Capítulo 13
"¡muerte a los enemigos de Grecia!" grito un hetairoi y el resto de sus compañeros de guerra le siguieron con un grito de guerra mientras cargaban hacia los orcos negros quienes estos también iban corriendo hacia ellos, pero en la carga los leones rugieron con fuerza y todos los orcos alrededor quedaron aturdidos.
Algunos leones abrieron sus fauces y agarraron por completo la cabeza de un orco negro mientras que su jinete se lanzaba hacia adelante a clavar su espada en la cabeza del enemigo, arriba de estos un regimiento de toxotes a pegaso disparaban desde sus rifles a la retaguardia de estos orcos.
Al otro lado de la ciudad estaba en proceso una gran batalla campal entre soldados humanos y pieles verdes con sus bestias como trolls.
Arkon arriba de Rexes lanzó al cielo el poder divino de la tormenta y esta comenzó a asesinar a cientos y cientos de pieles verdes y dejando gravemente herido a sus unidades monstruosas.
Para cuando el sol se estaba poniendo la ciudad había sido conquistada, del norte vinieron regimientos de soldados junto con caravanas de recursos para la ciudad y comerciantes de las ciudades.
Cuando todo termino, Arkon lanzó el poder de recuperación y las heridas graves y leves de todos se curaron y para la mañana siguiente irían al sur a conquistar la última ciudad de la provincia, cuando termine iría al este a ayudar a Belegar contra los skavens y olvidarse de la amenaza de las ratas.
Apenas había tocado su cama, el rey de Grecia se durmió y al lado de este estaba Rexes durmiendo a la vez que lo protegía.
Sin embargo, en el norte tanto su frontera como la Belegar estaba siendo continuamente atacada por los orcos debido a que Grecia era un lugar para combatir debido a los rumores, haciendo que mañana, tarde y noche sean atacados desde pequeños grupos hasta llamarse marea verde.
Aunque las ciudades del norte fueron conquistadas por aliados humanos y enanos de Belegar, los susurros de un gran oponente en las tierras baldías orientales llamaron la atención de cada piel verde con ganas de pelear, lo cual hizo que se crearan numerosos waagh tanto grandes como pequeños
Pero los pasajes del inframundo podían ayudarse mutuamente, tanto con recursos humanos, naturales, comida, refugio y demás, la lucha continua hizo que estas dos facciones comiencen a estrechar lazos aún más profundos que solo una alianza comercial y militar.
Pero en el sur donde Aquiles estaba de guardia debido a las órdenes de su rey, escucho los cuernos de guerra resonar en la ciudad junto con las campanas de los centros urbanos esparcidos dentro de esta, todos los soldados comenzaron a formar alrededor de las puertas y arriba de las murallas.
Sin embargo, a lo lejos se escucharon el resonar de pisadas gigantes, todos se alegraron debido a que eran los colosos de oro, estos venían de la ciudad que estaba entre las montañas, ellos actuaban de guardia de la ciudad hasta que esta tengo sus propios colosos.
Su piel dorada había reemplazado la plata por la mejora del hombro de talos, haciéndolos más fuertes, más resistentes y con más vitalidad para cualquier tipo de combate e incluso podría hacer que el fuego de artillería se concentre en él para que sus aliados no sean exterminados y aun así no caerían.
Entonces sin miedo, lanzaron flechas de fuego al terreno, pero estas rápidamente se apagaban, entonces con los trabucos prendieron fuego sus proyectiles y al lanzarlos vieron tal vez más de diez mil ratas que poco a poco comenzaban a rodear la ciudad, Aquiles rápidamente ordenó a que se preparen a luchar mientras que la infantería de proyectil comiencen a disparar.
Estos eran lo mismo para las bestias míticas a distancia, regimientos y regimientos de infantería de proyectil se subieron a los pegasos y a los muros mientras estaban protegidos por mirmidones, las puertas ahora de acero griego estaban imbuida en magia debido a Víctor.
