Antes reinaban los abrazos y la amistad inquebrantable. Ahora, solo quedan sangre, venganza, odio, matanzas y masacres. La crueldad crece con cada día que pasa. Ya no hay compasión hacia quienes pertenecen a otra raza. Aquellos que antes compartían la mesa y reían juntos, ahora se cruzan en el campo de batalla con miradas frías, llenas de rencor.
Los líderes y generales comenzaron a diseñar estrategias cada vez más crueles para eliminar por completo a sus enemigos. Su objetivo era claro: exterminar a las otras razas y quedarse como la única dominante sobre la Tierra. Así comenzó lo que más tarde sería conocida como la Era del Sufrimiento y la Miseria.
Esta era oscura se extendió durante siglos, décadas o quizás milenios. Y de esa oscuridad, de todo ese dolor, nació una criatura… o algo peor.
No fue creada. No nació. Se formó.
Un ser surgido de todo lo que las razas derramaron sobre la tierra: lágrimas, gritos, traiciones, cadáveres, rencor… y miedo.
A este ser se le conoce con mil nombres. Algunos lo llaman El Maligno, otros El Innombrable, pero entre los más sabios simplemente se le teme como El Oscuro.
Su forma es imposible de describir con precisión. Para unos, aparece como una bestia de mil ojos y fauces. Para otros, como un humano de mirada vacía, con la sonrisa de alguien que ha visto el fin del mundo y lo ha amado. A veces es mujer, otras ni siquiera tiene rostro.
Pero siempre hay algo constante:
> "Cuando lo miras, no ves una criatura.
Ves lo peor de ti mismo… reflejado."
El Oscuro no tiene alma, ni corazón.
No busca conquistar.
No quiere gobernar.
Solo desea borrar la existencia.
Se alimenta del odio, se baña en el dolor, y se ríe con los gritos. Mata por placer. Juega con sus víctimas antes de destruirlas. Para él, el sufrimiento no es un medio, es el arte.
Y lo peor de todo…
Nadie sabe si alguna vez podrá ser destruido.
Porque no es solo una criatura.
Es una idea.
Un eco.
Una maldición viva que camina.
Su sola presencia provocó un miedo indescriptible entre los pueblos. Las razas, al borde de la extinción, decidieron actuar.
En un lugar secreto, protegido de la mirada del Oscuro, los reyes de todas las razas se reunieron. Allí, por primera vez en siglos, dejaron de lado sus diferencias. Hablaron largo y tendido, y llegaron a un único propósito común:
detener a la criatura que estaba convirtiendo el mundo en un infierno viviente.
Como símbolo de esa alianza, llamaron a los magos más poderosos de cada raza. Solo ellos podrían enfrentarse a una fuerza tan antigua y terrible. Solo ellos podrían encontrar la manera de sellar al Oscuro... o destruirlo.