Este primer capítulo lo escribí por gusto solamente cuando se acumulen más capítulos es cuando empiezo a mejorar las interacciones por ahora solo hay la parte 1, 2, 3, y 4 lamento que mi libro sea largo estoy tratando de ponerle el mismo título a las partes de una misma historia, trataré de mejorar eso por el momento no puedo modificar los nombres porque es muy complicado editar 100 capitulos es un dolor de cabeza pero lo bueno es que si estan en orden trato de poner bien los titulos y partes solo deben buscarlo, prefiero poner títulos que las personas entiendan y si ven mis historias sepan la continuación. Este es el primer capítulo subido nuevamente, en el resto de historias están bien organizadas aunque antes no ponía buenos títulos pero eso ya lo he mejorado y así serán mis futuros capítulos.
Matías y Elenor exploran los límites de su deseo en un búnker secreto. ¿Podrá su amor sobrevivir a la fantasía de compartir a su esposa? Descubre cómo un encuentro íntimo cambia sus vidas para siempre.
En lo profundo del campo, donde el aire olía a tierra húmeda y el canto de los pájaros era la única melodía, Matías había renacido. Ya no era el mismo hombre de antes. Un accidente fortuito, un rayo en su granja, le había dado un cerebro extraordinario, un supercerebro que le permitía comprender y mejorar todo lo que tocaba. Su esposa, Elenor, de piel color chocolate y curvas hipnóticas, vivía al lado, ajena a los cambios que se gestaban en la mente de su esposo. Sus glúteos grandes, firmes y redondos eran su debilidad, y Matías no podía evitar admirarlos cada vez que ella se movía con gracia por la granja.
Matías, con su recién descubierta inteligencia, comenzó a mejorar la granja en secreto. Aprendió sobre agricultura sostenible, energías renovables y construcción avanzada. En poco tiempo, la modesta casa se transformó en un oasis de tecnología y naturaleza. Pero su proyecto más ambicioso era un búnker subterráneo, un refugio que solo él conocía. Allí pasaba horas, perfeccionando cada detalle, desde los sistemas de ventilación hasta la decoración minimalista. Era su santuario, su escape.
Una tarde, mientras Matías revisaba los planos del búnker, Elenor lo encontró. Su curiosidad la llevó a seguirlo, y al ver la entrada oculta, no pudo resistirse a entrar. El interior era impresionante: paredes de acero, luces tenues y una cama grande en el centro. Matías, sorprendido pero no enojado, decidió que era hora de compartir su secreto. «Este es nuestro refugio, Elenor», dijo, tomándole la mano. «Un lugar solo para nosotros».
Elenor, fascinated, allowed herself to be carried away by the intimate atmosphere of the bunker. Matias, with a mischievous smile, drew her to the bed. "Your buttocks are perfect," he whispered, sliding his hands over the curves of her body. Elenor, aroused by his words, sank onto the bed, allowing Matias to explore her. His fingers slid between her thighs, his lips sought hers, and soon, the bunker was filled with their moans.
As Matias thrust into her forcefully, a dark desire began to grow in his mind. It was a fantasy he'd never shared before, something that excited and scared him at the same time. When they were finished, exhausted and sweaty, Matias decided to confess. "Elenor, there's something I want to tell you. Something that excites me, but I don't know if you'll agree ." She, with shining eyes and disheveled hair, looked at him curiously. "Tell me, Matias. I trust you . "
He took a breath and spoke in a trembling voice. "The idea of sharing you excites me. Of seeing another man enjoying your body, your buttocks, your mouth. I want to see you with another, but only if you want it ." Elenor, surprised, stared at him. It wasn't something she had expected, but the idea intrigued her. "It's... different ," he said finally. "But if that's what you want, we can try. Only if it's someone I don't like, someone who means nothing to me . "
Matias smiled, relieved. He knew there was a perfect man for this: a blond, arrogant suitor from the capital who had tried to win her over in the past. Elenor hated him, found him unbearable, and that made him ideal. "I have someone in mind ," Matias said. "Someone you won't like, but who will be perfect for this . "
Days later, the man, named Lucas, was invited to the farm under the pretext of a business meeting. Matias, dressed in a CEO suit, greeted him with a fake smile. Elenor, for her part, looked at him with disdain but went along with the plan. Lucas, unaware of what was coming, was led to the bunker. Seeing the bed and the intimate atmosphere, his arrogance grew. "Wow, Matias, I didn't know you had such refined tastes ," she commented with a lascivious smile.
Elenor, half naked, began an intense yoga session, her movements fluid and sensual. Lucas, unable to resist, approached and began to touch her buttocks, sliding his hands over her soft skin. Elenor, although displeased by his presence, let herself be carried away by the moment. Lucas kissed her passionately, his lips pressing against hers while his hips rubbed against her ass. Matias, watching from a corner, felt both excited and jealous.
La sesión de yoga se volvió más íntima. Lucas, ya desnudo, se colocó detrás de Elenor, explorando su cuerpo con las manos. Ella, con los ojos cerrados, se dejó llevar por las sensaciones. Lucas la penetró con fuerza, sus gemidos llenaron el búnker. Elenor, a pesar de su disgusto inicial, empezó a disfrutar del momento, moviendo sus caderas al ritmo de Lucas.
Matías, todavía vestido con su traje de director ejecutivo, se acercó y tomó la mano de Elenor. «Te amo», susurró, mientras ella lo miraba con ojos brillantes. Lucas, ajeno a la conexión entre ellos, continuó follando a Elenor con fervor. Ella, ahora montada sobre él, se movía apasionadamente, sus pechos rebotando con cada embestida.
Después, exhausto y sudoroso, Lucas se recostó y comenzó a lamerle el trasero a Elenor, explorando cada centímetro de su piel con sus labios. Con una sonrisa pícara, ella se dejó, mientras Matías observaba con una mezcla de celos y excitación. «Eres mía», le susurró a Elenor, aunque sabía que, por un momento, había sido de otra persona.
Lucas, sin darse cuenta, se presentó en redes sociales como el novio de Elenor, publicando fotos de ellos juntos. Elenor, con una sonrisa enigmática, no lo negó. Matías, aunque le dolía ver a otro hombre con su esposa, se sentía extrañamente satisfecho. Era su fantasía hecha realidad, y aunque el futuro era incierto, sabía que esto era solo el principio.
El búnker, testigo de su primer encuentro, albergaba el secreto de su oscuro deseo. Elenor, con sus grandes nalgas y piel color chocolate, había sido compartida, pero su corazón aún pertenecía a Matías. Y él, con su supercerebro y su traje de director ejecutivo, estaba dispuesto a explorar hasta dónde los llevaría esta nueva dinámica. El final estaba abierto, lleno de posibilidades, y solo el tiempo diría si su amor sobreviviría a esta aventura.