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Chapter 1 - Capítulo 1

CAPÍTULO 1 — JÚPITER

El tren nocturno rumbo a Kuoh avanzaba silenciosamente, dejando que el paisaje urbano japonés se diluyera en sombras. En el asiento cerca de la ventana, un joven de cabello oscuro y ojos azul profundo observaba sin interés el reflejo de las luces. Su rostro era tranquilo, casi solemne, pero había algo más: la mirada de alguien que cargaba con recuerdos de otro mundo

Su nombre era Júpiter Basile.

Un extranjero griego, estudiante universitario recién transferido a Japón.

Pero también… un reencarnado.

No recordaba todo. Solo fragmentos de una historia, nombres sueltos, y la vaga sensación de que el mundo que lo rodeaba estaba lejos de ser normal. La palabra DxD se incrustaba en lo más profundo de su memoria como un eco distante.

Y, por desgracia, ese eco significaba que su plan de "pasar desapercibido" no iba a ser sencillo.

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A pesar de los recuerdos dispersos, Júpiter tenía un objetivo claro:

> "Paz… si puedo evitar que este mundo explote por alguna disputa absurda, mejor."

Por eso elegido estudiar en la universidad de Kuoh:

Ciencias políticas

Relaciones internacionales

Diplomacia

Sociología

Quería entender los conflictos humanos… y no tan humanos.

También era alguien con mala suerte:

Cada vez que intentaba no llamar la atención, terminaba convirtiéndose en el centro de todos los problemas. No era algo que se enorgullecerse pero.... Tenías sus beneficios.

Y justo cuando pensó que esta nueva vida sería "normal", su mano comenzó a brillar.

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Ocurrió meses antes de viajar a Kuoh.

Júpiter caminaba por los jardines de su residencia temporal en Japón, cuando encontró una pequeña rama caída. Nada especial. La levantó para tirarla, pero una sensación cálida se extiende por su palma. Una sensación de que tenía como voluntad propia se instala en su mente.

— ¿Eh…? —miró su mano brillar en un tono Dorado profundo.

La rama comenzó a vibrar.

Luego, algo que no podía llamar magia, ni energía espiritual, emergió desde su interior.

Un mensaje mental, como una intuición absoluta:

> Evolución catalizada — primer uso disponible.

¿Objetivo: rama?

—¿Que demonios es esto?—estaba desconcertado.

— ¿Evolución…? —susurró sin entender.

—Un sistema, ¿qué esto esto? —Abrió sus ojos con un asombro absoluto.

Su mano cultivar sola.

La luz se expandió. La rama se volvió sólida, pesada, casi impenetrable. Júpiter la apretó con fuerza… y no pudo romperla.

Era tan dura como un diamante.

Pero no se había convertido en uno.

Solo había... crecido más allá de lo natural.

—Esto... es mío. —dijo sorprendido—. Este poder me pertenece.

Y entonces, lo entendió:

Podía evolucionar cosas.

Podía evolucionar seres vivos.

Y también… sellar aquello que evolucionaba o tocaba con ese poder, es como eligiera guardarlo o no, pero sentía que una pequeña parte de el, se cansaba al usar está habilidad.

No tenía debilidades. No tenía precio. No tenía costo.... Solo un pequeño cansando, pero pensó.

—¿Será dependiendo del objeto?— Susurro para sí mismo.

Pero sí tenía reglas:

Solo podía evolucionar algo tres veces. El lo sabía, este poder tenía una función que le daba una información sobre como usarlo, no era completo pero lo más básico lo tenía claro.

Cuanto más poderoso el objetivo, mayor el tiempo de espera para volver a usarlo.

No podía evolucionar a sí mismo.

Así nació el poder innato de Júpiter.

Y aunque no sabía qué tan lejos podía llegar…

supuso que sería mejor no llamar demasiado la atención.

Spoiler: iba a fracasar en eso.

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Presente.

Camino a Kuoh.

Cuando aceptó su traslado a la Academia Kuoh (facultad universitaria), pensó que todo iría bien. Solo necesitaba ser discreto

Pero el destino decidió reírse en su cara.

Durante una excursión estudiantil, se compartió transporte con alumnos de la secundaria de Kuoh. Entre ellos: Rías Gremory y su séquito.

Nadie lo notó.

Nadie sintió nada especial.

Porque Júpiter era, esencialmente… un humano normal.

O así creían.

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Cuando Júpiter salió de clases ya era de muy noche, tuvo que pasar caminando cerca de la secundaria Kuoh de camino a tomarse el transporte que lo tendría que llevar a su departamento

Durante la actividad en el bosque para elegir familiares, Rías abrió un portal hacia el Mundo de los Familiares.

Júpiter Tuvo la mala suerte de observar algo que no debería... por curiosidad su poder reaccionó a esto.

Al estar un poco cerca de la escuela, observa una anomalía a unos metros, curioso, mientras los estudiantes entraban riendo.

Pero algo dentro del portal reaccionó a Júpiter.

Su poder innato, silencioso, lo envolvió como un viento invisible.

Y cuando dio un paso atrás…

Fue tragado por el portal.

—¡EHHHHH!? —gritó mientras caía—. ¡¡NOO–OTRA–VEZ–TUVE–MALA–SUERTE!!

Nadie lo escuchó.

Nadie lo vio.

Rías no sintió su presencia.

Akeno tampoco.

Ni siquiera Koneko lo detectó.

Júpiter desapareció sin que nadie lo notara.

Porque su poder no emanaba aura.

No se registró como magia.

No era sagrado ni maligno.

Era único.

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 El mundo de los familiares

Júpiter cayó sobre la hierba y gimió

—Auch… ¿Dónde demonios…?

El lugar era vasto, mágico, lleno de criaturas, árboles gigantes, niebla azulada y una presión extraña en el aire

Y de pronto…

Un rugido desgarró el cielo.

Júpiter tragó saliva, su cuerpo tuvo escalofríos.

Ese sonido lo reconoció.

Su instinto gritaba "huye".

Una sombra colosal se deslizó entre montañas.

Escamas azules, ojos como soles de zafiro, alas inmensas.

Y lo peor:

Esa cosa lo estaba mirando directamente a él.

—No… —susurró Júpiter—. No puede ser...

La tierra tembló.

El cielo vibro.

La criatura descendió con majestuosidad y furia.

Tiamat.

La Reina Dragón Azul.

Y lo primero que dijo fue:

—¿Un humano…? Oh. Interesante. —sus ojos brillaron—. Me pregunto si tendrás buen sabor.

Júpiter palideció.

¡E-Espera! ¡No soy comestible!

Ella sonrió mostrando dientes que podían cortar montañas

—Entonces déjame averiguarlo.

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Júpiter dio un paso atrás.

El poder evolutivo en su mano respondió instintivamente

Un brillo azul comenzó a envolverlo.

El primer paso hacia un pacto que cambiaría el destino del mundo.

La primera evolución.

La primera conexión.

La primera vez que un humano miró a Tiamat a los ojos…

y ella, por primera vez en siglos, no sabía si debía comérselo…

…oh temerle.

Continuará…

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