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Chapter 170 - The return of the most powerful warrior, her cuckold husband is very willing Part 1

Kaisen, un granjero solitario, se reencuentra con su amiga de la infancia, Liora, ahora una seductora y poderosa guerrera. ¿Qué secretos esconde su regreso y cómo cambiará su vida para siempre?

El sol de la tarde bañaba los campos dorados del pueblo donde Kaisen, un joven granjero de cabello castaño y manos callosas, trabajaba arduamente. La vida en el campo era tranquila, incluso monótona, pero ese día algo sería diferente. Mientras Kaisen cargaba un saco de grano al hombro, una figura se acercaba por el polvoriento camino. Era una mujer, pero no una mujer cualquiera. Sus curvas eran imposibles de ignorar, con enormes pechos que se mecían a cada paso, apenas contenidos por un corsé ajustado. Su cabello dorado brillaba al sol, y su rostro, aunque familiar, tenía una nueva seguridad que Kaisen no recordaba.

Era Liora, su amiga de la infancia. Pero esta no era la chica que Kaisen recordaba. Esta Liora era una mujer, una guerrera, y su presencia irradiaba poder. «Kaisen», dijo su voz, suave pero firme, al detenerse frente a él. Sus ojos azules brillaban con una mezcla de nostalgia y algo más, algo que Kaisen no pudo descifrar. «ella volvio ».

Kaisen dejó caer el saco de frijoles, recorriendo con la mirada el cuerpo de Liora. No pudo evitar fijarse en cómo sus ajustadas bragas perfilaban la forma de su coño y su trasero, generosos y redondos. "Liora...", murmuró, con la voz apenas un susurro. "No sabía que volverías". Ella sonrió, un gesto que no llegó a sus ojos. "Hay muchas cosas que no sabes, Kaisen" te las contare en su momento. dijo, acercándose un paso, te extrañe demasiado querido. "He estado fuera, viajando entrenando. " si realmente supieras que He alcanzado el nivel 99, he derrotado al rey demonio te sorprenderias al saber que soy ese heroe del que tanto hablan ". Sus palabras quedaron suspendidas en el aire, cargadas de significado.

Kaisen tragó saliva, con la mirada fija en los pechos de Liora. "¿Por qué?", preguntó, con la voz apenas un susurro. "Por mi padre", respondió ella, fría como el acero. "Pero eso ya no importa. Estoy aquí ahora, contigo". Kaisen sintió un calor que le subía por la nuca. Había algo en la forma en que lo miraba, algo que lo hacía sentir expuesto, vulnerable. "Liora, no sabía que...", empezó, pero ella lo interrumpió.

"Shh", dijo ella, acercándose aún más. "No necesitas decir nada". Sus manos se posaron en sus caderas, y Kaisen pudo ver cómo sus pechos se movían con cada respiración. Era imposible no mirarlo, imposible no imaginar cómo debieron sentirse en sus manos. Pero había algo más en su mirada, algo que Kaisen no podía comprender. Era como si supiera algo que él desconocía, como si tuviera un secreto que también lo envolvía.

Mientras caminaban hacia la casa de Kaisen, Liora se aseguró de que cada movimiento fuera exagerado, con las caderas balanceándose de un lado a otro, sus pechos rebotando suavemente. Kaisen no podía apartar la mirada; su pene comenzaba a endurecerse en sus pantalones. "¿Te gusta lo que ves, Kaisen?", preguntó Liora con un susurro seductor. Él asintió, incapaz de hablar. "Bueno, hay más de donde salió eso", dijo ella, riendo suavemente.

Al llegar a la casa, Liora se sentó en una silla, con las piernas tan abiertas que Kaisen podía ver el contorno de su coño a través de las bragas. "Kaisen, ¿por qué no te sientas?", preguntó, señalando el suelo. Él obedeció, con la mirada fija en el punto entre sus piernas. "¿Te gusta mi cuerpo, Kaisen?", preguntó, trazando círculos con los dedos en sus muslos. Él asintió de nuevo, con la boca seca. "Bueno, juega entonces", dijo, tomando su mano y llevándola a su muslo.

Kaisen sintió el calor de su piel a través de sus bragas, y su pene se endureció aún más. "Liora, no sé si...", empezó, pero ella lo interrumpió. "Shh, solo tócame", dijo, guiando su mano hacia arriba, hasta el punto donde sus bragas rozaban su piel. Kaisen sintió el calor de su coño, y su pene palpitaba de deseo.

De repente, un ruido los interrumpió. Era Jirō, el vecino de Kaisen, un hombre mayor de mirada lasciva. «Perdón por interrumpir», dijo, con la mirada fija en los pechos de Liora. «Pero no pude evitar notar...», empezó a decir, acercándose. Antes de que pudiera terminar la frase, extendió la mano, intentando agarrar uno de los pechos de Liora.

En un instante, Liora lo agarró de la muñeca, con los ojos encendidos de furia. "¿Qué crees que estás haciendo?", preguntó con un gruñido bajo. Jirō palideció, pero antes de que pudiera responder, Liora notó algo. Kaisen, escondido detrás de Liora, se tocaba, con la polla dura y palpitante en la mano. Tenía la mirada fija en la escena, y en su rostro había una expresión que Liora no había visto antes.

Liora dejó ir la muñeca de Jiro, sus piernas abriéndose lentamente. "Ve", dijo, su voz un susurro. Jiro no necesitó más aliento. Se desabrochó los pantalones, su polla saltando libremente. Se acercó a Liora, frotando su polla contra sus bragas. Liora podía sentir el calor de su polla a través de la tela, y aunque se mojó, no sintió dolor. Solo una extraña excitación que no podía entender.

