La tercera guerra mundial se acerca, no la de Rusia vs Europa, sino la Tercera Guerra Mundial Ninja. Una guerra de un mundo ficticio.
No esperaba reencarnar en este mundo, pero supongo que el karma me alcanzó por insistir en que Neji Hyūga tenía razón en todo. Ahora estoy aquí, en Sunagakure, un huérfano más en una aldea que apenas me mira.
Mi nombre es Isaac. O al menos lo era. Ahora me llamo Arashi. Tormenta. Un nombre apropiado, considerando mi poder.
Puedo moldear el agua. Puedo sentir el viento. Puedo invocar el rayo. Y al mezclarlos, mi Kekkei Tōta despierta: Tormenta (嵐遁, Ranton).
Un arte perdido en la Segunda Guerra Shinobi. Un poder que no debería existir en esta tierra de arena y sol. No soy de aquí. No del todo. Mi sangre es una mezcla de Sunagakure y Kumogakure.
Alguien de la Nube pasó por el País del Viento, dejó una huella... y me dejó a mí.
De mi madre solo sé una cosa: murió en el parto, en medio de la guerra. Me dejaron en el orfanato, donde aprendí la primera lección del desierto: nadie te va a cuidar si no puedes luchar por ti mismo.
Yo queria cambiar eso, la vida de esta gente era lamentable, delincuencia, poca higiene, nepotismo, pobreza...
Por mi supervivencia y por mi... generosidad (o ambición) decidí pasar por el adoctrinamiento militar de Sunagakure.
Por eso, 20 años después de mi segunda oportunidad me convertí en un Jounin de elite.
Pero pasando por el principio otra vez, se acerca otra guerra, lo sé por el canon, el tercer Kazekage desapareció, pronto las demás aldeas olerán sangre y habrá agitación política.
Con eso y el flujo de dinero bajo por la paz reinante las aldeas ninjas se desestabilizaron económica y militarmente y una de las mas afectadas Iwagakure rompería el tratado de paz, a través en la frontera en el país de la hierva invadirán terreno del país del fuego.
Las pequeñas naciones ardieron, entre ellos amegakure.
Luego Minato triumfaría matando 1000 ninjas de Iwa
El tercer Raikage murió luchando contra 10000 ninjas de Iwa
Y Rin murió en un atentado por Kirigakure y luego Obito lo vio, convirtiéndose en un ser oscuro
Luego Hanzo jodio a Nagato matando a Yahiko frente a sus amigos.
Might Dai acabo con el legado de los 7 espadachines de la niebla.
Por ultimo Hiruzen solicito un armisticio al demostrar su superioridad a Iwagakure
Fue una guerra cruenta en la que incluso participaron genins, cosa que no paso en la otras guerras.
No podía evitarlo, Sasori ya secuestro al Kazekage, pero podría dejar a Suna en una mejor posición.
Por eso, hice un oasis gigante cerca de la aldea:
Recorrí con mirada crítica el terreno árido que rodeaba Sunagakure. En mi vida pasada como ingeniero, había estudiado cómo Israel convertía el desierto del Negev en tierra fértil y cómo China hacía florecer regiones áridas. Ese conocimiento, combinado con su Ranton, me daba una ventaja única.
Con precisión de experto, diseñó un sistema de riego por goteo oculto, usando tuberías de arcilla reforzada con chakra para minimizar la evaporación. Mis técnicas de manipulación de agua me permitían extraer humedad del aire durante las frías noches del desierto, almacenándola en depósitos subterráneos.
Los campesinos de Suna al principio miraban con escepticismo, pero cuando vieron los primeros dátiles madurar -más grandes y dulces que los silvestres- comenzaron a llamarlo "el jardín del trueno". El Consejo de Ancianos, aunque receloso, no podía negar el valor estratégico de tener una fuente de alimentos dentro de la aldea.
Y luego me alabaron cuando hice el oasis conocido mas grande del mundo, terminando con muchos problemas de Suna y incluso el pais del viento, pues con una buena distribución del agua, conseguí la tan querida por el Daymo y los anteriores Kages, tierra fértil.
Debo dar gracias al fallecido tercer Kazekage por dejarme hacer mi proyecto hace 5 años...
