Ficool

Chapter 5 - Capítulo 5

Capítulo 5 Exámenes Chunin Parte 1

 

Al fin, seis meses después de la graduación, cuando Naruto y

su equipo se dirigían al campo de entrenamiento, se encontraron con un ninja

que llevaba una banda de la aldea de la arena, molestando a un trío de niños.

El hombre llevaba un mono negro y, según sabía Naruto, tenía

una marioneta en su espalda. Detrás de él, había otra ninja, una adolescente

rubia que, aunque pareciera extraño, llevaba una minifalda. Ella tenía piernas

perfectas, y Naruto supuso que quería lucirlas.

—Oye, ¡déjalos en paz! —reprendió Sakura al matón en mono

negro que estaba molestando a los niños, tomando al líder de los pequeños del

cuello.

Estos eran Temari y Kankuro, los tres hermanos de la arena,

aunque faltaba Gaara. A pesar de todos los cambios, parecía que no habría

ninguna alteración en los planes de Orochimaru para la hoja.

Naruto no esperó a que Kankuro liberara al niño que ya

conocía, pues era el nieto del Tercero. Él creó cinco clones para que dos

atacaran, dos bloquearan y uno retirara a Konohamaru y su equipo utilizando la

técnica de parpadeo.

Kankuro, al ver que lo atacaban con clones, los subestimó e

intentó usar un taijutsu deficiente contra ellos con una patada débil. El par

de clones evadió fácilmente el ataque y luego respondieron sin mucho

entusiasmo, haciendo retroceder a Kankuro unos metros.

El grupo, al ver que habían sido atacados, quería tomar

represalias, pero Sasuke ya estaba detrás de ellos, apuntando a Kankuro con su

kunai cerca de su cuello, deteniendo su intento de pelea y haciendo que Temari

hiciera una mueca.

—¿Quiénes son ustedes? —preguntó una voz despreocupada desde

un árbol al otro lado de una cerca. Era Gaara, que estaba cabeza abajo,

colgando de la rama de un árbol.

—Somos el equipo siete. Él es Sasuke, Naruto y mi nombre es

Sakura —se presentó Sakura, manteniendo su guardia alta mientras aseguraba al

grupo de Konohamaru a su espalda—. ¿Y ustedes? No son de la hoja —dijo Sakura

mientras miraba sus insignias ninjas.

Gaara no se presentó, Temari solo estiró el cuello y Kankuro

estaba molesto, por lo que se retiró sin hablar.

—¡Maleducados! —reprendió Sakura.

—Los tendré en cuenta —dijo Gaara y luego miró a su propio

equipo—. ¿Quieren morir? —reprendió Gaara a sus hermanos, y ellos, sabiendo que

hablaba en serio, temblaron y se excusaron, apresurándose a retirarse.

—Si hay ninjas aquí, es porque los exámenes chunin pronto

empezarán —dijo Naruto, quien ya había hablado de esto antes, tratando de

motivar a Sakura—. Esos tres vienen para la prueba.

»La mujer rubia y el tipo que parece un bollo mal amarrado no

son tan peligrosos, pero el pelirrojo es igual a mí. Tengan cuidado si les toca

enfrentarse a él. Sakura, tú huye, y Sasuke, usa Chidori o Rasengan para

atravesar su defensa. No pierdas el tiempo tratando de golpearlo porque no

funcionará —advirtió Naruto.

Sasuke y Sakura, que sabían que en su cuerpo había un segundo

chakra, entendieron su advertencia sobre Gaara.

Ese día, Kakashi les informó sobre los exámenes chunin y

también les dijo que los había inscrito, y que pronto serían evaluados por

algunos chunin, por lo que no debían matar a nadie que les atacara. Él les

advirtió con seriedad porque sabía de lo que eran capaces y que ningún chunin

podía hacerles frente, ni siquiera a Sakura.

Una semana después, ellos habían sido evaluados y Naruto le

había dado una paliza a Iruka, quien se disfrazó de espadachín y dijo que había

secuestrado a Sasuke y Sakura. Naruto sabía que solo decía tonterías, pero creó

diez clones que le dieron una paliza a Iruka, mientras él seguía su camino.

Así llegaron al día de la prueba, que se llevaba a cabo en la

escuela ninja. Mientras caminaban por los pasillos para dirigirse al lugar de

la prueba, se encontraron con un grupo de gente que quería entrar a un aula y

dos matones impidiéndoselo.

