ZOE
Salí del campamento con las cazadoras rumbo a quien sabe dónde, pero supongo que lejos del campamento puesto que las cazadoras no se sentían muy a gusto en ese entorno, lleno de hombre y todo ese concepto feminista que yo había aprendido a dejar de lado gracias a Tyson, quien me hizo cambiar mi concepto de los hombres, el me enseño que no todos los hombres buscaban utilizar a las mujeres como objetos. Pasaron un par de horas entre que caminaba al lado de Artemisa, quien solo murmuraba cosas que yo no podía entender, pero por lo que vi en cuando llegamos seguramente eran toda clase de insultos y maldiciones contra Tyson quien había dejado en estado inconsciente a Phoebe.
—Veo que ahora tienes una nueva familia —dijo con un poco de veneno en sus palabras.
—Si… Caos me dio una nueva oportunidad, de lo contrario seguiría estampada en el cielo —respondí con sinceridad, pero en realidad quería que Artemisa estuviera alegre porque tenía otra oportunidad de estar en la tierra. Solo podía ver su cara de contrariedad.
—Y supongo que tú sabes la identidad de los comandantes y de uno de los capitanes —asentí, pero no estaría dispuesto a revelarlo por más que se tratara de Artemisa —Olimpo… mi padre no es amante de los misterios —dijo con una sonrisa fingida en su rostro.
—A su tiempo lo sabrán —su mirada se endureció un momento.
—Entiendo… —dijo mientras frotaba su barbilla y se alejaba un poco de mi para ver el estado de Phoebe, quien aún no despertaba, debe haber sido un golpe muy duro el que se produjo cuando Tyson arrojo a Phoebe —¿Debo entender que tu lealtad ya no está conmigo? —preguntó un poco triste.
Este era el momento que tan había temido, el momento que no quería enfrentar y por el cual perdí a Tyson, el cual me robo tantas lágrimas y noches sin dormir de pensar que perdí al único hombre que me respeto y me mostro un amor sincero y sin engaños. Lo de Ella no cuenta por razones obvia, sé que debe producirle una cantidad de dolor profundo cuando esos recuerdos vienen a su mente y yo simplemente lo abandone a su suerte para ser carcomido por esos recuerdos.
—Tienes mi respeto Artemisa, pero mi lealtad está con mi equipo, mis comandantes y con Caos, el me dio una nueva oportunidad —dije con sinceridad mientras le animaba a sentarme —El tiempo en el reino Caos pasa mucho más lento que aquí, como equipo llevamos más de 15 años juntos, nos hemos convertido en una familia —Artemisa sonrió ligeramente, me alegré porque sinceramente no podía dejar de pensar en que tuviera que pelear contra Artemisa.
—Te conozco lo suficiente Zoe como para saber que no es solo por Caos que tu lealtad no está más conmigo —mis mejillas me quemaban de lo fucsia que se habían vuelto. No pude hacer más que pararme y darme la vuelta. —¿Y bien? —todo estaba sucediendo muy rápido.
—No te va a gustar mucho la respuesta —le dije con sinceridad, después de que Tyson la amenazo y dejo inconsciente a Phoebe no sería precisamente cariño lo que tendría por Tyson.
—¿Qué tal malo puede ser? —pregunto casi con gracia. Suspire profundamente
—Tyson… —dije casi susurrando.
—¿¡¡¡Que!!!? —grito Artemisa alarmando a todas las cazadoras, quienes se congregaron alrededor de nosotras en busca de una explicación para los gritos de Artemisa. —¡Como puedes! ¡El me amenazo! ¡Dejo inconsciente a Phoebe! ¡Zoe! ¡Esto es una traición! —los gritos de Artemisa bien podrían ahuyentar a todos los animales del bosque.
—¡Artemisa! —grite, pero luego me calme un poco. —Déjame explicarte porque actuó de esa forma… déjenme explicarles —dije dirigiéndome a todas las cazadoras.
Esto va a ser una larga historia por contar. Todas las cazadoras incluida Artemisa se sentaron aun con la respiración acelerada por la impresión que había causado lo que les dije. Se calmaron y entonces empecé a contarle desde el principio.
