Josue miró por la ventana del salón. Una sensación extraña le recorría el cuerpo, como si algo invisible lo estuviera observando desde algún lugar que no podía identificar.
Josue:
¿Será solo mi imaginación? —murmuró para sí.
Sacudió la cabeza, como queriendo quitarse ese pensamiento de encima—. Mejor no pensar en eso. Esperaré a que terminen las clases para ir a casa.
El resto de la clase transcurrió en aparente normalidad, hasta que, en medio del silencio, una ráfaga de viento atravesó los ventanales. Las hojas de los cuadernos se alzaron y giraron por el aire. Fue solo un instante... pero en ese instante, Josue lo sintió.
No iba a volver a estar solo
En medio de ese momento inestable, Josue se puso de pie.
Sus labios se movieron casi sin pensarlo:
Josue:
Bueno... ya es tiempo de despertar. Tengo que mejorar mi vida, comenzando co—
Sus palabras se interrumpieron al instante. El aula desapareció ante sus ojos.
En un parpadeo, Josue se encontró de pie en un lugar oscuro.
No había suelo, ni techo, ni horizonte. Solo una vastedad negra e infinita. Silencio absoluto.
Y entonces, una voz resonó en todas direcciones, suave pero imponente:
???
"El comienzo de un dios es algo que no todos tienen presente.
Alzate... y mira tu poder."
Josue intentó moverse, pero no pudo. Un cosquilleo punzante recorrió su pecho. Sintió una presión en el corazón. Una pulgada de poder, de algo antiguo y desconocido, se hundió en él como un aguijón divino.
Y justo cuando pensó que iba a desmayarse, la voz volvió:
???
"Tu deseo será concedido.
Todo lo que anheles... se volverá realidad.
Pero no será gratis. Cada deseo tendrá un precio.
Algo negativo ocurrirá. A ti... o al mundo."
Entonces, volvió en sí. Estaba en el mismo salón, de pie, con los compañeros mirándolo como si nada hubiera pasado.