Pero eso no es todo, aún tenia rivales, no sé como, aún no sabia si quería ser Kage en lo mas mínimo pero el pueblo me quería tanto como el Kazekage mas fuerte de la historia, y el Daymo estaba obsesionado con mis milagros, queriendo que revitalice toda la tierra del viento (una locura)
Por lo que acabe en el consejo de alguna forma, y con enemigos, pues el consejo tenía 3 grupos de influencia contándome a mi: Rasa, Pakura y yo.
Entre los participantes conocidos de este consejo estaban Baki (el sensei de Gaara), Chiyo y Ebizo y el Daymo.
El consejo estaba en sesión, y la atmósfera era tensa. El Daimyō del País del Viento, con su mirada severa, observaba a los contendientes en la sala. A su derecha, los ancianos Chiyo y Ebizō mantenían sus expresiones calculadoras, mientras que Rasa y Pakura esperaban su oportunidad para hablar.
"Empezamos esta reunión para decidir al futuro Kazekage," anunció el Daimyō, su voz resonando en la gran sala. "Sunagakure necesita liderazgo, y no tenemos el lujo de demorarnos más."
Baki, la mano derecha de Rasa, tomó la palabra con decisión. "No hay necesidad de más debates. Rasa es el único candidato lógico. Tiene más misiones de rango S completadas, más experiencia militar y el poder para sostener a la aldea en tiempos de guerra."
Kaito, el encargado de la academia militar, intervino de inmediato. "Pero Pakura tiene la visión que Sunagakure necesita. Su propuesta de redistribuir los recursos y acabar con el monopolio de jutsus avanzados fortalecería a la aldea desde dentro. No podemos seguir favoreciendo solo a unos pocos clanes poderosos."
Kenzo, dueño del hospital de Suna, rió con desdén. "Esas son ilusiones de una mujer que no entiende cómo funciona la estabilidad de la aldea. Romper el control sobre los jutsus raros debilitaría a Suna en lugar de fortalecerla."
Pakura entrecerró los ojos y respondió con frialdad. "Cuidado con tus palabras, Kenzo. Asegúrate de seguir teniendo órganos cuando termine esta reunión."
El Daimyō frunció el ceño ante la amenaza velada.
Fue entonces cuando hable, me aclaré la garganta y tome la palabra.
"El problema aquí," comence, calmado pero firme, "es que todos están viendo la elección con los ojos del pasado. Se enfocan en quién tiene más misiones, quién ha seguido las viejas tradiciones o quién quiere cambiar demasiado rápido. Pero nadie está viendo lo que realmente importa."
Hizo una pausa, asegurándose de que tenía la atención de todos antes de continuar.
"En menos de un año, Iwagakure romperá el tratado de paz y atacará al País del Fuego. La guerra no es una posibilidad, es un hecho. Nuestra aldea no está preparada. Estamos económicamente débiles, militarmente estancados y políticamente divididos. No importa a quién elijan hoy, si no eligen con la visión de alguien que pueda garantizar la supervivencia de Sunagakure."
Kenzo bufó. "Hablas como si fueras un profeta."
Lo ignoró. "La pregunta no es quién tiene más experiencia o quién tiene la mejor ideología. La verdadera pregunta es: ¿Quién puede asegurar que Sunagakure salga de esta guerra más fuerte de lo que entró?"
El silencio cayó sobre la sala. Fue el Daimyō quien lo rompió.
"Y dime, Arashi… ¿te consideras a ti mismo esa persona?"
Arashi se recargó en la mesa, sin desviar la mirada. "No soy el más experimentado, ni el más tradicional, ni el más revolucionario. Pero soy el único en esta sala que ya ha cambiado el destino de Sunagakure. Creé el mayor oasis del mundo en un país donde el agua es más valiosa que el oro. Mientras Rasa extrae oro de la arena, yo extraigo vida del desierto. Mientras Pakura quiere reestructurar la política interna, yo ya he asegurado el bienestar de nuestra gente. Lo que propongo no es solo una defensa para la guerra, sino una estrategia a largo plazo. Si no tenemos recursos sustentables, ¿de qué nos sirve el oro? ¿Cómo alimentamos a nuestros soldados? ¿Cómo sobrevivimos si todo se basa en un recurso que no se puede comer ni beber?"
Rasa, que había permanecido en silencio hasta ahora, se adelantó. Su mirada era fría, calculadora. "Hablas bien, pero palabras bonitas no ganan guerras. El tiempo para las ideas idealistas se ha acabado. La aldea necesita fuerza, no discursos."
