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Chapter 83 - The normal life of Liam and his piglet girlfriend Part 4

El sol del atardecer proyectaba largas sombras sobre la sala de estar de Liam, iluminando la tranquila comprensión que se había establecido entre los tres amigos. El aire vibraba no con la tensión de los secretos, sino con la calidez del afecto compartido y una dinámica única y floreciente. Liam, cómodamente acomodado en el sillón, ajustaba los ajustes de su nueva cámara de mayor calidad, con un ligero temblor de emoción en las manos. No se trataba solo de grabar; era capturar la hermosa historia que se desarrollaba en sus vidas.

Chloe, sentada en el borde del sofá, se giró hacia Marcus con un brillo juguetón en los ojos. "Entonces, Marcus", comenzó con una suave broma, "¿estás listo para nuestra próxima... 'sesión' de chillidos de cerdito?"

Marcus rió entre dientes, su mirada tierna al encontrarse con la de ella. "Siempre lista para ti, Chloe. Sobre todo cuando hay esos adorables 'chillidos' de por medio". Se inclinó, con movimientos lentos y pausados, con una dulce anticipación flotando en el aire. Esta vez, en lugar de solo lamer, Marcus empujó suavemente los labios de Chloe con los suyos, abriéndolos con delicadeza. Entonces comenzó a besarlos, no solo un toque rápido, sino una danza suave y prolongada, su lengua rodeando la de ella con una tierna intimidad que hizo que los ojos de Chloe parpadearan.

Un suave y deleitoso chillido escapó de los labios de Chloe, casi imperceptible al principio, que luego se convirtió en una serie de dulces y contentos gorjeos a medida que Marcus profundizaba el beso. Liam observaba, hipnotizado, con la cámara firme en sus manos. Vio la genuina adoración en los ojos de Marcus al besar a Chloe, la forma en que la mano de su amigo le acariciaba la mejilla con delicadeza, y el placer puro y puro que irradiaba Chloe.

"Eres increíblemente encantador, Marcus", susurró Chloe entre suaves besos, con la voz entrecortada. "Te juro que podrías hacer que los pájaros salieran de los árboles con tu encanto".

Marcus se apartó apenas un centímetro, con los ojos brillantes. «Solo si esos pájaros fueran tan cautivadores como tú, mi pequeña musa chillona». Sus palabras, tan juguetonas como eran, contenían un cumplido genuino que hizo que Chloe se sonrojara y soltara otra serie de chillidos alegres y silenciosos.

Entonces, una chispa competitiva se encendió en los ojos de Chloe. Sacó aún más la lengua, desafiando a Marcus. "¿Crees que podrás seguirle el ritmo, Don Encantador?"

Marcus sonrió, aceptando el reto. Sus lenguas se encontraron de nuevo, danzando a un ritmo lento y sensual, en una conversación silenciosa de afecto y dominio juguetón. Fue una hermosa, casi artística exhibición de intimidad compartida, completamente aceptada y disfrutada por los tres. El corazón de Liam se llenó, no de celos, sino de una profunda conexión con ambos. Amaba a Chloe, y verla tan abiertamente feliz, tan completamente ella misma, incluso en esos momentos inusuales, profundizaba su amor por ella. También apreciaba profundamente a Marcus, quien trataba a Chloe con tanto respeto y evidente cariño.

Cuando finalmente se separaron, tanto Chloe como Marcus estaban sonrojados, con los ojos brillantes de calidez y satisfacción. Liam bajó la cámara con una amplia sonrisa de satisfacción en el rostro.

"Eso fue... increíble, chicos", dijo Liam, con una voz cargada de genuino agradecimiento. Se giró hacia Marcus, con una mirada seria pero tierna. "Marcus, me... me encanta verte besar a Chloe así. La hace tan feliz, y... me hace feliz a mí también. Por favor, seguid haciéndolo. Lo digo en serio. Disfruto muchísimo de esta... esta moderada eyaculación."

Marcus miró de Liam a Chloe, con un destello de sorpresa, luego una lenta sonrisa comprensiva dibujándose en su rostro. "Liam", empezó con voz suave, "¿en serio?"

"Absolutamente", afirmó Liam con la mirada firme. "Es... es parte de lo que hace que nuestra conexión sea tan única. Y especial. Ver a Chloe tan abierta y alegre contigo, saber que todos compartimos esto... es algo hermoso para mí".

Chloe extendió la mano, tomando las de Liam y Marcus, entrelazando sus dedos. "Se siente tan bien, ¿verdad?", murmuró, mirándolos a ambos. "Como si hubiéramos encontrado nuestra propia felicidad. Una felicidad para tres personas".

"Sí", asintió Marcus, apretándoles las manos. "Y te prometo, Liam, que siempre la querré. Siempre. Y Chloe, eres la mejor cerdita con orejas de cerdo que un hombre podría desear". Le dio un último y tierno beso en la mejilla, lleno de cariño y respeto.

Los tres permanecieron allí sentados un momento, tomados de la mano, bañados por la suave luz de la tarde. El aire estaba cargado de promesas tácitas, con un vínculo que desafiaba las normas sociales pero florecía en la silenciosa aceptación de sus deseos compartidos. Para Liam, ver a su novia encontrar alegría en los besos cariñosos de otro, mediada por su mejor amigo, no fue una pérdida, sino una expansión del amor, un hermoso testimonio del mundo único y preciado que estaban construyendo juntos.

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