas casi como olvidados, fantasmas sobrevolando y nubes negras cubrían el cielo.

"¡¿Dónde estamos Arkon!?" pregunto Kotirc.

"estamos en Erebo, el principio del inframundo, viajar desde aquí ahorrara cientos de kilómetros, días y noches cansando las tropas y viajes inseguros.

Con esto ahorras tiempo, recursos e incluso puedes salvar ciudades enteras mientras viajes por aquí." Dijo Arkon observando el Erebo.

él los siguió guiando por el pasaje y de la nada, numerosas sombras salieron, los enanos levantaron sus armas, pero Arkon los calmó.

"ellos son los guías de pasaje en pasaje, pero son de último recurso como defensa de un pasaje al inframundo y cuando no pueden salvarlo destruyen la puerta." Dijo Arkon.

"llévame a Argos." Dijo el rey de Grecia.

Las sombras se dieron vuelta y comenzaron a guiar al grupo.

Al llegar estás se quedaron mirándolos mientras como el grupo subía por las escaleras.

El grupo salió y un gran olor a sal y mar los golpeó, debido a que no veían nada debido al lugar edificado y las murallas, salieron a ver la ciudad.

Todo el grupo vio numerosos muelles gigantescos y en el mar vieron grandes barcos de madera pintados y hechos finamente.

Las proas estaban pintadas de rojo y un par de ojos, las velas tenían dibujado de color azul un león.

También había docenas y docenas de barcos pesqueros pero lo más impresionante era el coloso de bronce metido en el mar.

El agua tocaba sus rodillas, pero el parecía inamovible e incluso parecía invencible.

"algo va mal aquí, siento que hay un gran pero aquí joven rey." Dijo Kotirc de la nada.

"así es, aunque mí dios me permite construirlos estos pasajes de inframundo debo hacerlo en territorio mío o de un aliado." Dijo Arkon aclarando sus dudas.

"¿ni siquiera en territorio neutral o enemigo?" dijo con el ceño fruncido debido a tal limite.

"solo mío o de un aliado, pero créeme aun así esta bendición es increíble." Dijo Arkon mirando la ciudad de Argos.

"por eso los tratados militares y comerciales, vayamos devuelta a su capital y tendrá una respuesta en tres días Arkon." Dijo Kotirc.

Poco tiempo después vio como el destacamento enano se iba a lo lejos, pero no se fue de inmediato.

Era claro que era una mentira de Arkon decir eso, el podría incluso crear un pasaje al inframundo dentro de una casa, pero esto aseguraría un aliado con gran efectividad.

Lo bueno del pasaje es que no tiene límite alguno de distancia, incluso si quiere puede ir hasta Kislev o a las murallas del gran Cathay.

"vamos Rexes, hay que almorzar y tú me ayudarás a pensar si es factible construir un coliseo de orcos salvajes luchando contra delincuentes y bestias." Dijo sonriendo ligeramente mientras tocaba la melena de su amigo.

"mi señor Arkon, la sacerdotisa Hipatia necesita su presencia en el templo." Dijo un hippikon arriba de un Pegaso antes de que pudiera irse.

"iré para allá, mientras tanto preparen mí almuerzo y el de Rexes." Dijo Arkon mientras ordenaba a su león en dirección del templo.

Al llegar notó que Rexes sentía algo con su nariz, Arkon con el ceño fruncido y por las dudas saco su rollo, pero su presencia fue reconocida por Hipatia, la sacerdotisa bendecida por Víctor Securis.

"Hipatia ¿Qué necesitas de mí?" preguntó Arkon.

"mi rey debo decirle algo, pero lejos de aquí." Dijo mirando el templo, pero se calmó un poco al ver la estatua magnífica de su dios.

"bien vamos a mis aposentos, allí estarás a salvo." Dijo Arkon mientas la ayudaba a subirse a Rexes.

En poco tiempo llegaron a su lugar de descanso y les dijo a los guardias que nadie los moleste excepto por la comida.

"ahora dime ¿Qué sucede que querías irte del templo?" preguntó Arkon.

"los escuché mí señor, en las noches cuando no hay nadie escucho murmullos y susurros, y cuando voy a ver solo hay ecos de risa, solo después de orar a Víctor se van." Dijo ella un poco asustada.

"entonces ya están aquí, no te preocupes el templo es seguro solo pueden hablar y perturbar tu mente. Les diré a los ancianos que el caos ya conoce nuestras tierras.

Aumentare las guardias por las noches, pero si aun desconfías ten por seguro que los colosos son incorruptibles e incluso pueden sentir la presencia del caos, él me lo dijo." Dijo tranquilizándola.

"gracias mí señor." Dijo ella mientras se iba, pero dejo la puerta abierta ya que habían traído el almuerzo.

"¿alguna orden mí señor?" pregunto el cocinero y Arkon le dijo.

"llama al capitán de la guardia." Dijo mientras comía.

Pronto el hombre llegó y Arkon le explicó la situación del templo, él comenzó dar las ordenes de su rey al resto de guardias y sus respectivos capitanes.

Después de terminar se aseo y fue al patio interior, pero vio un Pegaso volando a su dirección.