ANNABETH
Lo que paso con los guerreros Caos y los dioses fue una demostración de lo poderos que ellos eran y que no era para nada conveniente que alguien se pusiera en su contra. Liberar a mamá de la que por sorpresa termino siendo Zoe fue sumamente difícil, pero finalmente lo logre y mamá se fue sin más con el poco orgullo que le quedaba. Mientras que Aetos hablaba al campamento no podía dejar de notar que el timbre de su voz me era tan familiar, pero no sabía de donde había escuchado el sonido de su voz.
Dio órdenes para que los campistas se entrenaran con los capitanes y el junto con la co comandante, quien se veía muy cercana a él entrenarían a los líderes de cabaña y a los pretores, es decir yo no estaba en ese grupo, maldita sea, no puede ser, necesito estar dentro de ese grupo de entrenamiento. Obviamente es superior la habilidad de los comandantes a la de los capitanes. No tuve que esforzarme mucho porque Jason se me adelanto. Y finalmente decidieron que entrenaríamos con el grupo de líderes por nuestro pasado al frente de una cabaña y el puesto de pretor de Jason.
Fui la primera en acercarme hacia la arena, donde Aetos blandía su espada de un lado para otro, pero noté una extraña torsión en su hombro izquierdo. Tal vez alguna vieja herida de batalla, todos teníamos una que otra herida, recuerdo de alguna batalla en particular. Finalmente llegaron Silena y Beck, junto con las dos encapuchadas, Silena y Beck solo me daban una mirada fría y lejana, no creo que sepan lo que paso entre Percy y yo. Thyra tomo la palabra una vez que todos estábamos reunidos, éramos demasiados así que seguramente tendrían que dividirnos en grupos.
—Hasta que Tyson y Zoe regresen solo habrá 3 grupos, así que sepárense de manera equitativa… con Silena, Beck y Sky —ordeno con voz suave pero decidida, no tardaron en formarse los grupos en torno a los capitanes, finalmente cada uno fue tomando rumbo hacia sus respectivos espacios para el entrenamiento.
Solo quedaron los líderes de cabañas estaban los hermanos Stoll, Katie, Clarisse, Malcolm por la cabaña de Atenea (sentí una revoltura de estómago por lo que me fue quitado) Will, Leo, Lucy, Clovis, Nico, Lou, Annie, Pollux, Butch y Mark del lado griego (no puedo creer que recuperara su lugar como jefe de esa cabaña, supongo que ser hijo único lo calificaba para serlo sin ningún problema) y por el lado romano eran menos, solo estaban Reyna, Frank, Hazel, Octavio y por ultimo Jason y yo como agregados.
—¡Katie, Octavio Reyna, Hazel, Clovis, Lou, Annie, Butch, Jason y Annabeth conmigo ahora! —gritó Thyra con voz de mando mientras se giró para ver a Aetos quien le asintió con la cabeza. Luego nos fuimos dejando al resto del grupo en manos de Aetos. Nos ubicamos en nuestra zona para entrenamiento. —Bueno... 5 parejas… Jason y Annabeth, Octavio y Reyna… los demás puedes escoger —fueron sus palabras, me parecía raro que me emparejaran con un hombre ya que Jason y Octavio podían emparejarse.
—Hey… pero yo quería hacer pareja con una mujer —dije con cierto enfado.
—¿Prefieres volver al grupo con los capitanes? Tampoco es que me haga ilusión tenerte aquí —dijo con rudeza —Ahora a entrenar que no tenemos tiempo que perder —no me atreví a decir nada más por ahora, supongo que tendré mi tiempo para demostrar que estoy a la altura de cualquiera. Entrenamos por espacio de 4 horas arduamente, bajo la atenta mirada de Thyra quien nos corregía las posiciones y la clase de golpes que dábamos. Jason y yo entrenábamos el doble porque necesitábamos demostrar que podíamos estar en este "selecto grupo" y que aun teníamos lo que se necesitaba para ser líderes. Se asomó el otro comandante para ver cómo iba la práctica, no logre escuchar lo que hablaban, pero reían entre ellos con peculiar simpatía. Una risa que yo conocía, pero no recuerdo donde la escuche. Mientras tanto Jason y yo peleábamos con tanta fiereza que ya teníamos cortes en nuestros cuerpos, mientras los comandantes seguían riendo.