Se necesitaría más de una semana de asedio continuo para menguar primeramente su magia y dos más para tirar las puertas, las murallas no eran lo mismo, estas estaban hasta arriba de soldados y las torres de guardia continuamente lanzaban aceite hirviendo y flechas de fuego para prender en llamas al enemigo.
Los colosos de oro pisaban a las ratas y a sus bestias mutadas, sus espadas dejaban grandes cráteres en la tierra y los pedazos de tierra que volaban asesinaban a cientos más, la artillería skaven continuamente lanzaban proyectiles a las murallas o a las torres, pero solo sirvió a que los gigantes dorados vayan a por ellos.
Cuando Aquiles sintió que los números bajaron, las unidades terrestres recibieron la orden él de salir afuera a combatir mientras recibían apoyo aéreo de los pegasos, aunque todo estaba oscuro los trabucos estaban continuamente lanzando proyectiles incendiarios para tener luz suficiente para reconocer al enemigo.
Un hipaspista estaba batallando contra tres skaven de armadura completa de color rojo con una espada dentada, pero afilada y un escudo de hierro con forma de triangulo, él no paraba de esquivar ataques que eran veloces, pero no había elegido su profesión por diversión, él quería devolver la gratitud de su rey siendo un soldado especializado contra la infantería enemiga.
Y cuando notó un segundo de ventaja de un skaven que, al balancear su espada, dejó en descubierto el lado derecho de su cuello y él atacó en punta a la zona, en un instante tuvo que levantar su escudo que este soltó chispas debido al choque de la espada de la rata, y cuando pensó que iba a morir, vio como su armadura le protegió de la laceración que le iba provocar el skaven.
Un ataque directo a su abdomen y sin perder tiempo le clavó su espada en el ojo al skaven y esta cayó al suelo muerto, rodó hacia adelante pero su capa fue atrapada por la rata restante por su escudo, pero rápido desabrochó la capa y se levantó con velocidad y comenzó a pelear con el skaven.
Poco después de matarlo, se colocó su capa con rapidez mientras miraba continuamente su alrededor y se lanzó al combate para ayudar sus compañeros de batalla, pero la historia era totalmente diferente cuando se trataba de Aquiles, con una armadura completa de color gris blanca, un casco de hoplita con cresta horizontal de color rojo, un escudo redondo y montado arriba de un caballo blanco batalla con las ratas ogro.
Pero debido a que fue rodeado por estas, su caballo había muerto debido a que una de estas bestias mutadas la levantó y la tiró al suelo con fuerza, pero él se quedó arriba de la rata ogro y cuando tiró al caballo, al instante clavó su espada en la cabeza matándolo.
Las otras ratas ogros fueron hacia él, Aquiles esquivaba con agilidad y aprovechando cada movimiento atacaba con su espada que fácilmente abría la carne de estas bestias, algo que incluso los guerreros de elite de Grecia le costaban.
Su piel se puso de gallina cuando sintió algo detrás suyo, al instante se agacho y al mirar al frente, notó que Heracles había golpeado una rata ogro con su fuerza monstruosa, esta había muerto debido al golpe, él solo asintió a su compañero de batalla y los dos comenzaron a aniquilar a estas cosas.
Los colosos de oro por su parte, fueron a los enemigos más poderosos para que los guerreros humanos hagan el resto, y a docenas de metros de la batalla vieron a las abominaciones del clan Mors, con una cabeza de rata principal, unas secundarias que parecían estar sufriendo, una mano de rata y otra incrustada con piedra bruja, se movían lento pero no era lo mismo cuando peleaban.
Estos el grupo de cuatro fueron a estas abominaciones que al menos eran una docena, y debido la diferencia de altura fueron fácilmente asesinadas, algunas fueron cortadas a la mitad o varios pedazos, pero sus cuerpos atacados de la nada por rayos verdes que solo hicieron que las zonas golpeadas salieran humo.
Al girar sus cuerpos tallados y musculados, haciendo que las ratas que manejaban la artillería a base de piedra bruja se asustaran y comenzaran a disparar sin parar, e incluso si hubiera cientos de ellos no le harían nada a estos gigantes dorados.
Aquiles había notado el rayo verde que golpeo al coloso de oro.