Naruto ya sabía lo que pasaba allí y no pensaba detenerse

cuando vio a Rock Lee, pues su expandex verde, su corte de totuma y sus grandes

cejas eran inconfundibles. Como Naruto era reacio a participar en lo que

seguía, les hizo señales a Sakura y a Sasuke para que pasaran sin hacer ruido…

—¡Alto! —gritó Rock Lee, y Naruto sintió ganas de llorar.

Unos minutos después, ellos habían bajado de nuevo después de

una patética declaración de amor a Sakura por parte de Rock Lee, y un reto para

un duelo con Sasuke.

Ahora, su grupo estaba frente al de Rock Lee, al lado del

cual estaban sus compañeros de equipo: Tenten, una chica que usaba moños y era

una especialista en armas, y Neji, un genio del clan Hyuga que estaba maldito

por un sello que lo dejaba en manos de la rama principal de su clan. Neji lucía

indiferente y Tenten le advertía a Rock Lee que si se emocionaba demasiado, su

sensei lo reprendería. Rock Lee le aseguró que no habría problemas y caminó al

frente.

Sasuke también avanzó y de una vez atacó. En la historia

original, Sasuke no conocía el potencial de Rock Lee, no había entrenado su

taijutsu con seriedad, y su Sharingan apenas había despertado, o eso creía él.

Pero ahora, ellos habían practicado duro durante seis meses, y Sasuke ya había

redescubierto su Sharingan desde que se graduaron, por lo que estaba un nivel

por encima de Rock Lee, aunque no lo estuviera usando en ese momento.

La pelea estuvo igualada durante unos cinco minutos, lo que

llevó a Naruto a comprender que este tipo era realmente un genio. Rock Lee

debería haber ganado fácilmente esta pelea, incluso si Sasuke usaba el

Sharingan.

Seis meses de un entrenamiento físico brutal y la práctica de

taijutsu por parte de los clones de Sasuke habían sido suficientes para igualar

a Rock Lee, quien había estado practicando de forma brutal todos los días

durante un año, ya que él era un graduado del año anterior y había sido

entrenado por Gai desde antes.

—¡Sasuke, usa el Sharingan y derrota a Rock Lee! —animó

Sakura, suspirando de alivio al ver que Rock Lee era bueno, pero no lo

suficiente como para enfrentarse a Sasuke en taijutsu. Naruto sonrió y sacudió

la cabeza.

—La idea de usar pesas la copié de él —dijo Naruto impotente,

dejando a Sakura aturdida al entender las implicaciones de sus palabras.

Sasuke, quien también lo escuchó, retrocedió apresuradamente,

mientras Rock Lee y su equipo lo miraban con expresiones sorprendidas.

Sasuke rechinó los dientes al comprender que había estado

siendo tonto. Él también llevaba pesas, pero eran ligeras, ya que venían

preparados para la prueba. En cambio, Rock Lee siempre llevaba el peso máximo

consigo. Sasuke miró a Rock Lee con furia.

—Si quieres continuar, quítate las pesas —dijo de mal humor.

Él no iba a aceptar una pelea en la que su oponente se limitara a sí mismo.

—¡No! —sentenció Tenten, mirando a Rock Lee de manera

amenazadora.

En los recuerdos de Naruto, Rock Lee ni siquiera se quitó las

pesas para defenderse en una crisis. Él era muy leal a su maestro, quien tenía

requisitos estrictos para que dejara de usar sus limitadores.

—¡Entonces me largo! —reprendió Sasuke con ira, pensando que

lo estaban menospreciando.

—¡No, espera, me disculpo, me quitaré las pesas! —dijo Rock

Lee, apresurándose a sacar una pesa de su pantorrilla y arrojandola a un lado.

La pesa rompió el suelo al caer y Sakura casi se le salieron

los ojos.

—¡Es un monstruo! Sasuke, no pelees con él —rogó Sakura.

Sasuke bufó, pero Rock Lee pareció recibir una puñalada directo al corazón.

—¡Sakura-chan! —lloró Rock Lee, mirando a Sakura.

—Sasuke, recoge tus cosas, ya es hora de irnos. Rock Lee

tiene que recibir una paliza —dijo Naruto.

Al siguiente segundo, una gran tortuga apareció en el lugar.