Lentamente, Rasa extendió su mano y la mesa tembló. Con un simple gesto, una corriente de arena emergió del suelo y, ante los ojos de todos, pequeños destellos dorados brillaron en el aire. En cuestión de segundos, tenía una pequeña barra de oro en su palma.
"Mi jutsu de la Arena de Oro nos da recursos para financiar la aldea. No necesitamos sueños de un paraíso en el desierto. Necesitamos riqueza, poder y estabilidad. Mientras yo esté aquí, Sunagakure no se derrumbará."
Un murmullo recorrió la sala. Rasa había hecho un punto fuerte: la economía era crucial para la guerra.
Pakura no tardó en responder. "Interesante, Rasa. Pero dime, ¿te pondrás a excavar cuando los shinobi de Iwagakure crucen nuestras fronteras? ¿Lucharás con una bolsa de oro en la espalda?"
Las palabras de Pakura provocaron algunas sonrisas en la mesa. Rasa no se inmutó, pero su mirada se volvió más severa.
Chiyo alzó una mano, silenciando la discusión. "Ambos tienen razón. La riqueza es importante, pero también lo es la estabilidad a largo plazo. Sin embargo, hay algo que no estamos considerando."
Todos la miraron.
"El liderazgo no es solo poder ni visión. Es saber cuándo usar cada uno. Arashi, has demostrado que puedes cambiar la estructura de la aldea sin derramar una sola gota de sangre. Rasa, tú has fortalecido la economía con tu control sobre el oro. Pakura, tu idea de redistribución podría fortalecer el futuro de la aldea… si se implementa correctamente."
Ebizo asintió. "La pregunta es, ¿quién de ustedes tiene el equilibrio necesario para tomar decisiones difíciles sin destruir lo que ya tenemos?"
El Daimyō observó a los candidatos. "Estoy empezando a ver que esta elección es más compleja de lo que imaginaba."
Aproveche el momento.
"La guerra es inminente. Lo que Sunagakure necesita es un Kazekage que no solo pueda pelear en la guerra, sino que pueda construir después de ella. No es suficiente con ganar batallas. Hay que ganar el futuro. Yo no solo estaré en la mesa de estrategias, estaré en el frente. He demostrado que puedo construir. Ahora demostraré que puedo luchar."
El consejo estaba dividido. Pero una cosa era segura: la batalla por el título de Kazekage no se decidiría solo con palabras.
Tenia que conseguir el apoyo de los ancianos Chiyo y Ebizo
Tenia que halagar al Daymo
Tenia que hacer ver a Raza como una segunda opción
Y tenia que hacer que los grandes propietarios y dueños de estructuras clave de Suna confiaran en mi.
"Hace 5 años se rieron de mi cuando propuse crear un oasis, por suerte el tercero en su sabiduría acepto mi propuesta, hoy tenemos una aldea semi autosuficiente, esa misión rango S que hice, fue igual a 10 misiones del mismo rango, hoy dudaís de la posibilidad de la guerra, cuando Iwagakure esta inestable y con un gran rencor a los territorios del Pais de Fuego, el flujo de dinero en las aldeas es pequeño, el gobierno de el país de la Hierva es pro-Iwa, Oonoki tiene un odio inmenso hacia Konoha, no es tiempo de hacer cambios como dice Pakura, pero tampoco es tiempo de hacer lo mismo una y otra vez votando a Rasa"
"Y cual sería tu plan de gobierno para la aldea militar?" dijo el Daymo
"Industrializar Sunagakure. Mejorar nuestras refinerías de metales para fabricar nuestras propias armas y herramientas de alta calidad. Desarrollar técnicas avanzadas de cultivo en el desierto para reducir nuestra dependencia de importaciones. Y una política exterior que no solo nos mantenga a salvo, sino que nos coloque por encima de las otras cuatro grandes naciones. No podemos seguir en desventaja, dependiendo de alianzas frágiles y recursos externos. Es momento de convertir al País del Viento en una potencia autosuficiente y estratégica."
"Y los demás?" dijo el Daymo mirando a Pakura y Rasa
Pakura entrecerró los ojos antes de responder.