'Arkon dijo que, si veía artillería skaven, que debía tener cuidado debido a que pueden disparar de forma consecutiva sin parar.'
Pero sus preocupaciones fueron en vano debido a que eran objetivo de los colosos.
Cuando amaneció, todos vislumbraron el campo de batalla, el ejército de Grecia tuvo que esperar al amanecer para buscar los cuerpos de sus camaradas e incinerarlos para que no esparzan enfermedades transmitidas por los skavens
Por otro lado, los skavens serian comida para las bestias míticas como leones de nemea, quimeras, mantícoras, carcinos, hidras y escilas.
Y el ataque sorpresa skaven no solo fue donde Aquiles sino también en la provincia en donde estaba Arkon, tanto la ciudad griega como la última ciudad restante de la provincia que estaba siendo habitada por orcos y estos últimos tuvieron suerte de sobrevivir.
En las fronteras entre skaven y la facción de Belegar o eran un solo ataque del día o varias veces durante todo el día y noche, por lo menos el norte por ahora estaba tranquilo pero la costa oeste no era lo mismo, debido a que la carta de Arkon a Karl Franz finalmente había llegado y la comercialización le dio luz verde de forma preventiva.
El comercio era solo por ahora, hasta que el rey de Grecia no vaya la capital del imperio, no había nada definitivo, pero esto no era solo por el comercio, las voces y rumores habían alertado a los piratas tanto de humanos como la costa del vampiro, pero solo eran pequeños en comparación con sus grandes congéneres.
Pero la flota griega era más grande que la del imperio debido a su diversidad de barcos y sus bestias marinas, y todos ellos respondían bajo un solo almirante de flota, Arkantos quien dirigía personalmente El Argos, un trirreme pesado debido a su grandeza, personal y armas.
Desde que había llegado la carta de Karl Franz de luz verde al comercio, la marina de Grecia había defendido las caravanas comerciales tanto de ellos como de los puertos del imperio la menos cinco veces ese día.
Y debido a que Grecia era una nueva facción al descubierto, numerosos infiltrados piratas comunes como de la costa del vampiro fueron atrapados y asesinados en el acto, sus cuerpos eran arrojados a las bestias marinas de Grecia para saciar su hambre debido a que siempre se las veía robar los pescados de los propios barcos pesqueros.
En otras palabras, en los cuatro puntos cardinales había combates unos más constantes que otros.
Era otro día, pero Arkon solo tenía que ir directo a la puerta sur de la ciudad para conquistar la última ciudad de la provincia, sus soldados y bestias lo estaban esperando para marchar e ir a la última pelea de los orcos para poco después ayudar a Belegar a conquistar las tierras skavens y limpiar la corrupción que dejaron.
Al medio día, habían llegado a vislumbrar la ciudad orca, pero notaron que tanto sus torres como ciudad dentro lanzaban humo y Arkon al ver esto solo sacó su pergamino y del cielo cayeron rayos y lluvia, las puertas todavía no habían sido reparadas y apenas el rey entró le había salido la opción de conquistar la ciudad.
No hacía falta luchar este día, la reclamó y le dejo las órdenes a los aldeanos, les dio el día libre a todos y él se fue a sus aposentos, los colosos de otras ciudades estaban de camino de la ciudad del norte de la provincia como las dos del sur y otros para guardia.
Pero a las cuatro de la tarde del día, los cuernos de guerra y campanas de los centros urbanos sonaron por toda la ciudad, Arkon con velocidad se puso su armadura y con su escudo y lanza se subió a Rexes quien con velocidad fue arriba a las murallas y Arkon vio con seriedad la amenaza, skavens.
Y con lo poco que veía con claridad vio mucha calidad y cantidad de skavens, se notaba mucho que estaba cerca del clan Mors a pesar de que estaba detrás de las montañas, incluso a lo lejos vio cientos de ratas ogro, docenas de abominaciones, guerreros del clan de elite, monjes de la plaga, catapultas de garra de plaga, ratas lobos de veneno, cañones de disformidad, alimañas, horror de cría, cañones de rayo de disformidad.
