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Chapter 34 - Capitulo 33-T2E9:El Peso de los Celos

🌅 Llegada con sonrisas

El lunes amaneció distinto para Nicole.

Después de la pijamada con Alex y un fin de semana juntos, todavía sentía la calidez de sus abrazos en la piel. Caminaba hacia la escuela con paso ligero, como si cada esquina la acercara otra vez a él.

No lo vería en el recreo —Alex había pedido estar libre para despejarse un rato—, pero eso no le importaba. Lo volvería a ver en el almuerzo, y esa certeza le bastaba para sonreír sola en el camino.

🚶‍♀️ Hengely en el pasillo

En otro lado del colegio, Hengely avanzaba hacia su aula. El pasillo estaba lleno de voces y mochilas golpeando contra las paredes, pero ella se detuvo al ver a Carlos.

Él la saludó con esa sonrisa tranquila que siempre le daba paz.

 —Hola, Hengely —dijo, con voz suave.

Ella lo abrazó, breve pero sincera, antes de despedirse.

Mientras se alejaba, un pensamiento la atravesó: "Siempre corta la conversación demasiado rápido… como si no quisiera que dure más."

No lo dijo en voz alta, pero la sensación se le quedó pegada al pecho.

🗣️ Conversaciones de amigas

Nicole entró a su aula y encontró a Michelle y Hengely sentadas juntas, hablando con entusiasmo.

El tema era la cita de Hengely con Carlos durante el fin de semana.

—Fue lindo —contaba Hengely, con una sonrisa tímida—. Fuimos a un restaurante tranquilo, hablamos un poco… y al final me abrazó fuerte.

—¿Y qué más? —preguntó Michelle, inclinándose hacia ella.

—Nada más… —respondió Hengely, bajando la mirada—. Es que siempre se queda callado. Como si no quisiera abrirse del todo.

Nicole se acercó enseguida, con curiosidad.

—¿Y qué comieron? ¿Te dijo algo lindo? ¿Te habló de sus planes? —preguntó rápido, casi atropellando las palabras.

Michelle y Hengely se miraron entre sí.

—Ey, ¿qué te pasa? —preguntó Michelle, arqueando una ceja.

—Sí, estás rara —añadió Hengely, sonriendo con complicidad.

💍 El secreto dorado

Nicole bajó la voz, pero no pudo contener la emoción.

—Es que tuve el mejor fin de semana con Alex…

Se mordió el labio, y luego, con una sonrisa tímida, les mostró su mano.

En uno de sus dedos brillaba un anillo dorado.

—Me lo dio Alex… —susurró, con los ojos brillando.

Michelle y Hengely se levantaron de golpe, emocionadas.

—¡¿Quééé?! —gritó Hengely, tapándose la boca.

—¡Eso es un chisme de oro! —añadió Michelle, riéndose.

Le hicieron preguntas sin parar:

—¿Cuándo te lo dio?

—¿Qué te dijo?

—¿Es de compromiso?

Nicole se sonrojó, escondiendo la mano, pero no pudo dejar de sonreír.

—No… no es de compromiso. Pero sí significa que me eligió.

Las tres se quedaron riendo, con el aire cargado de emoción y secretos.

😳 El chisme inesperado

Michelle, en medio de la emoción, interrumpió con un gesto nervioso.

—Bueno… hablando de cosas raras… Camilo me hizo una de sus bromas.

Las dos la miraron, curiosas.

—¿Qué pasó? —preguntó Nicole.

Michelle bajó la mirada, sonrojada.

—Me besó. Así, de golpe. Como parte de una broma.

El aula se llenó de gritos bajitos y risas cómplices.

—¡¿Quééé?! —repitió Hengely, tapándose la boca.

—¡Eso sí que es un chisme! —añadió Nicole, riéndose.

Las tres se quedaron chismeando, con el recreo apenas empezando, pero ya convertido en un capítulo lleno de historias.

🎒 Perspectiva de Alex

El aula de 1ero B estaba llena de voces, mochilas golpeando contra los pupitres y el murmullo típico de un lunes.

Alex entró con naturalidad, saludando a algunos compañeros con una sonrisa ligera. Pero en sus ojos había algo distinto: una calma conmovida, como si todavía llevara en el pecho la memoria del fin de semana con Nicole.

Se dejó caer en su asiento, acomodando la mochila a un lado.