Rock Lee se puso pálido de susto al verla, y Naruto comenzó a caminar hacia el

piso superior. Por la reacción de Rock Lee, Sasuke también entendió que la

pelea había terminado, así que se apresuró a recoger sus cosas.

—Estos son raros —dijo Sakura en un susurro mientras la

tortuga reprendía a Rock Lee y ellos se apresuraban a retirarse.

Con Rock Lee recibiendo una paliza por haber desobedecido a

su sensei, ellos subieron al aula designada para la evaluación sin ningún

problema.

Al entrar, había varias decenas de personas que los miraban

fijamente, tratando de intimidarlos, pero habiendo conocido a Zabuza, quien era

un jōnin, un montón de genin no eran gran cosa…

Sasuke fue emboscado por Ino, quien lo abrazó por detrás.

Naruto suspiró con pesar porque, a diferencia de Sakura, esta sí era una niña

muy linda. Pero parecía que para atraer chicas en este lugar, uno tenía que

tener cara de estreñimiento…

Naruto sacudió la cabeza en su mente. Él era un hombre mayor

y no permitiría que sus hormonas alborotadas lo hicieran suspirar por unas

niñas de figura plana.

Detrás de Ino estaban Shikamaru y Chōji, quienes hacían

equipo con ella. Luego llegaron Kiba, Shino y Hinata.

—Hola, Naruto —dijo Hinata con una sonrisa y apenas un ligero

rubor en su rostro. Ellos ya eran cercanos y ella se había acostumbrado a estar

a su lado. Aun así, ella estaba medio escondida detrás de Kiba. Naruto avanzó

hacia ella, apartó a Kiba y miró a Hinata.

—Hinata, ¿dónde has estado? —preguntó Naruto porque ella se

había saltado tres de sus entrenamientos.

—Naruto… —Hinata no pudo decir más.

—Estábamos entrenando —dijo Kiba con un gruñido.

—Perro mugroso, estaba hablando con Hinata —reprendió Naruto,

quien detestaba que lo interrumpieran porque Hinata podía responder por sí

misma, solo necesitaba tranquilizarse un poco.

Kiba gruñó, pero fue interrumpido por un tipo de cabello

blanco cenizo que se acercó a ellos. Él llevaba lentes y parecía el típico nerd

inofensivo, pero era Kabuto, y lo confirmó al presentarse. Naruto se interpuso

entre esta pequeña serpiente y Hinata. Sasuke lo miró, Naruto hizo un pequeño

gesto que solo él y Sakura entendieron.

Sasuke se tensó al máximo, y Sakura se ocultó detrás de él.

Los demás entendieron que algo no estaba bien y también se alejaron de Kabuto.

—¡Largo! —gruñó Sasuke.

—Chicos, soy…

—¡Largo! —volvió a decir Sasuke, esta vez llevando su mano a

su bolso de armas, lo que hizo que Kabuto levantara las manos y se marchara

fingiendo un falso pesar. Cuando estuvo a distancia de ellos, Sasuke bajó la

guardia y se acercó a él sin dejar de mirar a Kabuto.

—Es un ninja médico del tipo ofensivo, apesta a sangre de

humanos y bestias por igual. Sus habilidades no deberían ser menores que las de

Kakashi-sensei. No creo que planee algo bueno fingiendo ser un novato —explicó

Naruto, luego se dio media vuelta para mirar a Hinata.

—Hinata, ese tipo parece inofensivo, pero es muy peligroso.

Si te encuentras con él, aléjate lo más posible. Es una persona muy mala y

parece no tener ningún escrúpulo. Es un asesino a sangre fría —advirtió Naruto.

—¡Qué idiota! Tengo un mejor olfato que tú, y no hay rastro

de olor a sangre en él. Solo huele a libros viejos, ¿verdad, Akamaru? —dijo

Kiba, y Akamaru ladró en apoyo.

—Hinata, si ves a ese tipo, envía a este perro adelante y

corre en la dirección opuesta todo lo que puedas. Tu seguridad no se puede

comparar con la suya. Si lo descuartizan, nos llevaremos al cachorro y

comeremos perro asado —aconsejó Naruto sinceramente.

—¡Tú! —chilló Kiba, intentando golpearlo, pero Naruto se

apartó sin mirarlo.

—Hinata, también debes mantenerte alejada de un chico bajito

con cabello rojo y ojos adorables de panda. Es muy fuerte y siempre está de mal

humor. No es malvado, pero tiene un temperamento muy iracundo. Los demás no son

un problema para ti y puedes actuar con confianza —concluyó Naruto.

