Los días posteriores al enfrentamiento con el enemigo que casi los separa emocionalmente fueron una mezcla de entrenamiento intensivo y silencios incómodos. El equipo sabía que ese adversario no fue un simple emisario del caos... fue una advertencia.
Mientras tanto, en la dimensión distorsionada, Gravnos se inclinaba ante una figura encapuchada que hablaba con voz reverberante:
—Fallaste... pero tu derrota sirvió para revelar una debilidad... la humanidad de los héroes.
La figura se levantó y caminó hacia un altar oscuro donde flotaban fragmentos de energía distorsionada.
—Es hora de liberar a Nóxis, el devorador de vínculos.
Gravnos alzó la mirada, aterrado.
—¡Aún no está estabilizado! ¡Podría destruirlo todo, incluso a nosotros!
—Exactamente —susurró la figura—. Ese es el plan.
De vuelta en la base, Ren recibió una señal de distorsión energética en múltiples puntos del planeta.
—¡No es un ataque cualquiera! ¡Es un enjambre de microbrechas dimensionales apareciendo al mismo tiempo! —gritó desde la consola.
—¿Una invasión a gran escala? —preguntó Aya, preparándose.
—No. Es algo peor... están debilitando la barrera dimensional del planeta —respondió Dante, preocupado.
Kevin, ya vestido con su uniforme civil, dio un paso al frente.
—Entonces no esperaremos a que esto se derrumbe. ¡Nos dividiremos en dos equipos y cubriremos las zonas más críticas!
—¡SENTAI CHANGE! —gritaron al unísono.
Las nuevas Sentai Cards que habían surgido tras su última batalla comenzaron a brillar. Cada miembro insertó una en su Morpher, y de ellos surgieron sus poderosos Zords, inspirados tanto en los clásicos mechas de Super Sentai como en toques modernos y únicos:
Galleon Zord: El Zord de Kevin. Un enorme barco volador con cañones en sus costados, capaz de bombardear enemigos desde el cielo con una potencia demoledora.
Griffon Zord: El de Iris. Una majestuosa criatura alada que podía generar ráfagas de viento cortantes con sus alas, surcando los cielos con elegancia y furia.
Raptor Zord: El de Ren. Ágil y veloz, con garras energéticas que desgarraban incluso el metal más resistente. Ideal para ataques rápidos y escaramuzas.
Bison Zord: El de Dante. Una bestia imponente de gran tamaño, con una defensa prácticamente impenetrable y embestidas capaces de hacer temblar la tierra.
Tiger Zord: El de Aya. Un felino de ataques certeros y movimientos relámpago, letal y elegante en combate cuerpo a cuerpo.
Cada uno voló o se desplazó hacia diferentes puntos del planeta, luchando contra los portales antes de que abrieran por completo. Los enemigos que salían de ellos eran más salvajes, sin forma definida, como si la dimensión del caos estuviera escupiendo fragmentos sin lógica ni orden.
En medio de la lucha, Kevin recibió una transmisión privada.
—Iris, ¿puedes oírme?
—Sí... ¿pasa algo?
—Solo quería decirte... si salimos de esta, quiero que vayamos a ver ese lugar que me mostraste... ese lago al que solías ir de niña.
—¿Lo dices ahora?
—Tal vez no haya un después.
Hubo un silencio. Luego, Iris respondió:
—Entonces asegúrate de sobrevivir, tonto.
Desde lo alto del mundo, una grieta se abrió en el cielo. Una sombra comenzó a descender lentamente... su presencia hizo que el viento se detuviera y los mares se calmaran.
Nóxis había despertado.