—Ey, Leo —saludó, levantando la mano.

Leo se giró desde su pupitre, con una sonrisa tranquila.

—¿Qué tal, bro? —preguntó, inclinándose hacia él.

Alex sonrió, bajando la mirada.

—Bien… demasiado bien, en realidad. El fin de semana fue… especial.

Leo arqueó una ceja, curioso.

—¿Con Nicole, no?

Alex asintió, con un brillo en los ojos.

—Sí. No sé cómo explicarlo, pero siento que cada vez estamos más cerca.

Mientras charlaban, Leo notó algo extraño.

Al otro lado del aula, Liam estaba sentado, con los brazos cruzados y la mirada fija en Alex. No era una mirada casual. Era dura, incómoda, como si algo le molestara.

Leo frunció el ceño.

—Bro… ¿te diste cuenta? Liam te está mirando mal.

Alex giró apenas la cabeza, lo vio, y suspiró.

—Sí… lo noté. Se volvió así desde hace un tiempo, pero no sé por qué.

Leo se quedó pensativo, observando la tensión silenciosa que flotaba en el aire.

👀 Perspectiva de Liam

El aula estaba llena de ruido: risas, mochilas cayendo, voces que se mezclaban como un murmullo constante.

Liam estaba sentado en su pupitre, pero no prestaba atención a nada de eso. Sus ojos estaban fijos en Alex.

Lo observaba charlar con Leo, sonriendo como si todo en su vida fuera perfecto.

Y esa sonrisa le quemaba por dentro.

"Él está con Nicole… la chica que me gusta."

El pensamiento se repetía como un eco que no podía apagar.

Liam apretó los puños sobre la mesa, tratando de disimular. No quería que nadie notara lo que sentía, pero su mirada lo traicionaba: dura, incómoda, cargada de celos.

Leo, desde su asiento, lo notó.

Alex también.

Pero Liam no apartó la vista.

"No entiendo qué ve ella en él. Siempre rodeado de amigos, siempre con esa actitud de líder… ¿y aún así la hace feliz? ¿De verdad la hace feliz?"

Suspiró, bajando la mirada un instante.

Sabía que no podía competir con Alex en popularidad ni en carisma.

Pero sí podía intentar algo distinto: acercarse a Nicole desde la sinceridad.

"En el recreo… voy a hablar con ella. No como rival, sino como amigo. Si Alex no está cerca, voy a aprovechar. Quiero que me conozca. Quiero que vea que yo también puedo estar ahí."

El murmullo del aula seguía, pero para Liam todo se reducía a esa idea.

Un intento. Una oportunidad.

Aunque fuera mínima.

🌳 El recreo bajo el árbol

El timbre del recreo sonó y el aula se llenó de voces y pasos apurados.

Nicole cerró su cuaderno, tomó unos libros y se levantó.

—Voy a estudiar un rato para matemáticas —dijo, acomodándose la mochila.

Michelle y Hengely la miraron enseguida.

—¿Querés que te acompañemos? —preguntó Hengely.

—Sí, vamos juntas —añadió Michelle.

Nicole sonrió, pero negó con la cabeza.

—No, chicas. Prefiero estar sola un rato. Me concentro mejor.

Ellas se miraron, dudando, pero terminaron aceptando.

—Está bien… pero no te pierdas mucho —dijo Hengely, guiñándole un ojo.

Nicole bajó las escaleras con sus libros, caminó por el patio y encontró un banco vacío bajo un árbol grande. La brisa era suave, y el murmullo de los estudiantes se mezclaba con el canto de los pájaros. Se acomodó, abrió el libro y empezó a repasar fórmulas.

👤 La sombra inesperada

De pronto, una sombra la cubrió.

Nicole levantó la mirada y vio a un chico parado frente a ella.

—Hola —dijo él, con voz nerviosa.

Nicole lo reconoció: Liam, de otro curso.

—Hola —respondió ella, sonriendo—. ¿Querés sentarte?

Liam asintió rápido, casi sin pensarlo.

—Sí, gracias.

Se sentó a su lado, un poco rígido. Nicole lo notó y, divertida, empezó a hacerle preguntas.

—¿Siempre sos tan serio?

—No… bueno, a veces.

—¿Y qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

—Leer… y jugar fútbol.