—¿Y ese monstruo de las cejas gruesas? —preguntó Sakura,

quien parecía creer que también debía ser advertida sobre Rock Lee.

—Rock Lee no es un problema para Hinata. Él solo sabe usar

taijutsu y tampoco lucharía contra Hinata, aunque tal vez le dé una paliza a su

perro, pero eso no importa —dijo Naruto con despreocupación. Kiba intentó

atacarlo nuevamente, pero Naruto se apartó una vez más sin mirarlo.

—¿Ojos adorables de un panda? —preguntó Sakura, mirando a la

multitud—. ¡Ah! Es verdad, tiene ojos de panda —dijo Sakura sorprendida al

localizar a Gaara entre la multitud. Gaara parpadeó.

—Es verdad, tiene ojos de panda, es adorable, pero no parece

sufrir de ataques de ira. Es muy lindo —dijo Ino, también mirando a Gaara. Sin

embargo, de repente Gaara se levantó y su aura indiferente se volvió asesina,

al igual que su mirada. Con un parpadeo, él se acercó al grupo.

—¿Quién tiene ojos de panda? —gruñó Gaara, asfixiando a todos

a su alrededor con su aura asesina. Sakura e Ino comprendieron su error al

instante y se refugiaron detrás de Sasuke.

—Hinata, alejémonos de estas personas escandalosas. No es

bueno juntarse con desconocidos, alguien podría pensar que estamos en el mismo

equipo —dijo Naruto, pero se dio media vuelta para mirar a Shino—. Shino,

vámonos —dijo Naruto como si fuera un compañero más.

—¡Naruto! —reprendió Sakura al ver que los abandonaba

descaradamente.

—¿A dónde crees que vas? —gruñó Gaara, apareciendo frente a

él. Fue un movimiento rápido, pero la mayoría fue impulsado por su chakra. Gaara

no era un buen luchador.

Naruto colocó a Hinata nuevamente detrás de él. Temari y

Kankuro, que parecían asustados, se apresuraron a acercarse.

—Gaara, cálmate…

—¡Cállate o te mato! —gruñó Gaara interrumpiendo a Temari,

quien se quedó paralizada en su lugar. Parecía que la respuesta de Gaara para

todo era matar gente.

—Gaara, estás demasiado estresado. Necesitas dormir más. Las

personas que dijeron que parecías un panda lindo y adorable fueron otras —dijo

Naruto con calma—. Yo soy Naruto, es un placer conocerte —agregó tendiéndole la

mano. Gaara estaba a punto de atacar, pero parpadeó al mirar que le ofrecía la

mano. Un instante después, sonrió maliciosamente.

—¡No! —dijo Kankuro alarmado, pero ya era tarde, Gaara agarró

su mano y la arena la cubrió.

Gaara sonrió satisfecho cuando su arena cubrió ambas manos y

antebrazos, pero Naruto le devolvió la sonrisa, lo cual desconcertó a Gaara.

Luego, Gaara se tensó y dio unos pasos atrás, poniéndose en guardia. La arena

que antes cubría sus brazos se retiró junto con él.

Cuando Gaara se retiró, lo hizo demasiado rápido y, por un

segundo, el antebrazo de Naruto estuvo cubierto de un chakra rojo que se disipó

al instante. Sin embargo, los más atentos no pasaron por alto esto y

comprendieron que Gaara había intentado aplastarle la mano, pero el chakra rojo

lo protegió. Ellos sabían que había algo muy extraño, pero solo Gaara sabía qué

era en realidad ese chakra, ya que Naruto sintió cómo su bijū se estremeció al

sentir a Kurama.

—Hermano panda, no tenemos por qué pelear —dijo Naruto con

una sonrisa—. Además, si eres lindo, eres lindo. No importa cuánto gruñas, eso

no va a cambiar —agregó.

Sus compañeros y los de Gaara parpadearon. Incluso Gaara no

parecía poder creer que Naruto persistiera en llamarlo panda y además lindo.

Gaara se disponía a pelear de nuevo, pero en ese momento, la

pelea fue interrumpida por el encargado de la prueba, quien les reprendió y les

advirtió que cualquiera que intentara pelear sería expulsado del examen.

El enfrentamiento terminó con un rechinar de dientes. El

instructor de la prueba no cambió y era Hibiki, el especialista en tortura y

tácticas psicológicas de intimidación. Naruto se preguntaba si sería el mismo

examen que recordaba cuando Hinata se quedó a su lado.