PERCY
Nico, Lucy, Connor y Travis Stoll, Malcolm, Will, Pollux, Frank, Leo, Mark y Clarisse fueron los que quedaron bajo mi tutela, tuve una idea un poco cruel pero efectiva para empezar mi pequeña venganza, sé que Piper se estaría divirtiendo de alguna forma. Así que no veía nada de malo en tomar partido. Aparte que Piper me había quitado a Annabeth de encima, no sabía cuán difícil era para mí solo verla. No pude articular palabra cuando me enteré de que ya no era líder de cabaña y que Jason ya no era pretor. Sinceramente lo único que hacía que tuviera sentimientos negativos por Jason era que él había lastimado a Piper y eso no podía dejarlo pasar.
—Ahora haremos parejas… Nico… me harías el favor de estar con Mark —casi pude ver la cara de miedo de Mark, como si estuviera pensando en huir. Pero la sonrisa sádica de Nico no tenía precio, era una cara de satisfacción y regocijo, como si hubiera esperado este momento por años —Los demás busquen su pareja —dije y todos empezaron a emparejarse. Me acerque por detrás a Nico y puse mi mano en su hombro y le susurre —No lo mates… pero un poco de dolor no le vendría mal ¿no crees? —me miro con una cara de incredulidad ante mis palabras y luego sonrió para finalmente girarse hacia Mark que tenía una mirada de miedo en sus ojos. —Bueno comencemos ¡uno ataca y el otro defiende y contraataca, luego invertimos los roles! —grite para luego escuchar el placentero sonido de dos aceros chocar durante más de 4 horas, los gritos de furia para tomar fuerza eran constantes y después de dos horas los jadeos eran una sinfonía que cubría todo el campo de entrenamiento. Como una sinfonía, el jadeo incesante de cuerpos sudorosos y agitados blandiendo las espadas. Decidí darme una vuelta por el lado donde estaba Piper —¡Nico… quedas a cargo! —grité y Nico asintió felizmente mientras cortaba parte de la indumentaria de un Mark que pedía clemencia con los ojos. Podía ver los cortes y tajos que la espada de Nico había infligido al cuerpo de Mark, me hizo sonreír. Ya llegara mi momento y el de Thalia también. Por cierto, que está esperando Thalia para revelarse a Nico y finalmente revelarle su amor y devoción. Supongo que no era tema de mi incumbencia ya que yo también tendría que cumplir mi palabra y encargarme de su inconveniente con Artemisa. Me acerque al grupo de Piper, quien se giró para verme llegar y se apartó de su grupo para charlar conmigo.
—Jason y Annabeth… wooooow ¿matarse entre ellos? Eso es mucho hasta para mí —dije con cierta tonada irónica en mi voz, Piper empezó a reír entre dientes. Pude ver la mirada de Annabeth tratando de averiguar lo que estábamos hablando, pero estábamos lo suficientemente lejos como para que fuésemos escuchados.
—¿No me digas que no ha hecho lo mismo con Mark? —me respondió ella sagazmente como si estuviera casi segura de que iba a tomar ese camino.
—Culpable… lo puse con Nico —dije y ambos reímos por un buen rato, sentí mi pulsera vibrar ligeramente, necesitaba un estímulo para que valiera la pena el dolor.
—¿Que sigue ahora? —me pregunto Piper con cierto cansancio en su voz. Se me prendió el foco por un momento.
—¡Alto! —grité mientras todos se detuvieron… —Hija de Atenea y Poseidón al centro... —dije con desprecio
—¡Tengo nombre! —grito enfadada, ok logre lo que quería una pelea con mezcla de emociones y por otra parte Mark se curaba las heridas con agua. —Demuéstrennos que merecen estar en este grupo —dijo con cierta burla en mis palabras. Hice una seña a Piper, casi pude ver su sonrisa en medio de la sombra que se cernía en su rostro —Todos tuyos —le susurre —Si quieres, sino con gusto tomare yo el puesto —dije casi riendo, realmente quería divertirme. Pero no le quitaría la oportunidad de que Piper demostrara sus habilidades.
