Ficool

Chapter 1 - Capítulo 1: Naoki

Abrió los ojos en una habitación silenciosa. El péndulo de un reloj antiguo oscilaba sin emitir sonido en la pared, su tic-tac rítmico ausente en la quietud.

Naoki se incorporó de golpe, jadeando como si hubiera estado sumergido bajo el agua.

"¿Dónde... estoy?" murmuró con voz ronca y desorientada.

Examinó su entorno, desconcertado. La habitación era rústica y escasamente amueblada, con una sola cama arrimada a la pared. La cama crujió bajo él al moverse, el sonido amplificado en la quietud. Frente a ella había un sencillo escritorio de madera, con una mochila gastada tirada encima.

Un calendario descolorido colgaba en la pared adyacente, sus páginas amarillentas por el tiempo. En una esquina se alzaba un armario de madera, su pintura descascarada y desgastada. Una estufa de carbón y un surtido de utensilios de cocina abarrotaban el espacio junto a ella, con una sartén de hierro fundido descansando de forma precaria sobre una pila de platos desparejados.

La escena desconocida aumentaba la confusión de Naoki.

¿Qué Pasó? ¿Acaso no estaba trabajando horas extra?

Se pasó una mano por el cabello, intentando reconstruir los recuerdos fragmentados que giraban en su mente como un torbellino caótico.

"Ugh... mi cabeza..."

Una oleada de imágenes y sensaciones extrañas lo sacudieron, dejándolo tambaleante.

¿Había... transmigrado?

Tras superar el impacto inicial, Naoki fue atando cabos. Era cierto. Había muerto de agotamiento después de cinco días seguidos de trabajo excesivo y ahora había reencarnado en este mundo.

Pero esta no era la Tierra que el conocía. Era un mundo donde los humanos coexistían con criaturas extraordinarias conocidas como Pokémon.

"El mundo Pokémon..." susurró Naoki, con una mezcla de asombro e incredulidad en la voz. Había jugado los videojuegos y visto el anime, incluso en alguna ocasión fantaseando con vivir en ese mundo despreocupado donde los entrenadores emprendían aventuras con sus Pokémon.

¿Podría él también recorrer este mundo como Ash Ketchum, atrapando Pokémon, desafiando líderes de gimnasio y desentrañando los misterios del mundo Pokémon?

La idea de escapar de la rutina diaria y vivir bajo sus propios términos lo emocionaba. Casi podía sentir el viento en su cabello al imaginarse explorando frondosos bosques, escalando montañas imponentes y surcando vastos océanos. Pero rápidamente moderó su entusiasmo, una sensación de mal augurio se asentó en su estómago.

Este mundo no era solo risas y alegrias. 

La persona en la que había transmigrado también se llamaba Naoki, originario de la región de Paldea. Se había mudado a la región de Hoenn con sus padres, quienes trágicamente fallecieron a causa de una enfermedad, dejándolo huérfano y solo.

El Naoki original, desilusionado por sus muertes, vendió sus pertenencias y vagó sin rumbo durante años, un alma errante buscando consuelo en la soledad. Finalmente, a los veinte, regresó al rancho abandonado de su abuelo en Paldea, donde pasó sus últimos días, con el espíritu marchito y el corazón cargado de pena.

A pesar de vivir en el mundo Pokémon, nunca capturó ninguno, simplemente se conformo con una existencia solitaria, sin compañía ni aventura.

Naoki sintió una punzada de tristeza por la vida que había heredado, una vida marcada por la pérdida y los sueños incumplidos. Miró el reloj, cuyas manecillas marcaban las 2:00 AM.

Su estómago gruñó, recordándole que el Naoki original no había cenado. Con una disculpa silenciosa, se levantó de la cama, sus articulaciones crujiendo en protesta, y sacó un paquete de ramen instantáneo de la mochila. Avivó las brasas de la estufa de carbón, agregando algunos leños para reavivar la llama.

Mientras el agua se calentaba, Naoki hurgó en los armarios y cajones, pero no encontró más que condimentos básicos. El rancho había estado descuidado por años: los campos cubiertos de maleza, el huerto antes floreciente reducido a un enredo de ramas retorcidas y frutos caídos.

Casi podía imaginar el rancho en su esplendor: campos vibrantes llenos de cultivos, árboles cargados de frutas, una casa Pokémon rebosante de Miltanks y Wooloos, hileras de colmenas zumbando de actividad, sus panales rebosantes de néctar dorado.

El agua empezó a hervir, su vapor empañando la pequeña ventana sobre el fregadero. Justo cuando Naoki abrió el paquete de ramen, un extraño translucido mensaje brilló frente a el, con caracteres resplandecientes de luz etérea.

Ramen Instantáneo: Comida de baja calidad con un pobre valor nutritivo. Popular entre trabajadores de campo y viajeros por su facilidad de preparación. Efectos desconocidos.

Naoki se detuvo, intrigado. ¿Qué había sido eso? Nunca había visto o experimentado algo similar.

Añadió los fideos al agua hirviendo y, mientras se ablandaban, vertió el sobre de condimentos, su aroma artificial llenando el aire. No era un gran cocinero, pero vivir solo le había enseñado lo básico para sobrevivir.

Al terminar de cocinarse el ramen, otro mensaje apareció, su texto brillando frente a el.

Ramen Instantáneo [Excesivamente Salado] (D-): Comida de baja calidad. Debido al exceso de sal, ha perdido cualquier beneficio potencial y solo sirve para llenar el estómago. Consumir demasiado puede causar sed. Los Pokémon con gusto por lo salado podrían disfrutarlo. Evaluación: Es un mala comida, pero no lo suficiente como para desmayar a un Pokémon.

Los ojos de Naoki se abrieron de par en par. ¡Lo reconocía! Era como la interfaz de cocina de un juego móvil llamado Culinary Master, desarrollado por su antigua empresa.

Era un juego pay-to-win disfrazado de simulador de cocina, donde los platos otorgaban a los personajes habilidades mágicas y mejoras en sus estadísticas según su rareza, de F- a SSS. D- no era nada especial, pero ¡F- incluso podía infligir debufos!

"¿Es esta... mi habilidad especial?" pensó Naoki, con un destello de esperanza en los ojos. La mención de Pokémon en la descripción lo intrigó. ¿Podría ser esta su oportunidad de cambiar su vida, de marcar la diferencia en este mundo?

Sirvió los fideos en un cuenco astillado y dio un bocado vacilante.

Sus papilas gustativas fueron atacadas por una ola de sal, el sabor a sal anulando cualquier rastro del gusto original del ramen.

Naoki hizo una mueca. "Sí, definitivamente demasiada sal."

Era apenas comestible, pero era lo único que tenía. Mientras se obligaba a tragar los fideos, meditaba sobre este nuevo poder, su mente corriendo con posibilidades.

More Chapters