'los colosos recién llegaran a la noche, las torres están listas y las murallas igual, un cuartel, una galería de tiro con arco y un establo están listos al igual que el templo, la fortaleza aún le falta para al menos tener trabucos.' Pensó Arkon mientras veía el ejercito skaven acercarse a la ciudad.
"¡que los soldados comunes se encarguen del ejercito skaven, la elite a sus bestias! ¡medusas, vayan a las ratas ogro! ¡que la caballería aérea se encargue de la artillería skaven! ¡el resto prepárense para pelear!" dijo Arkon gritando a todos.
En poco tiempo se prepararon y las torres de guardia de la ciudad que estaba poblada por gastrafitas habían comenzado a disparar.
La carne de cañón eran los guerreros del clan que fácilmente eran más de cinco mil de ellos, que eran la mayor parte del ejército, el resto fue ocupado por otros regimientos de elite y bestias.
Y en pocos minutos las ratas del clan habían llegado a las murallas y entre ellos había aquellos que traían escaleras y con velocidad subieron, pero fueron recibidos con lanzas y espadas, detrás de los muros la infantería de proyectil, centauros y mantícoras lanzaron proyectiles que mataron a cientos de ratas e hirieron al menos tres veces más ese número con cada tanda que lanzaban.
Pero debajo de la tierra, los skaven estaban excavando con velocidad y cuando tocaron la piedra pulida tallada pulcramente por canteros griegos abrieron la tierra, pero debido a que Arkon conocía las tácticas de los skavens había hecho que las quimeras fueron las primeras en recibirlos con fuego mortal.
En el cielo los pegasos montados por toxotes, peltastas, gastrafitas, mirmidones y hetairoi fueron directos a la artillería skaven que habían comenzado a disparar a las murallas asesinando docenas de soldados griegos, y estos estaban siendo defendidos por la elite skaven, las alimañas.
Espadas y escudos, alabardas, grandes armas, lanzas y escudos, había de todo para defenderlo con sus vidas, pero aun así no fue suficiente, del cielo las nubes blancas se volvieron negras y estas salieron gotas de lluvia que caían de manera constante y de la nada cientos y cientos de rayos cayeron sobre el ejercito skaven.
Las flechas eran repuestas de forma constante al igual que las municiones de los rifles de repetición debido a que no hacía falta apuntar porque eran muchos enemigos amontonados los unos sobre otros, las quimeras que estaban arriba de las murallas hicieron que sus colas de dragón comenzaran escupir fuego tanto las escaleras como a los skavens de abajo.
La ciudad poco a poco estaba siendo rodeada e invadida por dentro debido a los túneles que hacían las ratas para hacer ataques sorpresa y aun así no parecía que la ciudad estaba perdiendo la ventaja, los soldados de Arkon fueron advertidos por su rey de siempre estar atento al suelo, antes de que salgan las ratas siempre hacen un enorme ruido.
Lo cual siempre que salían, los soldados ya los estaban esperando con una formación de escudos y flechas, las ratas ogro estaban recibiendo fuego concentrado de los gastrafitas haciendo que murieran con rapidez antes de que hagan desastres con la infantería cuando salga afuera a pelear.
La defensa duro varias horas y finalmente los números comenzaron a bajar del lado de las ratas y con rapidez abrieron las puertas de acero y de estas salieron la caballería de elite de Grecia quienes eran los hetairoi arriba de leones de nemea, los que les siguieron fueron los hippikones con caballos blancos y leones de nemea.
Del cielo eran más de lo mismo, también salieron las bestias míticas de Grecia para liberar la zona y que los soldados humanos pudieran combatir, y de estos los primeros en salir fueron los mirmidones quienes salieron corriendo a combatir con lo primero que encontraban.
Poco después todo el ejercito griego salió a pelear afuera de la ciudad, pero por dentro quedaron algunos regimientos por si las ratas querían matar a los ciudadanos.