La charla fluyó. Nicole reía bajito, y Liam respondía cada vez más suelto. También le hacía preguntas: sobre sus materias favoritas, sus amigas, lo que le gustaba comer.

Después de un rato, Nicole lo miró con sinceridad.

—Me caés bien, Liam.

Él se quedó quieto. En su mente, pensó: "Me la estoy ganando… poco a poco."

💔 El cambio de tema

Pero entonces, Nicole mencionó algo sin querer.

—Una vez te vi en el aula de mi novio.

La palabra "novio" lo golpeó como un puñal.

El gesto de Liam cambió. Sus ojos se endurecieron.

—¿Tu novio… Alex? —preguntó, bajando la voz.

—Sí —respondió Nicole, con una sonrisa suave.

Liam apretó los labios. El celo lo atravesó.

—¿Estás segura de que él te quiere de verdad?

Nicole lo miró, confundida.

—¿Qué decís?

—Es que… a veces parece que él está más pendiente de ser el chico perfecto que de vos. ¿No te sentís… como una sombra al lado de él?

Las palabras se clavaron en Nicole.

Su sonrisa se apagó.

El corazón le dolió.

Los ojos se le llenaron de lágrimas.

—No… no digas eso… —susurró, con la voz temblorosa.

Liam la miró, nervioso.

—Perdón… no quería hacerte llorar.

🔥 El testigo

Pero ya era tarde.

Alguien los había visto.

Alex pasaba por el patio, caminando con calma, hasta que se detuvo en seco.

A unos metros, vio a Nicole con lágrimas en los ojos.

Y a Liam sentado a su lado.

El pecho se le encendió.

La rabia lo atravesó.

—¡¿Cuál es tu problema, Liam?! —soltó Alex, con la voz firme y cargada de rabia.

El patio se silenció alrededor. Algunos estudiantes que pasaban se detuvieron, curiosos.

Liam apretó los labios.

—No tengo ningún problema… —respondió, serio—. Solo estaba hablando con Nicole.

Alex dio un paso adelante, poniéndose delante de ella como un escudo.

—¿Hablando? ¡La hiciste llorar! ¿Eso te parece hablar?

Nicole intentó intervenir, con la voz quebrada.

—Alex… por favor…

Pero él no la escuchó. Sus ojos estaban fijos en Liam.

—Si tenés algo contra mí, decímelo de frente. Pero no vuelvas a hacerla llorar. ¡Nunca!

💔 La tensión entre los tres

Liam levantó la mirada, con un gesto duro.

—No quise hacerle daño. Solo… quería que pensara si vos realmente la hacés feliz.

Alex apretó los puños.

—¿Y quién sos vos para decidir eso?

Nicole se aferró al brazo de Alex, temblando.

—Por favor… basta…

El aire bajo el árbol era pesado.

Los murmullos de los estudiantes crecían, como un coro invisible.

Alex respiró hondo, pero no bajó la guardia.

—No vuelvas a acercarte a ella para llenarle la cabeza de dudas. Si la querés, respetala.

Liam lo miró, con los ojos brillando de celos y frustración.

—No entendés nada, Alex.

Alex dio un paso más, firme.

—Entiendo lo suficiente: ella es mi novia. Y no voy a dejar que nadie la haga llorar.

🤍 El cierre

Nicole, con lágrimas aún en los ojos, se levantó despacio.

Se colocó entre los dos, con la voz temblorosa.

—Ya está… no quiero más peleas.

Alex la miró, bajando un poco la tensión.

Liam apretó los dientes, pero retrocedió.

El recreo siguió su curso, pero para ellos, el mundo se había detenido en ese instante.

Nicole se aferró a Alex, escondiendo el rostro en su pecho.

Él la abrazó fuerte, como si quisiera borrar el dolor con ese gesto.

Y Liam, desde unos pasos atrás, los observó en silencio.

No era maldad lo que sentía.

Era celos.

Era frustración.

Era la certeza de que, aunque intentara acercarse, Nicole ya había elegido.

🌪️ El enojo de Liam

Liam se levantó del banco de golpe.

No quería seguir viendo la escena: Nicole llorando, Alex defendiendo su lugar con fuerza.

El enojo y los celos lo quemaban por dentro.

—Me voy —murmuró, con la voz dura.

Nicole lo miró, notando su gesto.