Mientras Hibiki explicaba las reglas, Naruto se preguntaba si

algo sería diferente en esta prueba. Él no quería que todo fuera igual porque

si eso sucedía, mucha gente moriría, incluyendo al viejo Hokage. Naruto tendría

que advertirle de alguna forma si las cosas continuaban así.

Naruto no tuvo problemas con las preguntas porque eran de

nivel de secundaria y él era un universitario que ya había repasado algo de

matemáticas por si acaso, por lo que pudo arreglárselas. Sin embargo, el resto

de los más jóvenes e incluso los más mayores tenían problemas evidentes, y

algunos fueron descalificados al ser descubiertos tratando de copiarse.

Después de un rato, el supervisor llamó a todos a dejar la

prueba y prestarle atención, ya que daría la última pregunta. En él cuanto

habló para amenazar a todos con esta nueva pregunta, Naruto confirmó que era la

misma que ya esperaba.

Después de un minuto, Naruto se puso de pie con

determinación, sorprendiendo a todos.

—Viejo, ¿acaso quieres intimidarnos? —reprendió Naruto—. Di

de una vez esa pregunta y deja de dar rodeos. Vamos a morir de viejos aquí

—añadió Naruto, luego se sentó con los brazos cruzados. A él le convenía que

mucha gente pasara esta prueba para que, si la segunda prueba era lo que

recordaba, les fuera más fácil conseguir lo que buscaban.

Hibiki, quien solo había intimidado durante un minuto sin

lograr que la gente abandonara, parpadeó y captó en un segundo las intenciones

de Naruto. Sin embargo, ya era tarde, porque incluso los más idiotas

entendieron sus palabras y comprendieron que la décima pregunta era un fraude.

Por lo tanto, se afianzaron en sus lugares con determinación.

Hibiki lo miró, pero Naruto parpadeó con inocencia. Él decía

que podía reprobarlos a todos, pero eso no era del todo cierto y debía tener

algunas pruebas. En cuanto a Naruto, era imposible reprobarle por ver a través

de una táctica de intimidación, si acaso podían aprobarle de una vez.

Un minuto después, Hibiki no tuvo otra opción que aprobar a

todos, por lo que los únicos eliminados fueron aquellos que se les sorprendió

haciendo trampas descaradas y chapuceras.

Los aprobados fueron llevados a la entrada del Bosque de la

Muerte, y Naruto confirmó que el segundo examen tampoco había cambiado. Incluso

la Jonin a cargo era Anko Mitarashi, y llevaba unas mayas increíbles.

El segundo examen consistía en supervivencia, y Naruto

confirmó la presencia de Orochimaru, disfrazado como profesora de un equipo.

Supuso que estaría allí por Sasuke, ya que los Uchiha eran su obsesión.

—¿Recuerdan el plan? —preguntó Naruto en un susurro a su

grupo mientras esperaban.

—Naruto, ¿cómo supiste que esta sería la segunda prueba?

—preguntó Sakura en otro susurro.

—Eso no es importante. Lo importante es que alguien viene por

nosotros, y si no logramos evadirlo, sufriremos un desastre —explicó Naruto.

—¿Quién viene por nosotros? —preguntó Sakura con un

escalofrío.

—Alguien muy peligroso. No es conveniente mencionar nombres

ahora. Solo sigan el plan y todo estará arreglado —explicó Naruto, y esperaron

durante algunas horas.

La prueba era simple: recorrer diez kilómetros de bosque

hasta llegar a la torre central, donde serían aprobados aquellos que llegaran

en menos de cinco días. Para aprobar, se les daría un pergamino y debían

conseguir otro diferente, ya que había dos modelos. Cualquier grupo que llegara

sin uno de sus miembros o cuyo miembro estuviera fuera de combate sería

eliminado.

La entrada al Bosque de la Muerte se realizó por tres lugares

diferentes. Ellos escogieron una puerta al azar y fueron los primeros en

cruzarla. Una vez dentro, Naruto sonrió y creó mil clones, dividiéndolos en más

de trescientos equipos 7, que se dispersaron por el bosque.

—Sakura, súbete a mi espalda. Te llevaré la mitad del camino,

y Sasuke se encargará de la otra mitad, así correremos a máxima velocidad —dijo

Naruto ofreciendo su espalda, mientras Sasuke hacía estiramientos y asentía.