Las abominaciones asesinaban sin parar, los aplastaba con su cuerpo deforme, los volvía pasta de carne, los mandaba a volar golpeando a otros soldados, a los minotauros los golpeaba con su extremidad con piedra bruja una y otra vez hasta que no vuelvan a levantarse, a las quimeras las agarraba de las colas de dragón y los revoleaba por doquier hasta que esta se desprendiera de la fuerza.
Los centauros solo necesitaban un solo golpe para morir sin embargo esto no era así cuando se trataban de las hidras, teniendo el mismo tamaño que las abominaciones y con cinco cabezas, estas iban a por los brazos y el cuello de la bestia skaven, incluso teniendo peso de su parte, no se podía comparar la fuerza que tenía la hidra.
Y otro que se resistió a sus golpes y tiranía en el campo de batalla fueron los leones de nemea, quienes con furia bestial se trepaban a su cuerpo a morder y arrancar pedazos de su cuerpo llegando incluso a desmembrar uno de sus brazos debido a que sus jinetes salieron de sus sillas y cortaban una y otra vez la extremidad.
Ellos necesitaban la ayuda de otros para derribar y atacarlo sin piedad excepto por uno, Rexes que era el doble de grande que un gran león de nemea y al menos pesar el doble, él corrió directo a una abominación mientras que su jinete preparaba su lanza cuando tuviera la oportunidad.
De un gran salto y utilizando sus garras se clavó en su pecho y de otro salto fue hacia el cuello inmovilizando a la abominación y con su peso y fuerza se tiró a un costado derribando a la abominación, Arkon aprovechó y clavó su lanza en la cabeza de la bestia y esta parecía que estuviera hecha de paja, atravesó limpiamente el hueso y no se movió nunca más.
Rexes victorioso lanzó un rugido poderoso que aturdió a todo el ejercito skaven y el ejercito griego no lo desaprovecho, más soldados comenzaron a salir de las puertas de la ciudad, las torres en ningún momento dejaron de disparar sus virotes de acero contra las bestias skaven.
Las ratas lobo de veneno fueron directo a los toxotes, pero estos rápidos, fueron detrás de los hoplitas quienes bajaron sus escudos y sus lanzas estaban listas para penetrar el cuerpo de estas cosas monstruosas de los skavens. En otro lado los mirmidones finalmente se habían encontrado con las alimañas, la infantería de elite skaven.
Tanto su armadura como armas eran de otro nivel en comparación con las ratas del clan, estas estaban hechas a medida para que no entorpezcan sus movimientos, sus movimientos practicados con sus armas parecían de al menos años de entrenamiento, pero aun así los mirmidones no se quedaron cortos.
Sin miedo fueron corriendo hacia ellos con sus espadas y escudos, su fuerza no era solo por intenso entrenamiento, sino que venía algo de nacimiento, todo mirmidón era un talento en sí, en combate, en instintos, reflejos, pensamientos, sentido de batalla, eran Los Guerreros solo superados por los guerreros de Esparta.
En un principio estuvieron igualados, pero en un momento a otro las alimañas fueron dominadas por los guerreros de elite de Grecia, debido a que nunca dejaban que un compañero peleara solo, pero si era necesario se llevaría al menos docenas de vida antes de caer en combate.
La batalla duró hasta la medianoche debido a que parecía que los números no parecían tener fin, aunque sus bestias fueron las primeras en caer mientras que la infantería y sus arqueros fueron los que más duraron, todos estaban cansados hasta al punto de resoplar mientras se arrodillaban.
Arkon quien estaba arriba de Rexes, sentía como su cuerpo ardía por todos los lados, se veía a simple vista como su pecho subía y bajaba, su montura por su lado estaba masticando la cabeza de un jefe de guerra del clan Mors que estaban especializados tanto en combate como la doma de bestias rata.
Entonces lanzó recuperación y todos sus hombres que estaban vivos o malheridos se pusieron como nuevos, pero aun así no esperaban para ir a asearse y acostarse durante el resto de la noche.
Las bestias habían comenzado a comer los cuerpos de los skavens mientras que iban a esperar el amanecer para buscar el cuerpo de sus camaradas para incinerarlos tanto a los suyos como los del enemigo.