—Está enojado… —susurró, preocupada.

Alex la tomó del brazo, firme.

—No vayas tras él.

Nicole lo miró, con los ojos brillando de rabia.

—No tomes las decisiones por mí.

Se soltó y salió corriendo tras Liam.

🌳 Bajo la sombra del árbol

Nicole alcanzó a Liam unos metros más adelante.

Lo tomó del brazo, obligándolo a detenerse.

—¿Qué querés? —preguntó él, serio, sin mirarla.

Nicole respiró hondo.

—No tenés la culpa. Yo soy muy llorona… y Alex es así. Siempre me defiende.

Liam la miró, con los ojos cargados de frustración.

—Lo odio, Nicole. Odio a Alex desde hace tiempo.

Ella se quedó quieta, sorprendida.

—¿Por qué?

Liam bajó la mirada, apretando los puños.

—Porque siempre fue el centro de todo. El que todos miran, el que todos siguen. Y yo… yo nunca tuve esa atención. Y ahora… también te tiene a vos.

Nicole sintió un nudo en el pecho.

Se conmovió por su historia.

Lo miró con ternura, y le puso una mano en el hombro.

—No tenés que perdonarlo si no querés. Pero yo… puedo hacerte compañía.

Liam la miró, sorprendido.

Por un instante, sus ojos se suavizaron.

Se sintió un poco feliz, aunque en el fondo la quería para él.

🤍 El regreso al banco

Nicole se despidió con una sonrisa suave.

—Nos vemos después, Liam.

Volvió al banco donde Alex la esperaba, sentado, cuidando sus libros.

Él la miró apenas la vio llegar.

—Perdón por mi actitud… —dijo, bajando la voz.

Nicole negó con la cabeza.

—No tenés que disculparte. Fue muy hombre lo que hiciste. Pero… no quiero que te involucres con violencia.

Se acercó, lo abrazó fuerte, conmovida.

—Por favor, no te involucres en peleas. No por mí.

Alex la sostuvo, acariciándole el cabello.

—Está bien. Te lo prometo.

Nicole se recostó sobre él, con los ojos húmedos pero llenos de calma.

El ruido del recreo seguía alrededor, pero para ellos, el mundo se había reducido a ese abrazo.

Un refugio.

Un pacto silencioso.

🌙 El pacto en el banco

Nicole levantó la mirada hacia Alex, todavía con los ojos húmedos.

—¿Te vas a quedar? —preguntó, con voz suave.

Alex le sonrió apenas, con ternura.

—Sí… por vos.

Ella guardó los libros en la mochila y, con confianza, se acomodó sobre las piernas de Alex, sacando el teléfono. El gesto era natural, íntimo, como si el banco bajo el árbol se hubiera convertido en su refugio.

📱 El número de Liam

En ese momento, Liam pasó por el patio, caminando con la mirada seria.

Nicole lo notó enseguida y lo llamó.

—¡Liam! Esperá… ¿me das tu número? Me caíste bien.

Alex la miró, inseguro.

—No lo hagas… —murmuró, con un tono celoso.

Nicole lo miró, arqueando una ceja.

—No te pongas celoso.

Liam se acercó, ignorando la incomodidad de Alex.

Sacó un papel, anotó su número y se lo entregó a Nicole.

—Perdón por hacerte llorar antes… —dijo, serio.

Luego se dio media vuelta y se fue.

Alex no lo dejó ir tan fácil.

—¡Ey, Liam! ¿Qué tenés contra mí?

Liam se detuvo, lo miró fijo.

—Celos. Nada más. —Y siguió caminando.

💔 La desconfianza

Nicole, curiosa, escribió un mensaje rápido a Liam.

Alex la miró, y su rostro cambió.

Los celos lo atravesaron.

Nicole lo notó enseguida.

—¿Por qué me mirás así? —preguntó, con tristeza.

El nudo en su garganta se hizo más fuerte.

Empezó a sollozar.

—Si no confiás en mí… ¿para qué me diste el anillo? —dijo, con la voz quebrada.

Alex la miró, conmovido.

—No llores… me ponés peor cuando llorás.

Nicole se quejó, con lágrimas cayendo.

—Vos me hiciste llorar.

Alex bajó la mirada, arrepentido.

—Es cierto… pero no quiero perderte. No quiero que Liam te lleve.