—Son míos —susurró con dureza en sus palabras. Piper se paró en medio frente a Annabeth y Mark, este metió su mano en los bolsillos para sacar su espada.
THALIA
Me tope en su mayoría con soldados romanos y con algunos hijos de Apolo, Afrodita y Hermes que son los que más abundan en este campamento. Me dio cierta inquietud no haber encontrado otro hijo de Hades o de Zeus… sonaba como si se hubieran reformado y hubieran aprendido, aunque eso sonaba utópico. No pude evitar ver de reojo a Nico. Por los dioses que había madurado, se notaba más serio de lo normal, ese muchacho sí que era misterioso, siempre tan oscuro, tan Nico. Pero también vi que ahora era una voz que se debía oír dentro del campamento.
Verlo ponerse del lado de Tyson, me hizo sentir increíblemente bien, la valentía que se había formado en él era digno de observación. Entrenamos alrededor de 4 horas sin parar, algunos aguantaban el ritmo de entrenamiento, pero las más delicadas, las hijas de Afrodita, se desmayaban o vomitaban por el agotamiento. Me reí de verlas tan frágiles y sin condiciones para el combate, pero no podían estar sin hacer nada, tenían que ser parte de la guerra.
Percy y Piper tenían a cargo a los líderes de cabaña y los pretores romanos y un pensamiento cruzo mi cabeza: Sé que Mark y Annabeth pagaran por lo que hicieron de alguna u otra forma, pero la idea de ver a Piper vengándose de Jason, simplemente me resultaba un poco dura para mí, de todas formas, era mi hermano, pero también sabía lo que había hecho y de lo doloroso que debió ser para Piper afrontar la ruptura con quien supuestamente le había jurado amor tiempo atrás. Por lo que decidí que no intervendría. No me correspondía y sé que Piper no haría algo que pudiera lastimarme.
No pude evitar sentirme culpable cuando vi a Artemisa y sus cazadoras tratar con tanta rudeza a Tyson y como Zoe tuvo que salir del campamento tras ella, supongo que estaría dando sus explicaciones. Gracias a los dioses yo no tendría que hacer eso, de eso se encargaría Percy, así que era una preocupación menos. Mi mayor preocupación ahora tenía nombre propio: ¡Lucy hija de Afrodita! ¡esa chica siempre andaba detrás de Nico! por qué demonios no va en busca de otro chico, estoy seguro que los hijos de Apolo o Hermes o cualquier otro campista le darían toda la atención que requería ¡pero no! ¡tiene que venir a buscar a Nico! ¡a mi Nico! La sola idea me hacía enfurecer y para colmo de males ¡estaban en el mismo grupo de entrenamiento! ¿en qué estaba pensando Percy? ¡En que estaba pensando! Aunque para ser sincera no creo que sospeche que la tal Lucy, quiera robarme el amor de Nico ¡cerebro de algas! nunca se da cuenta de esas cosas… Piper tiene una paciencia única, tal vez sean el uno para el otro por ese motivo… El tan herido y despreocupado, leal y arriesgado, ella paciente y dispuesta a esperar, comprensiva y ahora tan valiente y leal como Percy.
Termino el entrenamiento después de 4 horas intensas donde me encargue de dejarles ver lo duro que sería el entrenamiento, será más entretenido cuando se organicen los torneos y algunos juegos de guerra, como captura de bandera y esas cosas…
—¿Se divirtieron? ¡Nos vemos en la tarde! —todos gimieron mientras jadeaban sin control y salieron corriendo en busca de agua.
Me dirigí hacia donde estaban Silena y Beck quienes también habían terminado sus grupos de enseñanza. Y luego juntos fuimos a reunirnos con Percy y Piper. Me encontré con lo que parece que será una constante en este tiempo. Lucy… ¡Lucy! ... ¡Lucy! con una botella de agua en mano esperando por Nico. La sangre me hervía por dentro. ¿¡Quién demonios es esta chica!? Mas parece alguna clase de admiradora o acosadora.
—No seas demasiado obvia —me susurró Silena sonriendo mientras me daba un codazo haciendo que mi rabia interior se disipara. Sonreí ligeramente. Me acerque ligeramente por más que Silena intento detenerme tomándome por el brazo.