Kaisen, todavía tocándose, no podía apartar la vista. Había algo en la forma en que Liora se sometía a Jiro, algo que lo excitaba más de lo que nunca había sentido. "Espera", dijo Liora, su voz un susurro. "Kaisen, ven aquí". Él obedeció, acercándose a ella. "Toca mi coño", dijo, guiando su mano hacia su entrepierna. Kaisen podía sentir lo mojada que estaba, y su polla palpitaba con necesidad.

Mientras Jiro seguía frotándose contra ella, Liora miró a Kaisen. "¿Te gusta esto, Kaisen?", preguntó, su voz un susurro. Él asintió, incapaz de hablar. "¿Te gusta ver a tu esposa con otro hombre?". Kaisen asintió de nuevo, su mano moviéndose más rápido en su polla. "Bueno, entonces mira", dijo Liora, sus piernas abriéndose más.

Jiro, al ver esto, no pudo contenerse. Empujó las bragas de Liora a un lado, su polla entrando en ella en un solo movimiento. Liora gritó, pero no de dolor. Era un grito de placer, un sonido que Kaisen nunca había escuchado antes. "Sí, así", dijo Liora, sus caderas moviéndose al ritmo de Jiro. "Kaisen, mira cómo me folla. Mira cómo me hace sentir".

Kaisen no podía apartar la vista. Había algo en la forma en que Liora se entregaba a Jiro, algo que lo excitaba más de lo que nunca había sentido. Su mano se movía más rápido en su polla, y podía sentir el orgasmo acercándose. "Liora, voy a...", comenzó, pero ella lo interrumpió. "Sí, Kaisen, ven", dijo, su voz un susurro. "Ven para mí".

Kaisen no pudo contenerse. Con un gemido, su semen brotó, cubriendo el suelo frente a él. Liora lo miró, sus ojos brillando con una mezcla de emociones. "Bien", dijo, su voz suave. "Muy bien, Kaisen". Jiro, todavía dentro de ella, no podía creer lo que había sucedido. "Joder", dijo, su voz un susurro. "Eres increíble, Liora".

Ella sonrió, un gesto que no alcanzaba sus ojos. "Sí, lo soy", dijo, empujando a Jiro fuera de ella. "Pero ahora, creo que es hora de que te vayas". Jiro asintió, abrochándose los pantalones y saliendo de la casa. Una vez que se hubo ido, Liora miró a Kaisen. "Bien, Kaisen", dijo, su voz un susurro. "¿Qué piensas de esto?".

Kaisen no podía hablar. Había algo en la forma en que Liora lo miraba, algo que lo hacía sentir expuesto, vulnerable. "No sé", dijo finalmente, su voz apenas un susurro. Liora sonrió, un gesto que no alcanzaba sus ojos. "No te preocupes, Kaisen", dijo, acercándose a él. "Solo sé feliz. Sé feliz de que tu esposa es deseada por otros hombres. Sé feliz de que eres un cornudo". Kaisen asintió, su mente dando vueltas. Había algo en sus palabras, algo que resonaba dentro de él. Pero también había una pregunta, una que no podía sacarse de la cabeza. ¿Era esto lo que realmente quería? ¿Era esto lo que realmente lo hacía feliz?

¿Cómo debería continuar la historia?

1.

Liora, sintiendo la confusión de Kaisen, decide llevarlo a un viaje de autodescubrimiento. Lo lleva a un bosque cercano, donde un grupo de mujeres guerreras como ella lo esperan. Estas mujeres, fuertes y seguras, comienzan a seducir a Kaisen, tocándolo y susurrándole palabras de aliento. Liora observa cómo Kaisen se excita al ser el centro de atención de estas mujeres, descubriendo un nuevo lado de su sexualidad.

2.

Mientras Kaisen lucha con sus emociones, Liora decide tomar el control de la situación. Lo ata a una silla, asegurándole que es por su propio bien. Luego, invita a un grupo de hombres del pueblo a la casa, ordenándoles que se turnen para follarla frente a Kaisen. Cada hombre que entra en ella le susurra a Kaisen lo afortunado que es de tener una esposa tan deseable, aumentando su excitación y confusión.

3.

Liora, viendo la excitación en los ojos de Kaisen, decide llevarlo a un burdel cercano. Allí, lo presenta a un grupo de mujeres que están ansiosas por complacerlo. Kaisen, inicialmente tímido, se da cuenta de que estas mujeres disfrutan viendo cómo se excita al ver a su esposa con otros hombres. Comienzan a tocarlo y a susurrarle palabras sucias, llevándolo al límite de su placer.

4.

Kaisen, aún confundido por sus sentimientos, decide confrontar a Liora sobre su nuevo comportamiento. Sin embargo, Liora lo interrumpe, llevándolo a un claro en el bosque donde un grupo de hombres y mujeres lo esperan. Estos extraños comienzan a desvestirse, invitando a Kaisen a unirse a ellos. Liora lo observa, excitada por la idea de que su esposo sea compartido por otros, mientras ella misma es deseada por los hombres presentes.

5.

Liora, sintiendo la necesidad de presionar a Kaisen aún más, lo lleva a un festival en el pueblo. Allí, le presenta a un grupo de mujeres deseosas de complacerlo y a un grupo de hombres que desean a Liora. Kaisen observa cómo los hombres se turnan para bailar y tocar a Liora, mientras las mujeres lo seducen con sus palabras y caricias. La excitación de Kaisen crece al ver a su esposa como el centro de atención mientras él mismo es mimado por las mujeres que la rodean.

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