🤍 El consuelo

Nicole lo miró con ternura, notando su inseguridad.

Le tomó la cara entre las manos, obligándolo a mirarla.

—Te amo, Alex. Y no te voy a dejar.

Alex, casi llorando, apretó los labios.

—Perdón por desconfiar…

Nicole apoyó su rostro en su pecho, escuchando el latido acelerado de él.

—No llores… —susurró.

Alex la abrazó fuerte, cerrando los ojos.

—No estoy llorando… solo me decepcioné de mí mismo.

Nicole lo sostuvo, acariciando su espalda, conmovida.

El banco bajo el árbol se convirtió en un pacto silencioso:

un amor que resistía celos, lágrimas y dudas.

🎁 El obsequio inesperado

Nicole, todavía recostada sobre Alex, recordó algo de golpe.

—¡Ah! Se me olvidaba… —dijo, sonrojándose mientras abría la mochila.

Sacó una caja envuelta en papel sencillo, la colocó sobre sus piernas y la abrió frente a él.

Dentro, un par de zapatos nuevos brillaban bajo la luz del recreo.

—Son para vos… —susurró, bajando la mirada, con las mejillas encendidas.

Alex los tomó con cuidado, sorprendido.

—Me encantan… —dijo, sonriendo con ternura. Luego la miró directo a los ojos—. Pero el mejor obsequio sos vos.

Nicole se sonrojó aún más y lo abrazó fuerte, escondiendo el rostro en su pecho.

El banco bajo el árbol se convirtió en un rincón íntimo, donde los regalos no eran cosas, sino gestos que hablaban de amor.

🕒 El final del recreo

El timbre sonó, anunciando el fin del recreo.

Alex se levantó, tomó la mano de Nicole y caminaron juntos hacia el aula.

El pasillo estaba lleno de estudiantes, pero para ellos, todo se reducía a ese gesto: caminar tomados de la mano.

Al llegar, Alex se detuvo frente a la puerta.

—No voy a poder verte en el almuerzo… tengo que hacer algo.

Nicole lo miró, con una sonrisa comprensiva.

—Está bien. —Se inclinó y le dio un beso suave en la mejilla.

Se giró para entrar, pero Alex la detuvo con una voz rápida:

—¡Nicole! El baile es después de mañana.

Ella se quedó quieta, sorprendida.

—¡Es cierto! —dijo, llevándose la mano a la boca—. Gracias por recordármelo… se me había olvidado con todo lo del fin de semana.

Alex sonrió, y Nicole lo miró con ternura, agradecida.

El pasillo siguió lleno de voces, pero entre ellos había un secreto compartido: la promesa de un baile que se acercaba, y la certeza de que lo vivirían juntos.

🏠 La llamada en casa

Las clases terminaron y Nicole llegó a su casa con la mochila al hombro.

Se dejó caer sobre la cama, sacó el celular y, sin pensarlo demasiado, llamó a Alex.

—¡Alex! —dijo apenas contestó—. Necesito que me digas cómo voy mañana. ¿Qué me pongo? ¿Qué te gusta más?

Alex, del otro lado, se quedó en silencio unos segundos.

—Eh… cualquiera… —respondió, con voz insegura.

Nicole abrió los ojos, indignada.

—¿¡Cualquiera!? —repitió, molesta—. ¡No me digas cualquiera!

Alex se rió nervioso.

—Es que… no entiendo esas cosas de chicas.

Nicole frunció el ceño, con tono amenazante.

—Si no me respondés bien, te bloqueo.

Alex se enderezó de golpe, como si la amenaza fuera real.

—¡No, no! Está bien… te voy a responder.

Nicole sonrió, satisfecha, aunque todavía con las mejillas encendidas.

—Así me gusta.

La voz de Alex se suavizó.

—Lo que te pongas, vas a estar hermosa. Pero si querés que elija… me gusta cuando usás ese vestido claro.

Nicole se sonrojó, escondiendo el rostro en la almohada.

—Bueno… te perdono.

La llamada terminó con risas suaves, y Nicole quedó recostada en su cama, con el celular sobre el pecho.

El día había sido largo, lleno de lágrimas, celos y reconciliaciones, pero cerraba con un detalle simple: la certeza de que, incluso en sus torpezas, Alex la hacía sentir elegida.

"Fin del Capitulo 33-T2E9"

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