—Parece ser un chico agradable —dije con fingida simpatía a la hija de Afrodita, quien no salía de su ensoñación mientras miraba Nico blandir la espada contra Mark, quien estaba casi sin camisa de los cortes que Nico le había hecho. Sonreí al ver esa escena, creo que todos teníamos ansias de dejar nuestra marca en el cuerpo de Mark. Después de unos segundos respondió a mi pregunta.
—Si la verdad que si… —susurró mientras suspiraba, esta chica parece que estaba poniendo a prueba mi paciencia con su ronroneo típico de las hijas de Afrodita. —Solo necesita tiempo para dejar atrás el pasado y seguir adelante —luego se dirigió dónde estaba Nico, quien le sonrió ligeramente y luego tomo la botella de agua y se la bebió de un solo tirón.
Su declaración me pego como una bofetada en la cara. ¿Cómo es eso de que necesita tiempo para dejar el pasado atrás? ¿Yo soy el pasado? ¿Hay algo que me perdí? ¿La tal Lucy al ser hija de Afrodita percibe los sentimientos de Nico? Mil dudas me invadieron en un solo instante, mil pensamientos aterrados y en cada uno de ellos la voz de Lucy resonaba diciéndome que tal vez Nico quería pasar la página y seguir adelante con su vida. Y tal vez se merecía una oportunidad de elegir, después de todo han pasado 5 años viviendo con la esperanza de algo que para él y para nadie tiene sentido. ¿Debo dejarte ir Nico? ¿debo dejarte seguir adelante? Me dirigí rumbo al que era mi árbol mientras miraba a Nico reír con Lucy.
PIPER
—¿No vas a usar ningún arma? —Annabeth preguntó de manera desafiante y Mark ya tenía su arma en mano.
—¿Tienes miedo de que la venza sin armas? —pregunte riéndome, eso la enfureció, entrecerró sus ojos por un momento de manera amenazadora.
Sinceramente no me intimidaba en lo más minino. Annabeth balanceo su espada con destreza y una sonrisa de suficiencia en su rostro. Y empezó a caminar hacia mí mientras poco a poco aceleraba su paso. Mark se movía por el otro lado rodeándome, podía ver sus miradas encontrándose, pero no me preocupaba mucho Mark, de hecho, había planeado dejarlo fuera de combate primero. Empecé a estudiar sus movimientos para ver cuál podría ser un punto vulnerable, rápidamente pude encontrar el de Mark con Annabeth tuve que mirar dos veces ¡y lo encontré! estábamos a escasos metros cuando ambos levantaron sus espadas para darme el primer ataque. Rápidamente di un paso atrás para poder tomar impulso y salte al encuentro de Annabeth quien ya se encontraba en el aire para poder asestar su primer golpe con toda su fuerza, opte por una postura defensiva con ella, pero tenía preparado mi puño para Mark. Apoyé mi espada de hierro estigio sobre mi brazal y recibí el impacto de Annabeth y el golpe de Mark lo esquivé para luego propinarle un buen golpe en la nariz, el sonido fue glorioso y pude verla cara de impresión de todos los que nos rodeaban.
Impulse mi brazo con fuerza para alejar a Annabeth, todos gritaban de emoción por las primeras muestras de habilidad. Ella no dudo en seguir atacando y muy a mi pesar no simplemente quería destrozarla sino que debía ser una clase instructiva, por lo que empecé a intercambiar golpes con su espada uno tras otro, dude en sacar mi daga, eso me delataría, por lo que solamente me concentre en usar mi espada, Mark seguía dando pelea aun cuando su nariz sangraba, por lo que decidí usar un poco de su propia cosecha y lance pequeñas bolas de agua hacía su rostro para luego darle una buena patada en el costado y mandarlo a rodar, Annabeth aprovechó este momento para poder lanzar una estocada directo al pecho, pero no llego por use mi espada para desviar su ataque hacia el suelo y luego aproveche para darle un buen rodillazo en la cara. La espada de Annabeth salió despedida y cayó a los pies de Percy.