"El problema no es la industria, sino la forma en que entrenamos a nuestros shinobi. Seguimos confiando en técnicas anticuadas mientras las demás aldeas evolucionan. Mi propuesta es reformar por completo el sistema de jutsus en Sunagakure. Desarrollaremos nuevos estilos de combate y técnicas avanzadas, entrenando a nuestros ninjas desde una edad temprana para que sean más letales y eficientes. Si queremos ser superiores, debemos ser innovadores en el campo de batalla, no solo en la economía."
El consejo murmuró entre sí. La idea de cambiar el sistema de jutsus de la aldea era audaz, pero también peligrosa.
Rasa, con su expresión impasible, simplemente cruzó los brazos y habló con firmeza:
"Sunagakure ya es fuerte. No necesitamos cambiar lo que ha funcionado durante generaciones. La estabilidad es más importante que la innovación sin control. Seguiré fortaleciendo nuestras fuerzas militares y asegurándome de que nuestra economía siga estable bajo el control del Kazekage. La guerra se gana con disciplina y experiencia, no con experimentos o riesgos innecesarios."
El Daymio observó a los tres candidatos.
"Entonces, tenemos tres caminos distintos. Innovación militar, estabilidad o una combinación de industria y política exterior agresiva, señores, estoy indeciso, dejaré que ustedes voten a su líder también , somos un numero impar"
Nos miramos unos a otros, un total de 11 votantes
"Yo voto por Pakura-dono, nos hemos estancado suficiente" dijo Chiyo empezando la votación " espero que el arte de las marionetas se refuerce en su gobierno"
Entonces la gente empezó a votar
"Rasa, no hay mejor opción" dijo Baki
El dueño del hospital y el dueño de la academia, Kaito y Kenzo, votaron a sus lideres Pakura y Rasa respectivamente.
2-2-0
Pero entonces los demás me miraron a mi.
"Yo voto por Akashi, el problema de Suna han sido siempre sus tierras infértiles, si con ello nos libramos de ese problema entonces votemos por Akashi" dijo la mano derecha del Daymo
"Yo voto por Akashi, me pareció el mas sensato" dijo el anciano Ebizu, lo que me sorprendió
2-2-2
Pero no tuve que preocuparme mucho
"Akashi" dijo el fabricante general de armas
"Akashi, su vision es la mejor" dijo otro ninja encargado de la defensa y vigilancia de la aldea
"Akashi" dijo otro encargado de los venenos
"Rasa" dijo el dueño de la mayoría de minerías de oro y metal.
"Eso queda en 5 votos para Akashi, 3 para Rasa y 2 para Pakura, dejando mi voto inutil, tenemos nuevo Kazekage."
Intenté ocultar mis emociones, pero por dentro, estaba satisfecho. Sabía que Rasa, quien siempre había considerado que el título de Kazekage le pertenecía por derecho, no lo tomaría bien. Ver cómo se le escapaba ese poder, esa convicción de que su nombre estaba ligado a la aldea, era una victoria en sí misma.
"Daymō-sama, te pido que reconsideres," dijo Rasa con voz cargada de ira contenida. "El clan Sabaku ha sido el pilar de este pueblo por generaciones. No podemos permitir que—"
El Daymō lo interrumpió de manera tajante, su tono firme y sin lugar a dudas. "Y seguirá siéndolo, pero bajo otro Kazekage. Esta es una posición de mérito, y ya hemos votado. Cuestionarla sería una falta de respeto."
Un silencio denso llenó la sala. Rasa, molesto hasta el límite, apretó los dientes, pero no dijo nada más. Su mirada fija en mí no dejaba lugar a dudas: esto no era un simple desacuerdo. Era un golpe directo a su orgullo.
Los demás miembros del consejo observaban, algunos tensos, otros aliviados. Pakura no mostró la más mínima emoción, como si ya hubiera anticipado el resultado. Su expresión era de pura neutralidad, pero no podía negar que, de alguna manera, la tensión entre nosotros estaba lejos de desvanecerse.
El Daimyō, sin una palabra más, se levantó. Miró hacia mí, con una severidad que contrastaba con la atmósfera que se había creado. Con un simple gesto, tomó el sombrero ceremonial de Kazekage y lo colocó sobre mi cabeza. No hubo celebración, ni aplausos. Solo el peso de la responsabilidad al caer sobre mis hombros.
No era el inicio glorioso que había imaginado, pero era lo que tenía.
Ahora tenia que prepararme para la guerra.