Sakura suspiró y, después de morderse los labios con cierta

timidez, se subió a su espalda. Ella sabía que en cuanto a fortaleza física,

ellos dos estaban muy por encima de los demás graduados, incluyéndola.

—Te estoy vigilando —advirtió Sakura mirándolo a los ojos.

Luego realizó un jutsu de transformación, cambiando su apariencia por la de un

chico que estaba en el examen. Sasuke y Naruto también imitaron al resto de su

equipo y, al segundo siguiente, dieron un salto para correr a toda velocidad

hacia el centro del bosque.

Dos horas después, uno de sus clones desapareció para

transmitirle información.

—Tenemos el pergamino, ahora solo tenemos que esperar…

—Naruto interrumpió sus palabras, ya que uno de sus equipos de clones estaba

siendo atacado por una gran serpiente. Al darse cuenta de que eran clones, la

serpiente se retiró rápidamente.

—Ha encontrado uno de mis equipos de clones —dijo Naruto

observando la torre del centro.

—¿Quién es ese tipo? —preguntó Sakura con aprensión. Ella

seguía disfrazada del mismo chico de antes.

—Orochimaru, uno de los antiguos Sannin, ahora un ninja

renegado y uno de los tres legendarios Sannin. Kabuto es su siervo —dijo

Naruto, entregándoles una copia del libro Bingo donde aparecían los principales

ninjas renegados de las diferentes aldeas.

Sakura se estremeció de pies a cabeza mientras veía la

información sobre Orochimaru.

—¿Por qué nos persigue Orochimaru? —preguntó Sasuke.

—Porque está obsesionado con los Uchiha y el Sharingan —respondió

Naruto. Sasuke se tensó.

—Tranquilo, no quiere matarte, solo quiere tu cuerpo —explicó

Naruto, pero Sasuke se estremeció.

—¿Qué? —preguntó Sakura conmocionada.

—Orochimaru ha desarrollado un jutsu que le permite cambiar

de cuerpo, por eso se mantiene joven a pesar de ser un hombre de mediana edad.

Su cuerpo actual es el de una mujer. Esa extraña mujer de lengua larga y cara

de serpiente que estaba en las puertas, era él —dijo Naruto.

—¡Qué horrible! —dijo Sakura horrorizada. Naruto asintió.

—Por eso es mejor mantenernos fuera de peligro… Ha atacado a

otro grupo de clones, creo que empieza a comprender que no le será fácil

encontrarnos —dijo Naruto.

—Naruto, debemos informar sobre esto —dijo Sakura.

—Si lo hacemos, cancelarán la prueba —dijo Naruto. Sasuke

asintió. Sakura hizo una mueca.

—Tontos, ¡nuestras vidas son más importantes que la prueba!

—reprendió Sakura.

—Estamos a pocos pasos de la torre, allí hay profesores. De

hecho, ya deberían saber que estamos aquí y deberían estar vigilándonos

—explicó Naruto.

—Por eso querías venir aquí —dijo Sakura, entendiendo todo.

Naruto asintió con una sonrisa.

—Al llegar aquí, ya estamos fuera del alcance de Orochimaru,

y mis clones se encargarán de traernos el pergamino que necesitamos para

aprobar, así que no habrá problemas. Orochimaru puede quedarse jugando todo lo

que quiera con mis clones, aunque creo que pronto sospechará que es una trampa

y se retirará por sí mismo —dijo Naruto con una sonrisa.

Dos horas después, varios clones llegaron hasta ellos

trayendo pergaminos, y ellos de una vez saltaron a la torre central para

deshacer las técnicas de transformación y abrir los pergaminos, sorprendiendo a

Iruka.

—Sensei, ¿hay habitaciones de descanso en este lugar?

—preguntó Naruto.

Naruto no deshizo la técnica de los clones y siguió jugando

con Orochimaru. Después de atacar a cinco equipos de clones, Orochimaru se dio

cuenta de que estaban jugando con él y se dio por vencido.

Su equipo fue el primero en llegar, ya que diez kilómetros no

eran nada, y cualquiera de ellos podría recorrerlos corriendo en media hora o

menos. El problema era que tenían que conseguir otro pergamino, lo que

significaba que debían emboscar a uno o varios equipos, ya que no podían

asegurar que el primer equipo que atacaran tuviera el pergamino que

necesitaban.