—No creas que los monstruos, titanes o primordiales te dejaran recuperar tu espada… ¡vamos! ¡pelea! —dijo Percy empujándola. Annabeth gruño enviándole a Percy una mirada furiosa, pero tomo su espada del suelo.
—Pelea —susurré con un poco de encanto vocal. Oh Caos esto sería divertido. Annabeth desenfundo su daga y tomo su espada con la otra mano. Todos estaban jadeando de emoción al ver que la pelea iba a continuar aun si las dos teníamos que pelear sin armas —Vamos… —le dije provocándola.
Salto sobre mí con su daga y su espada a la vez, haciendo la mayor cantidad de movimientos posibles, para ese momento, había logrado esquivar la mayor cantidad y otros los pare con la cobertura de mi armadura que estaba en mis brazos, las cuales era lo suficientemente resistentes como para resistir sus ataques. Hasta ese momento yo no había atacado con mi espada, solo evadido y repelido sus ataques defensivamente, estaba esperando mi momento oportuno, para poder darle una pequeña lección. Esta hija de Atenea y su madre tenían el mismo defecto: Orgullo. Creían que su sabiduría las hacia infalibles y que no podían equivocarse en sus planes y estrategias de batalla. Así que como los boxeadores me cerré en mi esquina dejando que me usara como su saco de práctica y me golpeara con su daga a voluntad, hasta que sentí que sus golpes empezaban a ser más lentos y débiles. Decidí encargarme de Mark de una vez por todas y me centre en atacar con mi espada directamente mientras esquivaba a Annabeth, vi mi momento cuando tomo tu espada con dos manos para darme un buen ataque pesado me lance sobre él y el con mando de la espada lo impacte en el pecho haciéndolo perder el aliento y lo impacte con una patada en todo el pecho para hacerlo estrellarse contra un poste de alumbrado, no espere más saque unas dagas de mi costado y las lace con furia incrustándose una a cada lado de su rostro, algunos apartaron la mirada esperando lo peor.
—¡Vamos Annabeth! —gritaban algunos romanos de entre la multitud, que para ese entonces no solo eran de mi grupo de entrenamiento, sino que era más bien una pelea callejera, casi hasta me parecía ver a los Stoll abriendo un círculo de apuestas, a Leo y Reyna apostando contra Annabeth.
—¡Ya casi la tienes! —grito una voz muy familiar, demasiado diría yo. Jason. ¿Animando a Annabeth? ¿Sabiendo quién es y lo que hizo? Obviamente no ha cambiado en lo más mínimo.
La sola idea me enfermo y decidí que era hora de demostrar lo que yo tenía guardado. Espere su siguiente golpe para bloquearlo de manera más ofensiva y prepare mi puño, cuando estuvo su daga en lo alto dejando su costado descubierto, entonces ataque, dándole un golpe certero y limpio en la zona donde empiezan las cotillas en el costado bajo. Casi le rompo una costilla, no era mi intensión dejarla fuera de batalla tan pronto así que solo me encargue que fuera un golpe que la dejara fuera de combate por un momento. Y lo logre. Sentí como exhalo violentamente y empezaba a respirar con dificultad, así que solté su mano para dejarla caer al suelo, se desplomo apoyándose en la espada.
—Jamás… jamás subestimen a su enemigo, es el error más fatal que pueden cometer —dije cuando el silencio invadió la arena, todos pensaban que Annabeth dominaba el curso de la pelea.
Annabeth se paró luego de unos segundos con dificultad. Entonces yo tomé la iniciativa y arremetí contra ella con mis manos, pero fue astuta al defenderse con su espada de mis golpes, provocándome un par de cortes en las manos. El icor no era un impedimento para que yo siguiera adelante. Pero si pude ver un poco de preocupación en Percy, quien se cruzaba de brazos y suspiraba con cada gota de icor que salía de mí. La sonrisa de Annabeth empezó a crecer al ver que me hacía un par de corte en las manos. Así que decidí borrarle esa sonrisa de la cara, sacudí mi mano contra ella rociando un poco de icor en su rostro, dejándola distraída por un momento, mi puño se cerró en mi camino hacia su rostro, e impacto en su boca, rasgándole el labio inferior sin ningún problema, Annabeth cayo hacia atrás por el impacto del golpe, pero rápidamente volvió a pararse y se froto la boca con su brazo, el cual salió manchado completamente de icor. La excitación de la arena era increíble, algunos aplaudían y otros solo gemían y jadeaban al ver el espectáculo. Annabeth siempre había tenía la reputación de ser una de la mejores.