Rexes solo le dio una mirada al caballo alado y este sintió miedo, pero con rapidez el hippikon lo calmó.

Se bajó de este y dio un saludo militar a su rey y dijo.

"mi señor Arkon, esto le envía el general Philitos." Dijo el soldado mientras le entraba un rollo de papel y de este había un pequeño texto.

"Arkon, en argos ha venido unos comerciantes del imperio, pero había algo raro entre los suyos parecen ser espías, he ordenado a las sombras que los vigilen y dieron resultados.

Son espías del emperador Karl Franz, al parecer le llegaron rumores a través de contactos que las tierras baldías orientales fueron ocupadas por hombres.

¿Qué hago mí rey? ¿les dejamos que aprendan de nosotros como un aliado o como una facción que sabe defenderse de sus espías?

De: Philitos, gobernador de Argos.

"pásame una pluma y papel soldado." El hombre ya preparado se lo entregó de inmediato.

"Philitos lleva los espías directo al centro urbano de Argos, habla con ellos tanto como gobernante como posible aliado.

Si el emperador quiere hablar de una alianza que hable conmigo, sino solo será un acuerdo comercial entre sí.

De: Arkon, rey de Grecia y gobernante de Eunomia Nova.

"entrega esto rápido a Philitos, ten cuidado en el camino lleva algunos hombres como guardia."

"sí mí señor." Dijo el hombre y rápido fue al puesto de guardia.

"estábamos muy concentrado en conquistar estás tierras, pero al menos tenemos contacto con el imperio y el clan Angrund." Dijo en voz alta mientras ponía sus pies encima de Rexes.

El observaba la ciudad como siempre pero ahora comenzará la verdadera lucha.

Los susurros del caos, las luchas de poder en las ciudades bajo su mando, las posibles alianzas y constantes batallas con diferentes facciones.

Por ahora descansará de pelear, pero pronto debía aumentar su territorio, el sur está siendo atacado por los skaven y aniquilando a los orcos.

Por lo que se acordaba el clan Mors, Verms, Mordkin y Morbidus estaban cerca de donde está Belegar o al menos por estas zonas.

Más al sur estaban los reyes funerarios, más pieles verdes, hombres lagartos, altos elfos y más de lo mismo.

En el norte todo cambia, el imperio, condes vampiros, skavens, enanos, pieles verdes, Kislev, Norsca, el propio ejército del caos y sus señores legendarios.

Kislev no debe caer o el caos podrá pasar como quiera, el pozo infernal de los skaven está muy cerca también y junto con el caos podrían crear monstruos peores que los que tienen.

El este el gran Cathay se enfrenta a los campeones de los cuatro dioses del caos e incluso los enanos del caos pelean con ellos.

Al menos Grimgor está ahí para frenar estos últimos, esperaba que el fin de los tiempos no llegue tan pronto.

El próximo excedente es de cincuenta y ocho mil para conseguir las últimas mejoras para sus soldados y unidades míticas.

Con los brazos cruzados y la brisa tocando su piel veía como la ciudad se movía con mucha más actividad que antes.

El saco su rollo de piel y fue al centro urbano y toco su dibujo, este dibujo sus respectivas unidades que serían los héroes.

Ahora podía convocar seis héroes más que son Hércules, Atalanta, Aquiles, Ulises, Hipólita y Quirón.

Tocó su imagen y para mañana ya estarán rondando por la ciudad.

Y antes de cerrar notó que la tecnología del coloso como la mano de talos mejoraban a sus colosos de bronce a plata y vio en primer asiento como cambiaban.

El bronce estaba siendo reemplazado por la plata hermosa y prístina como fuego extendiéndose al campo de trigo.

Pero algo era diferente, su brazo izquierdo comenzó a separarse de la espada y un escudo comenzó a formarse, uno redondo y con un león pintado de azul.

Poco después volvió a su postura original.

Poco a poco las tecnologías se aplicaban en las ciudades tanto sus ciudadanos como sus monturas.

Desde mejorar a los caballos, aldeanos, soldados, unidades míticas y edificios nada fue dejado de lado.

Arkon también aprovechó a gastar sus puntos de habilidad que tenía y del resto de sus héroes.

Él por su parte mejoró todo lo relacionado con sus soldados, pero lo más increíble que eran mejoras para todos los ejércitos.

Y eran aún más fuertes cuando estaban bajo su mando.

Los héroes solo tenían mejoras de fuerza y defensa y demás, ellos eran fuertes de por sí y ahora con estas mejoras y junto con la reliquia del kopesh de Horus que aumentaban su fuerza contra las unidades míticas eran imparables.

Sin embargo, esa fue la única reliquia que consiguió durante todo este tiempo.

Arkon siguió con el rollo y dejo más edificios para construir en las cinco ciudades como granjas, almacenes de recursos, torres, agregar más plazas tanto para los ciudadanos como comerciales.

Creó más templos para recolectar más favores divinos para crear unidades míticas y durante el combate los poderes divinos, pero estos volvían a su coste inicial cuando dejaba usarlos por un tiempo.

Al menos estos disminuían su coste por cada avance de edad.

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