La ventaja de Naruto en esta prueba era su gran número de

clones. Mientras ellos corrían a toda velocidad hacia un lugar seguro, su

ejército de clones se encargaba de conseguir pergaminos y, al mismo tiempo, de

molestar a Orochimaru.

Hinata llegó al tercer día. Ella tenía un poco de polvo por

dormir en el suelo, pero no tenía ninguna herida. Naruto estaba encantado de

que ella estuviera bien y la recibió con un abrazo que la hizo ponerse

completamente roja. Luego, fingió querer besarla, pero Hinata no resistió y se

desmayó. Naruto parpadeó y luego acostó a Hinata en el suelo.

—Todos apártense —dijo seriamente mirando a todos—. Voy a

darle respiración boca a boca —añadió, y Hinata, que ya estaba despertando, se

desmayó de nuevo.

Sakura se llevó la mano a la cara y Sasuke hizo una mueca.

Kiba estaba gruñendo, pero Shino se interpuso para evitar que pelearan.

Naruto vio a la pobre Hinata desmayada y se dio cuenta de que

definitivamente iría al infierno por burlarse de ella, así que se apresuró a

sentarse sobre sus rodillas y abanicarle un poco de aire.

—Hinata, era una broma —se disculpó Naruto con algo de

vergüenza.

—¡Idiota! —reprendió Sakura mientras se apresuraba a socorrer

a Hinata.

Dos horas después, Naruto invitó a Hinata a una parrillada, y

permitió que su equipo también se uniera. Él la sentó a su lado.

—Hinata, he oído que tu sensei es una jōnin experta en

genjutsu —dijo Naruto, mientras le ofrecía un trozo de carne a Hinata, quien

asintió y se apresuró a comer—. ¿Ella les ha enseñado algo? —preguntó Naruto, y

Hinata volvió a asentir. Naruto suspiró con pesar.

—¿Pasa algo, Naruto? —preguntó Hinata preocupada.

—Bueno, está mal que lo diga, pero nuestro sensei es un

holgazán y no nos ha enseñado mucho sobre genjutsu. He tenido que negociar con

él para que nos enseñara un par de técnicas, a pesar de que somos un equipo

ideal para aprenderlo, porque Sasuke tiene el Sharingan y Sakura tiene una gran

inteligencia y un control de chakra que solo es superado por el tuyo —suspiró

Naruto con pesar. Hinata pareció sorprendida.

—Naruto, puedo enseñarte —dijo Hinata.

—Naruto, ¡eres un oportunista! —reprendió Kiba señalándolo

con el dedo, ya que sus intenciones eran evidentes.

—Si no tuvieras la boca llena de nuestra carne, serías más

convincente —reprendió Sakura, señalando a Kiba mientras devoraba varios trozos

de carne a la vez, junto con Akamaru, que estaba sobre su cabeza.

Sasuke, quien al igual que Sakura quería aprender genjutsu y

sabía que Kakashi los consideraba un peligro demasiado grande para enseñarles

más jutsus, asintió para mostrar su apoyo moral.

—¡Son un trío de aprovechados! —gruñó Kiba, pero no dejó de

comer carne.

—¿De dónde consiguieron carne? —preguntó Shino, quien comía

en silencio.

—Mis clones la trajeron del bosque, hay un montón de animales

allí. Creo que los trajeron para el examen, el lugar es demasiado pequeño para

tener tantos bichos —dijo Naruto.

—Naruto, tus clones son una gran ventaja. Vi muchos de ellos

por todas partes —alabó Hinata. Naruto le dio más carne.

—Como soy del clan Uzumaki, mi chakra es enorme y solo saco

un poco de ventaja de ello —dijo Naruto.

—¿Clan Uzumaki? —preguntó Kiba—. ¿Qué clan es ese? ¿No eras

huérfano? —preguntó Kiba sin entender.

—Kiba, ¡cállate! —reprendió Sakura con indignación. Kiba se

atragantó con su propia carne, y Akamaru se apresuró a darle palmaditas en la

espalda.

—Había un clan Uzumaki en el pasado. Creo que la esposa del

primer Hokage era de ese clan —dijo Shino, como si estuviera recordando.

—Sí, fue un clan grande y poderoso que se especializaba en

sellos, pero ya desapareció. Aunque como eran aliados de la hoja, esta aldea

los honra llevando su emblema en los chalecos de los ninjas chūnin y jōnin

—dijo Naruto, señalando el remolino grabado en el hombro izquierdo de su

chaqueta. Kiba miró el símbolo y pareció recordar algo, luego miró a Naruto

aturdido.