—Vamos Annabeth ¿o es que no puedes pelear sin la ayuda de Percy? —grito Clarisse en el fondo, sus palabras eran amargas y frías, el silencio reino luego de esas palabras, y vi como Percy se tensó ante esas palabras, seguramente miles de recuerdos estaban invadiendo su cabeza en ese momento, era recuerdos reales de las muchas misiones y peleas que había tenido junto a Annabeth y de cómo habían sido equipo de combate en múltiples oportunidades. Me acerque a Percy y me incline para recoger la espada de Annabeth.
—No quiero deformarla… solo quiero terminar esto —dije y por un momento se quedó quieto y finalmente saco su pie de la espada, la toma y se la lance a Annabeth. —Quiero que todos te reconozcan cuando esto termine, no quiero dejarte irreconocible a base de golpes —todos empezaron a reír descaradamente.
Le hice señas con la mano a Annabeth para que se acercara. Así que obediente se acercó, pero hizo algo con lo cual no contaba. Con su pie pateo tierra que me cayó directo en los ojos y formo una nube de tierra. Empecé a sentir que sus golpes de espada me tocaban en la armadura. Hasta que en un momento se detuvieron y lo próximo que sentí fue que su espada me atravesó la pierna de apoyo, haciéndome trastabillar, convoqué un poco de agua para que disipara la nube de polvo. Y lo primero que vi fue la risa maniática de Annabeth, quien me miraba con suficiencia, mientras que el icor descendía por mi pierna. Me revise la herida con cuidado, no era nada grave así que solamente la presione un poco para tratar de controlar el fluido de icor.
—Esto se termina ahora —metí mi mano al bolsillo y saqué a Riptide, pero yo la había disfrazado con un manto de agua, así que cuando se desplego se veía como una espada de agua que no reflejaba los rasgos y características de Riptide.
Empecé a avanzar, Annabeth empezó también a avanzar, entonces nuestras espadas se encontraron, todo era silencio y el sonido que se escuchaba y que retumbaba en el campo era la de nuestras espadas golpeándose y de nuestros acelerados jadeos. Empecé a atacar sin reparo, cortando parte de su brazo con el cual no empuñaba la espada, poco o nada servían sus ataques y su defensa ante la violencia de mis golpes. La empecé a arrinconar contra el árbol más cercano, mientras ella retrocedía blandiendo su espada con torpeza y sin un objetivo concreto. Solo buscaba parar alguno de mis movimientos. Hasta que finalmente hice una de mis finalizaciones favoritas, me di una vuelta completa y le incruste mi espada en el hombro, la hoja penetro con delicadeza, traspasando la carne y hallando su salida por la espalda, su grito de dolor fue ensordecedor, me había olvidado que al estar recubierta de agua la agudeza de la hoja era aún más y el dolor que producía tenerla en contacto con la piel era increíble.
Seguí empujando hasta que llegamos al árbol que estaba detrás de ella, donde terminé de clavarla. Casi parecía como si su hombro se hubiera desprendido a causa del impacto violento con el cual la clave en aquel árbol. El icor empezó a destilar por la corteza del árbol lentamente. Todos vitorearon lo que era claramente una victoria clara. Decidí no torturarla más de lo debido así que quiete el recubrimiento de agua, sus gritos cesaron por un momento, solo para escuchar algo que me dejo aturdida.
—Riptide… —fue un susurro ligero, casi inaudible. —¡Riptide! —ese fue más amplio y todo empezar a dejar de vitorear y prestar atención lo que la derrotada decía. —¡Riptide! —para ese entonces todos estaban en silencio y me miraban con ojos de asombro y de interrogación. Oh dioses acabo de cometer un error. Percy estaba con los brazos cruzados, moviendo nerviosamente una de sus piernas. Y que se supone que debo decir para explicar que tengo la espada de Percy Jackson.