Al día siguiente, llegaron Shikamaru, Chōji e Ino. Ellos no

estaban maltratados ni golpeados, pero era evidente que habían sufrido bastante

escondiéndose, ya que estaban llenos de polvo y tierra. El grupo los miraró al

entrar al patio de espera, que coincidía con la hora del almuerzo, y estaban

comiendo verduras asadas con carne, mientras los demás participantes a su

alrededor los observaban con la boca hecha agua.

Chōji llegó y se sentó sin pedir permiso. Kiba gruñó, pero

Sakura le sirvió un plato.

—Hola —dijo Shikamaru y, después de darles un breve vistazo y

fruncir el ceño, también se sentó, y Shino le sirvió un plato.

—¡Por el amor de Dios, ¿de dónde sacaron carne y verduras, y

cómo es que todos están tan limpios?! —reprendió Ino, quien aparentemente no

podía aceptar el estado actual de Sakura.

—Las traje del bosque, también traje algo de agua para que

Hinata estuviera cómoda, pero los demás se aprovecharon —explicó Naruto,

ofreciéndole a Ino que se sentara.

Ella hizo una mueca y fue a sentarse junto a Sasuke. Ino

suspiró y tomó un plato, intercambiando miradas de odio con Sakura, quien

estaba al otro lado de Sasuke. Sin embargo, parecía demasiado agotada para

pelear, así que prefirió comer en paz.

—Hermano panda, si tienes hambre, acércate sin miedo —dijo

Naruto, y Gaara, que estaba a diez metros detrás de él, dio un respingo.

—¡No soy un panda! —reprendió Gaara, erizándose de pies a

cabeza, como Kurama cuando se enfadaba.

La arena empezó a flotar a su alrededor, pero Naruto lo

ignoró y lanzó un plato de comida hacia atrás, el cual cayó en las manos de

Gaara. Gaara apretó el plato y este se fracturó un poco, pero al parecer tenía

hambre porque no lo rompió por completo. Después de pensarlo durante diez

segundos, empezó a comer, aunque les dio la espalda.

Naruto sonrió y lanzó otros dos platos a Temari y Kankuro,

quienes también estaban comiendo. Sin embargo, se dieron la vuelta para dejar

claro que no eran amigos.

—Naruto, ese tipo es muy peligroso. Mató a un grupo de ninjas

que lo atacaron —susurró Kiba mientras Akamaru temblaba. Hinata asintió.

—Ya se los advertí, tiene graves problemas de ira y no le ha

ido bien en la vida, pero en realidad es una persona muy amable —explicó Naruto

con calma.

—Eres muy extraño. Es un asesino despiadado —replicó Kiba, y

Akamaru asintió—. Akamaru puede oler el chakra maligno y las malas intenciones…

—Akamaru salió chillando, y Kiba parpadeó mirando a Naruto, quien levantó un

dedo con un hilo de chakra rojo en la punta. Naruto mantuvo el dedo en un

ángulo que solo la gente a su alrededor podía ver, ya que había mucha gente

allí.

—Tu perro es un idiota, al igual que tú —dijo Naruto rodando

los ojos. Kiba parpadeó y se apresuró a correr para buscar a Akamaru.

—¿Él tiene el mismo tipo de chakra? ¿Por eso le llamas

hermano? —preguntó Sasuke, entendiendo todo. Naruto asintió y no dijo más, ya

que había mucha gente alrededor.

—¿Es por ese chakra que nuestros padres nos dijeron que nos

alejáramos de ti? —preguntó Shino cuando Kiba regresó con Akamaru, quien

temblaba dentro de su suéter, y todos se pusieron tensos. Sasuke frunció el

ceño porque era huérfano y nadie le había dicho nada. Naruto asintió.

—¿Es peligroso? —preguntó Shino.

—Mi madre era una Uzumaki, experta en sellos, por lo que no

he tenido mayores problemas. Sin embargo, Gaara no parece tener tanta suerte.

Su chakra se filtra por todos lados, lo cual indica que el sello que usaron en

él debe de ser de mala calidad. Su voluntad debe de ser enorme para soportar

algo así —explicó Naruto y continuó comiendo sin decir más. Sus compañeros

tampoco preguntaron y comieron en silencio.

 

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